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Prólogo.

Prólogo.


La noche de Japón era oscura y fría, y una mujer residente del país iba corriendo con un bebé recién nacido en manos.

Esa mujer estaba asustada y sumamente perdida de lo que sea que esté pasando en ese momento, y su bebé estaba llorando a mares por tanto alboroto.

Esa mujer, madre del niño, intentaba mimarlo para tranquilizarlo, pero no daba resultado. Los llantos del bebé seguían saliendo y se podían escuchar.

Y eso era muy malo.

Unos sujetos, de procedencia desconocida, estaban persiguiendo a la mujer con deseos de matarla junto al bebé y beber su sangre.

A la mujer se le facilitaba escapar, pues ella conocía bien la ciudad de pies a cabeza.

Corriendo por unos callejones, se detuvo por unos momentos. Ella trató de tranquilizar al bebé para que deje de llorar.

Esa dulce voz cantando una canción tradicional del país fue calmando al bebé que poco a poco iba dejando de llorar hasta estar más calmado.

La mujer volteó hacia la entrada del callejón y observó que aquellos sujetos pasaron de largo pensando que esa mujer fue más allá.

La mujer suspiró con pesadez y con gran alivio.

¿?: ¿Por qué...? ¿Cómo pasó esto? ¿Qué hicimos nosotros para merecerlo?

Esa mujer estaba completamente perdida.

De un momento para otro, cuando ella y su esposo estaban dormidos, unos ruidos extraños se escucharon en su casa.

La mujer estaba un poco asustada. Por otro lado, su marido se armó de valor y decidió investigar el origen de eso.

Su mujer esperó en la cama a que su esposo llegue y le de noticias de que no era nada... pero un escándalo fue lo que la alertó.

La mujer decidió ir para ver qué era eso, y lo que encontró era algo muy desgarrador.

Su esposo yacía muerto en el suelo. Dos sujetos irrumpieron en la casa. Ellos fueron los culpables de la muerte del señor.

Y no solo eso, sino que ella miró cómo ellos hicieron algo para dejarlo seco hasta solo ser el pellejo.

La mujer estaba asustada. Estaba congelada por el horror. Ella quería gritar y llorar, pero ni la voz se le podía salir y no quería demostrarse débil ante su hijo.

Pero fue un descuido el que llamó la atención de esos dos sujetos.

La señora tiró por accidente un jarrón de flores la cual se rompió al llegar al suelo.

Una vez que los sujetos la voltearon a ver, ella no lo pensó dos veces y corrió hacia la habitación del bebé.

Ella escapó, junto su niño en brazos, por la ventana y solo pensó en correr a más no poder.

Y ahora ella estaba ahí, en un callejón con su bebé en brazos a mitad de la noche.

¿?: Todo va a estar... mi pequeño T/N.

Ese bebé, quien eras tú, sonrió y rio al oír su nombre de parte de su madre, tu madre.

Madre: S-solo...

Tu madre tuvo una idea. Una idea de la cual no quería hacerla, pero todo sea para tenerte a salvo.

Madre: E-espera aquí... Prometo que volveré.

En una caja de cartón que estaba ahí, tu madre te puso suavemente.

Cuando no sentiste el tacto de su piel, comenzaste a llorar poco a poco.

Madre: P-prometo que volveré. No importa qué suceda después de esto, no te dejes llevar por tus sentimientos.

La voz quebrada era notable. A ella le dolía hacer esto más de lo que cualquiera pueda pensar. Ella se odiaba por tener la idea de abandonar a su hijo, abandonarte, pero no tuvo otra idea más que esa.

La madre escondió un poco la caja en donde tú estabas y comenzó a alejarse hasta salir del callejón.

Madre: Nos volveremos a ver.

Fueron las últimas palabras que te dedicó con esa voz quebrada.

Ella corrió lejos y muy lejos... Pero fue hallada al final.

El bebé quedó solo. Tú quedaste solo. En una noche perdiste a tus padres. Aún no tenías conciencia, pero sabías que estabas solo.

Tu verdadera familia había muerto.

~

Pasaron los minutos y una pareja estaba caminando por las oscuras calles de aquel lugar.

Era otra pareja casada, un hombre y una mujer que estaba en los primeros meses de embarazo.

Una mujer, cuando está embarazada, comienza a tener deseos raros si hablamos de antojos.

Pero esa noche, ella despertó con un deseo en mente: "salir a caminar".

Su esposo no quería porque...

Primero: era la mitad de la noche.

Segundo: hacía frío.

Y tercero: ¿por qué?

Ella se lo suplicó, y él accedió al final ante tanta insistencia.

Ahí estaba la feliz pareja. El señor no dudaba que era hermoso, pues la noche era bella, pero más bella se le hacía su esposa quien estaba muy contenta.

