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Capitulo 20: Reus rat.

Después de un par de días dónde mis kneazles y crookshanks habían perseguido y acorralado a Pettigrew junto a Ron, él me había entregado su mascota sin sospechar lo que le deparaba el destino. El sábado después de la cena nos reunimos con Lil, ella estaba de mal humor. -¡¿has intentado volar en las escobas de la escuela?!- preguntó frotando sus magulladuras. -Si... Todos los primeros años lo han hecho, ¿por qué?- pregunté divertido. -¡Tienen el temperamento de Wandine, pero son como abuelitos seniles. No escuchan los comandos, solo quieren que haga lo que ellas desean y vaya a donde quieran ir. ¡Es imposible aprender a volar así. Necesito de verdad una escoba que me escuche, no una que me discuta todo el tiempo!- soltó con frustración. -Bueno, puedo dejarte usar mi escoba de vez en cuando, pero necesitarías a alguien que te ayude y enseñe. Hablando de eso, si quieres ser la estudiante avanzada, necesitas tutores. En especial en herbología y vuelo, pero no te hará daño tener uno para cada materia, de modo que no sobrecarguemos a nadie.- Ella resopló. -¿Más tutores? ¿En quiénes piensas?- Repasé mentalmente las opciones sopesando pros y contras. -Necesitas la mano verde de Logbottom en herbología. Si él no logra que mantengas una planta viva, nadie lo hará y estarás condenada al primer año de herbología por los siglos que vendrán.- puso los ojos en blanco, pero me dejó continuar. -Ya tienes un tutor en pociones, y supongo que no te molestará pasar unas horas más con él.- agregué con un guiño. Ella se sonrojó. No me molestaba que Lil hubiera encontrado alguien con quien se sintiera bien, pero no podía evitar tener cierto recelo por Malfoy. ¿Hasta cuando continuaría el juego de poner a prueba su atracción? ¿Y qué pasaría con Lil si él sencillamente decidía alejarse de la mestiza para continuar su legado familiar? De todos modos, continué -para transformaciones y encantamientos estaba pensando en Hermione y yo, pero encontrar a esa chica con tiempo libre es más difícil que resistirse a la danza de una Veela. Así que yo tomaré las dos, no necesitas ayuda en astronomía e historia, ¿verdad?- negó con la cabeza. -Me bastan mis libros y tiempo en la biblioteca.- soltó con seguridad. -¡Genial! Solo nos queda Defensa contra las Artes Oscuras entonces... necesitas al mejor.- Ella me miró con desconfianza -¿En quién piensas?- La respuesta era bastante obvia: -Harry Potter.- respondí. Ella se cruzó de brazos. -Uh-uh. No. No hay manera. No pasaré tiempo a solas con él.- respondió incómoda. -¿Por qué? ¿Qué ocurre?- pregunté preocupado. -Su aura es confusa. Por momentos es bonita y cálida, por momentos es fiera y ruge como el león de su insignia, y por momentos es espantosa. Terrorífica y oscura. Me siento incómoda cada vez que estamos cerca.- respondió negando más intensamente con la cabeza. Luego se arrojó en mi cama. Yo me senté en la butaca frente a mi escritorio. -Es el mejor, y si quieres, puedo estar contigo en tus prácticas con Potter.- me miró, volteandose en la cama -¿lo prometes?- Asentí. -Aún nos falta un tutor para vuelo, y créeme, necesitamos a alguien muy bueno. -Se me ocurre alguien, pero no creo que te alegre demasiado...- dije cauteloso. Ella inclinó la cabeza. -Giny Weasley. Esa niña se crió entre 6 hermanos. Y la he visto jugar quidditch. Creeme: esa niña tiene futuro sobre la escoba.- Lil se cubrió la cara con un almohadón al tiempo que se enroscaba en mi edredón. Estaba destendiendo toda mi cama, pero preferí no mencionarlo mientras digería mi sugerencia. -Bien, si esta es la salida más rápida del castillo y hacia mis TIMOS, ¡allá vamos, pelirroja!- Sonreí con satisfacción.

