12 Años Atrás

• • •

Delancy Graham

Todo comenzó cuando tenía cinco años...

A esa típica edad, los niños son muy imaginativos y se creen todo lo que ven o escuchan, y yo no era la excepción. Era diferente desde pequeña, veía el mundo de diferente forma a la de los demás y eso molestaba y en cierto modo preocupaba a mis padres aunque no sé porque, mi abuela me fomentaba de cierta manera a ser más imaginativa con las historias que ella me contaba casi siempre, en especial una sobre una isla en otra dimensión que albergaba en ella toda clase de criaturas míticas y mágicas en ella, definitivamente esa era mi historia favorita...

•⊱ ☪ ⊰•

—¡Wow! ¿Entonces esa isla existe? —dijo la pequeña pelinegra sorprendida que estaba sentada al lado de su abuela en un sofá.

—Así es, todo existe si tú lo crees. —dijo la mayor acariciando la cabecita de la niña.

—¡Entonces yo lo creo! ¿Piensas que alguna vez lo podré ver realmente? —preguntó con notoria curiosidad la pequeña.

—Ugh no otra vez, ¡Mamá! Deja de decirle esas cosas a Delancy. — una mujer entró a la habitación donde ellas se encontraban. —No existe tal cosa como una isla así, ya para con ese cuento. —dijo con irritación, ya estaba harta de oír ese cuento.

—Por eso es que Stefanie es así, no la dejaste tener imaginación. —dijo sarcásticamente mientras rodaba los ojos.

—Ajá —expresó sarcástica. —Y también porque tú me contaste esa historia cuando era pequeña y me dijiste que algún día la encontraría y ese día nunca llegó, incluso me diste un collar que luego me quitaste, así que no las ilusiones a ellas.

—Primero; nunca la encontraste porque claramente dejaste de creer o nunca creíste en lo que te dije, segundo; ese collar es otra historia y tercero; ¡déjalas tener imaginación Valery! Son pequeñas.

—... —la mujer se quedó callada. —¿Sabes qué? No importa, no discutiré algo tan estúpido otra vez, solamente es un cuento y ya, no es real. —expresó molestia en esas palabras aquella mujer hacía su madre.

—Cada quien decide que creer, Valery.

Suspiró con resignación. —Despídete de tu abuela Delancy, tenemos que irnos a casa, mañana tienes que ir a la escuela y ya se está haciendo tarde. —agitó su mano al despedirse de su madre y salió de la habitación dejándolas solas.

—No le creas a esa amargada, cariño, tú solamente no dejes de creer, ¿Quién sabe? Quizá yo tenga razón. —la niña la miró y asintió con la cabeza. —Mira, te daré un obsequio. —la mayor llevó sus manos a la parte de atrás de su cuello para quitarse el collar que llevaba puesto.

—¿Me lo regalas? —preguntó la pequeña a lo que su abuela asintió y se lo puso alrededor del pequeño cuello de la infanta.

—No te lo quites nunca ¿si? Quiero que lo lleves siempre contigo, ¿me lo prometes? —preguntó alzando su dedo meñique.

—Lo prometo. —la pequeña alzó su meñique para unirlo con el de su abuela, seguidamente se abrazaron y el padre de la niña apareció en la habitación para llevársela.

—Daniel, hola. —saludó. —Ve con tu papá Delancy, nos veremos mañana. —la niña corrió a los brazos de su padre quien la recibió con el cariño de siempre para luego despedirse de su suegra e irse con la pequeña.

•⊱ ☪ ⊰•

Esa misma noche... Tuve un sueño muy extraño;

Estaba sola en un bote en medio de la nada sobre el mar. Hacía frío y no se veía nada, solamente las estrellas brillar en el obscuro cielo nocturno, además se escuchaba que alguien cantaba mi nombre, de repente mi collar comenzó a brillar y la cola de un pez se asomó en el mar, voltee a ver que había sido eso, pero lo que sea que fuera ya no estaba, luego a lo lejos una luz blanca brillaba con intensidad y se acercaba a mi cada vez más rápido y una hermosa melodía seguida de un aullido se hacían escuchar más fuerte.

Estaba asustada, no sabía que hacer y lo peor es... Que se sentía real... Demasiado real...