Ellos sabían que pronto ellos iban a ser padres... pero no creían que sería esa misma noche.

Mujer: ¿Escuchas eso, cariño?

La mujer de repente escuchó unos llantos a lo lejos.

Hombre: Lo escucho.

El hombre también escuchó los llantos. Reconocieron que era de un bebé.

La pareja siguió el sonido hasta llegar a un callejón muy sospechoso.

La pareja se miró a los ojos y asintieron.

Metiéndose al callejón, se fueron acercando al sonido de aquel lamento.

Hombre: Dios mío...

El hombre, al mover unos periódicos, vio a un bebé recién nacido llorando en una caja de cartón.

Mujer: ¡E-esto es horrible! ¡¿Quién pudo hacer algo así?!

La pareja, quien esperaba a un bebé, se sintió indignada ante tal escena.

Los dos, al verse a los ojos mutuamente, supieron que tuvieron la misma idea.

Mujer: Tenemos que llevarlo con nosotros.

El señor ni siquiera objetó, pues fue su mismo pensamiento.

Agachándose, el señor tomó cuidadosamente al bebé.

Hombre: Shh, Shh, tranquilo, tranquilo, pequeñín, todo va a estar bien.

La pareja salió del callejón oscuro para ir a un lugar con luz.

Bajo la luz artificial de un poste de luz, la joven pareja pudo ver bien al bebé.

La mujer se enterneció al verlo. El hombre dio una pequeña sonrisa al ver al pequeño ser humano que hace poco llegó a la vida.

Hombre: Pobre ser vivo que tan rápido fue abandonado...

El señor en serio estaba enfadado, pero mirando a las estrellas, pudo hallar tranquilidad.

Inspirado y luego suspirando, el hombre dijo, viendo nuevamente al bebé:

Hombre: Con nosotros, no te hará falta nada.

~

La pareja iba de regreso para su hogar. Los dos quedaron satisfechos con esa salida, pues salvaron a un bebé de un destino terrible.

Uno muy pronto para el verdadero.

Llegando a casa, los dos entraron. Todo estaba como ellos lo dejaron. Todo estaba impecable.

Después de haber bañado al bebé y darle de comer, la pareja fue a una habitación donde tenían preparada una cuna para el bebé que estaban esperando, pero, por ahora, el nuevo integrante de la familia puede usarla.

El señor acostó al bebé y él, junto a su amada, lo miraron.

Mujer: ¿Cómo lo vamos a llamar?

Esa era una muy buena pregunta.

Los dos estaban pensando en un nombre para darle.

Mujer: ¿Qué te parece... "Araki"?

Y como si el bebé estuviera oyendo, empezó a gemir ante una molestia.

Hombre: Creo que no le gustó.

Mujer: Entonces... "Kira"?

El bebé, al oír ese nombre, empezó a llorar.

Hombre: Eres mala escogiendo nombres, ¿sabes?

Mujer: ¡Qué esperabas? Todo el tiempo solo pensé en nombres para niñas en caso de que el bebé sea niña, así que tú trabajo es escojer un nombre para niños.

El hombre suspiró y dijo:

Hombre: De acuerdo, lo haré...

El hombre se acercó al bebé que estaba llorando, lo cargó en sus brazos y se puso a pensar mientras que intentaba calmarlo.

Hombre: Bien, pequeñín, qué te parece...

El señor en serio se estaba esforzando en pensar en un nombre para un niño.

Mujer: ¿Verdad que no es fácil?

Hombre: Cállate.

El señor se acercó a una ventana y observó el cielo estrellado.

En ese momento, el viento rugió y un sonido escuchó como si el mismo viento se lo hubiese dicho.

Escuchó un susurro del viento.

El bebé seguía llorando, pero el viento que pasó lo hizo calmar un poco. De eso, el señor se dio cuenta.

Hombre: T/N...

En ese momento, el bebé dejó de llorar poco a poco hasta estar calmado.

Su esposa quedó asombrada.

Mujer: Espera, espera, espera, ¿puedes repetirlo?

El hombre se giró para ver a su esposa y volvió a decir:

Hombre: T/N.

Ahora el bebé, al oír ese nombre, soltó unas pequeñas risitas que hicieron a los señores sonreír.

Mujer: ¡T/N!

El bebé empezó a reír más.

Sin darse cuenta, los señores, al ver esa risa inocente del bebé, empezaron a lagrimear de la felicidad.

Hombre: Al parecer le gustó el nombre.

La mujer se acercó al bebé.

Mujer: Así que "T/N" será, ¿eh?

Hombre: ¡Por supuesto!

Exclamó, el señor.

El señor alzó al bebé mientras el bebé seguía riendo.

Hombre: ¡Oíste bien, bebé? ¡Tu nombre será T/N, y llevarás nuestro apellido!

































