Todos estábamos muy nerviosos, pero nadie hablaba. Estos cinco minutos se están haciendo eternos.

- Bueno, ya tenemos los resultados. Los iré diciendo por orden de lista, menos a una persona. El examen de Claudia será el último. Empezamos por Jeimy, has sacado un 59 por lo que estás fuera. Carla, un 61, estás dentro...

Siguió diciendo un montón de nombres más. Cada vez estaba más asustada, no entendía porque habían dejado mi examen para el final y el hecho de que solo hubieran entrado 10 de los 50 que llevaba dichos me asustaba más. Sabía que era una escuela de élite, pero no pensaba que los que se presentaban supieran tan pocas cosas. Es eso o yo soy superdotada y era demasiado fácil para mi el examen.

- Por último tenemos el examen de Claudia. Ella ha logrado lo que nunca nadie antes había logrado. Ha conseguido completar el examen con 70 puntos y en una hora y media menos que los demás. Ha logrado superar hasta a Gideon Johnston.

Todo el mundo se quedó callado y se giraron a mirarme con admiración. Yo no sabía quién era ese tal Gideon, pero supongo que será alguien importante.

- Dejando este tema a un lado, los 11 candidatos que habéis entrado tenéis que venir hasta la pizarra. Los demás podéis ir saliendo a reuniros con vuestros padres.

Cuando todos hubieron salido y nosotros nos acercamos la señorita Charlotte dijo:

- Hola chicos, como ya se os explicó en la carta no podéis salir a despediros de vuestros padres ni a decirles nada. A partir de ahora formáis parte de la Magic Academy.

Finn, otro compañero que había entrado, levantó la mano y dijo:

- Señorita Addington, mi padre tiene mi baúl con mis cosas.

- Por eso no os preocupéis, hay una persona encargada de llevar vuestras cosas hasta la escuela - dijo la señorita Addington.

- ¿Cómo vamos a llegar a la escuela? - pregunta Carla.

- De la única forma que podemos, tenéis que atravesar esta pizarra y caminar hasta el final del sendero.

- Será una broma, ¿no? - pregunté yo, escandalizada - Nos vamos a dar con la pizarra, eso no se puede atravesar.

- Si que se puede atravesar, pero una vez has pasado el examen. Por dudar, vas a entrar la primera.

Eso me pasa por hablar, voy a empezar a quedarme calladita y sin decir nada. Me acerco a la pizarra y la toco con una mano, todavía no me fio. Cuando creo que mi mano tocará la pizarra, no lo hace. Mi mano ya está al otro lado. Viendo que si que es posible paso entera, pero no llego al sendero que ha dicho la señorita.

Solo veo oscuridad. De repente hay un fogonazo de luz que me muestra una silueta en medio de la oscuridad. Esa silueta me resulta familiar, pero no sé de quién es. Me intento acercar, pero en cuanto doy un paso me encuentro en el sendero. Todos mis compañeros están a mi alrededor deseando marchar.

- ¿Dónde estabas? - me pregunta Finn.

- ¿Vosotros habeis aparecido aquí directamente? - pregunto, antes de que piensen que soy rara.

- Sí, ¿por qué?

- Por nada.

Comenzamos a caminar y al cabo de un rato vemos un edificio antiguo a lo lejos. Todos nos entusiasmamos, la verdad es que todos mis compañeros tenían muchas ganas de llegar, como si quisieran venir aquí desde que eran muy pequeños. Me acerco a Carla y le digo:

- Hola Carla, ¿desde cuándo querías venir aquí?

- Hola, ¿porque sabes mi nombre?

- Porque lo han dicho cuando han dicho tu nota.

- Cierto. Respondiendo a tu pregunta he querido venir aquí desde que tenía tres años y me contaron que era bruja.

- Vaya, pues yo me enteré hace apenas un mes o así.

- Guau, ¿tus padres no te habían dicho nada?

- Mi madre murió cuando yo tenía 10 años y mi padre no sabe nada del asunto. Me enteré cuando leí una carta que escribió mi madre antes de morir.

- Lamento que tu madre muriera. Así que he de suponer que no sabes nada de la escuela.

- Supones bien, jajaja.

- Te comento. Esta escuela lleva abierta desde hace miles de años, pero desde hace como 100 años se convirtió en un internado. Aquí estudiaremos las asignaturas mundis para poder sacar el examen de la ebau, pero también estudiaremos pociones y hechizos.

- Eso lo sabía porque me lo dijeron en el correo. ¿Sabes algo de como van a ser los horarios?

- Mis padres me han comentado que por las mañanas estudiaremos las asignaturas mundis y por las tardes las asignaturas mágicas. En primero solo tenemos pociones y hechizos básicos.

- ¿Hay alguna optativa?

- ¿Mágica o mundi?

- De las dos.

- Haber, puedes elegir dibujo, francés, tecnología o informática en las mundis y en las mágicas historia de la magia. Pero también tienes otra opción y esta es apuntarte para el decatlón académico, donde podrás dejar ver lo que vales ante los demás.

- Vale, muchas gracias. Por cierto, me llamo Claudia, Claudia Wilson.

