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Capítulo 33: Viejos merodeadores.

La vacaciones de Navidad pasaron volando. Quienes nos habíamos quedado en el castillo lo recorrimos de punta a punta, descubrimos todos sus pasadizos y entrenamos mucho en la sala de los menesteres, además de divertirnos y jugarnos bromas. El día antes de nochevieja se nos permitió a todos los que estábamos en el castillo sin importar el año ir a hogsmade para comprar regalos y divertirnos, aunque los menores debían ir en grupos acompañados de un estudiante mayor o un profesor, lo que no supuso un gran problema, ya que los merodeadores más jóvenes, simplemente fueron con los más grandes. La mayor parte la pasamos en honeyduke y zonko's, dónde dejamos una buena cantidad de galeons en algunos regalos y un surtido ingente de golosinas.

El día siguiente a que todos habían llegado, aparecieron en el castillo Sirius Black y Madame Bones, a hablar sobre algo importante conmigo y Draco. Después del desayuno, fuimos llevados a una sala de conferencias junto con la profesora McGonagall y el profesor Prince. -Bueno caballeros, el señor Black me informó sobre su interés, o mejor dicho, su exigencia de que la tutoría y custodia del señor Potter pase a su cargo como corresponde por ser su padrino, y por la negligencia y violencia sistematizada de sus parientes muggles- habló la directora del departamento de la aplicación de la ley mágica, bastante enojada. -Cosa con la que el departamento no tiene el menor reparo. Ahora que el señor Black, Lord heredero de la casa Black ha sido exculpado por la muerte de los doce muggles y del señor Pettigrew. Tiene el derecho de reclamar el cuidado del joven Potter. Por otra parte, también se enteró que su sobrino, el señor Draco, fue desterrado de su familia, y quisiera hacerse cargo de él también. En cuanto a ello, es un poco más complejo, ya que el destierro de una familia noble implica el absoluto desconocimiento de este miembro de la famila, por lo que el señor Draco, debería pasar a ser un Black para que ello se cumpla, así que ahora es decisión del joven.- Dijo la bruja, dejando a la profesora y al profesor, estupefactos por la noticia del destierro. A Draco se lo veía feliz y aliviado de ya no tener que cargar la marca tenebrosa ni de tener que pedirle a Sirius que fuera su tutor. En ese momento, el director un tanto furioso interrumpió en la sala -¿Se puede saber por qué hay una representante del ministerio y alguien ajeno al colegio aquí sin mi conocimiento y consentimiento?- pregunto, haciendo que los adultos presentes se molestaran -Señor director, disculpe usted, pero estamos aquí en relación a asuntos privados de la familia Black, y como tal no tiene derecho a saber nada de lo que aquí ocurre.- le dijo madame Bones implacable -Pero, son mis estudiantes los involucrados y ésta reunión se está dando en mi castillo.- replicó el mago -Profesor Dumbledore, con todo respeto, para velar por los estudiantes estamos sus jefes de casas, y como dijo la señorita Bones, bajo las leyes de nuestra comunidad, no tiene derecho a meterse en asuntos de familias con estatus noble. Es por ello que no lo hemos llamado, y por esto mismo que debe retirarse- le respondió el profesor Prince -Además Albus, no tienes derecho a reclamar nada, después de dejar a Harry con esa familia tan horrible, aunque se te advirtiera de lo que pasaría.- le hablo McGonagall, sorprendiendo a todos de que le hablara así al director.

El director retrocedió unos pasos como golpeado por una blodger. -Esta bien, entiendo que cometí un error y no intentaré molestar o imponer una autoridad que claramente no tengo en este asunto.- dijo con un tono desinflado. Parecía que el hecho de no tener más potestad sobre mi lo afectaba. Hasta este momento, mi tutor mágico había sido el propio director, pero ahora había alguien con status noble y derecho por encima de él. -Una cosa más, Albus...- dijo Bones con el mismo tono inflexible. -...si hubieras solicitado permiso para participar de esta reunión, se te habría brindado sin mayores inconvenientes, ya que eras el tutor mágico del joven Potter, y como tú mismo afirmas, este es tú castillo. Pero parece que con los años, se te han olvidado los modales.- lo regañó, aunque ello no pareció afectar al director, que mantuvo su mueca inexpugnable, se inclinó y saludó -Que tengan una excelente charla. Lord Black, profesores, Amelia, jóvenes...- musitó, y se marchó. -Estamos aquí solo para informar sobre el asunto, los papeles ya están hechos y aprobados. Si el señor Draco no tiene reparos en firmar, serán concedidos los permisos legales inmediatamente.- dijo la directora. Él asintió echando una mirada a mi padrino y a mí, tomó la pluma del escritorio y firmó los documentos que le competían. -Bien, si me disculpan, quisiera hablar a solas con el Profesor Prince.- finalizó madame Bones, recogió los documentos y se marchó junto con el profesor de pociones -por mi parte también me retiro, tengo muchas tareas por realizar, señores- dijo mi jefa de casa y se inclinó en señal de saludo antes de salir de la sala.

