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Capítulo 9: Únete a mi.

HARRY

Me aproximé con cuidado al dije verde que pendía de la cadena que sostenía firmemente Invitus. Sentía como si susurrara y me atrajera. El peliazul lo apartó de mi vista cuando mi cara estaba a menos de un palmo del guardapelo. -¿Cómo pueden estar seguros de lo que es? ¿Quiero decir, qué tiene de especial?- pregunté, pero algo dentro de mi se removía inquieto y me hacía comprender que estaban en lo correcto. Como nadie respondía levanté la vista, muchos de mis amigos esperaban ansiosos la respuesta, pero Draco y Hermione evitaban mirarme y Lilith miraba a Invi como si esperara una señal para hablar o callar. -Debes confiar en mi.- respondió el chico. Me sentí frustrado, si sabían algo sobre Voldemort, si habían averiguado algo sobre esa magia oscura, necesitaba saberlo. Cerré mi puño con fuerza, hasta que las uñas se me clavaron en las palmas. -¿Qué hay de especial en esa chuchería?- insistí. -Ahora todos hablamos parsel, Harry. Todos lo oímos.- dijo Draco, como si se lamentara cada palabra. -¡¿Y qué pasa con ello?!- preguntó Thad -Es el emblema de slytherin, no es extraño que esté relacionado con las serpientes.- añadió. -¿Y no te parece extraño que los dijes de piedra y plata hablen, Thad?- añadió con un dejo de burla Ginny, que ya había tenido experiencia de primera mano con un horrocrux. -Papá suele decir nunca confíes en algo que puede pensar por sí mismo, si no sabes dónde está su cabeza.- argumentó. -¡Y con respecto al diario, no se equivocaba! Quiero decir, si hay una remota posibilidad de que eso sea como el diario, deberíamos tomar ahora el colmillo que Ignatius se acaba de guardar, y hacerlo picadillo de piedra y metal. Aunque solo sea por si acaso.- terció. Hubo un murmullo de asentimiento.

-Por suerte, creo que hay una manera muy simple de saber si es un horrocrux, sin destruir una pieza de historia de la magia irreemplazable...- dijo Draco -Es un horrocrux.- sentenció Invitus.  -Si, pero... solo por si acaso.- insistió el rubio. Lilith puso los ojos en placo. -¡Destruyámoslo y ya!-dijo Lil, con el apoyo de Ginny. -¿Si tuvieras que destruir un emblema único y perteneciente a Rowena. Una pieza de la historia de la magia y de tu casa, ¿lo harías sin rechistar?- protestó Draco. -Lo haría si tuviera un pedazo de Voldemort dentro, sin dudas.- respondió ella sin rechistar. -¡Oh, eso es genial, entonces dejemos que Lilith me haga explotar y terminemos con ésto!- solté frustrado. -Aguarden.- gritó Draco para hacerse oír. ¡No se como no lo pensé antes, de hecho es muy simple! ¿No dijo Lilith que lo encontró en Grimmauld Place?- Y miró a su novia, que asintió dubitativa. -¿No entienden que es tan simple?- repitió, buscando su aprobación, pero todos lo miraban ceñudos y yo comenzaba a impacientarme. 

-¡Kreacher!- llamó, y el elfo de morro de cerdo apareció con su típica cara de disgusto. Hizo una profunda reverencia y dijo con su voz amarga -El amo Draco ha llamado.- Draco tomó el guardapelo de las manos de Invi y se lo enseñó al elfo, que hizo un gesto de rechazo tan claro como el agua. -Kreacher, ¿de dónde salió esto? ¿cómo llegó a Grimmauld Place?- El elfo apartó la vista de la cadena y comenzó a estrujarse su raído y sucio atuendo. -El amo Regulus... le ordenó a Kreacher destruirlo.- sentenció. -¿Regulus Black? ¿El hermano de Sirius?- pregunté con ansias de respuestas. -¿Y por qué no lo hiciste?- lo inquirí presionando. El elfo me dedicó una mirada cargada de odio -¡El sangre sucia le dirige la palabra a Kreacher! El sangre sucia pregunta por qué Kreacher a desobedecido la última orden del amo Regulus. Kreacher no responderá. Kreacher no quiere.- chilló. -¡Kreacher!- gritó Draco con voz autoritaria. -¡Responde a Harry, y deja de decir sangre sucia! De ahora en adelante, no puedes llamar así a nadie más.-

El elfo volvió a hacer una reverencia y me dirigió la mirada. -El amo Regulus Black, hermano de Sirius, el traidor de la familia y de la sangre...- Draco se puso en pie, furioso -¡Kreacher!- gritó, y el elfo se calló un momento. -Antes de morir, el amo Regulus Black decidió abandonar al señor tenebroso y sus aliados, y emprendió acciones para derrotarlo, cuando fue por el guardapelos volvió muy deteriorado. Estaba envenenado y le quedaba poco tiempo, así que ordenó a Kreacher destruirlo, pero Kreacher no pudo, aunque lo intentó y lo intentó muchas veces. Kreacher tuvo que castigarse, pero al final, debió esconderlo y dejarlo olvidado.- relató, tirándose de las orejas con congoja. -Gracias Kreacher.- dije, para sorpresa de mi primo, que me dedicó una sonrisa y un asentimiento. -Lo destruiremos.- informé y el elfo levantó sus ojos para mirarme y luego a Draco, como si no diera crédito a mis palabras. -¡Gracias amo!- chilló y se arrojó a los pies de mi primo y antiguo némesis. También se inclinó hacia mi, lo que me tomó por sorpresa. -¿Cómo lo haremos?- pregunté a nadie en particular. Invi sacó un vial de veneno de basilisco, y lo colocó en un vaso ancho. -He estado guardando esto para una ocasión especial.- dijo con un destello en los ojos. -Creo que los demás deberían saber lo que Dumbledore...- terció dubitativa Hermione, y Lilith le dedicó una mirada de reproche. -¡No me mires así! Dumbledore no quería que hiciéramos nada hasta que él estuviera seguro del plan de acción.- dijo consternada. -Da igual lo que crea Dumbledore.- dije con ira. -Si esa cosa está hechizada por Voldemort, y puede ser utilizada para que regrese, tenemos que destrozarlo.- casi grité. -Pero Harry...- murmuró Hermione horrorizada. -¡Pero nada! ¡Él mató a mis padres, Hermione! No espero que lo entiendan, pero pienso hacer todo lo posible para destruirlo.- solté con rabia. -Yo lo entiendo.- dijo Neville. Tenía la mirada perdida y los puños cerrados fuertemente.  

