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Capítulo 29: Desheredado pero feliz.

Estaba desayunando tranquilo, aunque me preguntaba dónde estaría Lilith. No la había visto en la sala común ni había sentido su presencia en la torre. Mis respuestas llegaron cuando mi amiga y su rubio de verde esmeralda aparecieron tomados de la mano. -¡Lilith Snape Lock! ¡Niñita perversa! Puedo oler tus feromonas desde la entrada.- susurré en su mente. Cuando llegaron a mi lado, recibí el puño de Draco, y un golpe en la nuca de Lilith. -Métete en tus asuntos Perit.- dijo sonrojada... -Así que... ¿Han pasado la noche en la mazmorra? No espero que tu padre esté del mejor humor hoy...- solté riendo. Ambos se miraron. -De hecho... Hemos encontrado hum... Una especie de habitación encantada.- dijo él asumiendo los hechos que suponía. -¿Habitación encantada? ¡Por favor no digan en el séptimo piso!- dije algo desesperado. -¿Sabes de la habitación?- preguntó ella sorprendida. Yo resoplé. -Es la habitación de los menesteres.- dije algo frustrado. -Solía usarla para practicar magia o para estudiar con tranquilidad... Pero ahora solo pensaré en que la han usado como su hotel personal.- dije. Ambos se miraron con incomodidad. -Solo llegamos a ella porque estuvimos a punto de ser atrapados violando el toque de queda.- se excusó Lil. -Claro... Y por ello decidieron convertir mi sala en un motel.- Ambos me miraron con el ceño fruncido -¿Tu sala? disculpa, sabía que eras rico, pero no que eras dueño de una parte del castillo.- dijo ella enfadada. -¿Draco, tu padre podría comprar tu propia aula encantada? Terció hacia su novio, haciendome reír. -Tranquila Lil, solo bromeaba. La sala de los menesteres está pensada para entregar al mago lo que sea que necesite. En su ardor, la sala leyó su necesidad de un... hum... dormitorio. Aunque no exactamente para dormir. No me traerá ese dormitorio la próxima vez que la visite. Además, yo jamás la uso con esos fines.- respondí. -No vale la pena revelar la ubicación de esa sala por un breve momento de placer. En cambio, para ustedes, supongo que tiene sentido... Quiero decir. No es un breve descargo de tensión, sino una noche de ternura, más allá del sexo. Solo ahí podrían tenerla. Estaré dispuesto a tolerarlo siempre que mantengan el secreto de la sala.- afirmé intentando sonar conciliador. Lilith estaba a punto de protestar cuando una lechuza pasó volando y dejó caer una nota.

Estimada señorita Snape: sus exámenes de final de trimestre, han sido fechados para los días de mañana y pasado mañana. Comenzará a las 8 de la mañana con encantamientos, a las 10, pociones, a las 13:30 transformaciones, 15:30 vuelo, 16:15 herbología, y a las 20 horas astronomía. Al día siguiente a las 8 de la mañana historia de la magia y a las 10:30 defensa contra las artes oscuras. Cada docente la esperará en su aula correspondiente, para tomar el examen.
Están prohibidas las plumas a vuela pluma y las plumas autocorrectoras. En ningún caso deberá llevar otra cosa que pergamino, tinta, pluma y su varita. De ser necesarios otros instrumentos mágicos, su docente se los proveerá en el momento de la examinación. Al finalizar las pruebas. El plantel docente se reunirá con el director para presentar sus resultados y evaluar su posible salto de año. Recibirá noticias a este respecto en el despacho del director, luego de tal reunión, a las 20 horas. Debido a que su padre y tutor legal se encuentra en el plantel docente, podrá ser acompañada a la reunión por alguien de su elección, siendo este docente o estudiante del colegio.

