Capitulo 26: Aterrizaje forzoso.
La semana paso como una babosa cornuda, y aun quedaba lo que para mi, sería lo mas desastroso de ella, mi tutoría de vuelo con la menor de los Weasley, encima después de mis clases de dicha materia por la mañana, y luego de eso mi tutoría de herbología con Neville, en la que esperaba no matarle ninguna planta. Sabia que el chico era muy apegado a ellas. ¿Qué pasaría si hacía que una de sus adoradas cosas verdes se muriera tan pronto como la tocara? Porque siendo sincera, era una posibilidad... ¿Me quedaría entonces sin tutor? ¿O estaría más motivado a volverse profesor si descubría mi desesperada necesidad de ayuda? Como supuse que volvería a pasar, las viejas escobas de la escuela eran mas tercas que un anciano jugando damas y me hicieron la vida imposible otra vez, lo que me granjeó nuevos regaños de Madame Hootch, a quién parecía importarle muy poco mi capacidad para escuchar las auras mágicas de los objetos encantados, como las escobas. -Potter consiguió su puesto como buscador, atrapando un objeto volando a toda velocidad en una de estas, pero para la Señorita Snape son muy poca cosa.- sentenció burlándose de mi. La odiaba por ello. Nadie, y repito NADIE me comparaba con el niño insufrible que vivió. Al menos esta vez, pude mantenerme unos minutos estables en el aire, y dar una vuelta por el campo a velocidad de perezoso. Eso supuso un progreso, pequeño, pero progreso igual: Pude hacer que la vieja escoba de la escuela me hiciera caso aunque sea por 5 minutos. -¡En tu cara, arpía de ojos de águila!- pensé tan fuerte como pude, esperando que la mujer que caminaba a menos de un metro de mi lo escuchara. No pareció afectarse, pero de todas maneras preferí no decirlo en voz alta. Las buenas estudiantes no llaman arpías a sus profesoras, ni siquiera a las que se lo merecen.
Luego de la clase en escoba, aproveche lo que quedaba de mañana hasta el almuerzo para hacer las tareas escritas que me quedaban para la semana que viene, no quería dejar nada para mañana y así tenerlo libre para descansar y disfrutar un poco. Gracias a Invi y Draco y su pequeño chistesito de hacerme perder media hora en la biblioteca, tenía unos cuantos pergaminos adelantados; así que este rato libre en mi dormitorio, y tal vez un par de horas más después de mi tutoría con Neville, serían lo que necesitaba para avanzar lo suficiente para tener el domingo libre; desafortunadamente, ese día Invitus y Draco tendrían su primer visita a Hogsmade, y dudaba que uno de ellos decidiera quedarse para hacerme compañía... Pero de cualquier modo, podría pasear por el castillo, investigar un poco el mapa del merodeador, y tal vez intentar prepararme un mate para mi solita, si es que Invi no se lo llevaba y podía colarme en su dormitorio, contaba con que Artemisa podría ayudarme en esa tarea.
