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Capitulo 7: un cuervo y tres leones silenciados.

Las clases de Hogwarts habían terminado y el verano se cernía sobre nosotros. Era momento de probar mi nuevo control en el callejón nuevamente. Severus parecía haber aceptado el hecho de que Invitus y yo no teníamos nada excepto una relación profesor alumna, y parecía complacido por el hecho de que había hecho unos cuantos amigos y que los profesores que me habían descrito como un prodigio. El chico Rubio de Slytherin se estaba volviendo algo molesto. Era la tercera vez que lo pescaba en el gran salón observando. Ya sabía que tenía fama de desagradable, y su aura mágica no se sentía del todo limpia, pero cuando me observaba no parecía del todo odioso. ¿Era posible que yo le gustara? Compartí mi observación con Invitus y se rió de mi opinión. -Tendrías tantas posibilidades con Malfoy como de salir ilesa de un encuentro con un ironbelly.- respondió sarcástico. No tenía idea de qué era un ironbelly, pero no era eso lo que estaba preguntando. -No quiero saber qué posibilidades tengo con él. No me interesa. Su magia huele sucia. Solo quisiera saber qué opinas sobre que él pudiera tener intenciones para conmigo.- el chico lo contempló un segundo. -Sin ser odioso: eres una niña ilegítima de un profesor poderoso, si, pero mestizo, y una muggle; lo que te hace una mestiza por partida doble. Poderosa o no, atractiva o no, sí Draco Malfoy tuviera alguna intención contigo, probablemente sería la de moler tus huesos y usar tu sangre en un ritual para resucitar a Voldemort. O, en caso de que no estuvieras equivocada, sus padres lo desterrarían en el segundo en que oyeran sobre sus peculiares gustos traidores a la sangre.- dijo esto último con un gesto teatral. -Tu eres sangre pura y proveniente de una familia rica influyente y de un linaje noble. ¿Por qué a ti no te tratan como un traidor de la sangre?- pregunté un poco molesta por lo divertido que parecía ante la conversación. -Aquí lo hacen.- dijo encogiendose de hombros. -Pero en Uruguay casi todos son mestizos, o tienen algún muggle en su familia más lejana o más cercana... No nos importa el status de la sangre, y creo que con Hermione Granger y tu en el castillo, queda claro que el poder de la bruja o mago no tiene absolutamente nada que ver con su sangre mágica o la nobleza de su familia.- respondió. 

Asentí comprendiendo a qué se refería. -Deberíamos preparar nuestros baúles. El expreso partirá en unas horas. - Me sentía algo emocionada. Una temporada completa lejos del ojo fisgón de Severus Snape. Con una bóveda con algo de oro para poder comprar mis útiles escolares, una habitación con mi nombre en el caldero chorreante, y la libertad de pasear, siempre que mi tutor estuviera allí conmigo. Dudaba de si Invitus se sentía igual. Parecía que pasaría sus vacaciones haciendo de niñero, en lugar de regresar a Uruguay donde seguro tendía muchas cosas divertidas que hacer, como cuidar de criaturas mágicas, elaborar pociones, o pasar sus días en una biblioteca que ya había descrito como "enorme y sin libros prohibidos". Pero sus responsabilidades como tutor no acabarían hasta que fuera asignada a una casa en Hogwarts (probablemente Slytherin) y oficialmente estudiara en el colegio. Me pregunté por qué Severus no se hacía cargo personalmente de tales asuntos, pero agradecí que no lo hiciera. 

Abordé por primera vez el Hogwart's express, una locomotora a vapor de color escarlata vibrante. Era bonito, pero no imaginaba cómo cabrían todos los estudiantes de Hogwarts con sus baúles y jaulas de mascotas en ella. Una vez dentro, fue claro el hechizo de expansión idetectable. La locomotora estaba llena de compartimentos. Algunos de ellos ya estaban ocupados por estudiantes que charlaban alegremente sobre sus planes para el verano. Podía oir sus pensamientos pero simplemente como algo que se desliza suavemente por los sentidos. Nada atronador. Incluso estaba segura de que podría escuchar los planes de un estudiante en particular, solo como práctica, si me enfocaba en ello, solo separando la harina de los guijarros. -Busquemos asientos, dijo Invitus con su mano en mi hombro haciendome mover por los apretujados pasillos entre la gente. Casi me golpeo de frente contra el chico rubio nuevamente. -Lo siento.- dije, preparada para recibir un comentario grosero del tipo "fijate por donde andas mestiza imunda", sin embargo el chico me hechó una mirada, dio un paso atrás empujando al gorila que lo seguía como su guardaespaldas y se sonrojó. -Ha sido mi culpa.- dijo dandome paso. No pude evitar sentir su rencor al mirar a Invitus pasar detrás de mi con su mano sosteniendo firmemente mi hombro. -Nada mal, sololock.- susurró en  mi oído el idiota de Invitus. -Tal vez no te equivocabas respecto de Malfoy. Ni siquiera te ha llamado sangre sucia. Viniendo de él, es todo un cumplido.- Preferí no mencionar cómo se había sentido el Slytherin al verlo pasar con su mano en mi. ¿Qué punto tenía decirle que el chico se sentía algo celoso de él? probablemente solo aumentaría su ego. Y necesitaba sobrevivir un verano completo con ese ego suyo. Cuanto menos lo alimentara, mejor.

