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[03]

— ¿¡Jimin, cómo es que ni siquiera estás vestido!? — exclamó SeokJin, con su cabello rojizo brillando bajo la luz suave del día mientras entraba en la habitación que compartían. Su voz resonó con una mezcla de preocupación y exasperación. — ¡Llevamos buscándote desde hace una hora!

Jimin, con una sonrisa tímida, se encogió de hombros, sintiéndose un poco apenado por haber preocupado a sus amigos.

— Me distraje un rato — confesó, recordando lo mucho que le había fascinado el lugar y las cosas que había visto en su camino.

SeokJin negó con la cabeza, un gesto que decía que estaba bien, y le tendió una túnica negra, igual a la de él pero de una talla más pequeña.

— Te conseguimos una, estoy seguro de que es de tu talla. Ve al baño y pruébatela. Baja las escaleras y verás a Chanyeon Hyung frente a la puerta del comedor, te reservaremos un asiento.

— Te esperaremos en el comedor, Jiminie — anunció Jin antes de cerrar la puerta, dejándolo solo en su habitación.

Jimin se adentró en el baño, acomodándose los mechones revueltos que caían sobre su frente. Al mirarse en el espejo, hizo una mueca al ver su cabello rubio, un cambio que aún no había asimilado por completo. A pesar de sus insistencias de que estaba bien, SeokJin no podía evitar preocuparse por su apariencia. Recordó aquella noche en que Jin, junto con Taehyung, lo había atrapado en un momento de curiosidad, hojeando un libro de hechizos en un intento de devolverle a su tono original. Aunque Jimin había decidido quedarse con el rubio y, en el fondo, le gustaba, entendía la preocupación de su amigo.

Sonrió ante el recuerdo, pero luego se dio cuenta de que estaba tardando. Con prisa, se metió bajo la ducha, dejando que el agua tibia lo relajara mientras lavaba su cabello con un shampoo de frambuesa que compartía con Jin. Mientras el aroma dulce lo envolvía, su mente divagaba en pensamientos sobre sus padres, la curiosidad apremiante de descubrir más sobre ellos. Definitivamente, le pediría ayuda a Chanyeon.

— ¡Tengo hambre! — hizo un puchero al escuchar el rugido de su estómago, recordando que no había comido nada desde la mañana. Se puso la túnica negra que le había dado Taehyung y salió de la habitación, decidido a unirse a sus amigos.

Mientras caminaba por los pasillos iluminados por antorchas, una luz cálida le daba un toque mágico al ambiente. Justo antes de llegar a la puerta que conducía al Gran Comedor, algo en el interior de una habitación llamó su atención. La profesora Sun Hee estaba hablando con otro profesor y un chico de cabello plateado. Detrás de él, dos chicos y una chica de cabello negro se mantenían en silencio, como sombras que observaban.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando uno de los chicos lo miró con una expresión acusadora. Sin pensar, Jimin dio media vuelta y se apresuró a continuar hacia donde debía ir desde el principio.

— ¡Omo! ¿Jimin? — exclamó Chanyeon, que estaba frente a la gran puerta con una sonrisa divertida. — Primer día y ya cambiaste tu color de cabello. Déjame decirte que te queda muy bien.

— Buenos días, Chanyeon Hyung — respondió, haciendo una reverencia. — Me gustan los cambios, el rubio es bonito — sonrió, sintiendo una calidez en el corazón al ver la aprobación de su amigo.

— Me lo puedo imaginar — respondió Chanyeon, desordenando el cabello de Jimin con cariño. — Adelante, la ceremonia de selección está por empezar.

Confundido pero emocionado, Jimin asintió —. Hasta luego, Hyung — se despidió, sintiendo una mezcla de nervios y anticipación.

Al entrar al Gran Comedor, sus ojos se abrieron como platos. Las miles de velas flotaban en el aire, iluminando el lugar con un brillo dorado. Había cinco grandes mesas, y Jimin notó que cada mesa estaba ocupada por estudiantes que llevaban túnicas de colores diferentes, excepto la última mesa, que tenía túnicas completamente negras.

Los platos relucían y los cubiertos estaban dispuestos con esmero, mientras copas de cristal brillaban en la luz. Al fondo, en la cabecera, estaba otra gran mesa donde supuso que se sentaban los profesores. Era todo tan espléndido y... mágico.

— ¡JIMIN, POR AQUÍ! — la voz de Taehyung resonó entre el bullicio, y al verlo alzar las manos para llamar su atención, Jimin no pudo evitar reírse.

Se dirigió hacia la mesa donde sus amigos lo estaban esperando, ignorando las miradas curiosas y los murmullos a su alrededor.

— Cielos, Jimin, pensé que ya no venías. Estaba planeando buscarte y escapar contigo — bromeó Taehyung, palmeando un lugar a su lado con una sonrisa traviesa.