La rata que sospechabamos era Peter, estaba encerrada en una jaula encantada para que le fuera imposible escapar. Después de los acuerdos sobre los tutores, a quienes por supuesto, yo tendría que convencer, la miré: -Entonces... Deberíamos comprobar que es él antes de decidir que haremos a continuación- mencioné -Estoy segura que es Peter, siento su asquerosa y cobarde magia, además de que solo piensa en huir y esconderse.- dijo Lil. En ese momento alguien golpeó la puerta. Cuando la abrí, Penélope estaba parada en ella, inmediatamente vio a Lilith enroscada en mi manta y su cara pasó de seductora a intrigada y molesta en segundos, -Pensé que estabas solo y pase para ver qué hacías, pero veo que ya encontraste alguien con quién pasar el rato- dijo, con un dejé de celos en su voz -Hola Penélope, ¿qué tal?- dije como si nada -lo que hace Lil aquí no es de tu incumbencia, ¿o debo recordarte nuestro acuerdo? Y, lo siento, pero si no necesitas nada realmente, estamos en medio de algo muy importante, así que deberías irte.- Me di media vuelta cerrando la puerta de mi dormitorio y susurré el útil hechizo de privacidad que había aprendido este verano del profesor Snape. -¿En qué estábamos?- pregunté como si nada importante hubiera sucedido. Lil me miró como si le hubiera cerrado la puerta en la cara a ella. -¡¿Te la follas durante un año y luego la despachas como si nada?!- soltó indignada. Me encogí de hombros. -Lo que ella y yo tenemos es solo sexo. Nada mas. Si desea tener un ataque de celos, que sea con su insípido novio. No conmigo. Y ahora, ¿en qué estábamos?- volví a preguntar. -Comprobando si realmente es Pettigrew la rata que tenemos en la jaula, aunque mi magia y mis sentidos me dicen que si- respondió Lilith con una cara divertida, la cual atribuí a lo que acababa de pasar con Penny. -Entonces solo queda comprobarlo en el mapa- dije mientras desplegaba mi copia del mapa del merodeador y recitaba la frase reveladora. -Efectivamente, Peter Pettigrew se encuentra en esta habitación con nosotros. Además de que le falta un dedo y tiene una cola que se parece a un gusano.- dije mirando a Lil. Ella asintió. -Entonces... ¿Vamos con papá y llevamos a esta asquerosa rata? Así no haremos nada que pueda darle la oportunidad de escapar o de hacernos daño, además de que el sabrá mejor que hacer para que termine en azkaban por los crímenes que cometió.- sugirió ella.

...

Después de salir de la habitación de Invi, él sugirió que le escribiera una nota a la profesora McGonagall y le pidiera que ella y el trío dorado nos vieran en las mazmorras. Era algo que competía a los tres, y por lo tanto, la profesora debía llevarlos. Asentí y salí disparada hacia mi habitación a buscar a Fíle. Invi fue a la habitación de Filtwik a avisarle que iríamos a las mazmorras para hablar con mi padre, al volver a la entrada de la torre, le dije a Invi que ya estaba hecho, y él me dijo que nuestro jefe de casa ya estaba informado, y aunque era algo inusual, accedió por la urgencia en el tono de Invitus. Dejamos la torre de Ravenclaw y pusimos rumbo a los aposentos de papá. Llegamos a la entrada de la sala común de Slytherin dónde mi padre nos estaba esperando. -La profesora McGonagall me avisó que ustedes tenían un tema urgente del que hablar y que involucraba a tres de sus estudiantes, llegarán en un momento así que los esperaremos aquí.- dijo con una mirada inquisidora. -Quizás debería de llamar al director, profesor. Es un tema muy importante y nos ahorraríamos de contar dos veces la misma historia- comento Invi. En ese momento, papá conjuro una cierva plateada y la mando a llamar al director. -Wow, ¿eso es un patronus? ¿No se supone que solo pueden ahuyentar dementores?- dije completamente asombrada. -Si, eso es un patronus. Y si, se supone que solo pueden ahuyentar dementores, pero durante la guerra con Voldemort, el director creo una forma de comunicarse a través de ellos para que no se pudieran interceptar los mensajes. Por cierto ¿cómo es que conoces el patronus Lil? Es magia muy avanzada que ni siquiera se enseña en Hogwarts- respondió papá. -Yo... Lo leí en la biblioteca, paso mucho tiempo ahí, y después de que los dementores aparecieran en el tren, sentí curiosidad.- Expliqué, sin querer revelar que tenía un tatuaje de un dementor, y el patronus de su "enemigo". Al parecer, papá se creyó la mentira, porque dejó de indagar.

