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[35]

Taehyung alzó sus brazos esperando a que lechuzo le entregara su correspondencia, aunque como ya era de esperarse fallo dejando caer su carta y una pequeña bolsa donde su hermano comida tranquilamente su ensalada de frutas.

— Tsk, lechuza tonta.

— Taehyung — su hermano lo fulmino con la mirada — No le hagas caso, amaneció de mal humor, es todo.

El pelirrojo rodó los ojos al ver a su hermano consolando a su mascota que deseaba cambiar desde hace mucho tiempo, pero sus padres no lo hacían por haber sido una herencia familiar. Además, no había amanecido de mal humor, estaba emocionado.

Miro los pines que ya había terminado para iniciar su club sobre la protección de los elfos domésticos para que tengan un mejor trato y una paga mucho más justa.

— ¡Jiminie! — llamó Taehyung agitando su mano.

El rubio sonrió apartando su vista del Yoongi, quien minutos atrás le estaba explicando lo que tendrían que llevar para ir esa misma tarde al lago negro y no correr peligro. Además, Jungkook venía detrás de ellos como garrapata según el pensamiento del pelirrojo.

— Buenos días — dijo Yoongi y luego le dio un golpecito a Jungkook para que saludara educadamente.

— Buenos días...

— Yoongi, que bueno que estas aquí — dijo Taehyung recostando su cabeza en el hombro de Jimin — No entiendo mi tarea de trasformaciones, ¿Me ayudas?

Jimin sonrío mientras masticaba sus tostadas. Su amigo se había abierto mucho más con Yoongi.

— Claro, cuando regrese con Jimin en la noche, ven a mi dormitorio.

Y por supuesto al pelinegro no le molestaba.

El pelirrojo le agradeció, pero aún quería preguntarle una cosa más.

— Yoongi.

— ¿Sí?

Taehyung le tendió un pin y Yoongi lo tomo mirándolo curiosamente — ¿Qué es esto?

— Estoy creando un club para la protección de los elfos domésticos, ¿Quieres unirte? Por ahora solo somos Jiminie, Hobi y Jinie — dijo un poco decepcionado — Pero tú tienes una elfina, podrías ayudarnos a buscar un mejor futuro para ella.

Jungkook tomó uno de los pines — Pensé que te habías olvidado de esto.

— No lo hice, devuélvelo.

El castaño lo apartó.

— Quiero verlo, no seas grosero — sonrió al ver la mirada fastidiada de Taehyung.

— Jungkook, no molestes a mi hermano — se metió SeokJin cansado de ver a esos dos pelear.

— No lo hago — respondió indignado — ¿Quieres mi consejo?

— No. Dámelo — intentó quitarle el pin fallando otra vez.

— Tienes buenas intenciones y eso está bien, Taehyung — el mencionado se detuvo al escuchar su nombre y no un apodo tonto — Es muy considerado de tu parte pensar en los elfos, pero hay cosas que no puedes cambiar con un club escolar. ¿Quieres enfrentarte al ministerio de magia? Hazlo, ellos fueron quienes encadenaron a los elfos a esa vida, no tendrás ningún resultado.

Y con eso Jungkook le devolvió el pin

Jimin acarició la espalda de su amigo — Tae, está bien...

— ¿Le tienes miedo al ministerio, hermanito? — pregunto esta vez Yoongi — Yo no.

El castaño abrió la boca sin saber qué decir.

— No, pero...

— Me gustaría ser parte de tu club, Tae. — Yoongi guardo el pin en el bolsillo de su bata — Te apoyo.

Los ojos del chico se iluminaron, al igual que los de Jimin.

— Muchas gracias, en serio.

Yoongi asistió con una leve sonrisa, luego posó sus ojos en Jimin, quien seguía felicitando al chico por tener un integrante más, y pensó, que ahora estaba rodeado de personas con buen corazón.

— Ahora mi preocupación es saber que ponerme para el baile, no sé cuál traje usar.

— Creo que para eso deberías saber a quien llevar de pareja, rojito.

— Yo ya tengo pareja, cara de conejo.

El castaño reposo su cabeza en su mano ignorando el absurdo apodo — ¿Ah sí? ¿Y quién has invitado?

Taehyung suspiro — Yo no lo invite.

— ¿No? ¿Y quien ha sido el alma desafortunada? — pregunto queriendo fastidiar un poco al chico.