Llegado medio día, Invi bajo de su dormitorio con los ojos hinchados -Es agradable poder dormir un día hasta tarde.- comentó el muy hijo de puta, y se unió a mi en la sala común de nuestra casa, -¿sin magulladuras nuevas esta vez?- preguntó echándome una mirada. -Nop. Esta vez hasta pude hacer a la anciana volar un poco.- respondí encantada. -¡Wow! Eso es genial!- dijo con entusiasmo. -¿A paso de tortuga, ¿verdad?- preguntó alzando una ceja. -¡Ey! Constante y segura, la liebre perdió y ganó la tortuga.- dije un poco ofendida. Me detuve un segundo en mi réplica para mirarlo: llevaba una escoba en una de sus manos, y dos paquetes envueltos sobre el hombro opuesto, en los que llegaban a dilucidarse dos artefactos voladores mas - ¿Y ahora, lista para tu primera tutoría con Ginny?- preguntó dándome una sonrisa. Yo suspiré -Supongo. Si no queda de otra... ¿Una de esas escobas envueltas es para mi?- inquirí, alegrándome de no tener que usar los vejestorios de la escuela. -No Lil, las envueltas son la paga de Ginny, y mi nueva Saeta de fuego. Para ti tengo mi Nimbus 2000- dijo mientras extendía la mano con la escoba, que aunque no nueva, estaba en mucha mejor condición que las del castillo -no está nueva, pero tiene muy pocos usos y esta en muy buenas condiciones- me dijo con alegría. Yo tome la escoba que Invitus me estaba ofrenciendo y la analicé: estaba hecha de una buena madera bien trabajada, y su cola formada por ramitas, estaba bien ordenada y unida, empuje mi magia para sentir su aura, y allí la sentí: estaba deseosa de escucharme y volar. -Bien, ella sí quiere escucharme. Tal vez, hasta pueda volar a una velocidad menos humillante.- dije complacida. -Entonces, ya que esta todo listo, podemos poner rumbo al campo de quidditch.- dijo mi amigo y salimos de la torre de Ravenclaw. Ninguno de los dos se había molestado en pasar por el gran comedor; supuse que Invi habría desayunado un mate y yo tenía el estómago revuelto por los nervios. Estar en el aire con una escoba que de verdad quería volar y una tutora que no tendría el mejor reparo en derribarme, no era algo que precisamente me hiciera ilusión.
...
Caminábamos por unos de los pasillos del castillo con dirección al campo de quidditch, cuando nos cruzamos con Thadeus Smith, un Slytherin de primer año, que había conocido debido a que iba de oyente a las clases de runas antiguas, el chico era una masa de músculos, y eso se debía a su afición de ayudar a su padre en la herrería que tenía. De no conocerlo, podía ser fácilmente confundido con un estudiante de mi generación. Aunque su cara infantil delataba su edad. -Hola grandulón- lo saludé cuando pasamos a su lado, el chico me tendió un puño que choqué. -vamos al campo de quidditch, a jugar un rato mientras Lil tiene práctica de vuelo.- dije mientras apuntaba a mi compañera -He oído que eres muy bueno sobre la escoba, y nos falta un jugador para un 2 vs 2 con guardián libre.- Invité al de primer año. -Hola Lilith, hola Invitus ¿cómo les va?- dijo el chico, con una sonrisa afable. -¡Eso sería genial! Escuche que el capitán del equipo de mi casa, fue expulsado junto con los golpeadores por intentar atacar a otro compañero de Slytherin con una maldición...- nos contó con consternación en su voz -Y que el profesor Snape, los tendrá limpiando las mazmorras con cepillos de dientes por el resto del trimestre.- esto último, lo menciono con una sonrisa. Lil y yo nos imaginamos a quiénes se refería, y nos alegró escuchar que Snape había intervenido. -¡Oh, seguro que ya lo sabían! ¿No es Draco tu novio, Lilith?- preguntó. Lil asintió. -Aunque no sabía lo de la maldición. Ni que mi padre había intervenido... Has sido portador de grandes noticias, Tad.- respondió ella feliz. -Como sea... estaba pensando en presentarme a las pruebas para alguno de los puestos disponibles el domingo que viene, y un poco de práctica no me vendía mal, así que, estaré encantado de ir a jugar contigo- me dijo mientras me daba una sonrisa agradecida. Lil carraspeó intentando llamar mi atención -no es por ser grosera con ninguno de los dos, pero si ya de por sí no me llevo bien con mi tutora de vuelo- dijo dando vuelta sus ojos -será peor si llego tarde a sus lecciones.- soltó con un gesto, instándonos a caminar. -Pueden ponerse al día, y de acuerdo en que harán en el camino al campo de práctica. Así que, ¡moviéndose señores!- dijo, sin dejar lugar a réplica alguna. -Vamos entonces- dijo Thadeus alegremente.