-¿Es buen momento para entrar en pánico?- dijo Lil alarmada. -¿No se supone que estabas esperando esto? ¿O ahora te vas a echar atrás?- pinché. Ella me miró con irá en sus ojos -¿Qu-qué? No puedo ponerme nerviosa ante la inminente perspectiva de 8 exámenes en dos días?- protestó. Draco paso la mano sobre sus hombros. -Tranquila, pequeña suq...- se cortó a media palabra y me miró percatándose de lo que estaba a punto de decir. -Lil. ¡Lo harás de maravilla! Te has esforzado al 100 este trimestre y has aprendido tanto como era humanamente posible.- dijo afable. -Si me permiten discrepar... Tal vez si no hubieran malgastado tiempo valioso en... otras actividades.... sería humanamente posible aprender un poco más.- Lil me miró con saña -No. No se te permite discrepar. ¡Y mira quién habla sobre malgastar tiempo en otras actividades!- soltó sonriendo. -¿Penny sigue ofendida contigo?- preguntó con una impostada voz dulce. Le enseñé el dedo medio -No lo sé, y tampoco es que importe demasiado... ¿o piensas que Penny era la única de mis.. compañeras de actividades extracurriculares?- solté alzando una ceja. Ella resopló. -No, supongo que quitando a Penny y a mi, aún te queda el resto del castillo.- respondió de mala gana -¡Wow! No tan rápido, yo también estoy en el castillo y prefiero ser quitado de esa lista.- dijo Draco. Se hizo un segundo de silencio antes de que las risas estallaran. -No te preocupes, Draco, no eres mi tipo.- respondí guiñando un ojo al rubio.

La charla se interrumpió cuando un chico de primer año de Hufflepuff llegó con cara de felicidad. -Hola, el profesor Dumbledore me ha pedido que comunique en el gran comedor que las clases de los próximos tres días comenzando por hoy, están suspendidas.- dijo. -Hola, eres Ignatius, ¿Verdad?- saludó Lilith. El chico asintió y le tendió la mano -Ignatius Wall- dijo. -Nos conocimos en el tren ¿recuerdas? Cuando los dementores lo abordaron.- al chico le cambió la cara inmediatamente -¡Si! Y tú hiciste algo increíble en mi cabeza como wooosh y todos mis pensamientos felices vinieron a mi y los dementores pasaron por el compartimento sin atacarnos.- respondió reconñllllllllllllllociendo a Lil. -También compartimos algunas clases...- dijo Lil sorprendida de que él no la hubiera reconocido antes. -Si, bueno... Pero como siempre estás con estudiantes mayores, pensé que no tenías intenciones de hacerte amigos en tu generación.- dijo el chico de pronto algo tímido. -No es eso, pero... Es que...- Draco miró al chico sopesando si era una amenaza o no. Pareció decidirse por lo segundo, así que le tendió una mano al Hufflepuff. -Hola, soy Draco. Lil no es antipática, o... Bueno, si un poco...- dijo bromeando con ella. -pero el hecho es que las clases se han suspendido hoy y mañana porque es posible que la adelanten de curso. Así que se ha pasado el trimestre corriendo de un lado a otro sin parar entre tareas, clases y tutorías privadas para prepararse.- explicó el chico. Ignatius volvió a parecer emocionado -¡Eso es genial! ¿Lo hacen muy a menudo? Quiero decir... Con los estudiantes más esforzados...- dijo el chico, que claramente valoraba el trabajo y empeño que había puesto Lil en su meta. -No.- respondió Draco. -Ni de casualidad.- respondí yo. Ninguno de los dos reparó en que el chico se desinflaba levemente. -Oh, pensé que...- Lil le dirigió una sonrisa y se hizo a un lado, más contra Draco para darle espacio al Hufflepuff.

-No es algo en contra de los estudiantes. El plan de estudios de Hogwarts está pensado para que los estudiantes esforzados y aplicados destaquen en su año, pero no es muy común que permitan a estudiantes saltarse años... No lo hicieron con Granger, que por su parte es la mejor hechicera de su generación, no lo hicieron con Potter que ha salvado al castillo de Voldemort dos años seguidos, no lo hicieron con Invitus que estudia magia desde los 4 años... Oh, por favor.. ¡Ni siquiera lo hicieron con Tom Riddle, que demostraba un talento mágico excepcional!- dijo señalando sus dedos... Draco tuvo un repentino estremecimiento cuando Lil mencionó el nombre mortal de Voldemort. -¿Que?- preguntó al notar que tanto su novio como yo la mirabamos con extrañeza: Ninguno de los dos le había dicho el nombre de Voldemort antes. -Voy a la biblioteca, me encanta leer... Y mi padre... ya saben... lo siguió... tenía que conocer la historia.- soltó mirandonos como si fueramos idiotas por sorprendernos así. Tenía un buen punto. Ignatius pareció conformarse con la explicación de Lil y volvió a sonreírnos, sentado en el lugar que Lil le había cedido.