Un rato después de esperar, llegaron todos los integrantes, de lo que sería esta rara reunión. -Director, profesora McGonagall, mis disculpas por hacerlos salir tan tarde de sus aposentos, pero el señor Perit y la señorita Snape, dicen tener algo importante que contar. Algo que al parecer también incluye a Potter, Weasley y Granger.- dijo eso último con una cara de desprecio. -Pasemos a mi oficina donde podremos tener esta charla sin interrupciones ni entrometidos.- y abrió el camino a su oficina, dónde después de que todos se acomodaran e Invi colocara la jaula sobre el escritorio, musitó el hechizo de privacidad característico de cuando no quería que lo que se iba a hablar saliera de allí.

...

Parado en medio de la oficina privada del profesor Snape, con Lil a mi lado y todos los presentes murmurando sobre el por qué de esta extraña junta, carraspié para que todos nos prestaran atención. En ese momento Ron se percató de la pequeña rata enjaulada y soltó conmocionado -¿Esa es Scabbers?- Su cara horrorizada, delataba la preocupación por su mascota -¡me dijiste que ibas a curarla Invitus!-. Antes de que pudiera seguir, levanté mi mano hacia él, para que me dejara hablar. -Si Ron, esa es Scabbers, y es el por qué de la reunión de hoy. Antes de que saques conclusiones apresuradas, escucha la historia que Lilith y yo tenemos que contar.- dije mirando al pelirrojo de la habitación. Lil se adelantó y suspiro antes de hablar -¿Recuerdas lo que nos contaste en el verano papá? ¿Sobre Sirius Black y Peter Pettigrew?- dijo ella. -Si, lo recuerdo, pero ¿qué tiene que ver la fea rata de Weasley en todo eso?- preguntó el profesor. -pues... Resulta que un día, mientras Ron y Harry hablaban con el profesor Lupin, sentí su repugnante magia en Ron...- los presentes se miraron entre ellos con curiosidad. -La magia de Lilith va más allá de la de cualquier legeremante. Ella puede ver las auras y sentir la magia de otros cuando están cerca. Hemos trabajado en ello para que no sea algo abrumador, pero aún así puede hacerlo.- expliqué antes de dejarla continuar. -En un primer momento, creí que se trataba del mismo Ron, pero después de debatirlo por un par de días con Invitus, y el aporte involuntario de la profesora McGonagall sobre los animagos, llegamos a la conclusión de que Pettigrew era uno, y era la rata de Ron.- largó Lil sin dar mayores explicaciones, dejando fuera de la conversación el mapa del merodeador, lo que agradecí en silencio. Todos en la habitación parecieron perder el . -Imposible, esa rata lleva en mi familia...- antes de que Ron pudiera terminar lo interrumpí, -¿mas de 11 años? Demasiado tiempo para una rata ¿no lo crees? Además... ¿cómo perdió el dedo que le falta? - lo indague -No lo sé, siempre le ha faltado...- seguí con mi explicación de por qué estábamos convencidos de que esa rata era Peter: -Todo lo que quedó de Pettigrew después del supuesto ataque de Black, fue un dedo. Además, justo se enferma cuando Sirius Black, su supuesto asesino, escapa de azkaban. Eso no es mera casualidad, sabe que viene por él, sabe que viene a matarlo por traicionar a los Potter- antes de seguir con la explicación que estábamos llevando a cabo Lil y yo, el director Dumbledorede interrumpió, -Disculpen jóvenes, aunque me tienen intrigado, y en un momento pasaremos a confirmar finalmente si ese roedor es o no es Peter Pettigrew, me podrían explicar ¿por qué afirman que fue él quien traicionó a los Potter y no Sirius Black?