Llegamos al campo media hora después de habernos reunido en la sala común. Allí ya se encontraba la persona que le iba a dar clases a Lilith con el seño fruncido. -Pensé que no vendrían cuando no los vi en el comedor. ¿asustada de que te haga vomitar en tu primera clase, Snape?- pinchó la pelirroja de mal genio -Puedes estar tranquila, dudo que en esta clase puedas levantar los pies del piso. Hacerte vomitar, lo reservaré para unas clases más adelante, así que yo que tu juntaría energía para ese entonces.- soltó con diversión. Lil parecía en pié de guerra, se afirmó en el piso, soltó mi nimbus, y no pude evitar poner mi mano en su hombro. Draco, que estaba parado en el campo con Potter y Weasley nos echó una mirada repentinamente desconfiada. -Tranquilo Invitus: no pienso perder mi imagen de buena estudiante por una ridícula riña con una niña celosa.- soltó repentinamente. Movió su hombro para liberarse de mi agarre y colocó su mano encima de la escoba que ahora reposaba en el piso. -¡Arriba!- chilló. La escoba la obedeció y flotó velozmente hacia su mano. -Nada mal para comenzar.- soltó la tutora. -Ahora veamos tu posición sobre la escoba.- solicitó. Yo me aparté. -Bien, supongo que ellas estarán bien. ¡Hey Weasley, aquí tienes tu pago!- dije alejándome. Le lancé el paquete que ella desenvolvió con ansiedad. -Solo dame un minuto para probarla.- le dijo a Lil, se montó en su nueva escoba con la emoción de un niño en navidad y salió disparada por el campo. Draco resopló. -¡Y ahí va la copa de quidditch de este año!- Harry y Ron rieron, Draco intentó una mirada de consternación, pero terminó por reír con ellos. -Debo admitirlo, Weasley...- dijo mirando a Ron. -Esa hermana tuya es talentosa.- soltó.
Thadeus me miró intrigado. -Ni te atrevas a decir nada. Si esos tres no se están maldiciendo, el silencio suele ser la mejor opción.- respondí a su mirada inquisitiva. Cuando Ginny bajo con un aullido de felicidad, saltó de la escoba y me miró -¡Es increíble! ¡La mejor escoba que he montado! Gracias Invitus. ¡Esto es asombroso!- Esta vez fueron Harry y Ron quienes me miraron con recelo. Parece que entre las dos pelirrojas, se granjeaban una buena cantidad de admiradores o individuos preocupados por el extranjero con fama de mujeriego. Carraspeé para que Ginny volviera a la tutoría. Y me alejé con Thadeus hacia los tres chicos que me esperaban más al centro del campo. -¿Ganandote el favor de más admiradoras?- preguntó Draco. Resoplé con una sonrisa. -Lil es mi amiga. Y sin ofender Ron, pero tu hermana me da un poco de miedo.- Ron asintió dándome la razón. -Además: ambas son jóvenes... mis gustos son algo más... mayores.- terminé. -Bien, ¿vamos a jugar o qué?- pregunté intentando poner de humor a los demás. -Hagamos un clásico.- Propuso Harry. -Slytherin contra Gryffindor, Invitus puede ser el guardián para ambos equipos.- Yo asentí. -Me gusta la idea.- dijo Thadeus. -Debo decirles que suelo ser muy buen guardián, modestia aparte.- dije montando mi saeta de fuego sin estrenar. -Eso lo hemos visto, Invi, no se te suele escapar nada...- respondió Draco con un guiño que delataba su doble intención. Me reí y despegué. -Los veo en los aros; ¡si es que logran llegar!- solté con saña.
...
