FRIDAY I'M IN LOVE DE THE CURE SE REPRODUCÍA EN LA RADIO DEL auto blanco y elegante que Ren conducía, dando una atmósfera agradable dentro de aquel deportivo.

—Me gusta esta canción, The Cure fue una de mis bandas favoritas cuando era más pequeña—admitió la castaña— solía escucharla todo el tiempo cuando mi papá me contó que era la banda favorita de mi mamá

—Yo la escuché un día en Paris—confesó el castaño— me gusto a decir verdad

—Es una canción muy linda, ¿sabes?—se acomodó en su asiento— de todas maneras, hoy es viernes... —soltó bromeando sobre el nombre de la canción.

—Es viernes y estoy enamorado—bromeó también Ren.

Ambos soltaron una risa, disfrutando de los pequeños momentos y guardándolos en sus memorias... y porque todas las canciones de la radio sonaban únicas y distintas cuando estaban juntos.

HABÍAN LLEGADO AL MUSEO Y AMBOS ESTABAN AÚN EN EL AUTO, MIRANDO A LA GENTE IR Y VENIR EN UN SILENCIO AGRADABLE, disfrutando de la música que la radio reproducía simplemente porque ninguno quería romper el momento de paz que habían generado ahí dentro.

—Creo que... deberíamos bajar—Ren habló relamiendo sus labios.

—Oh, claro que si—asintió— estaba esperando a que lo dijeras, pero estaba tan concentrada en la voz de quién sea que este cantando ahora que me distraje

—No te preocupes, estábamos en las mismas—admitió.

Ambos rieron, haciendo las mismas acciones como si fueran un reflejo para luego mirarse fuera del auto, analizando al otro en silencio. Ren parpadeo, saliendo de su ensoñación y se acercó a Katherina, mostrándole su mano para que las juntaran, recibiendo la palma ajena contra la suya para entrelazarlas como respuesta.

—¿De qué es este museo?

—Es el museo de Jim Thompson—sonrió entrando con ella— ya sabes, el empresario estadounidense, fue el fundador de este lugar

—Vaya... esto es realmente sorprendente, es genial cuando otras personas hacen museos y cosas así en otros países

—¿Verdad que si?

Y comenzaron el recorrido, tomados de las manos mientras que Ren le explicaba un poco de las obras y la historia, admirando como ella sonreía con ojos brillantes de admiración.

HABÍA SIDO UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE PARA KATHERINA, MÁS ALLÁ DE lo genial que había sido ese lugar, fue por el agradable tiempo que pudo pasar en lo poco que llevaba en Tailandia y adolescencia.

Ahora estaban en la ciudad, caminando por las calles en busca de una heladería para poder pasar el rato y también hablar sobre la vida, conocerse y si era posible, planear una nueva salida.

—Aquí—la jaló suavemente, entrando a una heladería bastante bonita con un gran mostrador lleno de sabores.

—¿Todo eso es helado?

—Si, todo—asintió— ¿quieres pedir un litro?

—¿Eso es posible?

—Conmigo todo lo es

Kathy rió por lo cursi que Ren había sido, haciéndola sonrojarse levemente.

—Bien, señor "todo es posible", compremos un litro y compartámoslo —ahora ella era quién le jalaba— ¿qué sabor te gusta?

—Vainilla—respondió mientras veía los múltiples colores — ¿y el tuyo?

—También es vainilla

ESTABAN EN UNA PLAZA CON EL TARRO DEL LITRO DE HELADO EN MEDIO, mirando como los niños corrían y jugaban a lo lejos. Katherina había sacado su teléfono para ponerse un auricular y ofrecerle el otro a Ren y colocar música adecuada para el momento.

—Sabes, me parece curioso que estemos en la misma preparatoria... y nunca te he visto en el aula—volteó a verlo, llevándose una cucharada a la boca.

—¿Tanto me extrañas qué quieres verme ahí?

—Bueno, realmente eres el único que conozco—se encogió de hombros, mordiendo un poco la cuchara— pero da igual, ya no te quiero en mi salón —dijo riéndose al ver una mueca en el rostro contrario.

—Eres mala—se hizo el ofendido— solo voy a otro salón, es todo... ya sabes, aquí las clases son un poco... diferente

—Me lo imaginaba—admitió— ¿y tus compañeros, que tal son?

—Son agradables—respondió, comiendo un poco de helado— son mis amigos en realidad, por lo que, realmente es bastante tranquilo estar ahí, ¿y tú?

—Bueno, de mi clase solo me agrada una chica—admitió— se llama Gorya, es un poquito más pequeñita que yo, pero me agrada... es adorable

—¿Gorya?

—¿La conoces?

—Si—admitió— digamos que... somos amigos

—¡Eso es genial!—sonrió emocionada.— ¿no lo crees?

—Realmente si—asintió— y cambiando el tema, ¿qué es lo que más te gusta de Tailandia luego de volver en mucho tiempo?, pueden ser personas, lugares, situaciones, comidas, climas... lo que sea

—Mmmm... mi papá—sonrió mirando sus pies— volver a Tailandia volvió a conectarme con él

—¿Tenían mala relación?

—No realmente, solo... deje de importarle mucho tiempo cuando comenzó a salir con la madre de los gemelos—resumió— pero pareciera que aquí decidió por fin darme atención, pero no hablemos de eso, mejor dime que es lo que te gusta

Tú. Definitivamente esa era la respuesta que Ren quería soltar, con su corazón latiendo de manera juguetona contra su pecho y sentir mariposas en su estómago.

—Nada en particular—decidió decir.

—Algo tiene que haber, no puedes decir "nada en particular"—lo miró con una ceja en alto, apuntándole con su cuchara con helado— ¿ni siquiera... no lo sé, sonará ñoño pero, ¿la escuela con tus amigos?, ¿no sé, las matemáticas?

—Mmm... ¿qué estamos escuchando?

—BTS—miró su teléfono— ¿por qué?

—BTS es lo que más me gusta de Tailandia—respondió— el cielo junto a las nubes también, el blanco, el helado de vainilla...

—Si me permites copiarte, dire que lo mismo

Y se miraron, rozando sus manos al sacar helado al mismo tiempo, riéndose como niños mientras evitaban mirarse por los nervios... dos almas revoloteando como mariposas y dos niños internos conociéndose mutuamente, algo realmente adorable.

—¿Y qué harás más tarde?

—¿Por qué?

—Bueno, ¿conoces el estudio Ghibli?

—¿Quieres que veamos una película o algo?

—Puede ser...

—Cuenta conmigo.