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[38]

Jimin no supo en qué momento Min Yoongi había tomado suavemente su mano y los había dirigido a la pista de baile. La música comenzó a sonar, y los violines se hicieron escuchar en toda la sala. Aunque Jimin podría haberse sorprendido al ver que había chicos capaces de tocar el violín sin usar magia, la verdad era que sus ojos no podían apartarse del chico frente a él, quien lo miraba con la misma intensidad.

Dieron una vuelta, y Jimin pudo ver a lo lejos a su mejor amigo con la boca abierta, rodeado de otros tantos igualmente sorprendidos.

Es la primera vez desde que comenzaron los juegos que vemos a dos campeones abrir el baile juntos — murmuro alguien en la multitud.

Jimin y Yoongi se movían al compás de la música, inmersos en su propio mundo. No había nada más en la sala que ellos dos, ni el resplandor de las velas flotantes ni los murmullos asombrados de los espectadores. Para Jimin, el tiempo parecía haberse detenido. La mano de Yoongi en la suya era firme y cálida, y sus miradas se entrelazaban con una mezcla de timidez.

Cada giro, cada paso, los acercaba más, y la magia de su conexión era palpable.

Ninguno sabía dónde estaba Jennie, Yoongi la conocía, su hermana probablemente se había demorado sin querer, pero...

Agradecía la oportunidad.

—Yoongi, yo... —comenzó a decir, sin estar seguro de cómo continuar.

— tranquilo —lo interrumpió Yoongi suavemente, acercándose aún más.

Jimin se dejó llevar, olvidando todo lo demás. No importaba que ambos fueran rivales, que sus compañeros los observaran; lo único que importaba era Yoongi, y la forma en que lo hacía sentir. ¿Le asustaba? Por supuesto. No quería aceptar lo que había sucedido sin querer, pero cuando Yoongi le dedicó una sonrisa de confort, lo supo al instante.

Le gustaba.

Min Yoongi le gustaba.

El reconocimiento de sus propios sentimientos lo golpeó con fuerza, como si de un expelliarmus se tratara. Sintió una mezcla de temor revolviéndose en su interior porque lo sabía, él en verdad entendía que no era solo la intensidad del momento o el calor de la mano de Yoongi en su cintura, sino algo mucho más profundo.

Mientras continuaban bailando, Jimin no pudo evitar recordar todas las veces que sus miradas se habían cruzado con complicidad, o cómo siempre parecía ser Yoongi quien estaba a su lado en los momentos más inesperados. Había algo en su presencia que lo hacía sentir seguro, que lo hacía olvidar que estaban en medio de una competencia peligrosa.

Cuando la música llegó a su fin, Jimin se encontró respirando aceleradamente, con el corazón desbocado y con su vista fija en el pelinegro que había llegado a revolver sus sentimientos. Yoongi solo le sonrió.

Tonto Min Yoongi.

—¿Te encuentras bien? —susurró Yoongi, sus labios muy cerca del oído de Jimin.

—Sí. —respondió Jimin, sintiendo que su rostro se sonrojaba.

El salón estalló en aplausos, pero para ellos, el ruido era distante, casi como un eco lejano. Aún tomados de la mano, Jimin y Yoongi se dirigieron hasta donde sus amigos se encontraban. Las luces del salón brillaban con una magia etérea, reflejándose en los ojos de Jimin y haciendo que su corazón latiera aún más rápido.

—¡Pero qué espectáculo, los felicito a ambos! —dijo Chanyeol, palmoteando sus hombros y luego retirándose con su prometido, dejando una estela de risas y murmullos a su paso.

—Sí... qué espectáculo —repitió Namjoon, sin saber realmente qué decir. 

—Oigan, Jimin, Yoongi, lo hicieron muy bien, ¿verdad, Tae?

Taehyung asintió, tomando las manos de Jimin y separándolo de Yoongi porque parecía que pronto estallaría de lo rojo que estaba. Jimin sentía el calor de la noche envolverlo, y la sensación de las manos de Taehyung le daba un ancla en medio de sus emociones tumultuosas.

—¿Quieres un poco de ponche de frutas? ¿agua? ¿hablar? ¿Qué golpee a Min? —preguntó en susurros su mejor amigo, sus ojos buscando los de Jimin con preocupación sincera.

—No, no, no, está bien, Tae, no te preocupes.

En ese instante, Jungkook llegó junto con su pareja, siguiéndole el paso.