- antes de que pudiéramos decir nada, Snape habló -Eso me corresponde a mi señor director. Verá... En el verano, que pasamos en mi casa, un día leímos la noticia de la fuga de Sirius en El profeta, y en la curiosidad de la señorita Snape, me pregunto por qué él era un asesino en masa, luego de relatarles a ambos la historia de Sirius y todos sus amigos, le conté de mis fuentes confiables, que el traidor de la familia Potter, quien los había entregado al señor tenebroso había sido Peter y no Sirius. Ya que a último momento, los Potter decidieron hacer guardián a Pettigrew, en lugar de Black. Ignorando que para ese entonces, Pettigrew se había unido a las filas del señor tenebroso. Y antes de que pregunte por qué nunca lo dije, piénselo: salvo usted, ¿quién me creería? Debido a mis errores del pasado, mi palabra valía menos que la nada en ese momento.- El director y la profesora McGonagall sopesaron lo que Snape había dicho. -Las verdades son más difíciles de creer para quienes prefieren las mentiras cómodas. Con un Peter Pettigrew desaparecido, y muchos juicios siendo mal ejecutados para encerrar la mayor cantidad de seguidores del señor tenebroso, en medio de una vorágine y escalada política de muchos aprovechadores, no me parece raro que hayan metido a Sirius a azkaban sin haberse cuestionado por qué traicionaría a su hermano de otra madre. Pensándolo bien, ni siquiera yo lo hice.- reflexionó el director. En todo esto, Harry estaba callado y reflexivo antes de levantar la mano como si estuviéramos en medio de una clase -Si Potter- dijo Severus con algo de desprecio en su voz -¿Cómo es eso de que Sirius Black traicionó a mis padres? ¿Pero al final no lo hizo él? ¿Quien es Peter Pettigrew? ¿Cómo pudo pasar más de 11 años transformado en una rata?- preguntó con mucha confusión. Por primera vez en la reunión, su jefa de casa hablo. -Veras Harry, en su época por Hogwarts, tu padre se hizo amigo de otros tres muchachos, ellos fueron, Sirius Black, Peter Pettigrew, y Remus Lupin, el profesor de defensa contra las artes oscuras.- comenzó la profesora, mientras el profesor de pociones hacia cara de asco. -Ellos eran inseparables,- siguió la profesora -E insoportables también, los gemelos Weasley no llegan ni a la mitad de lo que hicieron en este castillo.- comentó Severus con gravedad. Minerva lo miró con una mezcla de incomodidad y algo de pena -Continuando con la historia, Sirius fue expulsado de su familia por no seguir los ideales de sangre pura, y terminó sus años de adolescencia bajo la tutela de tus abuelos. Cuando el señor oscuro te puso en su mira como el único que podría vencerlo, tu padre y tu madre se escondieron en el valle de Godric bajo el hechizo fidelius, y todo el mundo pensó que el guardián del secreto era su mejor amigo, y tu padrino: Sirius Black. La noche que el señor tenebroso los encontró, todos pensamos que él los había traicionado, y después fue por Peter, lo cual nunca tuvo sentido. Aunque ahora todo parece más claro, de porque esa trágica noche, cuando Hagrid fue a por ti, se encontró a Sirius y él te entrego junto con su moto a nuestro guardián de las llaves para ir por esta asquerosa y repugnante rata.- lo último, la profesora lo dijo con mucho rencor y asco. -El porque se pasó más de 11 años en forma de rata, es porque es un animago, un mago con la capacidad de transformarse en animal a voluntad. Tal y como yo lo hago. El proceso para convertirse en animago es arduo y complejo. Por lo que imagino que solo lo consiguió con ayuda de James y de Sirius, puesto que siempre fue un estudiante mediocre. Cualquier otra duda que tenga sobre los hechizos o procesos mágicos aquí hablados, pregúntele a la señorita Granger. Si ella no lo sabe, lo aprenderá en una pequeña visita a la biblioteca.- dijo esto último, cortando cualquier otra interrogante que el trío de oro tuviera.