-¿Qué quieres hacer hoy Lil? Podría ser tu último día como una estudiante de primer año.- pregunté. Ella lo pensó un momento -¿Qué tal si pasamos el rato sentados a orillas del lago negro? realmente necesito un pequeño descanso antes de mis exámenes- dijo con un suspiro. -Entonces andando, unos mates al lado de un lago congelado te vendría de maravilla- le respondí con sorna. -Mira, Idiotus Perit Regnantis, si no quieres que te meta una bola de nieve gigante por el culo, más te vale no contradecirme por los próximos tres días- me increpó, aunque su sonrisa decía otra cosa, en medio de las risas Draco dijo -si no fueras mi novia Lil, diría que tu e Invitus son una pareja de ancianos que llevan demasiado tiempo casados, para su salud mental.- recibiendo un golpe en la cabeza de parte de Lilith antes de que todos comenzáramos a reírnos, mientras que un confundido Ignatius nos miraba -chico, no tengas miedo de reírte con nosotros, o de nosotros, no pasara nada- dijo Draco, sorprendiéndonos gratamente a Lil y a mi -o al menos de el rubio o de mi- dije señalándonos -en caso de Lil, no te recomiendo hacerlo muy fuerte, o podrías terminar siendo comida del calamar gigante del lago.- ella me miro divertida -vamos Invi, la gente creera que soy un monstruo y no querrán acercarse a mi- me dijo, -sabes que me gusta molestarte munchkin- le respondí riéndome. -¿Alguien puede explicarme qué demonios son unos motes?- preguntó el chico confundido. Nos reimos, Lil soltó a su novio y enganchó el brazo del chico, arrastrándolo delante de nosotros mientras le explicaba sobre la infusión de mi país. Yo saqué mi varita y apunté hacia arriba, a la torre de Ravenclaw -Accio Mate y termo.- conjuré. Luego me encogí de hombros ante el sorprendido rubio. -Lo dejé preparado por si acaso. Si no tenía nada que hacer, volvería después del desayuno a tomar unos cuantos mientras hacía mi tarea, y si surgía algo, solo tendría que conjurarlos.- dije y atajé el mate y termo que volaban hacia mi.

...

Caminábamos hacia el lago para pasar el rato, Lil iba adelante junto con Ignatius, el cual iba haciéndole cientos de preguntas sobre sus tutorías y su pasaje acelerado de curso. Al parecer le interesaba la idea de tener alumnos avanzados como tutores, aunque solo le iba mal en defensa contra las artes oscuras, por lo que podía oír de su charla. Estaba particularmente enfocado en demostrar lo empeñoso y dedicado que podía ser. Se notaba que le encantaría aprender más y más rápido de lo que estaba cronometrado en la currícula. De golpe, algo en la charla puso incomodo a Invitus que también iba escuchando la conversación mientras me pasaba de su brebaje uruguayo y amargo -¿Todo bien?- pregunte, al tiempo que aminorábamos la marcha -Parece que nuestra joven compañía tiene el habito de leer más de lo necesario, y acaba de mencionarle un tema a Lil que esperaba que ella ignorara, aunque fuera por un tiempo más- me respondió el. -¿Y eso, qué? no creo que el chico sepa como se hace el proceso. Por lo que tengo entendido es particularmente largo, difícil y peligroso: tienes que ser diestro en pociones, encantamientos, paciente, y además poseer una mente predispuesta porque una vez que lograste todo el proceso, si una mínima parte de ti se resiste, podrías acabar convertido en un híbrido desagradable para siempre. Y tampoco creo que ella iría con su padre o con alguno de los profesores para que la guíen en el camino a convertirse en animago- le dije intentando serenarlo. Si lo que le preocupaba era que Lil tuviera ideas peligrosas, yo estaba seguro de que no habría forma de que lo hiciera sola. El tensó más los hombros -Estoy seguro de que no iría con ningún docente, eso significaría tener que registrarse en el ministerio y perder la utilidad de una gran herramienta... Conociendo a Lilith, descubrir que puede convertirse en un animal a voluntad, sería un instrumento maravilloso para romper las reglas sin ser reconocida.- dijo mirando hacia donde estaban ella e Ignatius, para comprobar que no escucharan -ademas, sabemos lo convincente que es cuando quiere... puede sonsacarle la información a alguien que ya lo sabe- dijo haciendo un gesto que daba a entender que disponía de ese conocimiento -o puede convencer a alguien para que investigue y luego le enseñe... y hay unos cuantos de los que tienen trato con ella que podrían aprenderlo- finalizo, relajando su cuerpo -así que... ¿solamente sabes como es el proceso o eres un animago?- cuestioné. Quería saber que tan diestro era con la magia mi nuevo amigo. No iba a sorprenderme si respondía que era un animago. Después de todo, venia de una comunidad que enseñaba magia desde temprano y que ya había demostrado en reiteradas ocasiones sus bastas habilidades.