—Yoongi, ¿y Jennie? —preguntó Jungkook, y luego dirigió su vista al rubio—. ¿Por qué no bailó contigo, Jimin?

— Porque le dolía la cabeza —respondió rápidamente—. Dijo que iría a la enfermería por algo y regresaría, pero seguro se demoró más de lo que pensaba.

Jungkook levantó una ceja, visiblemente confundido.

—¿Le dolía la cabeza...?

—Lo más probable es que le haya dado esas jaquecas que le dan últimamente —dijo Yoongi—. No quería arruinarle la noche a nadie y ya se fue a descansar.

—Oh, ya veo —dijo Jungkook, todavía mirándolo con curiosidad y sonriendo de manera ladina—. Eso suena a una excusa bastante conveniente. No sabía que el bailar contigo fuera tan estresante, Jimin

—No te pases de listo, imbécil —comenzó a decir Taehyung, pero Woonyoung intervino rápidamente.

—Bueno, supongo que deberías ir a ver cómo está —dijo tratando de detener una posible discusión.

—Descuida, estará bien, dejémosla descansar por ahora —dijo Yoongi, con un tono que no admitía discusión.

Antes de irse, Jungkook le dio una última mirada a Jimin, quien aún parecía incómodo.

—Solo bromeo, Jimin, lo hiciste genial —dijo, y luego se giró para seguir a Yoongi.

Taehyung bufo siguiendo con la mirada a Jungkook con visible irritación.

—No te preocupes por las idioteces que dice Jungkook. Además, te veías increíble mientras bailabas.

Hoseok, a su lado, le apretó el hombro.

—Gracias, chicos —dijo Jimin, inhalando profundamente.

Taehyung sonrió y le dio una palmada en la espalda.

— Vamos a relajarnos y disfrutar el resto de la noche —se acercó más a él, sus ojos brillando con emoción— Mañana me contaras todo a detalle, ahora... Hoseokie trajo algo que te va a encantar.

—¿Ah, sí? ¿Qué es?

Taehyung sacó una pequeña botella de su bolsillo, sonriendo con picardía.

—Una pequeña sorpresa de los elfos domésticos. Dicen que es una mezcla especial de ponche con un toque mágico.

— ¿Alcohol?

— Seh, eso.

Jimin rió, sintiendo cómo la tensión se desvanecía poco a poco, reemplazada por la expectativa y la emoción de la noche por venir.

—Bueno, pero solo un poquito.

Yoongi salió sigilosamente del Gran Salón donde se llevaba a cabo el Baile de Invierno. No quería seguir viendo cómo su hermano rechazaba bailar con la chica de Ravenclaw. Aún no entendía por qué había aceptado venir con ella si tanto le molestaba, pero tampoco le ayudaría si metía la pata con esa chica tan linda.

Mientras caminaba, sus pensamientos volaron hacia Jimin. La sensación de tenerlo cerca durante el baile, sus manos entrelazadas, la cercanía de sus cuerpos... Todo eso había sido abrumadoramente intenso. Yoongi no podía sacarse de la cabeza la imagen de Jimin, sus mejillas sonrojadas y su mirada tímida.

Era adorable.

Llego hacia los pasillos que conducían a la enfermería con la intención de ver a su hermana. El frío de los corredores le calaba hasta los huesos, la noche era oscura y el silencio del castillo solo era interrumpido por el eco de sus pasos y los murmullos lejanos del baile.

—¡Min Yoongi!

Se sobresaltó por el grito y se giró para ver a una castaña correr hacia él con su rodilla lastimada, su vestido amarillo cubierto de sangre y rasgado en las mangas, su cabello revuelto y sin zapatos. Sus ojos estaban llenos de terror, y Yoongi sintió un nudo formarse en su estómago.

—Yoongi, es tu hermana, está en el fondo. ¡Yo no lo hice, lo juro! La encontré desmayada y sangrando. No sé quién fue, pero necesita ayuda —dijo hablando rápido y atropellando las palabras.

—¿¡Qué!? ¿Qué le pasó a Jennie? ¿Dónde está?

—Sígueme...

Yoongi no necesitó más explicación. Su corazón latía con fuerza mientras seguía a la chica por los pasillos oscuros y fríos del castillo. La música del baile se desvanecía a medida que se adentraban más en el edificio, y una sensación de urgencia lo empujaba a ir más rápido.

