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―¿Por qué tan triste? ―me preguntó Cristopher con esa característica sonrisa suya y ese tono de voz tan cálido que transmitía.

Suspiré. ―No es nada. . . —hablé sin ánimos, con la mirada perdida en el cielo.

—¿Segura? —se sentó a mi lado sobre la suave arena. Asentí con la cabeza, evitando el contacto visual. —Bien, no insistiré. —apartó su mirada de mí y volteo a ver el cielo. —Las estrellas son hermosas ¿verdad?

—Sí. . . Lo son.

—¿Sabes? A mí también me gusta venir aquí cuando me siento solo o triste, el mar me ayuda a relajarme y admirar las estrellas me encanta así que después de un rato me siento bien y confiado en mi mismo de nuevo. . . —volteó a verme nuevamente.

—Entonces ya somos dos. . . —sonreí ligeramente, me tumbé sobre la arena y él hizo lo mismo. Nos quedamos ahí acostados un buen rato en silencio, solamente escuchábamos nuestras respiraciones y las olas chocar entre sí, de pronto nuestros collares empezaron a brillar, él se dio cuenta primero y se levantó. Yo lo miré confundida y él me ofreció su mano para ayudarme a levantarme y con gusto acepté.

Él se acercó a mí nuevamente. —Se está haciendo tarde. —me dijo. Lo miré perpleja y prontamente todo se sumió en una brillante luz blanca, esto ya había pasado antes así que ya sabía lo que era. . .

Casi al instante me desperté y escuché mi alarma sonar indicando la hora, eran las 06:00 a. m. Tenía que alistarme para ir al colegio rápido si no quería llegar tarde, aunque me hubiera gustado quedarme dormida. . .

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—¡Delancy! —gritaba mi hermana al otro lado de mi habitación.— ¿Ya estas lista? —entró a mi habitación. —¡Delancy, deja tu diario y vámonos a la escuela o llegaremos tarde!

—Relájate, faltan diez minutos aún. —le dije para cerrar mi diario y guardarlo en su lugar. Tomé mi mochila y salí con ella.

Caminábamos por la sala rumbo a la puerta para salir de nuestra casa, pero mi mamá nos detuvo.

—Chicas, esta tarde posiblemente no estemos en casa. —nos dijo.

—¿Por qué? —preguntó Stephanie.

—Tenemos una reunión con la junta directiva sobre la próxima colección que lanzará Graham's Fashions y creo que llegaremos algo tarde. No quiero desórdenes en esta casa, ¿okay?

—Okay. —respondimos las dos.

—Bien, ya pueden irse. —nos despedimos como usualmente lo hacemos, con un abrazo y un beso en la mejilla y retomamos nuestra ruta anterior.
Salimos de la casa y nos subimos en nuestro automóvil para ir al colegio.

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Actualmente, estudiamos en Escuela Bilingüe Villas Del Campo en San Pedro Sula, Cortés, Honduras.

Entramos al lugar y busqué mi casillero como de costumbre, guardé y saqué lo que ocupaba, ya que mi primera clase, desgraciadamente es matemática, como detesto esa materia.

Me encaminé hacia mi salón de clases y en el camino me topé con Angely y Daniel, los mejores amigos que podría pedir.

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—¿Qué hay, Delancy? —preguntó a modo de saludo Angie.

—Aburrimiento, eso es lo que hay últimamente. —respondí sarcásticamente a lo que ellos reaccionaron riendo.

—No es sorpresa, oye, ¿es cierto que lanzarán una nueva colección pronto? —preguntó Daniel, su padre es uno de nuestros mayores proveedores y no ha estado presente unas semanas porque ha estado enfermo, pero ya se recuperó y tiene que ponerse al día.

—Sí, hoy se van a reunir los directivos, ¿tu papá estará ahí? — pregunté.

—Obviamente, y si hay reunión eso significa. . .—se acercó a nosotras de manera juguetona, y puso esa cara traviesa otra vez.

—¡De ninguna manera! —interrumpió Stephanie, de nuevo. . . —No haremos fiesta esta vez, además no quiero que se convierta en una fiesta gay. —pronunció con desagrado.

—No pues, ¡perdón, su majestad! —dijo sarcástico. —Es una pena no poder realizar una fiesta en la que yo sea invitado. Y para que lo sepas, jugaron conmigo aquella vez. —ya se escuchaba molesto.

