V
《Batalla perdida no significa guerra ganada》
Segunda parte de "Un Tom desaparecido"
— ¡Tom!—. Un Harry lloroso llegó a sus brazos —. Cedric terminó conmigo—. Harry lo miró fijamente con aquellas esmeraldas brillando en un mar de lágrimas — ¿Por qué?
Tom Riddle obviamente sabía la respuesta. Él había sido la causa.
Desde que comenzaron, hace un año; si, le costó un año echarlo de sus vidas; había estado haciéndole la vida imposible a Cedric Diggory. No podía, bajo ninguna circunstancia, dejar a su niño en brazos de otro. Si ese otro era Cedric Diggory, contra él irían sus fuerzas.
Había empezado con cosas pequeñas. Mandando cartas de amenazas y haciendo bromas un poco asemejadas a las de "los gemelos Weasley". Asemejadas, porque realmente las que hacía Tom eran mucho peores, causaban más daño, además de ser hechas en silencio y en secreto de todos. Todavía esas fechorías no alcanzaban para nada el rango en el que él usualmente se movía, ya que Cedric era una escoria, por la cual no merecía tomarse muchas molestias. Para sorpresa de Tom, Cedric fue a hablar con los gemelos. Había confundido todo aquello como un acto de hermanos celosos, hasta llegando al punto de afirmarles que nunca dejaría a Potter. La verdad el Slytherin no sabía si aplaudirle a su tejón por conseguir a alguien tan fiel, o revisar su cabeza por haberse unido a alguien tan tonto.
Esas "bromas", duraron alrededor de unos 2 meses. Hasta que Tom decidió hacer algo mejor. Ese tonto no quería rendirse, y no dejaba de molestar a los pelirrojos. Ellos sí que no eran tontos, no quería estar lidiando con ellos. Entonces, tal vez, la solución radicaba en manipular su mente.
Tom se metía a sus sueños y los convertía en pesadillas que hasta un sujeto en el infierno haría temblar. Metía sentimientos de compulsión hacia Harry. Pero, le salió el tiro por la culata.
Cedric le contó a Harry lo que le sucedía. Que estupidez, había pensado la serpiente en su momento. Luego, este le contó a Tom. El susodicho, bueno, tuvo que quitar los mismos hechizos que él había puesto. Que irónica es la vida. Tuvo que contener sus inmensas ganas de hacer trizas al tejón mayor.
Ya no hacía que Diggory sintiera compulsión por Harry, pero algo debía de hacer. Siguió causándole tormentos en sueños. Y al final, como últimamente habían estado saliendo las cosas, salió mal. El puto idiota se llevó a Harry a su habitación, ¡dormían juntos! Ya no podía seguir torturando sus ensueños con Harry presente. Eso había hecho que el novio de su niño siempre durmiera con él, porque "contigo duermo mejor Harry" Tom sintió que vomitaba cuando había oído eso. Ya no había sentido las mismas ganas de matar al otro, por el contrario, en esos instantes solo había querido darse duro con la pared.
Tom Marvolo Riddle era un genio, una mente maestra del mal, un amo en la tortura (en secreto de Harry, por supuesto). Y aun así, para aquel momento, no había logrado su objetivo. Su niño por esas fechas de fracaso, llevaba 7 meses de relación, ¡7 jodidos meses!
Decir que estaba desesperado era un eufemismo. Había sido la hora de contarle a uno de sus seguidores. Que eran inútiles, por supuesto, pero tal vez si sabrían algo que le pudiera ayudar sobre cómo romper relaciones.
—Entonces, Draco, es imperativo mandar al Huflepuff a volar. Sin matarlo, sin desfigurarlo, sin que sepa que he sido yo y sin qué Harry sospeche.
— ¿Lleva 7 meses con eso? — Draco por fin había entendido porque su señor había pasado de tan mal humor. Había pasado hecho un demonio, ni se diga del día en que el tejón mayor le abrió la flor al tejón menor. El solo hecho de recordar ese día era traumático.
— ¿Enserio esa es tu respuesta a todo este importante asunto?
— ¿Por qué no lo torturas, mi señor? Lo puedes hacer de forma real, sin que te pueda reconocer, pero que cuando despierte de su sufrimiento sienta que como todo fue un sueño. Y que le quede claro que todo terminará cuando deje a Harry.