— Lo lamento, vi algo que me distrajo — respondió Jimin, recordando la curiosidad que lo había llevado a observar a la profesora y al chico de cabello plateado.

Sus ojos se posaron en un par de pelirrojos que estaban sentados junto a Taehyung. Una punzada de nostalgia lo atravesó al recordar a los dos pares de hermanos que había conocido en el orfanato. Tenía once años cuando ellos fueron adoptados, y desde entonces no volvió a verlos más. Eran extraños y siempre estaban pendientes de él, además de que cosas inusuales ocurrían a su alrededor. Recuerdos de ellos hablando con un reloj antiguo en la sala cuando creían que nadie los veía se agolpaban en su mente.

— Oh, cierto, Jiminie, ellos son Jeon Hoseok y Jeon Roseanne, son hermanos — presentó SeokJin a los chicos que había conocido antes de que Jimin llegara.

— Vaya, si era cierto, Park Jimin está en Hogwarts — dijo Hoseok, el pelirrojo, con una sonrisa amplia. — Soy Hoseok.

— Roseanne, pero puedes decirme Rose — añadió su hermana con una sonrisa.

Jimin asintió con la cabeza, sintiendo una mezcla de emoción y nervios. — Mucho gusto, ustedes ya deben saber mi nombre.

— Ellos también tienen el cabello rojo como yo, ¿verdad, Hoseokie? — exclamó Taehyung, y Hoseok asintió divertido, creando un ambiente de camaradería entre ellos.

— Disculpen, ¿puedo sentarme con ustedes? — anunció una voz detrás de SeokJin.

Namjoon sonreía amigable, y su presencia parecía iluminar aún más el ambiente mientras esperaba la respuesta de los chicos.

— Por supuesto, siéntate al lado de mi hermano — dijo Jin, haciendo una mueca de sorpresa al ver que Namjoon se acercaba.

— Namjoon obedeció decidido a molestar a SeokJin. — Es un placer verlos de nuevo, en especial a ti. Dime, ¿ya arreglaste tu divertido hechizo? — bromeó, reposando su cabeza sobre su mano con un aire despreocupado. — Por lo que veo, Jimin sigue con el rubio.

SeokJin se encogió en su lugar, moviendo incómodamente sus manos, sin saber qué excusa poner.

— Soy Hoseok, ella es mi hermana Rose — sonrió, intentando romper el incómodo silencio que había caído.

— Un placer — respondió Namjoon con tono seco, antes de volver su atención a Jimin. — Por cierto, Jimin, ¡bienvenido a Hogwarts! ¿No crees que el cielo es espléndido? Es un hechizo simple para que parezca como el cielo nocturno. Lo sé porque leí la historia de Hogwarts — sonrió, con un brillo de orgullo en los ojos.

— Todo para presumir que leyó un estúpido libro — murmuró SeokJin, con un tono irritado, pero sin poder ocultar su diversión.

— ¿Sabes ya en qué casa quedarás? Mi familia ha sido de Ravenclaw desde siempre, pero el sombrero será quien decida. Sé... que quedarás perfecto en Gryffindor.

Jimin ladeó la cabeza, aún confundido. Había estado buscando un momento para preguntar qué era la ceremonia de selección y de qué hablaban todos.

— Disculpa... ¿podrías explicarme...? — comenzó a preguntar, pero fue interrumpido por la voz autoritaria de la profesora Sun Hee.

— Atención — dijo, dando golpecitos a su copa de cristal para llamar la atención de todos. — Como sabrán, antes de iniciar, los de primer año serán seleccionados para sus casas — señaló hacia la última mesa. — Son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Mientras estén aquí, su casa será como su familia. Con sus logros ganarán puntos; si no obedecen las reglas, los perderán, y al final del año, la casa con más puntos ganará la Copa de las Casas.

Jimin sintió un escalofrío de emoción recorrerle la espalda. A medida que sus amigos comentaban entre sí, su mente divagaba, preguntándose cómo sería el resto del año.

Con una gran sonrisa, se acomodó en su asiento, sintiéndose como si finalmente estuviera donde pertenecía. Pensó en lo mucho que le gustaría saber en que casa habían estado sus padres y pertenecer a ella.

— Ahora, los de primer año, formen una fila — ordenó la profesora SeoJoon, su voz resonando con autoridad en el gran salón lleno de murmullos y risas nerviosas.

Inmediatamente, todos obedecieron. Taehyung, con una sonrisa traviesa, cogió el antebrazo de Jimin, guiándolo hacia la fila mientras su corazón latía de emoción.

— Bienvenidos todos a Hogwarts — comenzó el profesor, mirando a los nuevos estudiantes con una expresión que oscilaba entre la seriedad y la diversión —. Los nuevos deben recordar no entrar al bosque prohibido bajo ninguna circunstancia, a menos que quieran morir de una forma atroz.