—Obviamente idiota, ¿a qué chico en su sano juicio le gustarías? Además, ¡ya supéralo! Hiciste el ridículo, es verdad, y te humillamos, es cierto, pero solo jugábamos y tú estabas ebrio. — ya comenzaba a burlarse del otra vez, para resumirles la historia;

Una noche, teníamos una reunión de compañeros en nuestra casa y Daniel estaba ebrio, entonces fue donde mi hermana se aprovechó de él y mandó a uno de sus amigos a coquetearle, ya que corría el rumor de que él tenía preferencias diferentes. En el transcurso de la reunión, él estaba coqueteándole a Daniel e impulsándolo a salir del closet y en efecto, así pasó.
Daniel lo besó delante de todo el mundo y el chico se separó bruscamente de él, empujándolo y ahí fue cuando mi hermana empezó a grabar todo. El tipo empezó a humillarlo, diciéndole toda clase de atrocidades e insultos sobre sus preferencias y todos empezaron a reírse e incluso, entonaron una canción a modo de burla contra él, diciendo que no aceptarían a un homosexual por qué es asqueroso y demás.

Angely y yo lo ayudamos a pasar ese trago amargo de la situación, el resto del año fue difícil para él, teniendo que aguantarse todas esas cosas crueles que le decían y todo lo que le hacían solo por ser diferente. Gracias a Stefanie.

—Ya basta, Stephanie, ¿no te bastó lo suficiente aquella vez y todo el año pasado? —le reclamé, molesta.

—No. —respondió, burlona, tras una risita. —Ay, hermanita, ¿Cómo puedes juntarte con gente así? Pareces una perdedora, corrección, lo eres.

—Oh vaya, el burro hablando de orejas, solamente porque seas popular aquí y en tus desfiles no significa que no seas una estúpida perdedora que únicamente es "admirada" porque sus padres le dan todo lo que quiere, mocosa malcriada. —argumentó Angie.

—Aww, que tierno, ya sabes insultar. —le dijo sarcásticamente. — Mejor calla esa maldita boca tuya antes de que te la cierre yo misma.

—A ver, inténtalo. —le dije. —No creo que esta sea la actitud de una futura ''Miss Universo'', pero la verdad es que no importa porque mamá falsificará todo para que tú tengas lo que quieras. —el pasillo no tardó en llenarse de murmullos por parte de los alumnos que caminaban por el cuándo escucharon lo anterior.

—Ugh, eres tan idiota hermanita, piensa lo que tú quieras, pero ambas sabemos que yo soy la mejor, quieras o no.

—No me interesa competir contigo, porque tú sabes que sin mamá y papá y todo lo que te dan, no eres nada, así que sí no quieres que diga todo lo que sé sobre ti, no te metas con mis amigos. —la miré desafiante y luego pasé, rosando su hombro, al salón de clases, seguida por Angie y Dani.

[. . .]

—¿Y ese milagro? —preguntó Dani.

—¿Cuál? —pregunté confundida.

—Le hablaste y amenazaste a tu hermana de esa forma, ¡a tu hermana! Delancy amiga, estás cambiando. —respondió Angie.

—Oigan, son mis mejores amigos, son lo mejor que tengo en mi vida, y si puedo hacer algo para defenderlos, lo haré. —nos unimos en un abrazo.

—¿Incluso si implica humillar públicamente a la estúpida diva de tu hermana? —preguntó Dani.

—Incluso si implica humillar públicamente a la estúpida diva de mi hermana. —dimos una risita.

•⊱ ☪ ⊰•

—La magia eligió a la correcta, Melissa cumplió su promesa. —dijo Cristopher hacía su hermana.

—Te lo dije, esa chica cumple todo lo que se propone. Ya puedes deshacer el hechizo, Eliza. —Alexa le dio la orden a su amiga bruja, Eliza Lennox.

—¿Cuánto tiempo falta para que sea luna llena? —preguntó la joven bruja.

—No mucho, tal vez una semana o dos, no sé. —respondió el chico presente.

—¿Y crees que ella si se quedará? Porque no hay tiempo para esperar otros cincuenta años para que la manada esté completa, es un riesgo tener una Piedra Rúnica fuera de esta dimensión, aunque ella la cuide mucho.

—No te preocupes hermanita, todo estará bien, ahora porque no mejor vas a ver a tu "príncipe del mar". —dijo con un tono juguetón haciendo que su hermana se sonrojara.

—¡CÁLLATE! —Eliza y Cristopher rieron. —Pero no es mala idea, si me necesitan, estaré en Atlantis. —se dio la vuelta y se retiró del lugar.

—No puedo creer que ella que es la menor, ya tenga novio y tú que eres el alfa de la manada aún no encuentres a tu media naranja, ¿tan complicado eres? —le preguntó, jugando.

—No soy complicado, solamente que, si voy a estar con alguien, quiero que sea la persona correcta y con la que quiera estar para toda la vida, qué sea comprensible, atenta, amorosa y sincera.

—¡Aww, que romántico! Pues sigue esperando a tu persona perfecta. Vámonos tenemos cosas que hacer antes de la luna llena.

—Okay, vámonos. —dicho eso, se dirigieron fuera de la cueva de las Piedras Rúnicas hacia el bosque encantado.