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[24]

Desde temprano, Jimin había notado una extraña emoción flotando en el aire de Hogwarts. Todos parecían más animados de lo habitual, charlando con entusiasmo, mientras otros devoraban el desayuno con rapidez, como si quisieran que terminara pronto. Aunque aún no sabía la razón exacta, podía sentir la misma emoción en su amigo pelirrojo, Taehyung, quien también parecía estar contagiado de esa energía.

— TaeTae — dijo Jimin en tono curioso mientras tomaba un sorbo de jugo — ¿Va a suceder algo interesante hoy? Todos parecen más emocionados de lo normal.

— Ya lo sabrás, Jiminie — respondió Taehyung con una sonrisa juguetona, mientras vertía más jarabe sobre sus panqueques.

El rubio frunció el ceño, insatisfecho con la respuesta, pero antes de que pudiera insistir, un fantasma que rondaba por la mesa de Gryffindor los interrumpió con una mirada de envidia mientras observaba a Taehyung disfrutar de su comida.

— Qué envidia me dan ustedes — dijo el fantasma con voz lastimera — Hace ya cincuenta y ocho años que no puedo comer. Y si lo intento... bueno, parece como si estuviera haciendo popó.

Al escuchar esto, las risas suaves de los Gryffindor que estaban cerca llenaron el ambiente, pero Jimin apenas sonrió antes de continuar comiendo su tostada.

— Deberían sentirse afortunados de tener un desayuno hoy. Hubo problemas hoy en la cocina, un verdadero desastre — añadió el fantasma, captando la atención de todos a su alrededor.

—¿Po' gué? ¿Gué ha pasado? — dijo Taehyung, con la boca llena de panqueques.  

— Tifany, por supuesto. Ya conoces a esa fantasma traviesa, me saca de mis casillas — movió su cabeza de un lado al otro. Jimin y Taehyung asistieron, todos en el castillo saben lo inquieta que es, no puede estar un día en paz sin hacer alguna pequeña broma.  

— ¿Qué hizo esta vez? — preguntó Jimin con curiosidad, aún con la boca medio llena.

— ¡Ni se lo imaginan! — exclamó el fantasma, dramatizando su relato — Hoy muy temprano se coló en la cocina, provocando un alboroto increíble. Rompió platos, tiró sartenes, y para colmo, ¡le echó más sal a los huevos y a la sopa! Los elfos domésticos estaban al borde de la desesperación. Estoy seguro de que, si tuvieran pelo, ya se les habría puesto verde de la cólera.

De pronto, un fuerte ruido silenció el comedor. Taehyung había dejado caer su copa de oro, derramando su jugo de naranja por toda la mesa. Pero parecía no importarle en lo absoluto; quería comprobar si sus oídos habían escuchado bien.

— Tae, ¿qué pasa? — preguntó Jimin, algo confundido.

— ¿Dijo elfos domésticos? — repitió Taehyung con una expresión de horror — ¿Hay elfos domésticos aquí en Hogwarts?

— Por supuesto que sí — respondió el fantasma, sorprendido por la reacción del pelirrojo — Pensé que eso era evidente.

— ¡Yo no tenía idea! Nunca he visto a ninguno — objetó Taehyung, agitando las manos — Solo sé que los hermanos Min tienen una elfina doméstica, y eso ya es bastante cruel, pero pensaba que era la única en este castillo.

— Bueno, los elfos domésticos casi nunca salen de las cocinas durante el día — explicó el fantasma — Trabajan incansablemente hasta que todos los estudiantes duermen.

El rostro de Taehyung palideció.

— Pero ¿Reciben buenos tratos? ¿les pagan? — preguntó — Tendrán vacaciones y sueldos decentes, ¿Verdad?  

El fantasma soltó una carcajada burlona.

— ¿Vacaciones? ¿Sueldos? — repitió, casi riendo — ¡Son elfos domésticos! No necesitan esas cosas. Están para servir, muchacho.

Con una última carcajada, el fantasma se alejó flotando, dejando a Taehyung con un nudo en el estómago.

Taehyung sintió un nudo en el estómago, miró su plato, que estaba por la mitad, puso encima su tenedor y lo apartó de ella. 

 — Tae, ¿Qué sucede? — pregunto preocupado Jimin — Aun no terminas de comer.  

— Esclavitud — murmuró el pelirrojo, mirando con amargura su plato — Así es como se hizo este desayuno... y todos los demás.

Jimin, comprendiendo el sentir de su amigo, apartó su propio plato sin probar un bocado más.

Justo en ese momento, el profesor SeoJoon se puso de pie en la mesa principal, aplaudiendo para captar la atención de todos los estudiantes. Las miradas se volvieron expectantes; parecía que, al fin, se revelaría el motivo de tanta emoción.

— ¡Bien! — comenzó SeoJoon con una amplia sonrisa — Ahora que han terminado de desayunar, debo comunicarles una noticia importante. Oficialmente, La Magie des Quatre Maisons dará inicio después de la fiesta de Halloween.