-Dejemos eso para otra discusión, tengo un tema mas apremiante para hablar contigo...- Me dijo mientras le hacia señas a Lil -...adelantense y busquen un lugar para sentarnos, yo tengo que hablar una cosa con Draco.- Lilith alzo las cejas inquisitoriamente -¿Y qué es lo que tienes que hablar con mi novio sin mi?¿pensando en robarmelo?- dijo ella con el seño fruncido, aunque se podía ver un destello de diversión en sus ojos -Tranquila Lil, no estamos planeando un duelo de varitas- le respondió Invitus riéndose. -Eww, voy a tener pesadillas el resto de la semana...- dijo ella haciendo un gesto de asco -ven Ignatius, no queremos ver a estos dos pulirse las varitas.- soltó y se dio media vuelta hacia el árbol donde teníamos costumbre de sentarnos. Unos pasos más allá se dió vuelta y me miró divertida. Escuché su voz en mi mente diciendo algo que hizo que me sonrojara inmediatamente. Ella rió divertida y siguió caminando con Ignatius dandome la espalda. -Por favor, rubio... No pienses tan alto o me veré obligado a averiguar que acaba de susurrar Lil en tu mente y moriré asqueado.- dijo Invi. Me reí nerviosamente. -Lo siento.-

Cuando vimos a los dos sentarse a orillas del lago congelado, me gire y encaré a Invitus -¿Qué es lo que necesitas hablar conmigo?- dije serio. -Aunque tengo una leve sospecha de lo que se trata.- Hice una mueca de desazón. -¿Quieres hablar sobre mi familia?- pregunté. Invitus chistó. -Más bien sobre lo que será de ti después de estas vacaciones.- Me encogí de hombros. -Probablemente un desterrado.- respondí apretando los dientes. -Aunque Snape haya compartido las ideas de mis padres, ellos nunca tolerarían mi relación con la hija de un mestizo y una muggle.- Dije algo abatido, aunque una parte de mi se sentía aliviado. Invitus asintió. -Pero eso no tiene por qué ser precisamente un problema...- dijo cauteloso. -¿A qué te refieres?- pregunté un poco intrigado. -Bueno, ahora tienes un tío que es un lord, heredero de una casa, y rico. Y que además no tendría el menor reparo en acogerte aunque solo fuera por causarle una urticaria a tus padres.- respondió. Tuve que reirme. -¿Te refieres a Black? Es el padrino de Potter, jamás me tomaría en custodia, mucho menos me heredaría algo. Me acompaña un apellido que no es particularmente... querido.- respondí sínico. Pero él insistió -Harry no necesita la herencia económica, y tampoco creo que le importe una mierda el título de Lord. Pero a ti, podría hacerte pasar de deshonrado a restaurador del honor de una casa caída en desgracia... Y tendría sentido que fueras tu y no Harry, quiero decir... él ya es un Potter, no necesita ser un lord Black. Tu, en cambio, podrías necesitarlo. En especial si tu padre decide hacerte la vida difícil con sus contactos políticos.- respondió.

