07
EL FIN DE SEMANA HABÍA PASADO Y GORYA REALMENTE SE SENTÍA EN LAS NUBES, REN HABÍA VUELTO Y HABÍAN tenido nuevamente aquellas conversaciones que extrañaba, sobre todo porque esperaba tener una oportunidad con él.
Había subido a la azotea temprano ansiosa, notando a Ren en su libreta dibujando algo, haciéndola acercarse con un par de cajitas de jugo de manzana.
—Primera vez que te veo tan temprano aquí—confeso, sentándose frente a él.
—Oh, Gorya—le sonrió en grande— ¿qué te trae tan temprano?
—Bueno, simplemente quise tomar aire y ver el cielo—y en cierto punto, no mentía— ¿tú?
Adoraba aquella azotea y cielo gracias al chico frente a ella, porque Ren era su salvador después de todo.
—Bueno, usualmente vengo porque es silencioso aunque ya se está volviendo ruidoso—se excuso, haciéndola sonrojarse de manera leve.
—Yo... lo siento—se disculpó, carraspeando para acomodarse en su lugar.
—No pasa nada, aveces realmente es agradable cuando metes ruido, ya sabes, el silencio aveces es más ruidoso—respondió, haciendo sombras en su dibujo.
—¿A quién dibujas?
—Nadie en particular.
Aunque realmente aquella silueta femenina de espaldas frente a una obra de arte tenía nombre y era la dueña de sus suspiros: Katherina.
—¿Cuándo volverás a dibujarme?, ¿soy pésima modelo?—preguntó alzando una ceja, haciéndolo reír.
—Creo que si Thyme supiera dibujar, esta escuela estaría repleto de tus retratos
—Ugh, no me lo menciones—rodó los ojos— anda demasiado molesto, no me gusta
—Oh bueno, así es Thyme...—murmuró.
Porque a Gorya le dolía estar enamorada de Ren, le dolía su indiferencia disfrazada de coqueteos inocentes, y sobre todo, le molestaba que Thyme estuviera tras ella.
KATHERINA ODIABA LLEGAR TARDE A LA ESCUELA PORQUE LE HACÍA SENTIR IRRESPONSABLE Y PRECISAMENTE Sarah estaba sumamente rencorosa con ella, pidiéndole que hiciera prácticamente hasta las camas de sus hermanos o sino, nadie salía de casa y todo porque su padre había tenido que salir temprano al trabajo... se preguntaba si todo sería diferente si fuera como aquella chica que había golpeado a Thyme en aquel video que rondaba por los foros de la escuela, quería la seguridad de ella y poder pelear por sus ideales, pero Sarah la había tenido tan sometida que tuvo que seder.
Ahora estaba en la parte trasera del auto, escuchando vagamente la voz de la mujer hablar sobre quién sabe qué, pero no importaba, solo esperaba llegar antes de que la primera clase terminara. Odiaba ser el centro de atención y precisamente llegar tarde provocaría rumores extraños que ni siquiera podría desmentir.
—¡Katrina estoy hablándote!—el gritó de Sarah la hizo quitarse un auricular.
—¿Qué paso, Sarah?—la vio rodar los ojos por el retrovisor.
—Nunca, desde que tengo memoria me has llamado mamá, ¿me odias acaso?—sabía que estaba desviando el tema.
—Mi papá dijo que te llamará así, así que no le veo el problema—se encogió de hombros, mirando por la ventana.
—Lo dijo con la intención para que me llamarás "mamá", porque eso precisamente nos divide, no somos competencia—habló como si la castaña generará la "rivalidad" que la adulta tenía.
—Bueno, ¿qué ibas a decirme?
Y la vio nuevamente rodar los ojos, Sarah cada día era más desagradable y despreciable con ella, era como un "estorbo", junto a sus dos mocosos.
—Qué vas a justificar que fue un problema familiar, no quiero que se digan cosas malas de nuestra familia
—Esta bien...
—No, mejor lo haré yo, tu ve a tus clases cuando lleguemos
—Esta bien—y volvió a colocar su auricular y dejar su teléfono en "no molestar", subiéndole al máximo y sumergirse en las melodías para distraer su mente.
REN NO SE HABÍA MOVIDO DE LA ENTRADA DESDE QUE LA CAMPANA HABÍA SONADO, Katherina no había aparecido y eso le preocupaba, mucho más porque ningún mensaje lograba llegarle, hasta que vio un auto negro estacionar fuera, viéndola bajar junto a una mujer que vestía de manera elegante, como si fuera una secretaría de algún puesto importante en alguna empresa.
—Katherina—la llamó, agitando su mano como saludo.
La chica había simplemente avanzando y pasando por su lado sin siquiera verle, enfocando luego la mirada en la mujer quién estaba simplemente sorprendida con su acción, como si Katherina y él era algo imposible.
—¿Conoces a mi hija?—la mujer preguntó sorprendida.
—Si—asintió sin mucha confianza— ¿le pasó algo?, nunca ha llegado tarde
—Ya sabes como son las jovencitas de hoy en día, cada vez más rebeldes... —dijo tratando de sonar como una "mamá cool"— ¿podrías guiarme a dirección?
Y asintió ante sus palabras, simplemente apuntando una puerta y despedirse, dejando a la mayor sola para ir tras Katherina, abrazándola por la espalda cuando estaba por subir las escaleras. La sintió acomodarse y colocó sus delgadas y pequeñas manos sobre las suyas, suspirando.
—¿Por qué no me saludaste?—preguntó sin antes usar su nariz para quitar el auricular.
—No te vi, lo siento...—respondió pars voltear y sonreírle— buenos días
—Buenos días, señorita retraso de más de media hora... ¿qué paso?
—Bueno, hoy me levante con ganas de ser cenicienta—dijo graciosa, para luego fruncir el ceño—¿por qué no estás en clases?
—No podía irme sin saber el porque no habías llegado—admitió, meciéndose de un lado a otro— y ahora que has llegado, estoy más tranquilo
—Eres realmente adorable—sonrió ella— ¿podemos saltarnos el primer módulo?, no tengo ánimos para tener que ver física
—¿Por lo sucedido con tu mamá?
—¿Te refieres a Sarah?, es mi madrastra—se encogió de hombros, separándose para tomarle la mano— ¿podemos ir a la azotea y no hablar del tema?, realmente quiero llorar de solo pensar en que mi asistencia va a bajar y mi reputación va a empeorar
Lo escuchó reír y negar con la cabeza, haciéndola hacer una mueca disgustada.
—¿Por qué te ríes?
—¿Sabes con quién estás hablando, no?
—Señorito D4
—F4–corrigió, riéndose.
—Bueno, es lo mismo técnicamente... pero, no quiero ayudas, seria injusto
—Bien...—asintió— ¿vamos a la azotea entonces?
—Vamos...
Y mientras iban entrelazados de la mano, mientras que a Ren le dolía la manera en la que todo su ser anhelaba a Katherina y sobre todo, a Gorya le dolía ver como Ren estaba interesado en su nueva amiga, le dolía porque solo el amor duele de una manera inexplicable.
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