— Yo, pero no creo ser desafortunado.

Todos los ojos se posaron en el recién llegado. Hoseok sonría mientras sostenía una carta de sus padres y una pequeña caja roja con un bonito lazo. A su lado estaba Namjoon quien solo dijo un "buenos días chicos" y se sentó al lado de SeokJin ya que él le había guardado el desayuno.

Por otro lado, Taehyung dio palmaditas a su lado ignorando al amargado de Jungkook que fruncía el ceño.

— Yo lo invité — dijo y luego le tendió al pelirrojo la caja bonita que Jimin venía observando desde que llego — Ya te conseguí la corbata a juego.

— ¿Irán los dos juntos? — Yoongi se metió en la conversación.

— Sip — dijo esta vez Taehyung dejando caer su cabeza en el hombro de su sonriente amigo.

— Pensé que me iba a rechazar — Hoseok hablo mientras tomaba un panecillo.

— Le compraste nuestro chocolate favorito, era obvio que iba a aceptar, aunque ya tuviera a alguien — dijo SeokJin haciendo que Namjoon alzara la mirada de su libro y lo mirara de reojo.

— Eso solo le dio puntos extras — rió — Jiminie, ayúdame a escoger un traje rojo bonito.

El rubio chico asintió mientras tomaba un poco de leche con chocolate.

— Jimin.

El mencionado volteo a ver a su amigo pelinegro, encontrándolo poniéndose sus anteojos, ya que últimamente se estaba sintiendo unos dolores de cabeza al forzar mucho su vista.

— Me adelantaré a para revisar una vez más nuestras mochilas, cuando termines te estaré esperando — se levantó.

— Te acompaño, espera — cuando Jimin se iba a dar un último mordiscó a su pan, Yoongi le detuvo.

— Esta bien, come tranquilo — acaricio su cabello — De hecho... — se acercó un poco a su oído, ocasionando que el corazón de Jimin se agitara — No olvides tu capa.

El rubio solo hizo un ruido de afirmación viendo como Yoongi se despedía de todos y salía del comedor.

— ¿Por qué Jimin ve a mi hermano como si fuese la última caja de plátano con leche? — murmuró Jungkook.

— ¿Qué?

— Nada.

Jimin miro a Taehyung pero este solo susurro "es rarito, déjalo" haciéndolo reír.

Jimin y Yoongi estaban sentados en la orilla del lago, con sus pies descalzos dejándolos remojar mientras observaban sus respectivas cajas sin saber exactamente qué hacer. Habían probado más de 5 veces abrir el cofre en diferentes lugares del lago, pero nada parecía resultar y la expresión de ambos decia que realmente no querían volver a abrirlo y tener que escuchar esos chillidos tormentosos.

El rubio movió sus pies jugando con el agua suspirando resignando. Yoongi volteo a mirarlo, sus ojos se posaron en el perfil de su compañero, lucía frustrado y con un ligero puchero en sus rosados y abultados labios. Sonrío.

"Bonito" pensó.

Jimin es bonito.

El chico lo miro devuelta.

— Hyung... ¿Qué hacemos ahora?

Yoongi salió de sus pensamientos para volver a concentrarse en el verdadero problema.

— No lo sé, Jiminie.

En ese instante el chico se levantó mientras caminaba despacio, adentrándose al lago.

— ¿Qué estás haciendo?

— Tal vez si abro el cofre dentro del agua pueda conseguir algo... tal vez salga una sirena al sentir la magia del cofre o un cangrejo parlante como en la sirenita... — dijo sintiendo el agua por arriba de sus rodillas.

— ¿Sirenita? Espera, quédate ahí.

— Tranquilo, no pierdo nada...

— ¡Jimin, espera!

— ¿eh?

En ese instante vio como algo jalaba a Jimin al fondo del agua.

— Maldición, ¡Jimin! — exclamó quitándose su bata y tomando su varita para sumergirse al agua.

No quería que el rubio se acercara mucho al agua porque tenía criaturas tanto peligrosas como bromistas que le gustaba molestar a los magos y brujas que merodeaban por ahí.