En cuanto estuvimos a solas, me tiré sobre mi padrino, al cual apenas había podido ver mientras se recuperaba -Así que... ¿Ahora viviremos juntos?- pregunté esperanzado -pues si cachorro, pero... ¿No te molesta que haya adoptado a Draco? Sé que no se llevan muy bien.- pregunto mi padrino, un poco nervioso -sé que lo hice sin siquiera consultarte, pero él es un Black, y me pareció injusto lo que su padre le hizo.- comentó como una especie de disculpa. Draco y yo nos miramos -Tranquilo Sirius, los rencores y peleas quedaron atrás...- dije, dudando de continuar por donde pensaba -¿Un Slytherin y un Gryffindor siendo amigos?- preguntó en una forma teatralmente escandalizada. -En este colegio se están perdiendo los valores.- sentenció en broma. -Si... ahora somos parte de... Los merodeadores 2.0- expliqué, -Y Draco es el novio de la hija de Severus, Lilith, una niña Ravenclaw.- Mi padrino abrió los ojos tanto que parecía que se iban a salir de sus cuencas -¡Vaya! ¡Si parece que están siguiendo nuestros ejemplares pasos!- comentó emocionado -Así que ¿andan gastando bromas como nosotros? genial.- chillo entusiasmado -No Señor Black, no andamos gastando bromas, o al menos no muchas, somos más un grupo de amigos que se ayudan a mejorar en sus habilidades, y estamos unos para otros. No somos bullies, y no tenemos traidores.- dijo Draco a lo que él se rasco la nuca. Casi podía entreverse la esencia perruna detrás de ese gesto -Bueno, algo es algo, supongo. Y me alegra que no haya traidores o sean unos abusivos... Ahora de adulto me doy cuenta que se nos fue la mano con Sev... Y no me llames así chico, ahora tú también eres Black. Soy Sirius, o Canuto, incluso tarado si te place, pero jamás señor Black, o Lord Black. Juro por Dios que morderé las pantorrillas del próximo que me llame así, aunque se trate del mismísimo Albus Dumbledore.- dijo mi padrino, haciendo que nos riéramos -Aun así, quisiera conocerlos a todos, los nuevos merodeadores... ¡Qué orgullo, nuestro legado sigue vivo! ¿Qué tal esta noche? Estaré todo el día en el castillo recuperando tiempo perdido con Lunático- afirmó con un movimiento incómodamente significativo de cejas -bueno señ... Digo Sirius, nos reuniremos en el aula abandonada del septimo piso, la única que hay allí. Ahora tenemos que reunirnos con nuestros amigos. Nos veremos más tarde.- dijo Draco y fue abrazado por Canuto -Bienvenido a la familia. Tendremos que trabajar en esa estructurada formalidad tuya, pero nos acostumbraremos.- Luego me dió un abrazo a mi -Pasaremos grandes momentos juntos cachorro.- y se marchó, en busca del profesor Lupin.

...

Cómo habíamos acordado, todos nos dirigíamos a la sala de los menesteres con grandes paquetes para la entrega de regalos, quien más cargada iba, era Juliet que tuvo que ser ayudada por todos los Gryffindors. Al llegar, nos acomodamos en una alfombra frente a una chimenea, y nos sentamos en ronda con los respectivos regalos en nuestras espaldas. -Empiezo yo- dijo Juliet, abriendo la enorme caja, y sacando 12 Nimbus 2002 dejando a todos estupefactos -¡¿Qué?!- chillo Ron emocionado -Cortesía de mi padrastro.- Dijo la chica sonriendo -Ésto es mucho- musitó Hermione -Y algunos ya tenemos escobas.- dijo Harry -Lo sé, pero no todos... Además, pueden tener más de una, o vender la vieja... y por cierto, estás son el modelo más reciente, aún no han salido al mercado y están personalizadas con el nombre de cada uno.- respondió ella sin inmutarse. Todos les dieron las gracias y dejaron sus escobas junto a ellos. -sigo yo- exclamó Lil emocionada, y con cara perversa sacó de una caja libros de autosatisfacción, consoladores y conjuntos de ropa interior erótica para todos -para que jueguen en parejas, solos, o como gusten- dijo en un ataque de risas dejando a más de uno abochornado. Ron sostenía un libro titulado "el arte de los dedos" y una tanga con una pronunciada trompa de elefante con espacio para el pene; por su sola expresión, los incómodos regalos de Lilith habían valido la pena, definitivamente. -Oh, esto puede ser muy interesante. Gracias Lil por preocuparte por nuestra salud sexual- le agradeció Luna tranquilamente mirando su vibrador. -Es mi turno.- dijo Hermione intentando dejar de lado el disfraz erótico y el juego de esposas que había recibido de parte de Lil. Se puso de pie y repartió ejemplares raros de diversos temas entre todos -Siempre útil y estudiosa- dijo Ron, ganándose un golpe de su hermana. Draco se miró las manos avergonzado -Lo siento chicos, pero me acaban de cortar mis finanzas- se excusó, pero a nadie le molestó -tranquilo bebé, con que estés con nosotros es suficiente- le calmo Lil -¡No creí que viviría lo suficiente para ver a un Malfoy en bancarrota!- dijo Ron volviendo a ganarse un golpe, esta vez de Harry -¡Hey, ¿Hoy es el día de pegarle a Ron?!- preguntó ofendido -si sigues siendo un idiota Ronald, si: si lo es.- le respondió Hermione -Tranquilos, a mucha honra estoy en la bancarrota, si eso significa librarme de las ataduras de mi familia, y... técnicamente Ron, no has visto jamás a un Malfoy en bancarrota, porque ya no soy un Malfoy.- dijo Draco con mucho orgullo -No, ahora eres un Black, y mi primo por ende.- Le dijo Harry. Lo que dejó a todos un poco incómodos, más a los más grandes que los veíamos pelearse constantemente. Los Weasley dieron un paso adelante -nosotros solo pudimos comprarles una pequeña caja de dulces en Honeyduke a cada uno- dijeron repartiendo las cajitas de golosinas entre todos -Ésto es una pequeña fortuna para mí hoy en día Weasley, gracias. Se que no merezco que se hayan acordado de mí.- dijo Draco algo abochornado.

