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Mi migraña volvió, me costó conciliar el sueño como en la noche anterior, pero logre descansar, tal vez fue por la tormenta que nos trajo aquí, fue un evento algo traumático y más cosas que no dejan mi mente, como eso y el nuevo asunto y... mis padres.

Los rayos del sol se colaron por mi ventana alcanzando hasta mis ojos haciendo que me despertara, fue una paz dormir ahí, pero estoy preocupada por mis padres; ellos venían detrás de nosotros cuando la tormenta comenzó, ojalá estén bien. Me levanté despacio al baño para lavarme la cara y despertarme bien, en lo que salí alguien tocó mi puerta, fui a abrirla y era una hada de servicio.

— Buen día, señorita BlackMoon, digo, señorita Graham. — se disculpó.

— No te preocupes. — sonreí. — ¿Qué sucede?

— La Princesa Aurora Pierce y sus padres los esperan en el comedor real para el desayuno.

— Okay, diles que llegaré en un momento. — ella asintió y se dio la vuelta para irse, cerré la puerta para darme un baño rápido y alistarme, no sé cómo tratar con la realeza. Una cosa es tratar con Aurora en mis sueños, pero otra es hacerlo en persona y con su familia. Qué nervios.

———★🌕Christopher BlackMoon🌕★———

Dos cosas son seguras, la primera: tenemos una oportunidad para la manada, la tenemos finalmente con nosotros. La segunda: finalmente la conocí... y es más hermosa en persona. Escuché como sus latidos se aceleraron cuando me acercaba a ella y cuando me vio transformarme de lobo a humano, ella emanó un olor a felicidad, sorpresa y admiración por mí, comienzo a creer que ella puede llegar a sentir lo mismo que siento por ella.

Justo ahora estoy en mi habitación, son las diez de la mañana y acabo de despertar con una sonrisa en el rostro, finalmente está aquí, pensaba. Me levanté de la cama para estirarme, busqué una camisa para vestirme y salir a buscar mi desayuno, baje las escaleras hasta la cocina del lugar y me encontré con Henry, nuestro cocinero.

— Sí que hay mejores vibras en este sitio el día de hoy, Chris. — me platicaba. — Desde anoche que llegó la chica todos los lobos cambiaron de humor, algunos fueron a la enfermería para contarles a sus familiares y darles una esperanza. — contaba felizmente mientras me daba un plato de comida.

— Aunque me gustaría decir que me gusta ese entusiasmo, ella aún no parece muy convencida de querer quedarse y aceptar un lugar con nosotros.

— Pero ya aceptó venir, eso es un comienzo. Pudo haber devuelto la runa y olvidarse de todo, pero quiso venir, por algo ha de ser. — me sonrió, animándome. — O alguien. — su sonrisa se volvió traviesa cuando bufé apartando la mirada.

— No insinúes nada, y gracias por la comida. Hoy será un día ajetreado. — dije para darme la vuelta y regresar a mi habitación, espero que haya algo interesante que ver mientras desayuno.

Mientras iba caminando a mi cuarto, me topé con mi hermanita, quien me veía con una mueca traviesa, como si estuviera planeando algo.

— Este can está muy feliz hoy, ¿no crees? — me decía.

— Sí, toda la manada lo está. Y por favor, no hagas nada raro.

— Tu tranquilo, que mis locuras las haré yo. Y me llevaré el crédito por ellas. — ¿Qué estará tramando esta vez? — Te veo luego, Chris. — se retiró a su habitación, yo continué caminando hacia la mía.

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No lo negaré, me sentía como reina en este lugar, la habitación era preciosa, el trato muy servicial y el ambiente... digno de la realeza pura, levantarme en ese cuarto se sintió muy bien, fue algo bueno terminar aquí si nos quedaríamos en este palacio un tiempo, un hada de servicio llegó diciendo que nos esperaban en el comedor real, debo decir que siempre quise interactuar con la realeza, especialmente con la de España, pero realeza sobrenatural es mil veces mejor.

¿Cómo pensé que no existían?

Me preparé para dar una buena impresión a los reyes y a la princesa, una vez lista salí de la habitación rumbo al comedor real, el Castillo de las Hadas es un sitio bellísimo, tan natural e inmenso, hay naturaleza por doquier y pinturas de la diosa griega Gea en los pasillos. Llegué al sitio y me senté junto con mi hermana, ya que las hadas de servicio nos ubicaron así. Unos segundos después llegó la familia real, nos levantamos para saludarlos con reverencia.

— No es necesario tanta etiqueta, sé que a veces puede no ser el fuerte de todos. — decía la princesa mientras tomaba asiento. — Siéntanse como en su casa, pues este paraje lo será durante un tiempo.

— Catalina, que traigan la comida. — ordenó el rey. — Es un honor tenerla al fin en nuestra isla, Delancy Black-, digo, Delancy Graham. — se disculpó y mi hermana rio levemente junto al rey.

— Y también lo es para mí estar en el lugar con el que tantas veces soñé, no imaginé que fuera tan bello. — comentaba Delancy. La puerta fue abierta, dejando pasar a los meseros quienes iban dejando la comida en la mesa, cada plato frente a la persona a quien iba destinado.

— Tal vez fue por la impresión de ayer, pero no se pudieron presentar con nosotros, ¿pueden hacerlo ahora? — dijo la reina.