— ¿No crees que eso solo va a causar que Harry quiera estar siempre al lado del indeseable? No quiero que termine como termino el haber manipulado sus sueños.
—Puede ser mi señor—. Instantes eternos de silencio siguieron.
—Habla de una vez Draco. Puedo oír tu cerebro maquinar cosas desde aquí. Se franco, no habrá un castigo, aún si dices algo impetuoso —. Aun así Malfoy había seguido dudoso—. Habla de una vez.
—Sí mi señor. Por lo que he visto y usted me ha contado, me es evidente que Cedric no se alejara de Potter. Lo veo como un Gryffindor en ese sentido. El peleará por aquello que ama—. Draco se detuvo y esperó una reacción de ira por parte de Riddle. Esta no llegó, el siguió viéndose impasible. Como si ese hecho no doliera como en realidad lo hace —. Por ello, no creo que le importe sufrir si es por su amado. No creo que nada le aparte de su lado. A menos que Harry ya no lo quiera. Que ambos decidan terminar, o que por estar con él le pasen cosas malas a Potter. Las dos primeras son bastante improbables que sucedan.
— ¿Estás sugiriendo que le haga daño a Harry, Draco?— Tom mantuvo su semblante sereno. Draco temió más por ello.
—Por supuesto que no, mi Señor. Sé que no querrá, ni siquiera, poner un hechizo de compulsión en el chico. Pesé a ello, no creo que es lo único que se puede hacer. Creo que si hace que Diggory sea un mal novio (solo cuando esté con Harry, luego puede volver a ser normal). El razonará y se dará cuenta que Harry está mejor si no está con él.
—Es de hecho, una muy elocuente solución Draco. Cuando necesites un favor, no de tu señor, sino de un amigo. Me tienes aquí —. Eso era lo más cerca que iba a estar Riddle de dar las gracias. Draco confirmó con eso, una vez más, que estaba siguiendo a la persona correcta.
Tom, por su parte, había ejecutado cuanto antes lo que Draco le había propuesto. Ya no deseaba ver a Harry con alguien más. Y Nagini se había vuelto insoportable, ya sea por sus burlas o sus quejas que su cría había abandonado el nido. La adolescencia le había pegado fuerte.
Un imperio o simples hechizos de convulsión no servirían. Para haber llevado a termino su plan, debía manipular tan bien la mente de Cedric, que el mismo debía creer que él le hacía esas cosas a Harry. Debía sentirse culpable. Debía aprender a soltar lo que no era suyo de propia voluntad.
Y así lo hizo. No fue sola una vez en la que Harry había llegado a su dormitorio llorando, contándole que su Cedric (como muchas veces, tuvo que contener sus arcadas), ya no era el mismo de antes. Hasta que, finalmente, el momento había llegado. Harry llegó a decirle que por lo que había luchado todos esos meses se había cumplido.
— ¡Tom!—. Un Harry lloroso llegó a sus brazos —. Cedric terminó conmigo—. Harry lo miró fijamente con aquellas esmeraldas brillando en un mar de lágrimas — ¡¿Por qué?! — Harry dio golpes en el pecho de Tom con furia —. ¿Por qué? — Susurro ya sin fuerzas.
Tom lo tomó entre sus brazos, limpio sus lágrimas, y le beso la coronilla de la cabeza.
— Ni era tan bueno ese tipejo. Lo olvidarás rápido.
— No lo entiendes Tom, no era un tipejo. Era mi primer amor. Le entregue todo, hasta mi corazón. Sé que soy más que una pareja. Pero lo veía conmigo siempre —. Se abrazó más al contrario mientras proseguía—. Llevam-bamos un año, y aunque suene a nada yo lo amaba.
—Lo ves así porque acaba de pasar, estarás bien. Pronto no será insignificante en tu vida, como una cucaracha —. Harry se apartó del Slytherin y lo miro a los ojos. Miles de lágrimas querían salir. Tom no midió sus palabras, nunca hubiera dicho tales cosas si no estuviera cegado por la inmensa dicha lo envolvía.
—No creo que lo comprendas Tom. Te contaba mil cosas, pero mi corazón roto no se va curar con una plática contigo. Entiendo lo que tratas de hacer, y te lo agradezco. Pero Tom, solo quiero llorar. No quiero hacerte daño, pero creo que por esta vez está bien si pienso en mí. Me voy —. Harry se paró, dispuesto a irse. Sin saber realmente a donde. Sintiéndose perdido, sin apoyo y con el corazón hecho mil pedazos.