Ginny volvió a su butaca y recogió unos paquetes grandes y mullidos. -Hay algo más... Le dijimos a mamá que no era necesario...- explicó la niña. -Pero decirle que no a esa señora es imposible.- dijo Ron mirándose los pies, mientras Ginny repartía los paquetes con nuestros nombres -¡Oh, genial, no pasaré frío este invierno!- exclamó Luna, y se puso de inmediato su sweater azul con una L en bronce. Me hubiera gustado saber a qué se refería con "no pasar frío". Que yo supiera, la chica traía su ropa abrigada de casa. Algo no andaba bien. -¡Son buzos, con nuestras iniciales y colores de casas!- dijo Ignatius colocándose también el suyo. -Mamá los teje para toda la familia cada navidad, y parece que ahora los considera parte de ella a todos- Finalizó Ginny mientras cada uno se colocaba el suyo. -Parece que me toca- hablé, abriendo la caja y empezando a sacar los regalos -Ginny, Harry, un equipo protector nuevo para el quidditch. Hermione, Draco, Neville, Luna, acá tienen libros que confío en que les parecerán interesantes.- dije, mientras pasaba paquetes -Ron, espero que los disfrutes, y no se te acaben rápido- le dije pasándole un surtido de dulces y snacks típicos de Uruguay. - Ignatius, acá tienes un kit de dibujo mágico, supongo que te vendrá bien para que no dejes de dibujar y perfeccionar tu arte. Thadeus, ésta es una runa familiar tallada en un disco de plata: sé que te gustan las runas antiguas y quería darte algo que te recordara a tu familia y su trabajo. Y para las últimas damas. Una capa de seda de acromántula para Juliet y una Amatista uruguaya para Lil.- Finalicé con mis regalos a los cuales todos agradecieron.

Luna paso por todos entregando pulseras de corcho de cerveza de mantequilla. -Las hice yo misma- afirmó ensoñadora. Al llegar a mi, el último, le di un abrazo y le agradecí, antes de pedirle ayuda para colgar la pulsera de mi brazo. -¡Feliz navidad! Tu regalo es hermoso, porque tiene toda tu peculiar energía en él.- Le dije mientras me ayudaba a ponérmela. -Si, gracias Luna- dijo Harry y se colocó la de él también. Después de eso, todos se las pusieron y le dieron las gracias -Sé que no a todos les gustó mi regalo, pero es un gesto muy bonito que la usen de todos modos.- dijo ella, dejando a más de uno avergonzado por no apreciar del todo el regalo.
Harry se aclaró la garganta -no sabía que regalarles a todos, así que hice una copia de la foto que nos tomamos antes de vacaciones- musitó, pasando una copia de dicha foto a cada uno -¡Es genial, así siempre estaremos juntos!- dijo Neville -Yo hice algo parecido, pero es de cada uno, y lo dibujé yo mismo- habló Ignatius, pasandonos retratos a cada uno -¡Wow, eres un gran artista, te quedé preciosa! Aunque con ésta modelo es difícil hacer algo feo.- le dijo Juliet, sacándonos risas a todos. -Yo también traje algo hecho por mi- dijo nuestra joven serpiente y sacó un juego de 12 dagas -eh... Thadeus, ¿No es algo peligroso esto?- dijo Hermione -bueno... Me pareció algo útil, además tienen una runa de propiedad, así que solo su dueño puede empuñarla.- se explicó el chico -Me parecen geniales... Hay muchas situaciones en las que pueden ser útiles: incluyendo la propia clase de pociones. ¿Cómo activamos la runa?- pregunté, para llenar el silencio incómodo, y para convencer al resto de su utilidad. -Con un poco de sangre de cada uno, claro. Ellas los reconocerán como sus dueños- dijo él, como una obviedad, y aliviado de que alguien le reconociera su regalo como algo bueno. Lil y Ginny se miraron e hincaron la punta de la daga en uno de sus dedos: así como una gota de su sangre tocó la runa, la misma cambió de color: la de Ginny se puso dorada cobriza y la de Lil rojo intensa. Los demás las imitamos. -Curiosamente, sus runas se ven del mismo color que sus auras. Evidentemente, la runa nos ha reconocido.- aportó Lil ahora completamente convencida con su regalo. -Vean lo que pasa cuando alguien intenta usar una que no le pertenece.- dijo y tomó la daga de Invitus. La pasó por su pierna, de un modo que, de no confiar en la runa, sería algo completamente peligroso. La daga se deslizó por sus pantalones completamente roma. -Su filo desaparece inmediatamente.- explicó el chico. -Si alguien intenta usar su daga en su contra, se llevará una desagradable sorpresa.- dijo emocionado. Claramente disfrutaba de hacer este tipo de objetos. -¡Esto es verdaderamente genial!- chilló Ginny.