Encontró al rubio aferrado al cofre mientras luchaba con las juguetonas algas que enrollaban su pie para mantenerlo debajo del agua. Yoongi supo que Jimin no aguantaría mucho conteniendo la respiración por eso rodeo su cintura con su brazo y gritó como pudo "expelliarmus" haciendo que las algas soltaran el pie de Jimin para que el pelinegro nadara lo más lejos posible de esas malditas algas.

Sin querer Jimin soltó el cofre y antes de que Yoongi puedo tomarlo este se abrió y una hermosa voz comenzó a cantar. El pelinegro lo ignoro y solo tomo el cofre nadando hacia arriba.

Al estar en la superficie Jimin comenzó a toser al igual que Yoongi, pero este no lo soltó ya que el chico no sabía nadar, ni flotar y se notaba.

— Ya encontramos como resolver el-

— ¿Cómo se te ocurre meterte así? Este mundo no es como el que estás acostumbrado, es muy peligroso incluso estar en el castillo — regaño Yoongi tomándolo de los hombros sacudiéndolo un poco — Tienes que tener más cuidado, no seas imprudente, pudiste acabar muy mal ahí abajo, Jimin.

Yoongi respiraba agitadamente mirándolo no tanto molesto, si no preocupado. Jimin sonrió, lo que desconcertó, al contrario.

— Pero encontramos el acertijo, valió la pena ¿no?

— No, no poniéndote en riesgo de esa manera.

— Estas conmigo, Yoongi hyung, no me puede pasar nada malo estando contigo — el rubio miró hacia otro lado, avergonzado — siempre estás salvándome después de todo.

El pelinegro sonrió ligeramente mientras negaba — No siempre será así, por eso debes ser cuidadoso.

— Lo sé, perdón... — dijo, luego miró hacia abajo — Hay que sumergirnos con cuidado y abrir el cofre...

— Sí. — Yoongi tomó el cofre y lo atrajo hacia él — Sostente fuerte y no te sueltes, no te quiero ver en peligro otra vez.

Las mejillas de Jimin se tiñeron de rosa por la cercanía del mayor, pero era necesario ya que él no sabía nadar.

— Tranquilo, te sostendré.

Jimin asintió y ambos chicos tomaron aire y se sumergieron en el agua. El rubio abrió el cobre y de ahí salió una bella sirena cantando:

Donde nuestros gritos no suenan, ven a buscarnos,

Encuentra la manera y escucha nuestro canto.

¿Cuántas personas adoras? Medita mientras tanto,

Esto es importante, ¡no sabes cuanto!

Si no son lo suficientemente rápidas,

Tomaremos a dos ahora,

Y para encontrarlas solo tienes una hora.

Jimin cerró la caja como pudo y volvió a aferrarse a ella para no soltarla mientras Yoongi lo sostuvo de la cintura fuertemente para llevarlos hasta arriba y luego dejarlos sanos y salvos hasta la orilla.

— ¿Cuántas personas adoro?

Yoongi volteo a mirarlo y la respuesta fue muy clara para él.

— ¿Qué decía la parte de nuestras compañeras?

— Pues... hablaba de las consecuencias de no encontrar "algo" — respondió y sus ojos se agrandaron — ¿Ese algo no son nuestras personas especiales?

— Bingo.

El pelinegro se levanto y luego le extendió la mano, siendo aceptada de inmediato.

— Se llevarán a dos de las personas que más queremos, es imposible evitarlo, ellos atraparan a las dos personas que encuentren primero — dijo Yoongi.

Aunque no lo admita estaba preocupado al pensar en sus tres hermanos, en especial en el menor de ellos. Mientras tanto Jimin pensaba en sus amigos, sobre todo en Taehyung.

— Regresemos al castillo y pensemos en algo, ya lo resolveremos.

— ¿Y si mejor se secan antes?

Los dos chicos vieron a la hermana de Yoongi acercarse a ellos sosteniendo dos toallas en su brazo y cuando los tuvo en frente, dejo una toalla en los hombros de cada uno.

—Venir a un lago y no traer toallas no es muy inteligente — dijo la chica sacando su varita y la empezó a dar vueltas creando un pequeño remolino.

A los ojos de Jimin era como un ventilador.

— ¿Qué haces aquí, Jennie? — preguntó su hermano extrañado por verla, no era mucho de salir del castillo.

La muchacha se encogió de hombros — El lago es peligroso, vine por si acaso.

— ¿Te preocupas por mí?

La chica casqueo la lengua tomando el brazo de Jimin ignorando a su hermano.