•⊱ ☪ ⊰•

—Delancy ¿estás bien, cariño? —desperté gritando asustada en medio de la noche, mi papá fue el primero que entró a mi habitación segundos después de que escuchó mi grito e hizo una señal de que él se encargaba hacia mi madre para que ella se fuera a descansar, según él, yo estaba pálida del miedo, se acercó a mí y me abrazó. —¿Qué pasó Delancy? ¿Estás bien? —me preguntó preocupado.

—Y-yo... ¿E-estaba dormida? —pregunté desconcertada, mi papá se separó un poco de mí y me miró perplejo.

—Sí, estabas dormida princesa, debiste tener una pesadilla. — volvió a abrazarme. —Dime, ¿Qué soñaste?

—Y-yo... no lo recuerdo bien. —dije aun en pánico. —Papi, ¿puedes quedarte conmigo esta noche? —pregunté.

—Claro que sí, mi princesa. —se separó de mí y se acomodó en mi cama junto conmigo, yo me acurruqué a su lado y me cubrió con mi cobija púrpura y me abrazó para ayudarme a dormir.

•⊱ ☪ ⊰•

Creí que solo era una pesadilla, pero a medida que los días pasaban, era el mismo sueño, una y otra vez pero diferente, como una continuación de cada parte de una historia cada noche.
Le conté a mi mamá, a mi papá y a mi abuela, del único que obtuve una respuesta casi increíble fue de mi abuela, me dijo que no me preocupará, que esos sueños llegarían a hacerse realidad, que descubriría lo que realmente significaban con el tiempo, que fuera paciente.

5 años más tarde, esos sueños se volvieron más concretos, ahora no estaba en medio de la nada sino en una bella playa con arenas blancas y hermosas palmeras y un cielo lleno de estrellas como en una galaxia y una luna llena iluminando el lugar y unas personas con un estilo de lobo y otras más que podrían llamarse ''sirenas'' y estas jugaban con el agua de manera increíble, y otras criaturas más pequeñas, ¡hadas!, que hacían brillar las copas de los árboles con su magia, pero alguien llamó mi atención; un chico de tez blanca con cabello negro y ojos verdes, era muy guapo y era parte del grupo de "hombres lobo", había muchos más seres en ese lugar tan. . . Mágico.

El tiempo pasó, tenía 15 años cuando cosas raras empezaban a ocurrirme, no sé cómo describirlo bien, pero parecía como si esas cosas ya las hubiera hecho o las iba a hacer, algo así pasó en un desfile de modas de mi madre...

•⊱ ☪ ⊰•

—Chicos, ¿han visto a mi hermana? —pregunté a mis amigos. Estábamos en un desfile de modas donde mi hermana Stefanie participaba. Me había pedido que le llevara unas cosas, pero no la encontraba.

—¿No está en los vestidores? —respondió mi amiga, Angely.

—No, acabó de ir allá, pero no- ¡Stefanie! —de repente ella llegó al sitio, corrí hacia ella. —¿Llegando tarde a un desfile? Eso es nuevo.

—Ah, cállate. No tienes la más mínima idea de lo que acaba de pasarme. —expresó enojada.

—¿Vas a contarme o tengo que adivinar? Y que sea rápido, el evento empieza en treinta minutos y no te has alistado.

—Vamos a los vestidores, te contaré en el camino. —me tomó de la mano y me jaló ligeramente mientras caminábamos.

En el camino me dijo que la pieza distintiva de la colección, o sea el vestido que ella usaría, no le quedaba. Se puso como una diva extrema, aunque no era nuevo en ella, siempre actúa como diva, ella decía que el vestido había encogido después del lavado, pero obviamente no era así.

—¿Te dije o no que debías hacer dieta? —le dije tras una risita.

—¿¡A caso no me estás escuchando!? ¡Esos idiotas me encogieron el vestido y ahora no seré la estrella de la noche! —estaba histérica.

—Pero hermana, siempre eres la "estrella de la noche". —dije sarcásticamente.

—¡Exactamente! Pero ahora no será igual, espero que mamá arregle este desastre porque si no ¡deberé utilizar un vestido cualquiera y no seré el centro de atención! —se metió en uno de los vestidores lloriqueando, cerró la puerta muy fuerte y se sentó en el banquillo que había adentro, dejándome afuera con toda la ropa en mis manos.

Dejé las cosas en una mesita que se encontraba cerca de mí y note que mi peinado estaba un tanto despeinado, tomé un cepillo de cabello que estaba en el tocador y me cepille mi cabello para que no se viera alborotado. Cuando termine, deje el cepillo en su lugar y me dirigí mi mirada al espejo del tocador para acomodar bien mi flequillo, en eso, mi hermana salió del vestidor.