Estuvimos un buen rato jugando con las dagas, ni siquiera las de los hermanos Weasley cuya sangre era similar, funcionaban cuando las intercambiaban, lo que las hacía increíbles. Además, aunque en un principio todas las dagas se veían iguales, ahora cada runa resplandecía con un color diferente: así, la de Luna era plata, la de Juliet era rosa chicle intenso, la de Neville era verde vibrante, y la de Draco era de un verde oscuro casi azul, la de Invi era azul eléctrico como su cabello, etcétera. -Bien, parece que soy el último- dijo Neville, parándose para entregar un anillo a cada uno -Cuando fuimos al callejón Diagon por una nueva varita, acompañé a mi abue a la bóveda Longbottom, y allí los encontré. Me parecieron de lo más útiles para nuestra nueva hermandad..- comenzó a explicarse el chico -Le pedí a mi abuela para traerlos, y aunque son una reliquia familiar, estuvo de acuerdo en que los trajera como regalo, ya que hace mucho que la familia Longbottom no es tan numerosa como para usarlos: Cuando uno de nosotros está en problemas, el anillo se enfría y si miran a través de él, nos da una imagen del lugar donde se encuentra para que vayamos a auxiliarlo.- Finalizó, dejándonos conmocionados -¿Reliquias familiares? Se ven muy especiales, Neville, ¿estás seguro de querer regalarlos?.- inquirió Juliet, un poco preocupada. -Si, pero como les dije, hoy en día la familia se ha visto muy reducida. Concretamente, somos solo mi abue y yo. Así que cuando se los pedí, se emocionó de que un Longbottom volviera a darles uso, aunque no fuera con otros miembros de su familia, sino con amigos, al menos no se quedarán en la fría bóveda juntando polvo.- se explicó el Gryffindor mayor. Juliet le sonrió. -Son un grandioso regalo, gracias.- le dijo poniéndoselo inmediatamente. -Puedo grabarle "Merodeadores" del lado de adentro si quieren.- propuso Thadeus -¡Esto es genial, tenemos anillos que nos advierten si otros están en peligro!- chilló emocionada Lil. Thadeus pasó por cada uno de los anillos con su varita en alto. Por consenso general, se decidió poner una simple M en el exterior del anillo, y del lado de adentro, cada uno obtuvo un grabado con su nombre de merodeador.

...

Entre a la sala común de Ravenclaw cargada con mis paquetes: tenía una nueva escoba, una bonita foto, un nuevo retrato pintado, una extraña pulsera, una piedra violeta hermosa de la que manaba una enegría intensa, un increíble anillo en el que brillaba una M que me hacía sentir feliz. Sabía que dentro, contra la piel de mi dedo, había una palabra grabada: Bloody. Mi nombre clave de merodeadora. Y si en algún momento estaba en peligro, este mismo anillo alertaría a sus hermanos para que me ayudaran. Un increíble libro titulado "Inefables: una historia sobre la investigación de la magia." cortesía de Hermione, un abrigado buzo de lana azul con una L, una daga de plata encantada que solo yo podía usar y una caja de grajeas Bertie Bot. En resumen, podía considerarla por lejos la mejor navidad en cuanto a regalos refería. Y aún no había hecho mi intercambio de regalos con papá. Me dirigía a mi habitación, pero algo llamó mi atención y lo que ví me enojo mucho. Tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para no usar mi recién recibida daga de plata. Varias compañeras de casa estaban saliendo del dormitorio de Luna con sus pertenencias mientras se reían y comentaban que las iban a esconder en distintos lugares del castillo. No podría decir que tenía la mejor relación con la chica, pero el bullying hacia ella me parecía repugnante. Luna era un alma pura y bondadosa, no se metía con nadie y no le hacía mal a nadie, que la trataran así solo por ser peculiar no me parecía correcto. Miré mi pulsera de corchos y chillé -¡Levicorpus!- la chica que lideraba el grupo flotó cabeza abajo hasta el techo -¡¿Qué demonios haces, loca?!- me espeto una de sus compañeras. -Ponerlas en su lugar por hacerle esto a una compañera.- respondí y volví a lanzar el hechizo levitador a quien me había hablado -pero... Es Luna, esa chica rara y chiflada que nadie quiere- me dijo un muchacho que creía, estaba en cuarto desde el inicio de la escalera. Al parecer, esperaba a las chicas allí para ser cómplice. Bajé a paso acelerado, pensando que a eso se refería mi compañera cuando comentó que no pasaría frío en invierno. Estos despiadados hijos de puta le desaparecían sus cosas. -¿Ah si? ¿Y por qué no les gusta la forma de ser de ella la molestan y le roban sus cosas?- pregunté, y le lance una maldición de piernas de gelatina al cretino que había llamado rara y chiflada a mi compañera -Repitan conmigo: Está mal molestar a alguien que no profesa el mal hacia nadie.- dije mientras hacía bambolearse a las que flotaban en el aire. -Además de que el robo es una violación muy grave a las normas del colegio.-