Cada paso que daba aumentaba su ansiedad. Recordaba ver la conversación de Jennie con Jimin donde ella había mencionado sentirse un poco indispuesta, pero nada que pareciera tan grave. ¿Cómo había llegado a esto?

Llegaron al fondo de un pasillo apenas iluminado, donde una figura yacía en el suelo. Yoongi reconoció el vestido rojo de su hermana y sintió que el pánico lo inundaba. La luz de las antorchas titilaba, proyectando sombras que hacían que la escena pareciera aún más surrealista y aterradora.

— Jennie... —murmuró, arrodillándose junto a ella.

La chica que lo había guiado se quedó a un lado, mordiéndose el labio inferior con preocupación.

— Sali porque necesitaba mi inhalador y vi un estallido de luz, cuando me acerqué ella ya estaba desmayada y sangrando, ayudé con eso con las mangas de mi vestido...

— Gracias...

Yoongi examinó a su hermana, viendo las manchas de sangre en su vestido y en el suelo. Su rostro estaba pálido, y aunque respiraba, su pulso era débil. El contraste de su piel contra el vestido empapado en sangre hacía que la situación pareciera aún más desesperada.

—Necesitamos llevarla a la enfermería, ahora mismo —dijo Yoongi, su voz firme, aunque temblaba por dentro – Yo la levanto, tú sigue sosteniendo su herida o seguirá perdiendo sangre.

— claro - dijo la castaña.

Yoongi levantó a Jennie con cuidado, sorprendido de lo ligera que se sentía. Jennie gimió débilmente, pero no abrió los ojos. Con determinación, comenzó a caminar hacia la enfermería, seguido de cerca por la chica.

Al llegar a la enfermería, la enfermera Pomfrey los recibió con los ojos muy abiertos.

—¿Qué ha pasado, niños? ¡Rápido, ponla en una camilla!

Yoongi obedeció, colocando a Jennie con delicadeza sobre la camilla. La enfermera se puso a trabajar de inmediato, usando su varita para conjurar hechizos curativos. Yoongi observaba, impotente, mientras su mente se llenaba de preguntas y preocupaciones. ¿Quién había hecho esto? ¿Por qué? La habitación estaba llena de la suave luz de los hechizos de curación, pero para Yoongi, todo parecía oscuro y confuso.

—¿Quién te ha hecho esto...? —murmuró, más para sí mismo que para Jennie.

Suspiró, sintiendo la presión de la situación. Estaba más que claro que el castillo ya no era seguro, no como antes. Ese año habían sucedido cosas extrañas y el profesor SeoJoon debía empezar a actuar o algo mucho peor iba a pasar. Hoy le tocó a Jennie, mañana podría ser otro de sus hermanos o...

Jimin.

El solo pensamiento de que algo le pudiera pasar a Jimin lo llenaba de terror. Se había dado cuenta de lo mucho que ese chico significaba para él, y la idea de que algo le sucediera era simplemente insoportable.

No permitirá que sucediera lo de hace mucho.

La chica a su lado comenzó a respirar erráticamente mientras se sostenía el pecho, la sostuvo en sus brazos con confusión.

—Mi... mi inhalador —dijo con dificultad.

—Toma, aquí tienes, pequeña —dijo la enfermera, acercándole uno a sus labios—. Con cuidado.

Ella inhaló profundamente, su respiración volviéndose más regular con cada bocanada del inhalador. Yoongi la miró con preocupación.

—¿Estás bien? —preguntó, aun sosteniéndola para asegurarse de que no se desmayara – tu rodilla... sigue sangrando.

— Estoy bien, gracias... solo... el susto y la carrera. —respondió ella, recuperando el aliento— el destello fue tan fuerte que hizo que volará y cayera, ahora me duele...

La enfermera se acercó a ella y la levantó para ponerla en una silla y atenderla. Levantó la vista de la chica y se dirigió a Yoongi.

—Necesito que me digas exactamente lo que pasó, Yoongi. Cada detalle es importante —dijo con seriedad mientras continuaba tratando a Jennie.

Yoongi asintió, aun intentando procesar todo lo que había ocurrido.

—La encontramos desmayada en el pasillo, cubierta de sangre. No sabemos quién fue, pero alguien la atacó —explicó, tratando de mantener la calma.

—Esto es muy grave. Necesitamos informar a los profesores de inmediato. ¿Puedes ir a buscar a la profesora Sun-hee y al director? —pidió, manteniendo su atención en la chica en la camilla.