— No, discúlpame Harry. No quise decir eso —. Riddle tomo el brazo de Harry, no debían ser así las cosas.
— No seas ridículo Tom, como si yo no supiera que nunca te agrado Cedric. Ya déjame ir antes de que diga algo de lo cual me arrepentiré luego —. Tom resistió—. Por favor Tommy, por favor —. Sucumbió Harry al fin, su voz ahogada, llena de dolor que dejo pasmado al último. Sus manos soltaron al chico y este se fue.
Que amarga su victoria.
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En el mes siguiente ninguno de los dos mencionó nada sobre el incidente después de aquello. Pero Tom sabía que había lastimado a Harry. Y también sabía que Harry no estaba bien. Su Harry lleno de alegría había terminado. Pasaba sus tardes en la biblioteca o jugando al quidditch. Muy pocas veces se pasaba por Slytherin. Y solo pasaba en Huflepuff para la hora de dormir.
A veces, los días buenos según Riddle, Harry llegaba a su habitación y le contaba todo su día con las esmeraldas brillando en emoción. Extrañaba que todos sus días fueran así. Extrañaba que esas no fueran situaciones extraordinarias. Extrañaba a su tejón.
— Sssé que le hiciste algo a la cría, hazla feliz otra vez—. Le dijo una vez Nagini. Como si eso fuera tan fácil.
Harry ya no estaba con Cedric. Tom había cumplido sus objetivo. Todo había desmejorado. Veía a Harry menos de lo que lo hacía antes. Y, lo más importante, su tejón de oro ya no sonreía.
Se asombró pensando, "amo más a ese chico de quinto año, que haría todo por recuperar su sonrisa hacia mí otra vez.". Tenía errores que enmendar, aunque este no los veía como tal. Pero se sentían no agradables.
Tenía que ir con el indeseable. No podía creer que hiciera eso. Un año de lucha que se iría, se esfumaría. Se sentía perdido, ya no podía estarse mintiendo más tiempo. Tenía que hablar con alguien.
— Hola Helena.
— Joven Ridlle, que sorpresa, no lo veo desde hace un año, quizá —. Le respondió la Dama Gris.
— Estuve ocupado.
— ¿Encontró mi diadema?
—No, tuve asuntos que requerían más de mi atención.
— Si es así, ¿qué necesita de mí? —. Helena lo miro, Riddle le sostuvo la mirada por unos instantes y la desvió.
— ¿Crees que el Barón la amo?
— Que directo joven Riddle —. Ravenclaw suspiro. En sus años en Hogwarts, desde su muerte, Riddle era el único con el que tenía conversaciones. Al principio lo hacía por Salazar, él nunca hubiera querido tener un descendiente que haya hecho a esa edad tan temprana tantas cosas reprochables. Luego siguió por puro placer. Le tomó cariño al niño. Si es que aun, podía sentir emociones tan humanas. Eran las únicas que sentía desde hace milenios*.
Helena espero por una respuesta, una disculpa, o algo. No llego. Que impetuoso era. Ella sabía que él mostraba más de su verdadero sí en sus encuentros. Ser cortés no era señal de sumisión. Y el amor no era señal de debilidad. Ravenclaw se preguntó cuándo lo entendería por completo. Ya aceptaba al amor, al menos una clase. Ella estaría ahí cuando pasara, podía esperar. Solo eso hacía.
—Ese no era amor. Un amor no mata, no hace daño.
— ¿Y si lo hace por razones mayores?
— ¿Qué razones podría excusar haberme matado, si me amaba?
— Ninguna, de peso para usted, me temo. Pero lo entiendo, no podía tenerle. Se arrepintió después, y se mató. ¿No cree que realmente si la amaba?
— ¿Mataría a Harry porque no es suyo?
— ¡Nunca!— No hubo un momento de duda. Helena sonrió. Tal vez cuando Tom muriera ella podría seguir su camino. Si, sabía cómo regresar. Sus emociones humanas regresando le hicieron desear ello.
— Matar solo es una forma de herir, joven Riddle. Hay muchas más, las cuales también pueden ser utilizadas contra el ser amado si no se ama bien. Sé que vienes a mí porque ya no tengo las mismas emociones que un humano tiene. Pero he de admitir que me agradas. Un fantasma no te puede decir que es el amor, pero a un fantasma que mataron por un supuesto amor si te puede decir lo que no conforma ese sentimiento. Haz lo correcto, no lo correcto para ti. Tienes moral dudosa. Has aquello que sería lo correcto para cualquier persona. Haz lo que haría Harry si la situación fuera a la inversa.