El apellido de los "Kagari".

Unos años después...

Niña: ¡Daré prisa, Jojo, nos quedaremos sin lugar!

Niño: ¡Y-ya te dije que no me digas así!

Otra vez era de noche en Japón, pero una noche temprana era la ocasión.

En un lugar público, un parque para ser exactos, mucha gente estaba reunida para ver un evento.

Muchas personas de todas las edades estaban ahí. Unos iban en pareja, otros en familia, y otros iban solos. Pero nos centraremos en una familia en específico.

Una mujer, un hombre y dos niños (niño y niña).

El señor y señora eran tus padres, los señores Kagari. Ahí estaba tú, de unos 7 años de edad junto tu hermana de un año mejor que tú, Atsuko Kagari.

O como a ella le gusta que le digan, Akko.

Ambos estaban entusiasmados, pues ese evento no era uno cualquiera. Ese vento, aunque suene irreal, es de magia, magia real.

Tú y tu hermana estaban corriendo por el lugar para poder ganar unos lugares.

Tu hermana, ante lo que antes le dijiste, te volteó a ver.

Akko: ¿Por qué? Todos tus amigos te dicen así.

T/N: ¡P-pero no sabes el por qué!

Akko: Entonces ¿por qué te dicen así?

T/N: Y-yo... N-no lo voy a decir.

Dijiste, mientras te rascabas el brazo y mirabas al suelo con vergüenza.

Akko, tu hermana, se quedó pensando.

Akko: Mmm... Entonces te seguiré llamando "Jojo" si no me lo dices.

Usted suspiró.

T/N: Ay, por favor...

Tu hermana Akko es una niña muy alegre, pero su destino iba a cambiar esa misma noche. Y no para mal.

En ese evento, ustedes conocerán la magia.

Una vez en su lugar, junto a sus padres, tú y Akko esperaban, como las demás personas, a que el show comience. Aunque Akko se demostraba un poco impaciente.

Akko: No puedo esperar a que esto inicie.

Decía, Akko, con entusiasmo.

T/N: Bueno... Sí puedes, en realidad.

Akko: Jojo.

T/N: No me digas así.

Akko: ¿Tú crees que esté show sea de magia de verdad?

T/N: Bueno...

Usted pensó un poco.

T/N: En los anuncios decía que era de magia, así que, sea lo que sea, habrá magia.

Pasaban los minutos y el show no comenzaba, pero poco a poco el lugar se iba llenando.

T/N: Es mucha gente.

Akko: Sí.

Akko y tú empezaron a ver a su alrededor para ver a la gran cantidad de gente. Era demasiada.

T/N: No creí que tantas personas le gustara la magia... O que pensaran que al menos exista.

Akko: Puede ser, pero eso no le quita lo emocionante, ¿no?

T/N: Hmf, tal vez.

Pero sin que se dieran cuenta, un pájaro volaba por los cielos.

Esa ave blanca pasó entre el público asombrándolos a todos.

Pero ese asombro aumentó cuando una figuro empezó a formarse de aquella ave. Una bruja, la bruja principal.

Bruja: ¡Sean todos bienvenidos al mundo de la magia!

La gente comenzó a gritar su nombre, el nombre de la bruja, Chariot.

El show había comenzado.

Tu hermana Akko estaba muy contenta por lo que veía, pero tú estabas de brazos cruzados con una expresión en blanco.

¿La razón? Bueno...

T/N: Vaya, sí era de magia después de todo...

Estabas perplejo, pues no esperabas que fuera magia real.

Y mediante pasaba el show, permanencias igual.

Llegó un punto en el que varias criaturas pequeñas y mágicas salieron del público, ahí solo alzaste un poco las cejas, y fue la única reacción de tuviste mientras sacabas un pequeño "guau".

~

Akko: ¡Fue increíble!

El show acabó y la gente empezó a irse del lugar.

Unos se quedaron para platicar, otros se estaban reuniendo para irse.

Ustedes estaban esperando a tu padre, el señor Kagari, a que regrese con unas bolas de arroz para su hija e hijo, Akko y tú.

T/N: Lo fue. No creí que fuera literalmente magia. Eso es nuevo.

Ustedes estaban mirando las estrellas desde su lugar. Tu las mirabas tranquilo. De algún modo, sentías una conexión a ellas. Y unas seis estrellas fugaces te hicieron sonreír.

Por otro lado, Akko estaba pensando en algo.

Akko: Sabes...

Tú dejaste de ver al cielo para verla.

Akko: Al ver ese show... Se me ocurrió algo.

Usted estaba prestando atención a lo que ella estaba diciendo.

Akko, con una sonrisa, exclamó:

Akko: ¡Yo quiero convertirme en una bruja como Chariot! ¡Alguien que haga feliz a los demás con magia!