— Desde luego. — mi hermana se levantó para presentarnos a todos, ella mencionaba nuestros nombres y cada quien saludaba cortésmente, luego de eso procedimos a disfrutar el desayuno y vaya que disfrutar, fue el mejor que alguna vez probé.

Pasamos un largo rato platicando después del desayuno, hablando sobre el protocolo de los lobos y el asunto de la iniciación de los betas, según ellos esos miembros tienen los ojos amarillos, pero Delancy los tiene azules cuando le brillan, tal vez sea un tipo de beta diferente o quien sabe.

La Princesa Aurora contaba que más tarde la manada BlackMoon llevaría a mi hermana a un recorrido por sus tierras y a conocer su historia, sus tradiciones y la iniciación si ella aceptaba. Sonará egoísta, pero no me gustaría que se quedara, digo, mi familia es un caos, mis padres solo se pelean, mis ''amigas'' es obvio que están conmigo por mi popularidad y dinero, lo demuestran siempre, Delancy es lo único que me queda y no quiero perder eso, es mi hermana y aunque a veces la trato mal, yo la quiero.

»»——†——-⛧Dylan Redford⛧——†——-««

Aún me encontraba en mi cama, pensando en lo de anoche, cuando lo vi.

Empezó como una simple juego, entrar a la mente de Delancy y saber que piensa de Chris para molestarlo con eso, pero resulta que en uno de sus recuerdos estaban sus amigos, y uno de ellos llamó mi atención; Daniel Jones. Quise saber más de él y resulta ser que tenemos las mismas preferencias, él es tan divertido y talentoso, amable, tranquilo y sensible, y veo que ese lugar no lo trató bien cuando se dio a conocer como era, en realidad, imbéciles.

El asunto es que, cuando los vampiros queremos conquistar a alguien que nos atrae, pueden pasarle dos cosas a nuestros ojos: o brillan en rojo intencionalmente hacia la persona, que es cuando nosotros lo hacemos y lo controlamos, pues dicen que los vampiros son más atractivos cuando muestran el verdadero brillo sangriento de sus ojos. Pero cuando brillan por si solos al estar cerca de esa persona, es porque de verdad, el sentimiento de atracción es más intenso.

Como lo que me pasó cuando lo vi llegar. Iba caminando al escuchar a los lobos tranquilizarse y escuchar a Chris hablando con Delancy, me llegó un aroma a sangre, pero un aroma muy dulce, mientras más me acercaba más fuerte era, cuando llegué disimule mientras buscaba la fuente de ese olor tan adictivo y fue cuando lo vi, me controlé para no salir corriendo a morderlo o algo, pero al verlo a los ojos, no solo quería probar su sangre, sino que... sentí muchas cosas más, cosas que solo había sentido con Kevin.

Se veía tan indefenso y tímido, bueno, en la situación en la que estaban todos se veían así. Pero cuando me volteó a ver y conectamos se sintió especial, tal parece que si me recuerda, si recuerda haberme visto en sus sueños.
Prometí no enamorarme tan profundamente, que solo serían simples flechazos, espero que él no me haga romper mi promesa.

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Eran aproximadamente las doce del mediodía, los chicos estaban explorando su nuevo ambiente temporal comenzando por la Ciudad Hada, aunque se veía felices, parte de ellos aún seguía preocupada al pensar que sus familias no sepan algo de ellos, era evidente que la tormenta sería reportada en las noticias y el barco que iba en medio de ella, pero quisieron guardar esa parte y admirar el mundo fantástico que no pensaron que podía existir.

Fueron llamados con un beta emisor de la manada avisando que necesitaban a Delancy, ella junto a u hermana y amigos fueron guiados hasta las Montañas Nevadas, precisamente al Templo de la Piedra Lunar, donde en sus afueras los esperaba Christopher y Alexa BlackMoon, junto a algunos miembros de su manada.

— Me alegra que hayan venido. — se adelantó a decir el alfa.

— No nos perderíamos esto. — respondió Delancy.

— ¿Y... Será una aventura misteriosa y peligrosa? — preguntaba con euforia Dayana.

— Je je, no aún, pero un paseo en el lomo de un lobo puede ser un poco peligroso si no te sujetas bien. — dijo Alexa, Dayana arqueó una ceja en señal de duda.

— Por mientras, Delancy tiene que conocer nuestra historia, de cómo se crearon los Licántropos. — decía Chris. — Si ella quiere.

— ¿Qué dices? — le preguntaban sus amigos.

— ¿Y para qué? Hay que concentrarnos en algo más importante, ¡salir de este lugar! — dijo Stephanie, ganándose la mirada molesta de los amigos de su hermana y la mirada seria de los lobos.

— De todos los males del mundo, ¿teníamos que venir con ella? ¿Tenía que quedarse viva? Daniel, ¿por qué la salvaste? — decía Angie. Daniel se encogió de hombros, la rubia los quedó viendo mal.

— Delancy, es tu decisión. — la mencionada no quería darles falsas esperanzas, aún no estaba segura de la decisión que tendría que tomar, pero tampoco quería rechazar lo que le ofrecían.

— Es solo historia, además, es una pregunta que siempre quise saber su respuesta, así que sí. — dijo con felicidad, contagiándoselas a los hermanos BlackMoon.

— ¿Qué esperamos? Vamos a la cámara de la Piedra Lunar.

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