-En cuanto lleguemos necesitamos ir al callejón Diagon. Una vez que tengamos todos tus materiales de estudio, podremos tener el verano libre.- dijo Invitus. -¿No se supone que debo esperar a que me llegue la lista?- pregunté confundida. -Todos los años piden lo mismo a los primeros años, y aún tengo mi lista. Así que podemos saltarnos la espera.- Respondió. Estabamos cómodamente acomodados en un compartimento para nosotros, cuando Ronald Cannons Weasley entró con Harry Potter. -Hola- saludaron algo incómodos. Puse los ojos en blanco, de verdad esperaba que no volvieran a hablar de quidditch o el daño cerebral que me causarían sería irrevocable. No nos habíamos visto desde la última vez que estuve a punto de aplastarlos con un tentáculo gigante. No esperaba que vovieran a dirigirme la palabra. Pero aquí estaban. -¿Les importa si nos sentamos?- preguntó Potter al notar que interrumpía una conversación. Para mi desgracia, Invitus tendió la mano hacia el asiento del frente. -Para nada. Solo comentábamos las cosas que Lil tendrá que comprar para su primer año escolar.- Me concentré en Invitus, intentando entrar en su mente. -¿Lil? ¿Desde cuanto tenemos apodos de cariñitos?- soplé en su mente. El chico hizo una sonrisa. Algo que pasaría desapercibido para los demás, pero sabía que en su mente elaboraba una respuesta ingeniosa, así que mantuve mi mente abierta esperandola -No esperarás que te llame como a la madre de los demonios el resto del verano, ¿no?- Su respuesta me ofendió, pero en lugar de montar un escándalo que podía terminar con descarrilamiento, decidí contratacar. -Para tu información Lilith fue creada como un ser individual, separado de Adan, y lo rechazó por conocimiento. En el mundo muggle se la conoce además como la primera bruja, y es un honor llevar el nombre de una de las pocas mujeres reveldes de las que se tenga constancia en la historia, Invi.- La sonrisa divertida de Invitus se convirtió en un suspiro prolongado, supuse que contenía sus ganas de arrogarme a las vías del tren. ¡Pero él había comenzado con el jueguito de los nombres! Ahora, en lo que a mi respectaba, sería conocido como Invi durante todo el verano, y haría todo cuando estuviera en mi poder por extender ese apodo, al menos en los nuevos ingresos de Hogwarts de este año. -Ni se te ocurra.- susurró amenazadoramente en mi cerebro, seguramente estaba escuchando mis planes. ¡Genial! Ahora sabía a que atenerse. 

-Como sea, necesitas túnicas de Madam Malkim para uso diario, y una para el invierno, un sombrero, ingredientes para pociones, un caldero, tus libros, una varita, por supuesto...- miró en mi dirección con algo de recelo en sus ojos oscuros. Ya sabía lo que pensaba sobre las varitas, y que podía hacer magia sin una. El continúo haciendo caso omiso de mis pensamientos. -...un par de guantes protectores... recomiendo los de piel de dragón, aunque son algo costosos.- Ron abrió la boca -¿Algo? ¡Tendría que dejar una pequeña fortuna por un par de guantes de cuero de dragón!- Harry rió, -Pero evitarás las mordidas de mandrágoras y tentáculas venenosas. -¿Recuerdas lo que le pasó a Malfoy cuando quiso hacerse el chistoso con la bebé mandragora?- comentó. Ron comenzó a reirse con ganas. Invi y yo nos quedamos en silencio, parecía una especie de chiste interno. Harry intentó explicarlo: -Estábamos en clase de herbología, trasplantando mandrágoras, y después de que Neville se desmalló, Malfoy quiso probar que solo "eran bebés indefensos" así que comenzó a hacerle cosquillas al extraño cuerpecito hecho de raices, hasta que la pequeña mandragora lo mordió tan fuerte que arrancó el dedo de su guante.- Eso de verdad sonaba como algo hilarante de presenciar. Tal parecía que Malfoy si era un sujeto desagradable. -¿De verdad tengo que usar un sombrero puntiagudo?- pregunté un poco extrañada. Casi nadie los usaba en el castillo. -Se supone que son parte del uniforme escolar. Te recomiendo que lleves uno, aunque sea para las ocasiones especiales.- Hermione entró un rato después mientras aún nos reíamos del incidente de la mandrágora. -No es gracioso.- protestó indignada. -¡Es una suerte que la profesora Sprout no haya tenido problemas! El padre de Draco dirige la asociación de padres, y tiene la tendencia a escuchar una única campana...- dijo en un tono amenazador. -¿Te refieres a la campana rubia de ojos verdes "mi padre se enterará de esto" Malfoy?- dijo Harry divertido. -No sean tan malos con el chico,- dijo Invi y temí porque asumía hacia adonde se dirigía. Lo miré consternada, pero eso no lo detuvo -creo que a Lil le gusta.- dijo entre risas. 