— ¿Cómo...?
— Ya te he dicho que me agradas. Tienes mi favor. No te hubiera dicho nada de la diadema si fuera al contrario. Por ello, no hagas horrocruxes, y deja que te amen. Aprende amar. Has que te sigan con lealtad, en vez de con miedo —. Un hechizo voló hacia ella. Helena soltó una carcajada, Tom la miró extrañado, nadie se reía cuando él lo maldecía —. No seas ridículo. Ahora vete, y recuerda venir a hablar conmigo más seguido.
— Lo hare Helena—. Tom se dispuso a irse, pero volteo, le faltaba algo por decir—. Y gracias por todo. De verdad.
Ella asintió con la cabeza. Ya había dicho suficiente. Mientras, Tom se fue con sus sentimientos y pensamientos dando vueltas, cuestionándose unos con otros.
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— Diggory, tienes que escucharme —. Ambos chicos caminaban por los pasillos de Hogwarts.
— No soy uno de tus perritos falderos.
— Es sobre Harry—. Cedric paro por un momento su paso, pero rápidamente prosiguió su marcha.
— Harry no me interesa. Deberías aprovechar, se ve que siempre lo quisiste.
—Y así es, lo amo. Por eso estoy aquí —. Esta vez Cedric se detuvo abruptamente, rabia roja y enfermiza emanaba de sus ojos.
— Pues que gusto, porque no vas a joder a otro la...
— Fui yo.
— ¿Qué?
— Fui yo, yo hice que trataras mal a Harry —. Tom estaba aparentemente tranquilo. Las cosas bajo sus barreras no eran tan pacíficas.
— ¡¿Qué hiciste qué mierda?! — Unos cuantos estudiantes de Hogwarts se les quedaron viendo. Por supuesto, la vista de ver a un Huflepuff maldiciendo a un Slytherin (más si ese era Tom) no era lo común.
— Será mejor si vamos a hablar a un lugar más tranquilo —. Tom no le dio tiempo a Diggory de reusarse. Lo llevo con paso rápido a la sala de Menesteres.
Estando ahí Cedric empezó a maldecir una y otra vez al Slytherin. Tom espero. No lo entendía, pero lo dejo ser.
— ¿Ya está?
— ¿Qué?
— ¿Si ya dejaste de hacer una rabieta y me dejaras explicarte?
— Pero ya sé que fuiste, ¿qué más quiero oírte? Espera, ¿has sido tú todo este tiempo? ¿Desde las bromas que pensé que los Weasley me hacían?
— Así es, sin embargo, hoy vengo a pactar contigo. Porque si contigo sonreía Harry, eso debía bastar para mí.
— ¿A pactar? Si todo ha sido tu culpa. No quiero oírte. No sabes todo lo que he sufrido, no sabes todo lo que ha sufrido Harry por eso.
— En eso te equivocas. Sé que Harry está sufriendo. Tienes razón al pensar que lo quiero para mí. Pero te he decir que él es la primera persona que me mostró cariño. Que me amó. Diggory, estoy siendo muy honesto contigo. Veía las formas de una manera clara. Yo quería Harry, tú eras un obstáculo. Y lo que hice fue el medio por el cual completé mi meta. Pero ahora, ya no lo veo así.
— ¿Qué cambio?
— He empezado a entender que es amar.
Cedric se quedó sin palabras. Tom, con cualquiera, era amable, indulgente, cortes. Hipócrita. Nunca le había caído bien. No lo hacía, pero esta era la primera vez que le hablaba con honestidad. Su fuero interno seguí rugiendo. Eso no cambiaría, pese a ello, si Tom quería hacer algo bueno. Si con eso podía volver a los brazos de Harry, a los brazos de su amado. Él lo aceptaría.
— Quiero saber exactamente que me hiciste, también quiero que hagas un juramento de que no volverás a separarnos. No me harás nada a mí, ni a Harry. Y que tampoco mandaras a nadie a que lo haga. Además de ello deberes quitarme cualquier hechizo o maldición que todavía resida en mí.
— Lo haré. Pero Harry no debe enterarse de que fui yo, tienes que jurarlo también.