...

Luego de toda la charla, pasamos al momento más esperado, revelar a la asquerosa rata y transformarla en lo que realmente era. -Lil mantente detrás de nosotros y con la varita fuera lista para aturdirlo si se abalanza sobre ti, lo mismo para el resto.- hablo papá con un tono decidido que no daba espacio a réplica. -Señor Perit, si es tan amable, ¿podría abrir la jaula, que parece estar encantada para que nadie más que usted lo haga?- pidió el director examinando la jaula con interés. Luego de retirar las protecciones y lanzar un hechizo de apertura que no era el que enseñaban en clases, al menos no en primero, Invitus se paró frente a la puerta para que no escapara, pero no fue necesario, porque en el instante que Peter salió de la jaula, el director Dumbledorede lo había obligado a transformarse en humano, la profesora McGonagall lo había aturdido, y papá lo había atado. -Parece que no escapará. Traeré una silla para acomodarlo antes de despertarlo- decidió McGonagall. -Yo iré por veritaserum a mi armario, hay muchas preguntas que tiene que responder sin mentiras esta cosa asquerosa- hablo Snape. -Bien hecho todos, por más que parecen no haber colaborado, el que se mantuvieran atentos para que el señor Pettigrew no los atacará o para ayudarnos a qué no escape estuvo muy bien.-
Dijo el director alegremente. Ron se movió nervioso y asqueado viendo la figura inconsciente del hombre desagradable, bajito y medio calvo que yacía amarrado. -Yo dormía con esa rata... Me siento sucio, muy sucio...- lo miré con ceño -tampoco es como que te bañes muy seguido- solté enseñándole la lengua -Pero si quieres, sería un placer enviarlo al vacío.- sugerí con cierta malicia. El director puso una cara de asombro y luego una de espanto. -Señorita Snape, aunque me encantaría saber a qué se refiere con el vacío, nadie moverá al señor Pettigrew hasta que obtengamos respuestas, y sea enjuiciado. Quizás ésta es una oportunidad de liberar a un hombre que parece ser inocente, porque con las nuevas evidencias, dudo que haya sido Sirius quien lanzará esa bombarda.-

Luego de que McGonagall sujetará al mago rata a la silla y papá volviera con el vial de veritaserum, Dumbledorede musitó -Enervate- y Peter recupero la conciencia e inmediatamente fue obligado a beberse la poción. -¿Quién eres?- preguntó papá. -¡Scabbers!- chilló el hombre imitando ridículos movimientos de rata con la boca y sus dientes chuecos de afuera. -Pasar tanto tiempo convertido en animal, puede afectar la mente del hombre en especial las mentes débiles.- explicó Minerva, que claramente era la experta en el tema. -¿Quién eres realmente?- insistió con saña mi padre. -Pe.. Pe... Pettigrew.- soltó la extraña rata humana. -Peter Pettigrew. Colagusano. El merodeador. El seguidor del inombrable.- soltó por fin. -¿Fuiste el guardián del secreto de los Potter?- preguntó papá - S-sii... Lo fui. Y luego se lo conté a mi amo.- respondió el desgraciado. Dumbledore intentó sujetar a Harry pero éste se abalanzó sobre el hombre-rata atado y obligado a decir la verdad bajo el efecto de la poción. El niño de la cicatriz del rayo puso su varita en el cuello del mago. -¿Tu traicionaste a Lily y James Potter? ¿Tu revelaste su ubicación para que Voldemort me matara? ¿Tu inculpaste a Sirius Black para que fuera a Azkaban por tus crímenes?- el hombre abrió los ojos como dos monedas al reconocerlo -¡Si!- chilló nuevamente -¡Y tu! Eres la viva imagen de James. ¡Sobreviviste al ataque del señor tenebroso, y te atreves a nombrarlo! ¿No sabes lo peligroso que es nombrarlo? Él conoce artes oscuras. Puede hacer cosas en las personas... Cosas que nadie resiste. Como a los Longbottom... ¡los mejores aurores hoy no son capaces de limpiar su propia baba! ¡Y ni siquiera fue mi señor quien lo hizo, sino una de sus seguidoras! ¿Qué hubieran hecho ustedes en mi lugar? ¿Qué hubiera hecho Sirius?- en ese momento fue Severus quien habló. -Debiste morir en su lugar. Eran tus amigos. Te dieron su protección y su confianza. ¡Su sangre está en tus manos! Y no tengas dudas de que Sirius Black hubiera muerto antes que traicionarlos. En lugar de eso, pasó 12 años en Azkaban sin poder contar al mundo la verdad.- con cada palabra que pronunciaba papá se inundaba más de ira y se sentía cada vez más peligroso, hasta el punto en el que hubiera sido capaz de matarlo él mismo. Yo sabía que no se trataba de la injusticia de Black, o la muerte de James, ni siquiera la miserable vida de Harry, lo que lo embargaba con ese desprecio, pero por suerte, la voz del director lo trajo de regreso a sus sentidos y tanto él, como Harry bajaron sus varitas. -Severus. Creo que es momento de enviar una lechuza al ministerio. Creo que la señora Bones necesita oír esto de primera mano. Entonces podremos entregar al verdadero responsable de los crímenes a los dementores, y limpiar el nombre de Sirius Black. -Por supuesto, señor.- dijo papá recuperando la compostura y buscando pergamino en su escritorio. -Iré por Fíle- dije acercándome a la puerta. -¿Alguien podría acompañarla, por favor? Después de todo, aunque sea una extraordinaria bruja, sigue siendo una estudiante de primer año vagando sola por los pasillos de Hogwarts en plena noche.- solicitó el director. -Yo iré con ella.- dijo Minerva.

