19
KATHERINA ERA UN POCO TORPE, SOBRE TODO PORQUE LUEGO DE UN PAR DE SEMANAS DE CLASE, todos le llamaban "Katrina" e incluso, algunos "huracán Katrina" debido a ciertas situaciones que demostraron que era levemente despistada —como chocar con las mesas, recibir pelotazos cuando jugaban en educación física u otras cosas—.
—¿No tienes novio, Katrina?—una de sus compañeras que llevaba un broche de cabello de perlas de la marca Gucci le hizo suspirar.
—Am... no, no tengo novio.
—Te dije que ella no era lo suficientemente bonita ni elegante para Ren—escuchó murmurar a un par de chicas a sus espaldas.
—Es una pena, eres taaaan bonita~—habló la del broche, llevando una mano a su cabello y jugar con un mechón castaño— no te preocupes, hay muchos chicos en esta escuela...
—De hecho, estoy saliendo c- —trató de hablar, pero fue interrumpida por una risa de la chica frente a ella.
—Shhht—le silenció, fingiendo luego un pucherito— ¿no te gusta alguno en particular?, digo, Ren está en otras ligas—sonrió falsa.
Katherina no comprendía qué estaba sucediendo y del porqué había comenzado a abrumarla con ese tipo de preguntas, haciéndola alzar una ceja.
—¿Por qué dices eso?—frunció los labios— creo que Ren puede elegir con quién salir, es libre de hacer lo que quiera.
—Sin ofender, Katrina—palmeó su hombro, haciéndola suspirar— pero, seamos honestas... no le llegas ni a los talones.
Relamió sus labios, sonriendo amablemente para parpadear un poco— ¿y tú, si le llegas?
—Claramente, mi padre es dueño de...—y comenzó a parlotear.
Kath solo escuchaba sin oír, realmente le parecía gracioso que una chica pensara así de otra, cuando se supone que el odio entre mujeres por hombres se había dejado de lado hace mucho.
—¿Cómo te llamas?, lo siento, aún no recuerdo los nombres.
—Coco—sonrió exhibiendo más un broche de su cabello— como Coco Chanel, pero simplemente Coco.
—Coco, honestamente, tu no le llegas a ella a los talones—la chica frente a ella soltó un chillido de indignación — y segundo, créeme que Ren y yo congeniamos más de lo que tu podrías congeniar con Coco Chanel.
Y se dio la vuelta, caminando a la salida mientras que amarraba su cabello en una coleta alta y perfecta, escuchando los murmullos de las otras chicas a sus espaldas.
—Waoh, eres asombrosa—unos aplausos en el pasillo la recibieron— nadie les hace frente.
—¿Somchai, no?—le preguntó y el chico asintió— bueno, no me gusta cuando mujeres desmerecen a otras por equis motivo, así que, trate de ser lo más respetuosa posible.
—Bueno, honestamente hay más chicas como Chanel.
—¿Se llaman Vougue y así?
—No no—soltó una risa— me refiero a que son igual de floreritos de mesa, son las fanáticas de los F4, sobre todo por Thyme.
—No entiendo la fascinación por ellos por el simple hecho de ser millonarios, ¿nadie piensa en los corazones de los chicos?
—Honestamente Katrina, eres muy inocente—le tomó del brazo, llevándola con él — ¿viste una tarjeta roja alguna vez?
—Cuando veo partidos de fútbol o jugaba en mi escuela anterior a algún partido—comentó encogiéndose de hombros.
Srisawat suspiró, negando con la cabeza mientras veía alumnos correr con sus teléfonos en sus manos— el show ha comenzado.
KATHERINA NO PODÍA EVITAR DEJAR DE MIRAR FRENTE A ELLA AL POBRE CHICO que en su casillero tenia una tarjeta roja, con una calavera y un F4, haciéndola hipar ante el cambio drástico del ambiente.
—Bienvenida a Köcher, dónde el diablo y sus tres caballeros dirigen este infierno—sonrió burlón— o bueno, dos, creo que Thyme sigue sin aceptar a Ren en su equipo.
Kath dio un paso y Somchai tomó con fuerza su muñeca, forcejeando con ella mientras trataba de detenerla de intervenir— es una pésima idea lo que estas pensando, quédate aquí—volvió a hablar.