— Tienes un trato
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— Harry, te traigo un regalo —. Anuncio Tom, mientras invadía el supuesto escondite de Harry. En el árbol, al lado del lago Negro.
— No estoy de humor, Tom —. Harry ni volteo la vista de su libro.
— ¿Enserio? Que mal, yo que traía a un Huflepuff feo solo para ti.
— ¡Oye! — Le regaño el tejón mayor.
— Ce-cedric —. Harry apenas pudo tartamudear.
— Hola cariño.
— Pero, ¿qué haces aquí? ¿Acaso ya no me querías? — El corazón de Harry latía a mil por hora. No entendía qué pasaba.
— Yo siempre te he querido —. Cedric se agacho hacia Harry —. Nunca quise dejarte. Te trataba mal, lo hacía. En esos momentos no era consciente, pero cuando volvía en mí, yo sentía que te hacía todo ello. No podías estar con una persona así. No lastimaría a mi novio. Por ello te deje. Pero ahora estoy bien, y vengo a pedir tu perdón.
— Estaba maldecido Harry —. Intervino Riddle.
— ¿Qué? — Harry se sentía débil.
— Ya no lo estoy, Tom me libero. Y sé que estás dolido por mí. Quizá hasta tenga nuevos prospectos. Pero te voy a volver a conquistar, voy a hacer que me perdo...
— Cállate y bésame —. Harry se lanzó encima de Cedric. Ambos cayeron en el pasto. Una fresca brisa los regocijó. Ellos se regocijaron. Sus cuerpos embonaban perfectamente, solo sus cuerpos sabían cuánto se habían extrañado. Cedric soltó un momento aquellos labios dulces, aquellos labios que tanto había añorado. Aquellos labios que lo llevaban al cielo. Le limpio sus lágrimas, y el contrario las suyas.
Tom ya no podía ver. Ya no quería ver. Tom ya no sentía furia, algo peor, según él, remplazo ese sentimiento. "Amar duele", pensó, mientras regresaba al castillo. O eso imagino que iba a hacer, una garrapata se le pego antes de siquiera dar un paso.
— Tom... Y-yo, gracias. Gracias Tommy, de verdad, gracias. Perdóname por no haber sido yo estos días. Gracias por traer de vuelta a mi Cedric, Tommy —. Sin duda Tom, haría como que no oyó el "mi Cedric".
—Nunca entenderé tu uso por ese nombre tan Muggle —. Se dio la vuelta y encaró a la feliz garrapata —. Y no es nada, con que sonrías siempre, yo me doy por servido.
Y ahí estaba. Harry sonrojado, iluminado por el sol, sonriéndole. Siendo aún más luminoso que el astro a su espalda. "Quizá no duele tanto, quizá no", pensó.
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*No se cuanto tiempo ha pasado desde que La Dama Gris murió, y dudo que sean milenios. Licencias artísticas. Al igual que no creo que en el mundo canon, los fantasmas pierdan sus sentimientos humanos. Y en definitiva, no pueden volver, o seguir su camino en el más allá. Licencias artísticas.
Bueno, hola, ¿que tal? Un buen rato desde que no me paso por aquí. Muchas gracias por seguir. Antes de que diga unas cuantas cosas quiero explicar como es el Tom de aquí. Ya hay muchos Tom que están locos, o gobiernan con terror. Siento que esto sobre el amor es muy Dumbledore, pero me gusta pensar en un Tom que puede cambiar. No hay fluff aquí, es más como el camino de Tom. No se si escribiré otra parte de esto. Pero si me imagino que en un final, Harry y él serán pareja.
En otras noticias, les mando mucha fuerza con la pandemia que nos azota. De verdad mucho amor a sus familias.
Volviendo a la novela. Pienso hacer 10 capítulos y ya terminar esto. Tratare de publicar uno cada mes. Terminando en octubre. Si puedo terminar antes mejor. Quiero concentrarme en escribir una novela, espero realmente poder ser capaz. Igual los capítulos que suba seran de las parejas que aun no he hecho y de la sinopsis de esta antología.
Escribir todo esto me ha dado mucho regocijo, de verdad, muchas gracias por leerme. Gracias los que han estado desde mi otro usuario. Gracias por los que comentaron, los que votaron. Espero que, con los pocos shots que he publicado, hayan aunque sea sonreído por lo menos una vez.
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