Tú, al oír la idea de tu hermana, sonreíste.

T/N: Me parece bien.

Akko: ¿De verdad lo dices en serio?

Preguntó, Akko, sin creer que estuvieras de acuerdo.

T/N: Sí. Además, ¿qué era lo que dijo esa bruja antes de irse? ¿"Creer en el camarón es tu magia"?

Akko: ¡"Creer en tu corazón es tu magia"!

Te corrigió, Akko, un poco molesta por alterar la frase de su nueva ídolo.

T/N: Eso.

¿?: ¡Ya llegué!

Pero ustedes dos voltearon hacia un lado viendo a tu padre quien tenía las bolas de arroz y unos bollos de carne que ustedes esperaban.

Akko: ¡Yay! ¡Nikuman, mis favoritos! ¡Vamos, Jojo!

Akko fue, junto a tu madre, con papá.

Sra. Kagari: ¡Akko, no corras!

Ellas dos ya se habían ido y tú seguías en donde mismo.

Suspirando, dijiste:

T/N: Dame un respiro.

Usted empezó a caminar...

Niña: ¡Mi globo!

Pero una niña te hizo voltear.

Al girar, viste a una niña peculiar a la que se le había ido el globo.

Mente de T/N: (¡Globo perdido!)

Usted corrió y, saltando en una de las sillas del lugar, te impulsaste para tratar de agarrar el globo mientras la niña te miraba con esperanzas, pero el globo estaba un poco lejos y no pudiste agarrarlo con tus manos.

La niña jadeó, y usted maldeció para tus adentros.

Pero algo inesperado sucedió.

T/N: ¡Ngh!

Un brazo "espiritual" salió de ti, se estiró y tomó el globo y regresó a tu mano para tomar el globo ahora con tus manos verdaderas.

Usted aterrizó en el suelo mientras mirabas atónito tu brazo.

Mente de T/N: (¿Qué... qué fue eso?)

Niña: Mi globo...

T/N: ¿Mm?

Dando la vuelta, viste a aquella niña esperando a que le regreses el globo.

T/N: Toma.

Extendiendo la mano con el globo, la niña agarró el globo de la cuerda y sonrió.

Niña: ¡Gracias!

Usted asintió, con una expresión blanca, y te fuiste mientras observabas tu mano.

Mente de T/N: (Creo que tanto show de magia afectó mi cerebro).

La niña todavía te seguía mirando, pues notó una cosa rara en ti.

Pensamientos de la niña: (¿Cómo logró alcanzar el globo?)

Ella notó la distancia entre tú y el globo. Ella sabía que era imposible agarrarlo, pero aún así lo hiciste.

Eso le pareció extraño.

Pensamientos de la niña: (¿Habrá usado magia?)

¿?: ¡Señorita!

Pero una señora, cuidadora y responsable de ella, llegó.

¿?: Señorita, no debes desaparecer así como así. Es peligro.

Niña: Lo lamento, no lo vuelvo a hacer, Anna.

La niña, junta a la señora ahora conocida como "Anna", se fue feliz de ahí con su globo.

Los años fueron pasando...

Akko: ¡Jojo, mira, voy a volar en una escoba!

T/N: ¡Ten cuidado de no caerte!

Ustedes dos fueron creciendo...

Akko: ¡Jojo, voy a usar magia de títeres que pedí en internet!

T/N: ¿Estás segura que eso funciona?

Los sueños de Akko fueron cada vez más grande...

Akko: ¡Jojo, te voy a convertir en conejo!

T/N: ¡¿Que harás qué cosa?!

Tú también ibas cambiando...

Akko: ¡Jojo, quieres jugar conmigo a las cartas?

T/N: ...

Te hacías más fuerte...

Akko: ¡Jojo, ayúdame a usar magia!

T/N: ...

Te volvías más cerrado...

Akko: ¡Jojo...!

Algo te empezó a atormentar...

Akko: ¡Jojo...!

En tus sueños y en la realidad...

Akko: ¡Jojo...!

Te involucrabas en peleas...

Akko: ¡Jojo...!

Muchos te temían...

Akko: ¡Jojo...!

Otros te respetaban...

Akko: ¡Jojo...!

No estabas solo...

Akko: ¿Jojo...?

Y no hablo de tu hermana Akko...

Akko: ¿Jojo...?

Ni de tu familia...

Akko: Jojo...

Algo más estaba contigo...

Akko: ¿T/N...?



"Un espíritu maligno".











































T/N: ¡Cierra la maldita boca! ¡Eres muy escandalosa, ¿sabes?!




Hasta el punto en el que te alejaste de todos, incluso de tu familia, por el "bien" de todos.


Fin del prólogo.

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