Lo medité un segundo. -Si mi tío estuviera dispuesto a hacer eso, podría ser una buena jugada, pero nada nos asegura realmente que lo hiciera.- dije aún sin convencer. -Bueno, podrías comenzar por visitarlo, y hablar con Harry.- sugirió. -No estoy seguro de que Potter quisiera ayudarme, aunque no le importe el título o la herencia de su padrino. De seguro querrá vivir con él. Y algo me dice que no le gustará la idea de vivir conmigo también.- respondí, pensando en todo lo que había hecho para ganarme su resentimiento. -No te adelantes a los sucesos.- sugirió Invi. -Puede que Harry y tu no tengan la historia de amistad ejemplar. Pero él sabe lo que se siente no tener a nadie a quién le importe un carajo tu vida. Y tampoco creo que le moleste si su padrino decide ser un mejor ser humano y tomarte, como su familiar consanguíneo y heredero. El chico fue criado en una casa donde lo detestaban, y lo hicieron vivir en un armario de escobas bajo una escalera... Por muy malos que fueran los inicios de su vínculo, por mucha riña que haya entre Slytherin y Gryffindor, ni Sirius, ni siquiera Potter te dejarían en la calle. Black incluso podría tomarlo como un resarcimiento personal: lo echaron de su casa por no seguir los parámetros sangrepuristas de su familia: se hizo amigo de un hombre lobo y de un traidor a la sangre... Y ahora tu estás en su misma situación, y él te da alojo y se vuelve tu protector.- respondió seguro de su idea. Tenía que reconocer que era una muy buena idea, y parecía encajar desde todas las aristas. Resoplé. -Está bien, pero creo que primero hablaré con Potter. No sería justo que asumiera que no le importa, y simplemente pusiera en marcha el plan, sin consultarlo con él primero.- solté con la poca dignidad que me quedaba. De todos modos, me daba igual si mi nombre terminaba valiendo menos que la palabra de un goblin, yo estaba siendo más feliz que en toda mi vida en la mansión Malfoy, eso tenía que valer algo. Y para mi lo hacía.

...

Me volví para ver a los dos cuchichear. Draco parecía algo molesto, e invi tenía esa cara que solía poner cuando intentaba razonar con mi mal genio. -¿De qué estarán hablando?- preguntó Ignatius tan intrigado como yo. Me encogí de hombros. -La última vez que me despacharon para hablar a solas, terminaron contratando a dos para que le hicieran la vida imposible a un grupito de Slytherins que lo estaban fastidiando por ser novio de una mestiza... así que tanto podría ser sobre un examen del colegio, como sobre una maniobra para meter a Vipy al castillo y que se trague a Pansy Parkinson.- Solté sin mirarlo. -¿Quién es Vipy?- preguntó el chico incómodo ante la posibilidad de que alguien (o algo) fuera por el castillo tragándose a las personas que nos caían mal. -El Vipertooth peruano de Invi.- respondí. -¡¿Invitus tiene un Vipertooth?!- preguntó ignatius. Una mueca de asombro se escapó de sus rasgos típicamente calmados. Yo puse los ojos en blanco. -Su familia trabaja con ellos, y muchísimas otras criaturas y plantas mágicas en Uruguay.- expliqué. -Eso es genial...- soltó el chico un tanto ido. -Yo moriría por ver un dragón de verdad...- dijo un tanto fantaseado. -Y probablemente también morirías si te encontraras con uno...- solté sínica. El chico me miró con seguridad. -Lo dudo. Tengo un talento con los animales... El cuidado de animales muggles me fascina. Y he estado leyendo Animales Fantásticos y dónde encontrarlos. No puedo esperar a llegar a tercero para estudiar cuidado criaturas mágicas. Apuesto que se me dará fantástico.- respondió moviendo los hombros como si no fuera la gran cosa. -Eso está bien... Yo... no soy la mejor con las criaturas mágicas, pero puedo escucharlos pensar, y las más inteligentes me responden. Como los kneazels o el calamar gigante.- respondí. -Pero definitivamente no es una optativa en la que haya puesto mis ojos.-