— de inmediato.

Dicho esto, salió corriendo.

— Jungkook, ¿no quieres bailar? — pregunto Woonyoung tomándolo del brazo suavemente — La música se puso más divertida.

— Estoy bien aquí.

La chica se alejó mientras hacía un ligero puchero mientras acomodaba su vestido, justo como lo venía haciendo desde hace ya un rato. A lo lejos vio como Hoseok y Taehyung hacían un extraño baile siendo rodeado por muchos estudiantes que los animaban a seguir, entre ellos, su tan querido grupo de amigos.

Miro al chico a su lado, ¿En serio había rechazado la invitación de su mejor amigo para ir con él?

Suspiro fuerte, llamando la atención de Jungkook.

Él volteo a mirarla, pero lo ignoró, sin decir ni una sola palabra, se levantó dispuesta a no arruinar su noche, sin embargo, estaba muy avergonzada como para ir con sus amigos y tener que contarles la penosa velada que había tenido con Min Jungkook, además aun no quería escuchar el "te lo dije" de su mejor amigo.

— Se que no nos conocemos, pero nos vimos hace unas horas, ¿me recuerdan? Vine con Jungkook — dijo y los chicos asistieron — ¿Puedo estar con ustedes? Jungkook es super aburrido.

Hoseok sonrió mientras asentía con la cabeza — por supuesto, bonita, vamos a bailar.

— Tú... ¿tú no esta... estaba con la cara de conejo malhumorado? — pregunto Taehyung atropellando algunas palabras mientras sostenía a Jimin de los hombros — se...señorita, de verdad que... ay... hizo una mala elección

La chica bufo cansada.

— Sí, bueno, supongo que no es la única cara bonita por aquí — se encogió de hombros — Ya perdí mucho tiempo con él, muero de ganas por bailar.

Taehyung carcajeo sin poder evitarlo.

— ¡Lo dejo su pareja! — rio mientras golpeaba el hombro de Hoseok — ¡Te dije que no durarían ni 1 hora!

— Taehyungie, decir eso es grosero – dijo Jimin.

- esta es la primera vez que bebes y lo has hecho es exceso — dijo Hoseok chasqueando la lengua.

— ¿Hay alcohol? ¿Me invitan? — pregunto interesada y con una sonrisa traviesa.

— ¡Por supuesto! ¡Toma! — exclamo alzando la botella que tenía en la mano y que ella no había visto hasta ahora — ¡Abre grande! Di Ahhh.

La chica obedeció y Hoseok supo que ahora tendría que lidiar con dos borrachos.

Suspiro cuando ambos chicos le tendieron la botella para que tomara un poco y aunque quisiera, no podía negarse. Ya luego se preocuparía de llevar a ambos a sus habitaciones y, sobre todo, encontrar a su hermana, pues no la había visto en toda la noche y temía porque estuviera igual o peor que Kim Taehyung

Jimin solo reía de las ocurrencias de su mejor amigo, pero entre la multitud vio a Yoongi corriendo hacia donde estaban los profesores. Algo había pasado.

—Hobi, llévalos al jardín, voy a ver algo.

—¿Eh? Jim, no te vayas, ¡ayúdameee! —se quejó Hoseok mientras trataba de mantener a Taehyung bajo control.

Pero Jimin ya se estaba alejando, decidido a averiguar qué estaba ocurriendo. Atravesó el salón rápidamente, su corazón acelerándose con cada paso.

Arrastrándolo hacia los jardines, Taehyung se quejó como un niño malcriado.

—¡Nooo! —protestó —. ¡Hay que seguir bailandooo!

La Ravenclaw a su lado lo empujó ligeramente.

—Espacio personal, por favor —dijo con una sonrisa divertida.

Hoseok rodó los ojos, ya perdiendo la paciencia.

—Les traeré agua —anunció, viendo cómo Taehyung y la chica se acomodaban en el césped. Esto no era bueno para la salud mental del pelirrojo.

—Tú... quédate aquí, Kim Taehyung, o juro que haré que tu mamá te dé 100 vociferadores.

Eso pareció hacer que se quedara quieto como una estatua, y la chica a su lado rió por el recuerdo del famoso vociferador que recibió el pelirrojo.

La Ravenclaw, aun riendo, se acercó a Hoseok.

— Voy a disculparme con mis amigos, te acompaño.