- ¡QUE! - chilló de tal manera que todos se giraron.

- Carla, ¿por qué chillas?

- ¿Qué por qué chillo? Tu madre es la mejor bruja que ha existido.

Eso me dejó en shock, yo creía que mi madre era una persona normal. Carla, al ver mi cara dijo:

- ¿No sabías quién era tu madre? ¿Tampoco sabes por qué es tan famosa?

- No, yo creía que mi madre era una persona normal.

- Pues de normal tiene poco.

- Ya me he dado cuenta. Me lo cuentas luego, que ya casi estamos.

Bueno, ya habíamos llegado. Nos encontrábamos a las puertas de un edificio muy antiguo, pero con aspecto de instituto. Estas se abrieron y la señorita Charlotte Addington apareció, pero vestía de forma rara. Llevaba puesta una especie de túnica muy rara que le llegaba hasta los pies y el típico sombrero de bruja acabado en punta.-

- Hola niños, pasad. Bienvenidos a la escuela Magic Academy, como ya sabréis aquí aprenderás muchas cosas tanto mundis como mágicas.

Ella iba hablando mientras nos guiaba por la escuela.

- Ahora os voy a llevar a vuestras habitaciones donde ya están vuestras cosas, los horarios para mañana y el mapa. No toleramos la impuntualidad, aquel o aquella que llegue tarde a una clase no entrará.

Nos íbamos adentrando cada vez más. Las paredes eran de un color marrón bronce muy bonito y estaban decoradas con cuadros. Todas las paredes eran así hasta que llegamos a otra zona, aquí eran de colores muy llamativos y no habían cuadros. En su lugar habían muchos tablones de anuncios.

- Estas son las habitaciones. Antes de que os pongáis a buscar la vuestra he de deciros una cosa. En estos tablones tenéis las optativas, debéis escoger una y apuntaros en ella. Tenéis que escoger una mundi y una mágica o meteros en el decatlón académico o fútbol mágico (las podéis coger y coger una mundi). Dicho esto, podéis buscar vuestras habitaciones en la puerta de las mismas pone los nombres de los que duermen ahí. Solo los que duermen en esa habitación pueden entrar en ella, son mágicas así que no hagáis tonterías.

Dijo eso y se fue, dejándonos solos. Me giré hacia Carla y le dije:

- Qué hacemos primero, ¿apuntarnos a las extraescolares o buscar las habitaciones?

- Yo iría a apuntarnos porque después vendrán todos y no quedarán sitios. Luego podemos buscar las habitaciones y rezar para que nos toque juntas.

- Vale.

Nos acercamos a uno de los tablones y vemos francés, luego vamos a otra y vemos dibujo y así hasta que las vemos todas.

- Claudia, ¿qué vas a coger?

- Yo me quería coger dibujo y el decatlón académico.

- ¿Estás segura de lo del decatlón?

- Sí, en mi escuela era muy buena y nunca he perdido. Dibujo lo cojo porque me encanta. ¿Qué vas a coger tú?

- Creo que lo mismo, así vamos juntas, pero no sé si pasaré las pruebas para entrar en el decatlón.

- ¿Hay pruebas?

- Sí, generalmente se hacen después de las pruebas mágicas del día 10.

- Yo te puedo ayudar con la parte mundi y tu me ayudas con la mágica.

- Trato hecho.

Nos apuntamos en esas dos y fuimos en busca de nuestras habitaciones.

- Claudia, he encontrado la tuya - dice señalando la puerta.

- Carla, también es la tuya mira - digo, señalando un nombre en el otro lado de la puerta.

- Que suerte, vamos dentro.

La habitación es enorme, hay dos camas de matrimonio con dosel en medio de la habitación y la pared está llena de armarios y estanterías. Las estanterías están llenas de libros.

- Siempre he soñado con tener una habitación así - dije.

Me acerco a la que supongo es mi cama, ya que mis cosas están en ella y veo un sobre al lado. Lo abro y leo:

Bienvenida Claudia Wilson, aquí tienes el horario y el mapa. Recuerda que se valora mucho la puntualidad.

Despliego el horario y me quedo flipando tenemos clases mundis de 8 a 3, clases mágicas de 5 a 7. Optativas mundis de 4 a 5 y otras optativas de 7 a 8.

- Así no tenemos mucho tiempo libre.

- Pues imagínate los de segundo que tienen clase hasta los fines de semana.

Me giro hacia Carla y le digo:

- Será coña.

- No.

Organizamos nuestras cosas en los armarios y en las estanterías y le pregunto a Carla:

- Aquí llevamos uniforme o ropa de calle.

- Uniforme entre semana y ropa de calle los fines de semana. Eso me recuerda que hay que ponérselo para ir a cenar.

Nos ponemos el uniforme y suena campana, seguidamente oímos a alguien decir:

- Es hora de cenar, nos vemos en el comedor.

- A cenar se ha dicho - dice Carla.

Salimos del cuarto y nos vamos al comedor. Antes de entrar Charlotte nos para y nos dice que nosotras entramos las últimas porque nos tienen que presentar. ¡Qué vergüenza!