Poco a poco comenzaron a aparecer más y más responsables, algunos de ellos tenían el descaro de tener las cosas escondidas en sus propios dormitorios. Y yo cada vez estaba más enojada. Mientras estaba en ésta diatriba y un ajusticiamiento por el comportamiento de gran parte del estudiantado de Ravenclaw, ingreso a la sala común Invi, también cargado con sus paquetes. -¡Lil! ¿Por qué tienes a más de media torre de cabeza?- preguntó con un deje de preocupación en su rostro. Lo miré con una sonrisa sádica de satisfacción mientras hacía bambolear nuevamente a los que colgaban de cabeza. -¿Les gustaría contarle? ¿o debo hacerlo yo?- pregunté mirando hacia arriba. -Todos estos imbéciles le hacen bullying a Luna, le roban sus cosas y se las esconden, le lanzan confundus a la aldaba para que no pueda entrar, y le ponen apodos humillantes o le hacen burlas a sus espaldas.- Finalicé. Nunca había visto furioso a mi amigo, y también me di cuenta de que no quería ser destinataria de esa furia -Lilith, ve por el profesor Filtwick y explícale lo que viste. Yo me hago cargo de esta manga de tarados mal del culo...- dijo con un tono sereno y apacible, que les saco un suspiro de alivio a todos. Porque ellos no veían la ira que destellaba en sus ojos, y que prometía dolor o humillación si de él dependían los castigos. -Oh, esto será mucho más bonito que cualquiera de los regalos de navidad recibidos.- comenté con una sonrisa. Inmediatamente después de que me retire de la sala común en búsca del jefe de nuestra casa, se oyó un rugido que fácilmente se podría confundir con el de un dragón, y me alegró que Invi me hubiera pedido ir por Filtwick, aunque me dio un poco de miedo que mi amigo terminara en azkaban por lo que parecía querer hacerle a nuestros compañeros de casa. Después de buscar a nuestro profesor, corrí lo más rápido que pude para cerciorarme de que Invi no lesionara de gravedad a nadie.

Afornunadamente no había nadie lastimado, pero el miedo que vi en todos me dejo en claro que nunca pero nunca molestara a mi tutor. Al menos no de verdad. Si la gente decía que yo daba miedo, ya sabía que él inspiraba terror cuando quería. -¿Qué paso aquí señor Perit?- preguntó el pequeño profesor al entrar en la sala común llevándose las manos a la cabeza. -Pasa, señor profesor, que al ingresar a nuestra sala común, me enteré que todos los aquí presentes acosan o abusan de la señorita Lovegood- dijo, omitiendo lo que les había pasado a los estudiantes en mis manos -Pero... ¡Snape nos ataco sin motivo alguno!- dijo uno, balbuceando y ganandose una mirada furiosa de Invitus que lo hizo temblar -¡Soy Prince, imbécil. Y no es cierto, al menos no la parte de sin motivo; los vi salir del dormitorio de Luna con muchas de sus pertenencias, y en lo que a mi respecta, eso es robo.- respondí, dejando al profesor dubitativo -¿Es eso cierto?¿estaban robando a la señorita Lovegood?- inquirió Filtwick, bastante molesto -Si profesor, es cierto. Parece ser, que desde el inicio del año anterior, mas de la mitad de los Ravenclaw han estado robando las pertenencias de Luna, o abusando de ella de otras formas: burlándose de ella, poniéndole apodos ofensivos, lanzando el encantamineto confundus a la aldaba para que no pueda entrar, aunque responda correctamente a los acertijos, o simplemente de una forma pasiva negandose a siquiera dirigirle la palabra.- Explicó el peliazul intentando no maldecir a nadie.

El profesor parecía tan sorprendido en incómodo que casi no podía hablar. -En ese caso, señor Perit, Señorita Prince, aunque agradezco el haber sido informado sobre este asunto, no pueden quedar impunes, así que, deberé darles una noche de detención, el sábado siguiente, en mi oficina- dijo el profesor, haciendo que la mayoría de los idiotas sonrieran -Para el resto:- habló, poniendo una expresión de furia inconmensurable -La casa Ravenclaw es reconocida por su sabiduría, creatividad y sentido de la justicia: me avergüenza pensar que uno de los exponentes más ejemplares de los valores de la casa sufra bullying de parte de sus propios compañeros. Los prefectos serán todos citados a mi oficina de inmediato para dar explicaciones sobre estos hechos. No puede ser que esto ocurriera en sus narices sin que ninguno de ustedes tuviera la menor idea. Si es así, de cualquier manera tendré que reconsiderar sus nombramientos, ya que, de hecho, no están haciendo un muy buen trabajo, ¿verdad?- continuo, poniendo un semblante aun más duro -para el resto de los involucrados, y espero que estén todos presentes, sino el castigo sera mas severo. Serán convocados por distintos profesores debido a que son demasiados. Pero estén seguros que serán tan duros que pensarán dos veces antes de volver a molestar a otro estudiantes. Realmente estoy muy decepcionado de todos ustedes, y agradezcan que no solicite su expulsión inmediata ante el director, aunque si se repite, no duden que así sera.- Exclamo el profesor, antes de hacerle seña a todos los prefectos para que lo siguieran. -Y una cosa más: Cualquiera de los involucrados, es libre de protestar contra su castigo, pero de hacerlo, será desafiado a duelo por mi.- comentó con una extraña sonrisa. -¿Por qué eso daría miedo?- pregunté a invitus. -Porque nuestro jefe de casa es el mejor duelista del castillo.- respondió él. Y si alguien desafía a un duelo por honor, por las leyes británicas, se trata de un duelo a muerte: Nadie quiere ser asesinado para saltarse un castigo. Tenlo por seguro.- me explicó.

...

