EL ALMUERZO HABÍA SIDO BASTANTE CÓMODO Y DIFERENTE PARA REN PERO, LO HABÍA DISFRUTADO CON TODO SU CORAZÓN, sobre todo por lo que seguía.

—¡Jugaremos con la alfombra musical!—gritó Ethan.

—¡No, vamos a jugar Monopoly!—Sam negó, gritando de igual manera.

—Que la alfombra

—No, Monopoly

—Alfombra

—Monopoly

—Monopoly—Ethan dijo con el afán de usar la psicología inversa.

—Almonfra—Sam dijo haciendo a los más grandes reír.

—¿Qué cosa, Sam?

—Alfombra—Ethan sonrió en grande— ¡Sam dijo la alfombra!

—Mentira, yo quería Monopoly

Y los niños volvieron a sumergirse en una discusión como si estuvieran en un debate por el juicio final, Katherina simplemente tomó la mano de Ren para llevarlo a la cocina, haciendo que él riera.

—¿Siempre son así?

—Desde que estaban en el estómago de Sarah—sacó el pie de limón de la nevera para servir un par de trozos para ambos luego de que Ren sacará platos y tenedores.— Sarah decía que ambos se agarraban a patadas ahí dentro

—Bueno, viéndolos pelear... puedo decir que le creo—admitió comiendo un poco del postre— ¿al final qué haremos?, ¿haremos ambas cosas o...

—Siempre van a hacer lo que uno quiera hacer, así funcionan—explicó lamiendo un poco del merengue del tenedor— pueden pelear a muerte por querer la alfombra o el monopoly, pero dices "trampolín" y ambos quieren el trampolín

—¿En serio?

—Sip, tuve la ventaja de que instagram me recomendará reels de madres que dan tips para darle a un niño "buena crianza"—admitió— a pesar de que los veas discutir, hay que dejarlos para que se entiendan y lleguen a un acuerdo

Y Ren la miraba sorprendido, realmente nunca pensó que alguien como ella pudiera hacerse cargo de semejantes demonios de tasmania y estar tan tranquila.

—¡Katty queremos pie!—entraron luego de una discusión a la cocina y la fémina le dio una sonrisa de victoria con una ceja arriba al castaño con su tenedor en la boca.

—¿Y qué haremos?, ¿tienen trampolín?

—¡Trampolín!—gritaron ambos niños luego de recibir su trozo del pastelito— ¡¿podemos ir después de comer?!

—Si si

LOS DOS NIÑOS DORMÍAN PLACIDAMENTE EN EL SILLÓN DE LA SALA ACOMODADOS DE UNA MANERA que solo ellos utilizaban para utilizar bien el espacio, el reloj apenas indicaba las siete de la tarde.

—Vaya, nunca conocí niños con tanta energía como esos dos—admitió, mirando a ambos infantes durmiendo placidamente.

—¿Ni cuándo fuiste niño?, creo que en los jardines infantiles estaban llenos de mocosos revoltosos corriendo de un lado a otro como si tuvieran un petardo en el trasero—aclaró, bebiendo de su taza de café.

—Bueno... creo que en el jardín que estuve no habían niños así, y si habían los enviaban a otros lugares para que "bajaran sus revoluciones"—usó comillas—  suena cruel pero realmente en la vida de los niños de élite es así

—Oh... ¿tú pasaste por eso?...

—No no, yo no, pero una... conocida sí—comentó con una mueca— resulta que su madre la envió a Norte América para que estudiara en un internado de "señoritas" de bien

—Oh... pobrecita—hizo una mueca— ¿has sabido de ella?

Katherina nunca podría imaginar pasar la gran parte de su vida sola en un internado, a pesar que vivió en Australia casi toda su existencia, solo iba a la escuela, nada que la mantuviera sola y aislada de todos y todo.

—Nada, creo que en unas semanas estará aquí—respondió, comiendo un trozo de pie.

—Bueno, cambiando los ánimos... ¿has alguna vez horneado y decorado cupcakes?

—Nunca, ¿por qué?

—Bueno, cerca de las ocho los niños deberían despertar y bueno... siempre que nos quedamos solos, solemos cocinar diferentes cosas

—¿Y siempre ha sido así?

—Sip, desde que Sara me hacía quedarme con ellos, por lo que, ya es rutina—le guiñó un ojo— ¿chocolate o vainilla?

—¿Pueden ser ambos?

—Claro que si, podemos incluso hacerlo marmoleado, ya sabes, para que queden mitad y mitad

Y Ren estaba feliz, cocinar pequeños panquesitos con ella y los pequeños le hacía latir el corazón lleno de amor, haciéndole sentirse parte de un grupo y familia y simplemente por eso, Katherina era especial para él, porque lo consideraba en todo.