En cuanto salimos de la sala ella me puso su capa para protegerme del frío, llevaba un pijama de estampado escosés chistoso, pero aprecie el gesto. -Gracias.- dije por lo bajo. -Lo que han hecho esta noche tú y el señor Perit es un acto de valentía, talento mágico e inteligencia increíble. Espero que sepan que han ayudado a limpiar el buen nombre de un hombre inocente.- dijo emocionada. -¿Les tenía aprecio? A los merodeadores, quiero decir...- la profesora se rió. -¡Hacia años que no escuchaba ese nombre! Si, en especial a James y Sirius. Remus siempre fue el mejor estudiante, pero siempre fue el más retraído también, y Pettigrew solo era un seguidor, siempre necesitó de un líder para existir. Y tal parece que cuando James tuvo una familia por la que velar y ya no pudo continuar siendo su líder, se buscó uno que, en su mente, no lo dejaría jamás. En realidad siento lastima por los despojos humanos de Pettigrew, y por su inexhorable destino.- Ella suspiró -debes creer que soy un monstruo por recordarlos con afecto pese a todo lo que lo hicieron sufrir a tu padre.- Yo negué con la cabeza. -Tal vez la palabra de mi padre no valiera un sikle cuando Sirius fue encarcelado. Pero en 12 años no dijo una palabra, ni siquiera a Dumbledore.... Es un gran padre, pero se mantuvo en silencio por rencor y desprecio. El mismo desprecio que hoy casi hace que pierda la compostura completamente y asesine a Pettigrew. Todos tenemos nuestras mejores y peores facetas, profesora... Mi padre estaba enamorado de Lily Evans, y sufrió su muerte más que cualquier otra cosa en el mundo. Usted es una gran profesora, que quiere a sus estudiantes, es lógico que el trágico destino de dos de ellos la angustie. No hay nada monstruoso en ello.- la profesora me dedico una breve sonrisa. -Eres sabía para tu edad... Ravenclaw fue la opción perfecta para ti, aunque deba reconocer que tuve la esperanza de que fueras una Gryffindor.- susurró -¿Y causarle un infarto a mi padre? De por sí se que le cuesta tolerar que no sea una Slytherin por voluntad propia... Imagínese el dolor de verme usar la insignia del león. Eso sí sería una puñalada.- ambas reímos.

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