—¿Sabes que ese peinado no te queda bien, cierto? —me dijo con ese tono tan característico de ella; seco y burlón.

—Ya basta ¿Quieres? —respondí de la misma manera. Siempre era así con ella, estábamos bien y de un momento a otro ya estábamos molesta una con la otra.

—¡Niñas! ¡Por el amor de Dios! ¿Qué hacen perdiendo el tiempo?—mi mamá entró a los vestidores y nos vio, entró agitada. — Stefanie Graham Martínez, ¿por qué no estás vestida? El evento está por empezar.

—¡Pues resulta que los inútiles que se encargan de traer las prendas llevaron mi vestido a la muerte! ¡Ya no me queda! Se supone que tenías que hacer algo al respecto.

—¿Yo? Ah, cierto, lo olvidé, tengo muchas cosas en la cabeza, solo ponte un vestido y ya- —alguien entró a los vestidores; mi papá.

—La solución a sus problemas. —él traía en sus manos el vestido de mi hermana. —Ponte un tallador primero, tal vez entre así.

—¿¡En serio!? —replicó furiosa.

—Por favor hija, estoy ayudándote, ¿Por qué te pones así? — pregunto molesto. Se aproximaba una pelea sin sentido otra vez. . .

—Iré a sentarme. . . —salí del lugar a la pasarela a buscar mi silla y disfrutar del show.

Las peleas sin sentido son algo común en las familias, son insoportables, pero es normal, aunque en mi caso son muy frecuentes.

•⊱ ☪ ⊰•

Después de unos minutos el show finalmente dio inicio, como de costumbre, mi mamá dio el discurso de bienvenida y sobre la colección que se mostraría a continuación, acto seguido, la música comenzó a sonar indicando que el desfile empezaba. Las modelos caminaban por la pasarela modelando los hermosos vestidos con temática de gala. Hermosos vestidos de noche eran presentados, ya para terminar mi hermana salió con la pieza distintiva; un vestido largo corte imperio de color negro, con detalles azules en la parte inferior de este y detalles blancos en la cintura y escote, de la cintura colgaba un tule blanco que le daba un toque de color al vestido.

Simplemente hermoso, pero algo paso en ese momento; el vestido comenzó a brillar y se transformó en uno diferente. . .

Agite mi cabeza para saber si no estaba imaginando y en efecto así era, el vestido era el mismo y no había ocurrido nada, de pronto sentí un dolor de cabeza y un mareo seguidamente, durante los aplausos me escabullí al baño, me vi en el espejo y traía puesto ese vestido que había imaginado ver, pero yo me veía muy diferente, seguidamente el baño se había transformado en un salón de baile al aire libre, con la luz de la luna llena brillando con intensidad en el cielo lleno de estrellas como galaxias, muchos chicos bailando en parejas y yo me encontraba en medio de todos, sentí como alguien me tomaba de los hombros por atrás, abrí mis ojos aún asustada y me voltee y lo vi, ese chico de mis sueños, el hombre lobo que siempre cautivaba mi atención mientras dormía. Me sonrió y me tomo de las manos acercándose más a mí, mi corazón latía a mil, no sabía que rayos estaba pasando, si era real o estaba imaginando cosas. Sentí su mirada conectada con la mía de una manera increíble, estar tan cerca de él me ponía nerviosa, de repente él rompió el silencio y me dijo algo que me dejo desconcertada.

—Delancy Graham, este lugar podría ser tu hogar si así lo quieres, y yo tu acompañante si lo deseas, te esperaré en la playa cuando llegues, ansío que ese día llegue rápido para finalmente tenerte en mis brazos. —no sé que quiso decir con aquellas hermosas palabras pero consiguió dejarme desorientada

—¿Delancy? —hablo Angely. —¿Estás bien? Te quedaste congelada viendo el espejo. . . —de repente todo aquel sitio desapareció un volvió a la normalidad y en efecto estaba viendo el espejo, me separe de inmediato y voltee a verla.

—S-si solo... —volví a ver mi reflejo, pensando en lo que paso. —... olvídalo, vamos a terminar de ver el evento. —ella asintió y salimos del baño a la pasarela.

Extraño ¿no? Pero eso no es nada comparado con lo que esta por venir.