El murmullo en el comedor se intensificó de inmediato. Algunos estudiantes intercambiaron miradas de emoción, mientras otros apenas podían contener su entusiasmo.

— Para aquellos que no lo saben — continuó el profesor — La Magie des Quatre Maisons es una antigua competición que se remonta a más de ochocientos años. Fue creada como una competencia amistosa entre las cuatro casas de Hogwarts, con el fin de fomentar el espíritu de equipo y la colaboración. Se escoge a un chico y una chica de cada casa y los ganadores competirán con las escuelas de magia más importantes de Europa: Beauxbatons y Durmstrang.  Se consideraba algo excelente para establecer lazos entre jóvenes magos y brujas de diferentes nacionalidades... hasta que el número de muertes creció tanto que decidieron interrumpir la celebración.

Jimin, horrorizado, susurró a su amigo:

— ¿Muertes?

— Las competencias no son de convertir objetos y hacer pociones, es una competencia muy riesgosa y extrañamente la más esperada por todos — dijo Taehyung mirando como los rostros de sus compañeros se iluminaban.  

SeoJoon continuó:

— Este año,  nuestros departamentos de Deportes y Juegos Mágicos ha trabajado a fondo este verano para asegurarnos de que esta vez nadie se encuentre en peligro mortal, pero eso no quiere decir que la competencia sea un parque de juegos,  por ello, hemos implementado una nueva regla: solo los estudiantes de tercer año en adelante podrán participar.

Un aluvión de quejas surgió entre los estudiantes de los primeros años, claramente descontentos por la nueva restricción.

— Esta nueva regla — SeoJoon levantó ligeramente la voz debido a los ruidos de protesta en respuesta a sus últimas palabras — No será aplicada para Min Yoongi, dado a que él tiene capacidades superiores a los estudiantes de primer año y segundo año.  

Si, esto aumentó el descontento. 

— ¿Qué mierda...? ¿Yoongi es un tipo de genio o algo así? — Jimin miró a su amigo y se encogió de hombros. También estaba impresionado — Me pregunto por qué está perdiendo su tiempo estando en la clase de primer año, si quisiera podría estar en tercero.  

El profesor, ignorando el alboroto, hizo aparecer un cáliz dorado del que brotaba una llama azul.

— Para asegurarnos de que ningún estudiante menor de 17 años intente colarse en la competición, este círculo protegerá el cáliz. Solo los elegidos podrán acercarse.

— Supongo que tendré que esperar dos años para participar — dijo Taehyung con un suspiro — Aunque probablemente espere otro año intentando convencer a mis padres.

— ¿En serio quieres participar? — preguntó Jimin, sorprendido.

— Sería divertido, pero admito que tengo miedo de no salir vivo — sonrió — Lo mejor es que me quede como espectador.  

Jimin asintió en silencio, dándole la razón.

— Disculpa por molestarte, hyung — dijo Jimin en voz baja, mientras colocaba sus libros sobre la mesa y arrastraba una silla para sentarse frente a Yoongi. — Pero los TIMO son la próxima semana y realmente quiero hacerlo bien en todos mis exámenes.

— No te preocupes, no es una molestia, me ayudas a estudiar a mí también — dijo obteniendo una sonrisa del contrario. Entendía que el rubio se estaba esforzando en sus estudios para seguir en el equipo de quidditch, más ahora que se enfrentarían a Ravenclaw la semana que viene — De todos modos, fuiste como una salvación.  

Jimin levantó una ceja, curioso.

— ¿Salvarte? — preguntó, inclinándose ligeramente hacia adelante.

Yoongi sonrió de lado, jugando con la pluma entre sus dedos.

— Joo-hyun quería que la ayudara con una poción que le dejaron de tarea — explicó. — Por suerte, necesitabas que te enseñara a ti, así que tengo una excusa perfecta.

Jimin soltó una pequeña carcajada, asintiendo con la cabeza.

— Mucha suerte la tuya, hyung — comentó con una sonrisa cálida.

Después de unos segundos en silencio, Jimin pareció recordar algo y su expresión se tornó un poco más seria.

— Por cierto, Hyung — el mencionado hizo un sonido en señal de que lo escuchaba — ¿Se inscribirá en "la magie des quatre maisons"? Tiene un permiso "especial" después de todo.  

Yoongi lo miró de reojo y luego volvió su atención a los libros que tenía delante.

— Uh, sí, lo haré — respondió con un tono indiferente.

Jimin frunció el ceño, intrigado.

— ¿Por qué? — Estaba siendo entrometido, pero le daba curiosidades saber el por qué quería participar en algo tan arriesgado — Dicen que es muy peligroso, por algo tiene restricción de edad.  

Yoongi guardó silencio por un momento. La verdad era que sus padres le habían presionado para que participara. No tenía mucha elección. No era algo que pudiera decir tan abiertamente, y mucho menos a Jimin, así que optó por una respuesta más simple.