Hoseok asintió y volteo a darle una última mirada de advertencia a lo que Taehyung solo le saco lengua.

Mientras tanto, Jimin continuaba su camino, su mente ahora completamente enfocada en encontrar a Yoongi y descubrir qué había pasado. Su ceño se frunció cuando lo vio salir corriendo con los profesores siguiéndole el paso. Jimin se unió a ellos, su corazón latiendo con fuerza.

—Yoongi, ¿qué pasó? —preguntó, tratando de mantener el ritmo.

—Es Jennie —respondió Yoongi, sin dejar de correr—. La encontraron desmayada y sangrando, está en la enfermería.

Jimin sintió un nudo en el estómago. Aceleró el paso junto a Yoongi, su mente llenándose de preocupación.

Llegaron a la enfermería y la enfermera Pomfrey los recibió con un suspiro.

—¿Qué ha pasado aquí? —dijo Sun-hee, la profesora de Encantamientos, al ver a dos de sus estudiantes en esas condiciones—. Señorita Manoban, ¿qué le ha pasado?

—Yo estoy bien, profesora, pero Jennie...

—Está bien, la dejaremos aquí y podrá regresar a sus actividades el miércoles —dijo la enfermera mientras Yoongi apretaba la mano de su hermana—. Dejemos que descanse antes del interrogatorio.

—Gracias, muchas gracias —dijo Yoongi, su voz llena de alivio.

El profesor SeoJoon, quien hasta ahora se había mantenido en silencio observando con preocupación, se dejó caer en una silla.

—Presiento que algo está por llegar, algo realmente maligno ha caído sobre Hogwarts.

Todos voltearon a mirar a su director.

—¿Qué está diciendo, profesor? —preguntó Jimin, con el ceño fruncido.

—Necesitamos averiguar quién hizo esto y por qué —dijo con firmeza—. La seguridad de nuestros estudiantes es primordial y es por ello que tomaré medidas diferentes.

Todos estaban en silencio mientras miraban a la chica acostada en la camilla, aún tratando de procesar lo que había ocurrido.

—Jimin, Yoongi, vuelvan al baile y cierren las puertas del Gran Salón, no dejen que otro estudiante salga —ordenó SeoJoon. Antes de que el mayor de los Min pudiera protestar, añadió—. He dejado al profesor Choi a cargo. Díganle que se asegure de que todo esté bajo control.

—¿No van a detener la fiesta? —preguntó la chica, levantándose lentamente.

—Vuelva a sentarse, señorita Manoban —dijo SeoJoon, siendo obedecido de inmediato—. Lo mejor es no contar lo que pasó aquí. No queremos que el pánico invada a los estudiantes. No hay nada peor que demostrarle temor al enemigo.

—Los acompañaré, vamos —dijo Sun-hee, y los dos chicos asintieron.

Yoongi miró a su hermana, aún no estaba seguro de querer irse, pues ella...

Hasta que Jimin tomó su mano suavemente.

—Tenemos que decirle a Jungkook lo que ha pasado, los profesores se encargarán aquí.

Yoongi suspiró y asintió.

—Vamos.

Cuando iban caminando ninguno de los dos dijo nada, el ambiente estaba cargado de tensión y preocupación. Las paredes del castillo parecían cerrarse a su alrededor, amplificando el eco de sus pasos.

Al llegar al Gran Salón, la profesora Sun-hee cerró las puertas y gritó que nadie tenía permiso para salir y que avisaran si alguien estaba afuera. Los estudiantes continuaron con la fiesta, sin darle mucha importancia, y el profesor Choi, junto con Sun-hee, se fueron a un rincón a hablar sobre lo sucedido.

Yoongi miraba en todas las direcciones tratando de buscar a sus hermanos sin tener éxito.

—Tae y Hobi deben estar en los jardines. Tal vez sepan dónde está Jungkook.

El pelinegro lo siguió hasta atrás del salón, donde las luces eran más tenues y el ruido de la música se escuchaba más lejano. Atravesaron las puertas hacia el jardín, la brisa fría de la noche los golpeó, haciéndolos estremecer.

Pero lo que encontraron los dejó de piedra.

Min Jungkook sostenía con fuerza de los hombros a Taehyung mientras lo besaba. Bueno, más bien uniendo sus labios, pues eso no parecía un beso.

Taehyung tenía los ojos muy abiertos, claramente sorprendido y sin saber cómo reaccionar.

¿Qué les había pasado a esos dos? 

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