Llegada la noche, todos estábamos reunidos en el aula abandonada del septimo piso, esperando por el profesor Lupin y por el padrino de Harry, lord Black, aunque él Gryffindor nos había advertido que llamarlo así nos ganaría alguna maldición hilarante, como mínimo. De no esperar visitas, nos reuniríamos en la sala de los menesteres, pero no queríamos revelar su entrada a nadie que no fuera del grupo, por si acaso los antiguos merodeadores no la conocían, y por ello no figuraba en el mapa original. Llegaron momentos después, sudados y sonrojados. Lo que no escapó a la afilada vista de Juliet, Ginny y Lil que se habían sentado convenientemente juntas. -Disculpen si llegamos tarde,- dijo Sirius -estabamos ocupados.- Se excusó el recientemente nombrado Lord. -¿De perrito o de lobito estaban ocupados?- preguntó Lilith descaradamente, dejando a más de uno sonrojado, pero el increpado solo se río y le respondió -¡Vaya, quién diría que Snape podría engendrar a una criatura con buen sentido del humor. Y, respondiendo a tu pregunta, de ambos, mi joven merodeadora- y le guiño un ojo, haciendo que los presentes se abochornaran aun más, al menos los teníamos poca o ninguna experiencia con el tema. Sin embargo, los más avergonzados eran Harry, Draco y Lupin, que tendrían que convivir con el hombre, o en caso del profesor, que se veía expuesto delante de sus estudiantes. -Es Prince, por cierto.- dijo Lil con tono altanero. -¿Cómo dices?- preguntó canuto confundido. -Cuando tú lo conociste, era Severus Snape. Pero ahora hemos redimido el apellido de mi abuela. Por lo tanto, el profesor de pociones de quién dudabas de su capacidad de engendrar una criatura con humor, es el profesor Prince.- respondió ella. -Bueno, dejando de lado la vida privada de los señores Canuto y Lunático aquí presentes, pasemos a la cuestión de la reunión.- hablo Invitus, interrumpiendo la réplica de Lil. E inmediatamente después de él, dos cabezas color zanahoria de 5to año se colaron en nuestra reunión: -Bueno bueno bueno, parece que encontramos a nuestros deudores finalmente George- dijo uno de ellos -Parece que si, y aunque nos da pena tu destierro Draco, eso no te exonera de las deudas ¿Verdad Fred?- intervino el otro -Como tampoco lo hace inventarte que estás en una reunión con dos magos tan excepcionales como los merodeadores, cuando claramente estas con el profesor Lupin y una especie de vagabundo, además de tus amigos, Invitus.- Dijeron a coro, sacando una risa compulsa de todos, principalmente de Lunático, y un tic en el ojo de Canuto, que se puso de pie -Yo soy el único y verdadero Canuto, uno de los mejores bromistas que ha pasado por esta escuela.- soltó con un deje de molestia en la voz. -Y este mentecato, que se hace llamar profesor, es en efecto Lunático.- finalizo el hombre de pocas pulgas. Los gemelos se miraron antes de responder. -Si eso es cierto, podrían probarlo- dijeron y les extendieron el mapa del merodeador.

-¡Por Merlín! ¡Qué recuerdos me trae esto! Es una lastima de Filch nos lo haya confiscado en nuestro último año.- hablo el profesor. -Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.- dijo Sirius, revelando el mapa con una sonrisa jactanciosa, le extendió el mapa a Lupin -Travesura realizada.- musitó el profesor, cerrándolo. Ambos chicos, como activados por resortes, se inclinaron haciendo una teatral reverencia a los adultos. -Oh, epitomes de las bromas, por favor, iluminen a estos bromistas para llegar a su legendario nivel.- Dijeron ambos haciendo reír a algunos de los presentes -¿no estábamos acá para presentarnos ante la primera generación de merodeadores?- pregunté para que la reunión volviera a encarrilarse -Ciertamente Thad, pero no cuesta nada dejar a estos dos idolatrar a sus héroes.- me respondió Draco -Y hablando de los mejores bromistas en estos tiempos, aquí tienen su paga por este trimestre- dijo Invitus, dandoles una bolsa bastante grande -y una pequeña compensación por el retraso- añadió y ambos chicos sonrieron abiertamente por la cantidad de dinero -Ésto nos ayudará a desarrollar mas artículos, que esperamos sean usados por los nuevos merodeadores.- y con esto, y una solicitud de reunión posterior con los adultos, se retiraron.

-Bueno, a lo que vinimos ¿no?- pregunté nuevamente, lo que me hizo ganar una mirada inquisidora -Creí que los Sly eran personas pacientes- largó Hermione -Lo siento, es que estoy un poco emocionado. Dijeron que estos dos, con todo el respeto- dije, dirigiendo mi mirada a los adultos -son excelentes magos, y quisiera ver qué podemos aprender de ellos, como a ser animagos o algo así... Escuche que lo lograron en su quinto año.- hable, extasiado y después pensé que podría haber metido la pata -Así que ¿ya están queriendo incursionar en magia tan avanzada?- cuestionó Lupin con un deje de reproche -Profesor, sinceramente, no es quién para reprochar sobre cosas peligrosas ¿o si?- lo inquirio Invitus -Además, no lo haremos sin una guía perfectamente preparada e instruida en el arte- continuó, dejando entrever a los adultos que ya había uno de nosotros que era un animago, o al menos, que contaba con experiencia suficiente al respecto -Y por cierto: Tengan los de la primera tanda, coloquen esto en la boca mañana, y traten de no tragarla o romperla hasta la proxima luna llena.- dijo y extendió sus manos hacia los tres primeros que realizarían el proceso. En ellas sostenía una hoja de mandrágora para cada uno.