Allá arriba, Invi había asumido la posición de un guardián, y los otros cuatro habían soltado la quaffle. Aquí en el suelo, Ginny me miró con detenimiento. -¿Ya lo has hecho?- preguntó de golpe. -¡¿qué?!- pregunté un poco aturdida. Ella hizo un rodeo con los ojos y suspiró fastidiada. -¡Volar, princecita, volar! ¿Ya lo has hecho?- me ruboricé. -Si... algo... Esta mañana logré que una de las viejas escobas de la escuela me hiciera caso, pero a penas me despegué del suelo y avancé a paso de tortuga milenaria...- respondí con frustración. La chica se relajó un poco y rió. -Si, bueno... las escobas suelen ser dificiles de dominar. No te encontrarás con ese problema con ésta.- Respondió mirando mi reciente adquisición. -Eso espero.- dije con una leve sonrisa. -Bien, Invi me dijo que te resulta fácil comunicarte con los objetos mágicos... Es importante que seas precisa y te mantengas concentrada cuando estés en el aire.- dijo. -Bien, eso puedo hacerlo.- afirmé. -Excelente. Entonces veamos tu postura sobre ella.- pidió. Me monté en la escoba con algo de temor. -No le temas: si eres clara y confiable, tu escoba responderá como tu varita.- sugirió. Me aflojé un poco. -Bien, cuando cuente tres, darás un salto. Golpea firmemente con tus pies en el suelo y manten tu agarre firme. Si lo haces bien, tu escoba te mantendrá a una altura estable y quieta en el aire.- indicó. Eso hice. Para mi sorpresa. Las indicaciones de Ginny resultaban más prácticas que las de hootch y al segundo intento, logré ponerme en el aire. Ciertamente, la escoba de Invi estaba mucho más dispuesta a escucharme que las de la escuela. -Bien, ¿estas lista para ponerla en movimiento?- Preguntó mi tutora. -De acuerdo.- asentí. -Bien, inclinate levemente hacia adelante: cuanto más inclinada estés, más presión harás sobre el mástil de la escoba y más veloz irá, así que debes mantener una presión leve y constante. Daremos una vuelta al campo. Si algo sale mal, te atraparé ¿de acuerdo?- Volví a asentir. Mi tutora remontó vuelo y se puso a mi lado. -¡Vamos!- dijo. Me incliné y mi escoba salió a una velocidad de la que no creía que fuera capaz de conseguir jamás. -¡Wohoo!- me animó mi tutora celebrando mi éxito. -¿Lista para darles un susto a los chicos? No parecen haber notado nuestro avance.- dijo con un guiño. Yo sonreí en respuesta. -Bien, tu rodea a Invitus y distráelo, yo robaré la quaffle y anotaré para nosotras.- dijo segura. Forcé a subir a mi escoba. Cada vez estaba más lejos del suelo, pero no me daba miedo, había aprendido a confiar en ella. Rodeé a Invi en los aros, él perdió la concentración un minuto en el partido, celebrando mi éxito sobre la escoba, eso fue suficiente para que Ginny robara la quaffle y la hiciera pasar por el aro del medio. -¡Punto para las chicas!- gritó. -Te veo abajo, Lil.- volvió a gritar. Le dediqué una sonrisa y me dirigí hacia el suelo. Wow... no tan rápido, no tan rápido, no tan ra.... Mi nariz dio de punta contra el suelo, y mi escoba salió despedida en otra dirección. Ginny se paró a mi lado con su escoba en una mano y tendiendome la otra. -Bien, supongo que tu próxima lección será "cómo aterrizar con tus pies en lugar de tu nariz."- dijo en un tono bromista. Acepté su ayuda y me puse en pie. Nos reímos y vitoreamos. Pese a mis nuevos moretones y raspones, estaba sumamente feliz de lo logrado, y de pronto, entendí que estaba riendo y festejando con la niña Weasley a la que hasta hacía un par de horas despreciaba.
...