—Alguien podría salir herido.
—Tú podrías salir herida—Srisawat recalcó el tu— la última persona que intervino le fue muy mal.
—No me importa—y se soltó, siguiendo a la multitud.
Su pulso se había acelerado y con ello, la adrenalina estaba en la cúspide de su ser, activando su instinto que claramente se notaba en sus pupilas dilatadas y sus fosas nasales levemente más abiertas, llegando hasta un edificio en dudosas condiciones, entrando sin importar si sus calcetines y zapatillas quedaban sucios y con un olor asqueroso, escuchando los gritos mientras que Thyme estaba paseándose con brazos cruzados y una sonrisa en grande debido al espectáculo. Unos brazos la envolvieron mientras que le impedían avanzar, haciendo que viera como a un chico era avergonzado junto a una paliza horrible, incluso, ella trató de removerse para soltarse pero la persona no la soltaba.
—No lo hagas—las palabras de Somchai volvieron a sonar— si sus amigos no lo hacen, tu tampoco deberías hacerlo.
—¿Qué mierda estás diciendo?—gruñó volteando a verlo.
—Mira ahí arriba, ¿no crees que ellos también disfrutan de la primera fila?—y ella volteó.
Ren también estaba ahí, mirando con aburrimiento el show que se formaba gracias a Thyme mientras que Kavin y MJ se apoyaban para ver curiosos lo que iba a suceder.
—Da igual lo que hagas o las riñas entre ellos, la única que va a salir mal, eres tú—comentó— quizás Thyme es quién suele llevar las riendas, pero ellos tres también son cómplices y si no quieres ensuciarte las manos con lágrimas de chicos inocentes, deberías considerar a quién quieres a tu lado.
Kath aprovechó cuando Somchai aflojó su agarre y corrió dentro del lugar, poniéndose entre uno de los chicos que golpeaba al de la tarjeta, ganándose alguno que otro golpe mientras que lo cubría, sonriéndole con una sonrisa de que todo iba a estar bien.
—¿qué hace?
—¿Quién es?
—¡Esta loca!
—¡Denle una tarjeta!
Eso y muchos otros comentarios no tardaron en llegar, hasta que Thyme detuvo a los otros chicos, haciéndole suspirar.
—¿Quién rayos está tan desequilibrada mentalmente para meter su nariz dónde no le llaman?—Thyme se acercó a pasos lentos pero pesados, salpicándole el uniforme y enredó la coleta en su mano y la jaló con algo de fuerza para levantar su rostro.
Kath mordió su lengua para no soltar un insulto y miró a Thyme, con las mejillas rojas sin importarle si su nariz sangraba debido a uno de los golpes o si su uniforme estaba sucio, haciéndolo de manera inmediata soltar su cabello y relamió sus labios, sin saber muy bien como actuar.
—¡Tarjeta!, ¡tarjeta!—gritaban a coro en las gradas.
—¿Vas a darme una tarjeta a mi también?—su pecho subía y bajaba, al mismo tiempo que su adrenalina todavía estaba disparada.
Ren había corrido luego de salir de su estado de sorpresa, quitándose su suéter para ayudarla a levantarse, colocándoselo sobre sus hombros.
—Kath, creo que deberíamos irnos...—escuchó a Ren susurrar, jalando su mano, sin embargo, ella no se movió.
—¿Qué harás Thyme?, ¿vas a darme la tarjeta?—su voz sonaba levemente más dura, el mentón levemente hacía arriba para poder encararlo.
—No voy a darte una tarjeta—soltó un indignado— ¿por qué querrías una?
—¿No las obsequias?, digo, se la diste a él—apuntó al chico que estaba aún en el suelo.
—Él ralló el auto de Kavin está mañana—se excusó.
Quitó de sus hombros el suéter en un movimiento ágil y sacó de sus bolsillos dinero, lanzándolo contra el pecho de Thyme de la manera más descuidada, cayendo al agua— llévalo al mecánico, el dinero es suficiente.
Le extendió la mano al chico en el suelo y lo ayudo a levantarse para luego abandonar el lugar con una caminata que mostraba seguridad, dejando a sus espaldas a dos chicos confundidos mirándose fijamente, sabiendo que nuevamente, debían competir por alguien... dónde, ambos volvían al punto de partida.
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