-¡Nunca dije que me gustara!- protesté algo sonrojada. -Pero supongo que en cuanto entre a Slitherin, lo veremos.- Todas las miradas se volvieron hacia mi. -¿Quieres entrar en Slytherin?- preguntó Hermione con algo de incredulidad. -No es como que tenga opción, ¿verdad? Practicamente todas las familias continúan en una misma casa. Harry está en Gryffindor, como sus padres. No hay que ser un genio para asumir que todas las cabezas color zanahoria son Weasleys, incluso he oído sobre casas nobles, como los Black, cuyos integrantes han sido todos Slitherins. ¿Alguien se imagina a una Snape Hufflepuff?- sentencié. -No es así como funciona el sombrero seleccionador.- dijo pacientemente Invi. -Si, evalúa tus conocimientos, aptitudes, hasta tu personalidad, antes de colocarte en una casa.- continuó Hermione. -Y en última instancia, escucha tus deseos. Dumbledore una vez me dijo que las cualidades no determinan al mago, sino las decisiones que toma. Yo mismo estuve a punto de ir a dar a Slytherin, pero solo le pedí que no me enviara allí, así que terminé en Gryffindor.- terminó de aportar Harry -¡Y aquí lo ves, un Gryffindor de corazón que pudo empuñar su espada, nada menos! Además, una Snape en Hufflepuff tiene lo suyo.- comentó Ron sonriendo. -Además, creo que está claro a qué casa irás...- dijo Invi mientras los otros tres asentían. -Irás a Griffindor.- soltó, mientras, a la vez, los otros tres decían -Irás a Ravenclaw!- Hubo un momento de incredulidad en que los cuatro se miraron en absoluta sorpresa. Invi fue el primero en hablar -¡¿A ravenclaw?! ¿en serio? Lil ni siquiera es estudiante de Hogwarts y ya ha roto como mil reglas! Le irá mejor en Griffin "haga ahora y piense después" dor.- Los otros parecían algo ofendidos, pero Hermione arremetió. -Aún no ha asistido a una sola clase formalmente y domina magia con la que la mayoría de nosotros no puede ni soñar. Además casi siempre está investigando algo, es curiosa, inteligente, y escuché que resolvió el desafío de la aldaba en su primer intento. Es una Ravenclaw, tan claro como el día.- Invitus no parecía tan convencido. -Solo hace falta pensar un poco fuera de la caja para responder a los desafíos de la aldaba, tu misma podrías hacerlo a la primera. Y en cuanto a que sea un ratón de biblioteca, creo que esa descripción le cuadra perfectamente a otra persona, que casualmente, no pertenece a Ravenclaw, ¿verdad?-. 

La discusión se prolongó por largo rato hasta que no lo toleré mas. Odiaba que discutieran sobre mi como si ni siquiera estuviera presente, cerré mis ojos y me concentré en el silencio. Era dificil con todas las conversaciones en el tren, y aquellos cuatro mencionando mi nombre interrumpían mi concentración, pero entonces lo encontré. Silencio. No era como el vacío (ya había aprendido a alejarme de el siempre que pudiera evitarlo. Abrí los ojos finalmente en calma, pero los ojos de los cuatro presentes en mi compartimento no estaban ni remotamente en calma. Tardé un segundo en comprender que había conjurado un maleficio sella labios sin quererlo. -Moví mis manos frenética y chillé -finite-.

Los cuatro pudieron volver a mover sus bocas aunque nadie dijo nada, hasta que Ron se acercó a Harry y susurró -Tal vez si sea una Slytherin después de todo.- Me arrellané en mi asiento de cara a la ventana. No había sido mi intención lanzar un maleficio, solo quería un poco de silencio. Cuando la señora del carrito llegó, los tres Griffindor salieron del compartimento, aunque solo fuera una excusa para uir de mi. -El maleficio Oscausi es muy peligroso.- comentó como si supiera de lo que hablaba. -No fue mi intención maldecirlos, ¡y lo deshice en cuanto entendí lo que estaba ocurriendo! solo me concentré en el silencio.- Los ojos oscuros de Invitus Perit brillaron con feroz intensidad. -¿Lanzaste un maleficio que no sabías que podías lanzar solo concentrándote en el silencio?- asentí algo asustada. -No creo que volvamos a tener compañía en el compartimento, pero lo mejor será que lo hablemos cuando bajemos del tren en Londres. Ahora, ¿por qué no duermes un rato, Lil?- dijo tendiendome un brazo para que me acurrucara en él. Su abrazo calmó mi miedo. -Todo irá bien pequeña.- fue lo último que alcancé a oír antes de que su magia balsámica me cubriera hasta hacerme caer en un profundo sueño. 

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