Hizo una pausa, dejando que las palabras cayeran como un manto de preocupación sobre los estudiantes, antes de agregar con una sonrisa juguetona:

— Eso es todo, gracias.

Regresó a su asiento mientras los ojos aterrorizados de algunos estudiantes lo seguían, entremezclados con risas nerviosas.

— Cuando digan sus nombres, se acercarán, les pondré el sombrero seleccionador y sabrán cuál es su casa — continuó, hojeando una lista de estudiantes — Kim SeokJin y Jeon Hoseok.

Hoseok suspiro y miro a SeokJin, ambos subiendo lentamente los pequeños escalones hacia la silla en el centro del gran salón. Sun Hee, con un gesto tranquilo, colocó el sombrero sobre la cabeza de SeokJin.

— Ah... Mmh — musitó el sombrero en un tono misterioso, haciendo que un escalofrío recorriera la espalda de SeokJin. Después de una breve pausa, exclamó — ¡Hufflepuff!

Los aplausos estallaron en todo el salón mientras SeokJin, con una sonrisa radiante, se dirigía hacia su nueva mesa, donde los miembros de Hufflepuff lo recibieron con entusiasmo.

Hoseok, con un brillo de confianza en los ojos, se sentó en el banco. La profesora colocó el sombrero en su cabeza.

— Ah... muy fácil, ¡Hufflepuff! — declaró el sombrero, y Hoseok sonrió, saltando hacia el lado de SeokJin.

Una vez todo pasó, Sun-hee siguió. 

— Min Jennie y Kim Jisso — llamó la profesora una vez que los aplausos cesaron, y el salón quedó en un silencio expectante.

Jennie caminó hacia el frente con un aire desinteresado, casi como si estuviera caminando hacia una tarea aburrida. En contraste, su amiga se mostraba ansiosa, y a decir verdad, Jennie no tenía el mínimo interés; solo deseaba ser colocada en la casa que sus padres habían designado para ella y sus tres hermanos.

— Pero, ¿qué tenemos aquí? — comenzó a hablar el sombrero, su tono burlón resonando en la sala —. ¿Acaso eres una Min?

Jennie frunció el ceño, sintiendo que el sombrero la estaba evaluando con una mirada crítica.

— Mmh... eres difícil, muy difícil...

Observó a sus hermanos desde el banco, todos con expresiones de póker, esperando pacientemente el veredicto del sombrero.

— ¡Slytherin! — anunció el sombrero, y por fin Jennie exhaló el aire que había retenido. Aunque no lo pareciera, no quería decepcionar a sus padres quedando en otra casa que no fuera Slytherin.

— Todos los magos perversos estuvieron en Slytherin — murmuró Taehyung al oído de Jimin, su voz baja y cargada de dramatismo.

Jimin desvió su atención del sombrero hacia Taehyung, su mente zumbando con la curiosidad. Namjoon, que había escuchado el comentario, asintió con la cabeza en acuerdo, una expresión seria en su rostro.

— Era de esperarse que Jennie estuviera en Slytherin — susurró Namjoon, bajando un poco la voz para no ser oído por nadie más que los chicos a su lado —. Digamos que mi prima y yo somos algo cercanos a la familia Min gracias a mi padre. A mi madre no le parece correcto.

— ¿Estar en Slytherin es malo? — preguntó Jimin, aplaudiendo con entusiasmo por el anuncio de la nueva casa de la amiga de Jennie, que resultó ser una Ravenclaw.

— No. Pero no tienen buena reputación — respondió Namjoon, volviendo su atención al sombrero, que había llamado a dos de los hermanos Min.

Jimin hizo lo mismo que Namjoon, sintiéndose un poco intimidado por el chico que estaba sentado en el banco, observándolo con intensidad. Entonces lo entendió; era el mismo chico que lo había atrapado mirando dentro de la habitación.

— ¡Slytherin! — exclamó el sombrero, y el chico dejó de observarlo para dirigirse hacia su nueva casa.

— Kim Namjoon y Kim Taehyung — llamó la profesora, y el salón se llenó de murmullos emocionados.

— Oh... ¡Ravenclaw! — anunció el sombrero, su voz clara y fuerte mientras Namjoon sonreía, avanzando hacia su mesa con orgullo.

Cuando Taehyung se sentó en el banco, un escalofrío de anticipación recorrió su cuerpo, y el sombrero gritó:

— Pero si tenemos a otro Kim — rió el sombrero con gracia —. ¿Te gustaría estar en la misma casa que tu hermano?

Taehyung asintió con dudas, recordando las historias que su madre contaba sobre la tradición familiar de Hufflepuff. No quería romper esa tradición, pero al mismo tiempo, sentía una extraña emoción burbujear dentro de él.