-Bueno, más que incursionar en magia avanzada, yo diría que ya están metidos hasta la cabeza. Me gustan estos chicos, Lunático- dijo Sirius y se río -No podremos enseñarles sobre ese arte, pero si alguno esta interesado en otras ramas, no duden en contactaron, o si quieren ayuda con sus nombres de merodeadores- prosiguió él, pero Ignatius lo interrumpió -Luna y la sala de los menesteres ya se encargaron de eso- dijo y se gano miradas de reproche de varios -Lo siento.- dijo y se rasco la nuca -Estos chicos ya han logrado en menos tiempo que nosotros, más de lo que pudimos concebir Canuto. En poco tiempo sobrepasarán nuestra leyenda.- dijo el profesor -Bueno, no es como que ustedes dos puedan concebir algo...- espeto Lilith, y Sirius se río tanto que pareció una foca -Cada vez me agradas mas, niña.- Dijo el hombre entre risas -Por cierto, ¿podríamos saber cuál de ustedes ya es animago y en qué se transforma? juramos por nuestro honor de merodeador que no saldrá de esta habitación.- En ese momento, Invitus rodó los ojos en blanco, sabiendo que había pospuesto mucho el enseñarnos su forma, y que no lo dejaríamos salir de ahí sin mostrarnos, especialmente Lil, que había sacado rápidamente su varita y había sellado el aula con una gran fuerza mágica que todos pudimos sentir -¿Sabes que puedo romper tus barreras mágicas, verdad Lil?- preguntó el algo exasperado -¿Y sabes que te romperé la cabeza y te daré de comer al calamar gigante si lo haces?- replicó ella con una sonrisa macabra. -O bueno, siempre puedes ir a dar un pequeño paseo por el vacío.- sugirió abriendo sus manos enseñando sus palmas como había hecho las dos veces que había abierto los vórtices de vacío. -Bien, bien... de acuerdo, ya entendí que no puedo seguir posponiendo ésto- dijo, y comenzó a transformarse en un águila real de un azul profundo y precioso. Después de un breve revoloteo por el aula, y posarse en distintos hombros, volvió a transformarse en humano, observando la cara de estupefacción de todos, principalmente la de los adultos -¡Sin varita Rem! ¡el chico tiene 13 años y ya puede transformarse sin varita! ¡eso es una gran muestra de habilidad para alguien tan joven!- exclamo Sirius claramente conmocionado.

-Un águila real. Es genial, aunque ¿por qué tus plumas son azules? Creí que las plumas de esa ave eran pardas.- Comentó Ignatius, quién era un gran conocedor de los animales. -Eso es porque los animagos tienen características que los distinguen de los animales comunes- explicó Invitus -¿Ese es el motivo del tamaño de Canuto?- inquirió Lil -si, y también el motivo de que la cola de la rata de mierda fuera pelada y anillada- dijo Sirius con furia en su voz -¿Y cuál era la marca de mi padre?- cuestionó Harry a los adultos -Él era rojo, inusualmente rojo para un ciervo astado- le respondió Lupin con melancolía en la voz. -No entiendo porqué si tu animal interior es un ave, no estás en el equipo de quidditch de tu casa... Digo, se nota tu amor por el vuelo con tu forma- espetó Ginny, poniendo en palabras la duda de muchos -Como ya le dije a algunos de ustedes, no me interesa perder tiempo practicando el deporte... Sin ánimo de ofender a los jugadores aquí presentes. Me gusta jugar ocasionalmente, y volar es divertido. Pero creo que mi tiempo se desperdiciaría en el campo de quidditch.- Se excusó el chico. -Mi forma animal, mi deseo más profundo, va más por la libertad otorgada por el vuelo, que por el vuelo en sí. Con la velocidad de mi forma, no dependo de otros medios de transportes, al menos en recorridos no muy extensos.- finalizó él. -Aunque ahora, gracias a Juliet, también tendré una gran velocidad empleando medios externos y en vuelos de larga distancia.- dijo aún sorprendido con el regalo de la chica.