— Solo quiero intentarlo, eso es todo.

Una respuesta fría, corta y distante. El peligris podía actuar de esa manera a veces, pero Jimin estaba acostumbrado. aun así, no pudo evitar sentirse un poco preocupado. Después de todo, la competencia tenía fama de ser mortalmente peligrosa.

— Si yo tuviera la edad para participar... definitivamente no lo haría — dijo Jimin de repente, con un ligero escalofrío al imaginarse en medio de las pruebas — No soy tan habilidoso, probablemente me descalificarían o peor, terminaría muerto.

Yoongi dejó escapar una pequeña sonrisa.

— No lo creo. Tienes mucho potencial, Jimin. Eres un Park, después de todo. Tus padres derrotaron a ya sabes quién — dijo con sinceridad, mirándolo directamente a los ojos — Solo espera un poco más. Tal vez tus verdaderas capacidades aún no se han mostrado.

Jimin sonrió agradecido, aunque en el fondo sabía que no podía compararse con sus padres, quienes eran conocidos por su valentía y poder. Él, por ahora, era solo Jimin.

El ambiente entre ambos volvió a llenarse de la calma del estudio. Yoongi comenzó a mostrarle cómo transformar sus libros en diferentes formas y colores, y luego devolvía cada libro a su estado original con facilidad. Jimin lo imitaba con esfuerzo, concentrándose al máximo.

— Nada mal — comentó Yoongi, satisfecho con el progreso de su amigo. Sentía orgullo al ver cuánto había mejorado Jimin desde que comenzaron sus clases privadas hacía ya un mes. — Ahora intenta transformar ese libro.

Jimin estaba a punto de obedecer cuando, de repente, la temperatura de la sala pareció bajar varios grados. Un escalofrío recorrió su columna. Antes de que pudiera decir algo, las luces se apagaron abruptamente, sumiéndolos en una oscuridad absoluta.

Ambos sacaron sus varitas al instante, pronunciando en voz baja Lumos, haciendo que la punta de sus varitas brillara con una tenue luz que apenas iluminaba a su alrededor.

— ¿Qué está pasando? — murmuró Jimin, sus ojos recorriendo nerviosamente la oscuridad.

Yoongi entrecerró los ojos, observando las sombras moverse a su alrededor. El aire se sentía pesado, denso, como si algo desconocido estuviera a punto de revelarse.

— No lo sé — respondió en voz baja, su tono serio y alerta. — Pero no me gusta nada.

Las sombras parecían cobrar vida, como si estuvieran observándolos desde la penumbra.

De repente, con ayuda de la luz de su varita, pudo visualizar a una figura cubierta con capa. Tenía la cara completamente oculta por esta misma.

Todo pasó demasiado rápido. La larga figura aspiró larga, lenta, ruidosamente, como si estuviera succionar algo más que aire y lo estaba haciendo, con Jimin. Su cuerpo se sentía frío, todo el ambiente se sentía de esa manera. No podía moverse, parecía que no podía despegarse de la silla. Sintió como el torturador frío penetró más allá de su piel, le penetró en el pecho, justo en su corazón.

Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas. No podía ver nada. Se ahogaba de frío y su corazón dolía, sentía una tristeza que nunca había sentido jamás y entonces, a lo lejos, oyó unos gritos llenos de súplica. Quería ayudar, pero su mente estaba borrosa. Intentó mover los brazos, pero no pudo. Alguien le estaba arrebatando el alma, literalmente.

"expecto patronum" Fue lo que logro escuchar. Era Yoongi.

Después de eso, parecía que la figura se había ido. Cayó de la silla, pero no sintió dolor.

Yoongi corrió hacia el rubio, tomando entre sus manos las mejillas del contrario, viendo como caían lágrimas — ¡Maldición, Jimin! ¿Estas bien? ¡Jimin!

Con sus últimas fuerzas, logró asistir.

El peligris por fin soltó el aire de sus pulmones, sin embargo, el cuerpo de Jimin se sintió más pesado, se había desmayado. Suspiro. Era su culpa por no haber reaccionado rápidamente, en consecuencia, el dementor le había hecho daño.

¿Cómo es que un dementor entro al castillo? Se preguntaba mientras alzaba el cuerpo de Jimin para llevarlo a la enfermería. Son seres que solo están en azkaban, protegiendo a que ningún mago escapara de esa temible cárcel.

De algo estaba seguro, probablemente el ministerio de magia estaba involucrado en todo este lío. 















Dato ramdon: Mi cumpleaños es el 12 de octubre. Indirecta por si alguien me quiere regalar un tomo de haikyuu.

Es broma, pero si quieren no es broma.

Nao, ahora sí en serio. Estoy viendo que cada vez más personas están leyendo "Magic" Muchísimas gracias por el apoyo. 

Los amo <3

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