Que yo no jugara para ninguno de los equipos participantes de esta pequeña contienda, no significaba que le iba a poner las cosas faciles a ninguno para anotar puntos. El partido estaba reñido, porque aunque Thadeus fuera bastante nuevo en esto, tenía una destreza innata arriba de la escoba, y su robustez le servía muy bien para robar la quaffle y hacer unos lanzamientos muy fuertes, además tenía una precisión que asustaba, no quería tener que enfrentarme a ese chico con un bate en la mano. Las bludgers que lanzara serían unas rompecraneos. Jugando junto a él, se encontraba Draco: aunque todo el mundo supiera que su padre había comprado su puesto en el equipo, era un volador muy talentoso, y tenía una vista y unos reflejos exelentes y veloces, ideales para un buscador como él, además en el campo era feroz e indómito, por momentos me recordaba la actitud temeraria de Lilith, esos dos eran el uno para el otro. Las habilidades de los dos Slytherins juntos, eran dinamita pura. Del otro lado, se encontraban Harry: un excepcional buscador con una habilidad descomunal. No había que detenerse mucho en elogiarlo: era el jugador más joven en un siglo, habiendo sido convocado a jugar para su casa en primer año, por la mismísima y estricta jefa de Gryffindor. Jugando en el equipo del león a su lado, se encontraba Ron, un mago con muchas horas de quidditch junto a sus hermanos en el patio de su casa... No podía decirse que fuera malo, pero su falta de confianza hacia que sus habilidades flaquearan un poco, aunque debía admitir que ciertamente se notaba una mejoría en comparación con las veces anteriores que lo había visto volar. Parecía que su autopercepción había mejorado brevemente en este último tiempo. El partido se decantaba a favor de Slytherin, -Ey, Perit, ¡no contabas con esos brazos!- me gritó Draco cuando su compañero me envió una quaffle imparable que pasó volando por encima de mi cabeza. -¿Estás enamorado, Malfoy?- lo pinché amistosamente. El rubio se encogió de hombros. -No de Thadeus, pero si entra al equipo y juega así en un partido de verdad, tal vez lo bese.- soltó como chiste. Thadeus lo miró con incomodidad y Harry resopló. La posibilidad de que Thadeus entrara al equipo de Slytherin, definitivamente ponía las cosas un poco más equiparadas al equipo de Gryffindor que contaba con los notables buscador y cazadora. Todo iba normal, cuando de pronto ví una mancha roja pasar por mi lado y rodear los aros, dándole tiempo a su instructora, a anotar 10 puntos, luego de haberle robado la quaffle, a un sorprendido Thadeus, que no se esperaba que dos personas más se unieran momentáneamente al juego -¡Punto para las chicas!- se escuchó antes de que se alejaran hacia el suelo. Nos reunimos en el aire, para farfullar sobre esa interrupción tan abrupta, cuando vimos a Lilith aterrizar de cara en el césped del campo de juego. -¡Talento para volar, pero no tanto para aterrizar!- me burlé de mi estudiante una vez que la vi ponerse en pie de la mano de Ginny -¡Cállate Perit, o el próximo en aterrizar de cara serás tú, aunque caiga contigo!- me gritó desde el suelo. No quise poner a prueba sus palabras. Aunque era difícil que me alcanzara, si lo hacía, no me quedaba la menor duda se que cumpliría con sus palabras.
Draco fue el primero en aterrizar. Rodeó a Lil con un brazo y la besó. Los tres Gryffindors hicieron muecas de asco pero no dijeron nada. Eso ya era todo un progreso. -Gran partido.- dijo Harry acercándose al suelo. Draco levantó la vista. -Igualmente. Espero que las cosas sean así de interesantes en los partidos reales.- comentó con una sonrisa. -Puedes contar con ello.- respondió Ginny algo orgullosa de su abrupta intervención en nuestro partido. -¡Eso no fue justo, enviaste a Lilith a distraerme!- me quejé bajando de mi escoba. -Bueno señor extranjero, no se cómo se juegue quidditch en Uruguay, pero aquí, no nos distraemos cuando una bonita jugadora nos rodea.- soltó ella punzante. -Solo espero que el equipo de Ravenclaw los haga pedazos.- dije bromeando. -¡Ja! En tus sueños.- Respondió la peliroja. -Me has dado el instrumento de su destrucción-. Dijo macabra acariciando su nueva escoba con satisfacción. -Lo sé.- dije levantando las manos.