— Voy a secar a Jimin primero, ve por sus cosas — dijo y empezó a caminar hacia donde estaba un gran árbol.

El mayor de los hermanos Min suspiro rendido, su hermana estaba siendo amable con él a su manera, agradecía eso y por eso obedeció lo que dijo.

Por otra parte, Jennie manipulaba el pequeño remolino y lo mantenía cerca del rubio que temblaba ligeramente por el frío.

— Debieron estar más preparados.

Jimin se sobresaltó al escucharla y después de unos segundos asistido dándole la razón.

— Fue mi culpa, fui imprudente — admitió avergonzado.

— Entiendo... ¿Pero encontraron lo que buscaban? ¿Verdad? — Jimin volvió a asentir con la cabeza — Que bueno, así podrán descansar sus mentes y concentrarse en el baile.

El rubio apretó los labios, recordó que aún le faltaba conseguir pareja.

— ¿Tienes con quien ir al baile?

Jimin negó — Tuve propuestas... pero, no.

Jennie sonrió aliviada.

— Yo tampoco tengo un acompañante — admitió sorprendiendo a Jimin. Una chica tan elegante y bonita tendría que tener a muchos haciendo fila detrás de ella — Ninguno me convenció.

— Ya veo...

— ¿Qué te parece ir juntos?

La pregunta hizo que Jimin se detuviera de golpe sin creer que la hermana de Yoongi, con quien no ha tenido mucho trato, le este pidiendo ir juntos al baile. Entre todas los magos y brujas de gran apellido que seguro ya se lo habían propuesto.

— No somos muy amigos, pero eres alguien interesante — dijo acomodando su rebelde mechón rubio para ocultarlo — Mi hermano está pegado a ti casi todo el tiempo, pero no creo que le importe si tengo tu atención una noche.

Jimin rió avergonzado.

— N-no es eso, Yoongi... él...

— Él está decidido a no llevar a nadie, ni siquiera a Joo-hyun, aunque eso es un alivio — suspiro — Lo conozco, estará bien solo, las fiestas lo abruman.

El rubio vio como el hermano de la chica se acercaba a ellos sosteniendo sus mochilas y su bata. Es cierto que él y Yoongi pasaban mucho tiempo juntos, pero eso era porque eran amigos cercanos, ¿no? nada más. Si solo eran amigos... Entonces no tendría porque molestarle al pelinegro que no esté con él.

Sí, no debía. Yoongi estaría bien, su misma hermana lo dijo.

— S-sí... no creo que le importe...

— ¿Es un sí?

Jimin asintió lentamente. Jennie era la hermana de Yoongi, una chica muy hermosa e inteligente, además de que no era del todo una desconocida, la idea de ir con ella no sonaba tan mal.

— Sí.

La chica sonrió — Genial, luego coordinamos el color que combinaremos, aunque al ser tu pareja tendría que llevar un vestido rojo...

— Eso creo — respondió no muy seguro.

Jennie le ofreció otra sonrisa antes de sumergirse en sus pensamientos. Ahora que ya había logrado su objetivo, tendría que ser más cuidadosa.

Recordó las palabras de Yeonjun, debía de proteger a Jimin.

— ¿Te pidió hacer algo para el baile de invierno? ¿Yeonjun? Contesta, por favor — lo agito una vez más sin resultados.

— Sí...

— ¿Sí? ¿Qué cosa?

Devia sacarle la información necesaria ahora donde podía recordar todo y no cuando despertara del hechizo que hasta el momento no sabía cómo revertir.

— Jimin... tengo que... — se detuvo cuando sus piernas flaquearon y cayeron al suelo — ayúdame...

La chica acarició su cabello sin saber qué más hacer, no podía presionarlo a hablar cuando no podía ni mantenerse a él mismo de pie.

— Jimin... debo sacarlo de la competencia.

— ¿Eh?

Jennie se mordió la uña preocupada.

— Está bien, tranquilo, después del baile hablaré con Yoongi, él sabrá que hacer estoy segura — suspiró — Él si me creerá...

Los golpecitos en su hombro la trajeron a la realidad y con nerviosismo acompañó a Jimin a ver el bocadillo que su hermano había encontrado en su mochila para los tres.

Muy pronto descubriría la verdad y haría que todos creyeran en ella, no como hace años.









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