—No puedo creer que hayas apostado tu cabeza con tal de recuperar a Dynamight.

La chica de pompones rubios se recuesta en la cama. Deku se quita el uniforme que usa del diario para las batallas, esta vez por estar manchada por su propia sangre. Quiere darse un buen baño después de la tremenda madriza que le han propinado.

—Shigaraki debe de entender que no puede hacerme a un lado sólo porque es su mano derecha, sigo teniendo más poder que él.

Se mete a la ducha. El agua recorre su cuerpo y tan pronto varias de sus heridas comienzan a arder. El rostro lo trae hinchado al igual que parte de los brazos, la espalda, el pecho y la pierna derecha. Intuye que tiene una costilla rota, pero luego iría a que le curasen.

Pronto sale y ella sigue recostada como si nada.

—Si él descubre que yo soy la persona que enviará esa información, a ti y a mí nos corta las pelotas.

—Toga, tú tienes ovarios.

—Tengo más bolas que cualquier hombre. Jugarse la vida en el bando enemigo es de lo peor. Ya quiero mi recompensa, Izu.

—Siempre la tienes.

—No me basta si sigues poniendo en juego tu vida por Dynamight.

—Oh, vamos, Toga, sólo te quiero a ti.

Una simple frase que quiere hacerlo reír, porque en el juego del amor es un buen apostador.