-Yo no apostaría todos mis galleons por Gryffindumb aún.- comentó Draco mirando a Thadeus con respeto. -Este chico podría ponerles las cosas muy difíciles. Imagina una Bludger lanzada a toda velocidad por esos brazos de herrero, a su cazadora estrella... O peor aún: a su buscador.- soltó con cierta satisfacción. -No quisiera ser el objetivo de ese chico.- Harry asintió con pesadez, ron se puso pálido, pero Ginny solo resopló -Ni siquiera ha entrado al equipo, así que no cantes victoria, Malfoy. Al estado actual de las cosas, Sloth-erin ni siquiera tiene un equipo para jugar.- dijo la niña con una sonrisa -lo cuál es casi una lastima, extrañaré patear tu engreído trasero en el campo.- Lilith bostezó sonoramente en medio de la puya entre todos los jugadores y aficionados. -Lo siento, de verdad todo lo que veo de interesante en el quidditch es... No, no hay nada interesante ahí. Ginny, si hemos terminado por hoy, debería ir al invernadero con Neville.- su tutora asintió. -Llegarias más rápido volando.- aconsejó -¿Y que mi primera lección particular de herbología comenzara por estrellarme contra el invernadero? Prefiero caminar. Al menos hasta asegurarme de que puedo volver a poner los pies en el piso cuando yo lo decida, en lugar de mi cara.- respondió entre risas y salió corriendo en dirección al invernadero, dónde se encontraría con su siguiente tutor. No pude evitar sentir algo de orgullo por su nuevo comportamiento. Su compromiso por mejorar la había vuelto más precavida y juiciosa, lo que hasta hace unos meses atrás hubiera sido considerado un milagro más que algo posible.
Me estaba alejando del campo en dirección al castillo, cuando una voz me llamo desde detrás. Me dí vuelta para ver a Malfoy correr para alcanzarme. -¡Hey Invi, gran partido el de hoy! ¿Por qué no juegas para tu casa?- inquirió el rubio. Negué con la cabeza -Demasiado tiempo en prácticas y demás... Estoy más interesado en aprender que en pasar tiempo sobre una escoba. Me gusta jugar, pero solo por diversión.- respondí. El chico pareció sorprendido por mi respuesta, pero no había llegado al punto. -hey, ¿Puedo hacerte una pregunta?- dijo notoriamente incómodo. -¿Te refieres a otra? Con ésta, ya van dos.- puntualicé... -si bueno.. yo... Solo quisiera saber qué pasa entre Lilith y tu.- dijo bruscamente. Lo miré como si me hablara en otro idioma. -Sé que son amigos...- continuó atripelladamente -Y que se tienen mucha confianza pero... La forma en que se ven, por momentos... Bueno, no puedo evitar notar que comparten una conección diferente y... ¿Ella te gusta?- preguntó cortando sus rodeos. -Escucha Malfoy: pasé mucho tiempo con ella el verano pasado. Aprendí más de una cosa sobre ella, pero sobre todo, estuve con ella en un momento bastante difícil y solitario de su vida. Lil es como un libro de muchas páginas, puede que las primeras parezcan simples, pero conforme te adentras en la historia, se vuelve más compleja y comienzas a entenderla mejor. No voy a negarte que tenemos una conección especial, pero ella está contigo, eso es todo lo que importa, ¿no? Ella podía escoger, y lo hizo: a ti.- el chico asintió. -eso no responde mi pregunta, pero supongo que tengo mi respuesta, al menos por evasión.- respondió. -No haré de Lilith un premio, ni de ti un competidor.- respondí cortante. -Gracias. Es noble de tu parte.- respondió, devolviendo las palabras que un día yo le había dicho. Era sorprendente que me hubiera hecho amigo de el engreído Slytherin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro