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LA COCINA ERA UN DESASTRE DE HARINA, HUEVOS Y RISAS. LOS GEMELOS Y LOS MÁS GRANDES en el proceso de la mezcla para los cupcakes habían caído en la tentación de provocarse, Ethan le colocaba harina a Sam en el cabello y Ren le hacía bigotes de estos a Katherina... el resto era historia.
La bandeja fue puesta en el horno y todos sonrieron satisfechos.
—Bien, vayan a bañarse mientras yo y su hermana limpiamos esto—Ren habló, agachándose a la altura de los pequeños.
—Kath, ¿puedes taparte los oídos?—Sam preguntó mirando a su hermana, la cuál, con una risita suave asintió, haciéndole caso.
Ambos gemelos se miraron, aquella mirada transmitía demasiadas palabras que ni siquiera eran capaces de decir, quizás los tomarían por locos, pero la conexión de ambos era algo similar a la telepatía.
—¿En serio no eres el novio de Katherina?—Ethan preguntó, jugando con sus manitas.
—No es—Sam negó— no es que seas feo, eres bonito...—y Ren soltó una risita.
—¿Ya no piensas que soy feo?—alzó una ceja y el pequeño negó.
—Es que, no era feo de ser feo de cara—trató de hablar, mirando de reojo a su amiga— solo fue... ya sabes, Kath no sale con muchos chicos, es una otaku
—No digas tonterías, Kath si salía con chicos en Australia y no es otaku, ese eres tú—le dio un zape.
—Que no
—Que si
—Noooo
—Siiiii
Y así estuvieron por un par de minutos, el mayor observó como Katherina se alejaba para darles espacio y comenzaba a lavar los utensilios mientras que tenía unos auriculares inalámbricos puestos. Se perdió en sus pensamientos, imaginando como si fueran algo como una familia... Katherina sería una esposa ideal, simplemente porque ella lo consideraba un ser humano y no por más razones.
—¿Y qué si les digo que me gusta?—los interrumpió, ganándose una mirada de sorpresa.
Un par de bocas y de ojos abiertos, asombrados y sin habla.
—¿Por qué?
—No seas celoso, Sam
—No soy celoso, pero no se si es el correcto—negó— ¿y qué si se divorcian a los días de relación?, ¿qué pasará con nosotros?
—¿Estas viendo las novelas turcas con Mal?—negó— ignóralo Ran, según la gente, el es el más tonto
Y soltó una risita, tomando la mano de Sam para llamar su atención para que no discutieran nuevamente.
—No voy a divorciarme nunca de ella, te lo prometo—dijo con ternura— aunque primero van las citas y esas cosas... ya sabes, lo que haces cuando quieres conocer bien a otra persona
—¡¿Cómo citas?!—ambos gritaron emocionados y Sam, se acercó luego un poco más.
—Ven aquí—le hizo una para que se acercará.
El chico vaciló unos segundos, sintiendo las pequeñas y cálidas del más pequeño haciendo un túnel para hablar contra su oído.
—Quiero que seas mi cuñado
Y luego, se separó, tomando a su hermano de la mano para irse rápidamente mientras reían como desquiciados.
Se levantó, sintiendo su corazón latir con fuerza por las palabras del más pequeño, sabía que los niños eran esponjas y todo lo que escuchaban lo repetían sabiendo o no los significados, pero que los dos pequeños le aceptaran era un gran paso. Comenzó a acercarse a la castaña, admirando su figura de espalda, como su ropa se ceñía a su cuerpo a la perfección sin estar apegada a su piel o como su cabello caía con pequeñas ondas y escucharla tararear aquella canción de Demi Lovato que actualmente era trend en Tik Tok le hizo suspirar.
Le quitó un auricular y cerró la llave del agua, quitándole de las manos con suavidad el plato para dejarlo en la rejilla para que estilara, haciéndole sonreír y voltear a verlo.
—¿Ya se fueron a bañar?, ¿dijeron algo importante?
—Recién y nada importante...—comentó, vagamente.
La tensión que se estaba formando era realmente abrumante para Ren, la mera idea de acorralarla con delicadeza contra el lavaplatos y él para poder hundir sus labios contra los de ella y probar el suave sabor de ellos le estaba matando y desesperando a tal punto que ni siquiera podía mantener la calma.
—Lo bueno es que no se ensucio demasiado—sonrió ella, comenzando a amarrar su cabello en una coleta alta, haciéndole al chico suspirar— solo hay que barrer y ya...
Y simplemente, se dejó llevar.
—¿Me perdonarías si hago algo?
—¿Qué?... depende, aunque si, si lo haría
Y lo hizo. Se acomodó frente a ella, haciéndole apoyarse contra la cerámica mojada y helada para simplemente apoyar sus manos y besarla, sorprendiéndola, sin embargo, decidió seguir colocando sus brazos en su cuello, abrazándolo para simplemente dejarse llevar también.... Pero los amigos aveces se besan para reforzar la amistad, ¿no?.
Y sin notarlo y perdidos en la boca del otro, dos pequeños estaban mirando desde el umbral de la puerta, chocando los cinco junto a miradas y sonrisas maliciosas.
—No se porque demoraste tanto en aceptarlo
—Debo saber quién es bueno para Kath—se encogió de hombros— además, míralo... nunca pensé que lo haría en la cocina apenas nos fuieramos de ahí
—Es fuimos, Sam
—Bueno, es lo mismo, mejor vayamos a planear la boda—comentó.
Nota de la autora:
SE BESAROON AAAAAAAAAAA *ruido de ambulancia*
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