-¡Ya quiero descubrir mi forma animal! Tanto para saber sobre que se trata, como para descubrir cuál será mi marca.- dije, obteniendo asentimientos de varios que también querían saber lo mismo -¿Podrían ustedes dos mostrarnos sus formas? Aunque Lil ya nos ha dado una pista por demás visual.- dijo Juliet sacudiendo la cabeza intentando borrar la imagen del comentario perverso de la mencionada. Por toda respuesta, recibió una mirada incómoda de los dos, que muchos no llegamos a comprender -Entiendo que estando tan unidos todos, y siendo tan diestros en la magia, tarde o temprano se podrán al corriente de la situación, pero deben jurar por su honor de merodeadores, que esto jamás saldrá de aquí.- Pidió Sirius, seleccionando cuidadosamente sus palabras. -El profesor Lupin no es un animago- soltó Lilith, recibiendo miradas conmocionadas de todos menos de Hermione, Draco e Invitus que asintieron a la par. -Es un hombre lobo, ¿verdad?- añadió la chica Gryffindor. El profesor Lupin contuvo un suspiro e intentó encontrar las palabras... -Yo... Es que... ¿Cómo... cómo demonios lo sabe Hermione?- preguntó entre confundido y maravillado. Lil se encogió de hombros: -Papá prepara la poción matalobos durante las clases de primero, porque en primer año no se estudia esa poción y no nos cree capaces de reconocerla, pero si para mi era obvio lo que estaba haciendo, es posible que ella la hubiera visto y deducido de qué se trataba.- respondió. Al tiempo que Hermione se tironeaba la corbata del uniforme nerviosa: -Hum, bueno... En realidad, durante la clase en la que el profesor Prince lo suplantó, nos hizo escribir un pergamino sobre los hombres lobo, con énfasis en cómo reconocerlos.- dijo ella. Luego las miradas se dirigieron a Invitus y Draco. -Oh,- dijo el primero restándole importancia. -yo solo até los cabos sueltos: sus repentinas desapariciones en las noches de luna llena, el pasadizo bajo el sauce boxeador que fue plantado cuando ustedes llegaron a Hogwarts, la misteriosa casa de los gritos, que aunque se supone es de las más encantadas de Gran Bretaña, hacía años que no se escuchaban ruidos, y luego, usted regresa al castillo, y con usted vuelven los ruidos en la casa... la poción en la sala del profesor Prince. Además, de... su patronus. La noche en que rescatamos a Sirius y atrapamos a Colagusano. Draco, Lil y yo lo vimos. Entonces el profesor Lupin nos lo confirmó y nos hizo jurar que no lo diríamos, pero ahora, entre merodeadores, no creo que cuente como una verdadera falta a nuestro silencio, ¿o si?-

Lupin se sacudió. -En efecto, soy un hombre lobo, de ahí mi nombre, y de ahí que mis amigos se hicieran animagos, dado que no ataco animales cuando estoy transformado. Y pueden estar tranquilos, ya que no soy peligroso; gracias a la poción matalobos que mi compañero, el profesor Prince me proporciona todos los meses.- dijo. Aunque no era necesario. Si fuera peligroso, suponíamos que no habría pasado casi un año con un hombre lobo vagando por el castillo sin que la mayoría de nosotros no lo supiéramos. Entonces Sirius se puso de pie: -Y sin más preámbulos, e aquí a Canuto- dijo el padrino de Harry en forma teatral, dejando paso a un enorme perro negro, que parecía el grimm. -Así que un perro irlandés descomunal.- dije un poco sacudido por la sorpresa -¡Es increíble!- chilló Ignatius, sin sorprender a nadie. Canuto se rascó detrás de las orejas y luego volvió a su forma humana. -¿De qué depende la forma animal?- preguntó Juliet. Ambos se encogieron de hombros. -En realidad, de tí misma. El animago es una manifestación de tus impulsos más voraces. Como yo he estado toda la vida enamorado de un lobo, pero me enfrascaba en negarlo u ocultarlo, mi animal interior fue el pariente domesticado del lobo: un perro. James, por su parte, era orgulloso, fuerte, un líder natural, y su animago tomó la forma de Cornamenta, un ciervo rojo y elegante. No creo que haga falta explicarles por qué Pettigrew se transformaba en una rata.- dijo enseñando los dientes. -Hay algo que no entiendo: se supone que tu y James eran una leyenda con las chicas en el colegio. ¿Cómo es eso de que has estado enamorado toda la vida del profesor Lupin?- preguntó Thadeus sin comprender. -Pequeño: cuando eres jóven, crees que tu pene te hace el rey del mundo, y luego te das cuenta de que no importa cuantas chicas lleguen a tu cama, si la sensación de vacío en tu pecho no cambia, entonces hay algo que estás haciendo mal. Me llevó mucho tiempo comprender lo que James entendió cuando conoció a Lilith, una vez que sientes algo por lo que merece la pena estar vivo, por lo que harías una y mil estupideces, por lo que te verías como un idiota, como se veía James cuando cortejaba a tu madre, cachorro. Entonces, ese es el lugar en donde debes estar: y para mi, ese lugar, es junto a Lunático. Y siempre lo ha sido.- dijo tomando la mano del profesor Lupin. Ginny y Luna suspiraron con ternura. -Eso fue hermoso.- le dijo el profesor al desalineado hombre que le había dedicado tan hermosas palabras.

Se nos había hecho tarde, así que para no violar el toque de queda, nos despediomos marchamos rumbo a nuestros dormitorios. Juliet, Ginny, Hermione, Harry, Neville y Ron se perdieron en la escalera rumbo a la torre de Gryffindor, Thad y Draco bajaron por un pasadizo que los dejaba en la planta del gran comedor, donde estarían mas cerca de las mazmorras. Ignatius ya se había memorizado un pasaje que lo dejaba frente a las cocinas, junto a los barriles que marcaban la entrada a su sala común. Solo quedamos Luna, Lil y yo, así que propuse una carrera, Lil tomó la delantera rápidamente, así que solo veía su espalda y su trasero rebotar al correr a la cabeza. Luna se perdió detrás de mi. Para cuando divizamos la puerta con la aldaba, logré revasar a Lilith y dejarla en segundo lugar. Luna llegó detrás de nosotros unos momentos más tarde, agitada y casi sin poder respirar. -La proxima vez te lanzaré un incarcerous a los pies.- soltó como broma Lil, mientras yo respondía al acertijo sin darle importancia a su amenaza.

día había sido muy entretenido y fructífero, obtuvimos y dimos regalos geniales para todos, y tuvimos una gran charla con los merodeadores originales, o lo que quedaba de ellos, había sido, la mejor vuelta de las vacaciones nunca antes vista.


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