CHUCK 'E CHEESE, LA FRANQUICIA DE PIZZERIAS CON ANIMATRONICOS Y JUEGOS DE VIDEO QUE MANTENÍAN A LOS NIÑOS ADICTOS COMO ABEJAS A LA MIEL, o bueno, eso opinaba Ren al momento de ver como Ethan y Sam corrían hacía una de las máquinas con fichas en sus bolsillos.

—Bueno, ¿qué te parece esto?—preguntó curiosa— ¿has venido aquí antes?

—No, nunca.

—Yo crecí en estos lugares, bueno, yo iba a arcades en Sidney —caminó con Ren a una de los mostradores para comprar unas pizzas— me gustaba bailar en las máquinas de baile luego de clases.

—¿Máquinas de baile?

—Si, esa que pones una canción y tienes flechas las cuales debes pisar, son geniales.

—¿Y no hay en Chuck E' Cheese?

—Nope—ella negó divertida— no las hay,  ¿qué pizza quieres comer?, spoiler, todas saben horrible.

—Mmmm... ¿la de chocolate y marshmellows?

—Esa es la peor de todas—ella soltó una risa— ¡pero sí, comámosla!

Ambos pidieron la pizza y se sentaron luego en una de las mesas, compartiendo los trozos de pizza y Ethan y Sam se les unieron, parecían una familia... y Ren lo estaba amando.

—¿Oye, en unos meses nos estaremos graduando, ya sabes que estudiaras?

—Mmmm... no, no lo he pensado ¿y tú?

—Solo sé una cosa, quiero pasar mi vida contigo—sonrió en grande.

—Ren...

—¿Qué?, es cierto—admitió— quiero casarme contigo, tener hijos y que ambos discutamos sobre dónde debería ser nuestras vacaciones familiares o que palabra será la primera que nuestros hijos dirán.

—Eres un cursi, Ren.

—No, solo me gustas mucho.

—¿Solo sabes que estaremos juntos, pero no lo que haremos?

—Si, cuando lo sabes lo sabes, ¿no?

—¿Viste Shrek?

—¿Shrek?, ¿la del ogro verde?

—Síp, esa misma.

—No, no las he visto, ¿podemos verlas hoy cuando volvamos a tu casa?

—Sí, de hecho, hay una canción de Shrek que nos define.

—¿Cuál?

—Accidentally in Love—ella sonrió— si no fuera porque mi madrastra me compro el boleto en otro asiento y si no fuera porque tú viajaste por ir tras la chica por la que viajaste a Paris, no nos hubiéramos conocido.

—Bueno, si nos hubiéramos conocido—Ren negó, tomando su mano— habrías ido a Köcher de igual manera.

—Pero no estaríamos en el mismo salón ni nos hubierámos topado.

—Yo creo que sí.

—¿Quieres jugar en las máquinas?

—¿Qué juegos hay?

—Bueno, hay unos que tienen boletos donde puedes canjear premios y están las otras donde solo juegas.

—¿Premios?

—Si, hay de todo un poco... son premios para niños.

—¿Qué tipo de premios son "para niños"?

—Ya sabes, accesorios de plástico, papelería barata y fea, peluches y juguetes.

—Ganaré algo para ti, lo prometo.

LOS MESES PASARON COMO SI FUERA SIMPLEMENTE ARRANCAR UNA HOJA DE CALENDARIO TRAS OTRA, ERA TAN SORPRENDENTE COMO KATHERINA Y REN CONGENIABAN QUE DABA ENVIDIA, NO IMPORTABA LOS INTENTOS DE GORYA POR tratar de hacer movimientos hacía Ren y disculparse con Kat, ambos simplemente pasaban de largo del mundo porque lo que importaba era el otro. La graduación llegó finalmente, mientras que los F4 tenían la suya privada, el resto estaba en el gran gimnasio escolar, con sus togas y birretes recibiendo sus diplomas y las falsas palabras de agradecimiento, terminando luego en el patio soltando al cielo globos con helio junto a un deseo y lanzando los birretes para la última fotografía.

—Kath... ¿podemos hablar?—Gorya le llamó a la castaña cuando lograron por fin tener un momento para conversar.

—Gorya... claro—ella sonrió y le acomodó el cabello— ahí estás, bonita.

—Yo en serio quería disculparme por milésima vez—la pelinegra suspiro mirándola— yo nunca quise que nuestra amistad terminara ese día y de esa manera, debí comprender que Ren solo me veía como una amiga y no preferir a un chico sobre la única amiga que tenía.

—No pasa nada, en serio—se llevó una mano al corazón con honestidad.

—¿Podemos volver a ser amigas?

—Claro, ¿por qué no?—Katherina sonrió y la abrazó— pero debes prometerme una cosa.

—No haré más movimientos con Ren, lo prometo.

—¿Qué?—ella soltó una risa y se alejó— no es eso.

—¿Qué es?

—Nunca dejes que un chico se interponga en tu camino, Gorya.

—Si... bueno, yo te debo dejar—ella sonrió— mi novio me está esperando—apuntó tras Kath al notar que Somchai estaba agitando su mano para llamarla— y el tuyo, te esta buscando.

Katherina volteó para mirar a todos lados, sonriendo al notar como Ren caminaba con un gran ramo de peonías y con una mano en el bolsillo hacía ella, con una sonrisa en grande, todo un galan.

—Felicidades, graduada—Ren le besó la frente— estas son para ti.

—Gracias...—ella tomó el ramo de flores y alzó una ceja— ¿peonías?

—¿Te gustan?, las peonías significan muchas cosas...—Ren habló haciéndose el interesante.

Katherina alzó una ceja y le extendió la mano izquierda— si quiero.

—Qué rápida—Ren soltó una risa y sacó la cajita del bolsillo del pantalón— ¿por qué no me dejas pedírtelo aquí?

—No quieres comprometerte públicamente con toda esta gente—Ella negó— probablemente algunas envidiosas querrán separarnos, no quiero eso.

—Nadie nos podrá separar Kath, ni siquiera la muerte o Harry Styles—le apuntó con la cajita y sacó el anillo de compromiso para ponerselo.

—Nos casaremos cuando terminemos la universidad—ella habló, mirando el anillo que era demasiado sencillo y discreto, todo el estilo de ambos.

—Pero, nos mudaremos juntos—él sonrió— porque hoy empieza nuestra vida juntos Katherina... hoy por fin comenzaré a vivir.