El trío de oro bajaba por la pendiente hacia donde estaban Invi y Draco. -Bueno, Ignatius, supongo que su tiempo de estar a solas se ha acabado, así que averiguaremos pronto de qué se trataba su importante charla.- le dije al chico con una sonrisa. -¿Crees que nos cuenten si nos despacharon para hablar?- preguntó. -Nop, pero siempre hay formas de saberlo.- respondí dándome unos golpesitos en la cabeza con un dedo. -Claro, tienes esa magia de la mente, ¿verdad? Todo el mundo habla de algunos raros dones, y de lo curioso que es que haya un parselmouth, un oclumante nato y una legeremante nata en el castillo al mismo momento.- explicó el chico -Sé lo que es el parsel gracias al señor Scamander, quien definió al basilisco como la criatura más fascinante de todas, pero sobre lo de la oclumancia y legeremancia. Solo puedo asumir que se trata de cuestiones relacionadas con la mente por lo que hiciste en el tren, pero debo reconocer que realmente no le he puesto demasiada atención.- dijo el chico. Yo suspiré -La legeremancia y oclumancia son dos caras de una misma moneda: uno es capaz de cerrar su mente, vaciar sus pensamientos, ocultar sus memorias. Eso le permite evitar el control mental o incluso las lecturas de un legeremante. Como podrás adivinar, la legeremancia implica una apertura mental para conectar con otros pensamientos: un legeremante poderoso o bien entrenado, puede dominar la mente de otros, crear recuerdos falsos, cambiar recuerdos, y cualquiera puede leer una mente sin cierres oclumantes.- El chico asintió comprendiendo -¡Wow! ¿Tu puedes hacer eso?- Una vez, estaba enojada e hice contacto con el calamar gigante y él respondió a mi ira golpeando furiosamente uno de sus tentáculos aquí.- dije señalando el lugar donde Invitus me había puesto en ridículo frente a Potter, Weasley y Granger. Recordaba como me había sentido. -En ese momento solo tenía una mínima noción de lo que podía hacer con mi magia, y realmente no fue algo planificado, ni siquiera estaba segura de cómo lo había hecho. Pero he ido mejorando en mi control. Ahora estar rodeada de personas y objetos mágicos que rezuman sus poderes, auras, pensamientos y sentimientos, no me atormenta; pero la primera vez que estuve en el callejón Diagon casi pierdo la cabeza...- estaba relatando cuando Weasley se unió a nosotros. -Si, y la primera vez que salió a los jardines del castillo, casi la pierdo yo.- respondió como si la charla lo incluyera. Yo volví a suspirar. Supongo que me merecía el comentario. -Tranquilo Weasley, no serías el primero en perder la cabeza por mi.- respondí dedicándole una sonrisa burlona. -De ello estoy seguro...- dijo mi novio acercándose. -Pero también de que Weasley no se refería a perder la cabeza de ese modo, mi pequeña... Lil.- dijo conteniendo la última palabra, a lo que respondí alzando una ceja y sonriendo con complacencia.

-Hola Lilith.- Saludaron Harry y Hermione a la vez. -Hola.- dije levantado una mano. -Él es Ignatius Wall. Uno de los pocos chicos de primer año que no me tiene miedo, envidia u odio.- presenté con algo de entusiasmo... -Bueno, a decir verdad si te tengo algo de envidia, pero no la suficiente para odiarte.- respondió el mientras saludaba a Harry y Hermione con admiración. De pronto, otra voz familiar resonó en la distancia. -Oh, por favor.. solo eres tan impresionante como yo...- soltó Juliet Diggs con diversión en su voz. La miré y me guiñó un ojo, luego se hechó a correr hacia mi. -Escuché que mañana comenzarás tus exámenes. ¡Bien hecho chica! ¿Estás lista?- preguntó una vez estuvo con nosotros. -Oh, por cierto, hola. - dijo reparando en los demás. -Soy Juliet Diggs.- dijo. Harry, Ron y Hermione la saludaron como si fueran viejos conocidos, probablemente porque ella era bastante dada pata hablar con quien le diera la gana, y la sala común de Gryffindor habría prestado el lugar perfecto para que se conocieran. Ignatius contuvo un suspiro baboso y Draco le sonrió. Invi habló en mi mente... -¿Aura rosa chicle con destellos, verdad? La vi en tu compartimento de tren.- Yo sonreí y asentí. -Oh, ¡te conozco!- dijo mirando a Ignatius. Su cara de idiota se asentuó -¿No eres el chico que casi se desmaya cuando los dementores entraron en el expreso hogwatrs?- preguntó. La cara del Hufflepuff fue mutando de encantada a abochornada poco a poco, pero entonces Draco soltó -¿Casi? Al menos no fue como Potter... ¿verdad?- Harry, Ron y yo lo miramos con un reproche sin pronunciar, invitus le dió un golpe en el costado con el codo. -Lo siento Potter. Solo intentaba hacer sentir mejor al primer año...- dijo. La sonrisa de Harry se suavizó hasta convertirse en una cacajada. Todos nos relajamos. -Es increíble lo que enamorarse de una mestiza puede hacer... Sin ofender Lil, pero tu novio era un completo imbécil antes de ti. Y ahora... Bueno, ahora hasta se preocupa por lo que sienten los demás.- chilló con diversión. -Creo que deberíamos llamarte Lilith la desenvenenadora de serpientes.- dijo Ron. Yo suspiré con frustración... Genial, ahora el chico cuyo cerebro siempre sonaba con la canción de un equipo de quidditch acabado como música de fondo, me ponía un título. Contuve mis ganas de terminar lo que yo y el calamar habíamos comenzado hacía unos meses atrás.

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