— Ya sé qué haré contigo, ¡Gryffindor! — exclamó el sombrero, provocando un estallido de aplausos y vítores en el salón.

Desconcertado, Taehyung caminó lentamente hacia la mesa de su nueva casa, buscando con la mirada a su hermano, quien aplaudía con una sonrisa brillante, enviándole una mirada tranquilizadora que le decía que todo estaba bien.

El gran salón resonaba con risas y aplausos, y Jimin sintió que la magia de Hogwarts lo envolvía, uniendo a todos en un lazo de camaradería y emoción.

— Park Jimin y Min Yoongi.

Los murmullos alrededor de Jimin se intensificaron al escuchar su nombre, como un susurro de viento que se vuelve tormenta. Con una mezcla de nervios y emoción, se dirigió hacia el frente, donde Chanyeon, uno de los profesores, levantaba los dos pulgares en señal de aliento.

A su lado, el chico de pelo plateado, Yoongi, se mantenía con los brazos cruzados, observándolo con una expresión que oscilaba entre la curiosidad y la seriedad. Cuando Jimin llegó al centro, la profesora Sun Hee le hizo una seña con la cabeza. Era su turno, así que se sentó, sintiendo el frío del banco bajo él mientras le colocaban el sombrero.

— Vaya... — comenzó el sombrero, su voz resonando en su mente como un eco lejano. — Dime, Jimin, ¿qué opinas de quedar en Slytherin?

Frunciendo el ceño, Jimin sintió el revuelo a su alrededor. Las miradas de sus compañeros se dirigían hacia él, cada susurro aumentaba su incomodidad.

"No en Slytherin, te lo suplico," pensó con todas sus fuerzas.

— No en Slytherin — exclamó el sombrero, sorprendido por la intensidad de su deseo. — ¿No sabes las grandes cosas que podrías lograr? Debo admitir que eres complicado, muy peculiar y difícil de clasificar.

— Yo...

— Y... hay una ambición oculta, un deseo de demostrarte a ti mismo.

Jimin tragó saliva, sus nervios a flor de piel. La idea de estar en la misma casa que sus padres le llenaba de esperanza, pero la advertencia de Namjoon resonaba en su mente: Slytherin tenía mala reputación.

— Bien... ¡Gryffindor!

Los aplausos de la casa Gryffindor resonaron como un trueno en el gran salón. Jimin casi corrió hacia su nueva casa, el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Taehyung le hizo señas para que se sentara junto a él. Un chico alto y delgado se puso de pie y le estrechó la mano con una sonrisa amable, mientras otros gritaban: "¡Tenemos a Park!" y "¡Todos aquí, Park está con nosotros!"

A pesar de la calidez del recibimiento, Jimin no pudo evitar la sensación de ser tratado como un trofeo, un objeto de orgullo más que un nuevo compañero.

Cuando los aplausos se apaciguaron, fue el turno de Yoongi. Apenas el sombrero tocó su cabeza, no dudó ni un instante antes de gritar:

— Slytherin.

— Era obvio — Taehyung se cruzó de brazos, observando a su amigo. — Evitaré acercarme a la familia Min y a todos los Slytherin. Tú deberías hacer lo mismo, Jiminie.

Jimin frunció el ceño, confundido por el tono de advertencia de su amigo.

— ¿Por qué debería hacerlo?

— Hazme caso, Jimin. Ahí nadie trae algo bueno —susurró Taehyung, suavizando su expresión. — El asesino de tus padres estuvo allí.

Las palabras de Taehyung cayeron como un peso sobre Jimin, que sintió un escalofrío recorrer su espalda. Miró a su alrededor, sintiendo que la atmósfera se volvía más densa. La alegría del momento se desvaneció un poco, reemplazada por una inquietud profunda. 

Mientras tanto, el banquete continuaba, los estudiantes reían y compartían historias. Jimin intentó concentrarse en sus nuevos compañeros, pero la advertencia de Taehyung resonaba en su mente. Con cada bocado de su comida, sus pensamientos viajaban a lo desconocido, imaginando qué le depararía el futuro en esta nueva casa, rodeado de amigos y peligros por igual.

A medida que la cena avanzaba, el profesor SeoJoon se levantó para hacer un anuncio. Con una voz jovial, dijo:

— ¡Ahora que todos han sido clasificados, quiero recordarles que la amistad y la lealtad son lo más importante aquí en Hogwarts!

El murmullo de aprobación recorrió la sala. Jimin miró a su alrededor, sintiendo una mezcla de emoción y ansiedad por lo que vendría. Tal vez, solo tal vez, podía encontrar su lugar en Gryffindor y hacer que su familia estuviera orgullosa de él.

Con un brillo renovado en sus ojos, Jimin se unió al canto de su nueva casa, mientras un nuevo capítulo de su vida comenzaba en el mágico mundo de Hogwarts.






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