 Se hizo un silencio incómodo, que nadie pareció estar dispuesto a romper. Finalmente, Invitus se aclaró la garganta. -Creo que tendremos que abrirlo para asegurarnos de que el fragmento de alma se muera.- Dijo, mirando al objeto. -Y si lo es, tratará de defenderse. Así que estén preparados para cualquier cosa.- soltó Ginny, que había puesto tanta distancia entre ella y el guardapelo como era posible. No la culpaba, de hecho, nadie lo hacía. -¿A qué te refieres con "defenderse"?- preguntó Juliet que parecía no poder abandonar el asombro. -Es un fragmento de Riddle.- explicó la chica. -Es encantador, manipulador, astuto y despiadado; quiero decir, al menos así era el Tom del diario.- dijo dando un paso adelante para encararse con los demás -Hará lo que sea por evitar que lo rompamos... Supongo que mientras no gane fuerzas suficientes para salir de ahí, no podrá dañarnos físicamente, por lo que intentará convencernos de confiar en él.- afirmó. -Si, así lo hizo conmigo.- concluyó. Juliet se estremeció y se apoyó sobre la espalda mas cercana. Casualmente fue la de Ron, que, por obra de su medalla, seguramente, no enrojeció, sino que la abrazó protectoramente. -No te preocupes, Ginny, todo irá bien ésta vez.- dijo mirando por encima de Juls a su hermana. -Al menos ésta vez sabemos a qué nos enfrentamos.- añadí. 

-¿Qué querías decirnos, Hermione? ¿Qué dijio Dumbledore? ¿Es sobre el diario?- Interrogué. Hermione volvió a mirar al rededor en busca de un apoyo que no consiguió. -Bu... Bueno... sobre el diario... y sobre lo demás.- Me tomó un momento comprender. -¡¿Qué?! ¿Dumbledore sabía?- exploté. -¡No!- chilló Lilith. La miré lleno de ira -No lo sabía, pero lo sospechaba.- terció Invitus -No fue hasta que lo visité y mencioné los horrocruxes que comenzó a atar los cabos... Él no sabía del guardapelo, y sin Lilith jamás habríamos sabido de tí.- apuntó. -De cualquier manera, no pretendía mantenerte en la ignorancia para siempre.- expliqué. -¡Pero lo hizo!- protesté. -Si no fuera por ella no lo sabría hasta ahora.- proteste irasible apuntando a la cara de Lilith que se apartó con nerviosismo -¡¿Por qué no me lo dijiste?!- la sacudí. Invitus se aproximó como un rayo y me sujetó por un hombro -Mira Potter- dijo en tono fiero, observándome como una fiera a punto de tragarme. -no soy la persona más fiel a las decisiones de Albus Dumpledore...- Solté a Lilith e Invi aflojó su agarre, solo un poco. -Pero lo hizo por tu bien, y yo estuve de acuerdo. ¿De qué habría servido decirte cuando no teníamos idea de qué hacer al respecto?- espetó -¡Me habrían tratado como a una persona con voz y voto, y no como a un niño asustado!- recriminé. -Soy un héroe, un gran mago, cuando me enfrento a Voldemort, ¡pero un niño cuando se trata de darme infomación que podría ayudarme a enfrentarlo! ¿Qué clase de doble parámetro es ese?- 

-Ya no importa, Harry.- dijo Draco. -Lo que importa es que habrá una guerra. Ahora, no podíamos seguir ocultándolo.- dijo Lil -Y aunque aún no sepamos qué hacer con ese fragmento del alma de V... El que no debe ser nombrado...- añadió Hermione, tomándome de la mano. -Ahora sabemos que debemos hacer algo para detenerlo, o aventajarlo.- completó Ron. -Rastrear y destruir los horrocruxes podría ser nuestra mejor jugada.- Terminó Ginny. Los demás asintieron.

...

GINNY

-Bien, si están todos listos...- dijo Invitus, y sostuvo el guardapelo sobre el vaso de veneno, antes de sisear una palabra que fue entendida por todos: -Ábrete-. Nada ocurrió. -¿Tal vez solo se abra cuando se lo pide él?- aventuró Draco. Nadie se movió. Harry suspiró. -Ya entendí. Pero ¿podrían dejar de tratarme como si fuera una bomba?- Se acercó a Invi y volvió a sisear -Ábrete.- el guardapelo se abrió con un chasquido estridente y rodó por encima de la mesa hasta perderse de vista. Inmediatamente, comenzó a salir una bruma espesa contoneándose entre el negro y el plateado, que borbotó sobre la mesa y lejos del vaso, decidiendo al parecer, una presa a la que atacar, y se detuvo justo frente a Harry. Una voz fría y aguda, que parecía salida de mis pesadillas habló de alguna parte que no podía precisar: -Sssi... Harry Potter... que placer volver a encontrarte...- dijo la voz que arrastraba las palabras -Únete a mí, Harry... Únete a mí y serás poderoso... tendrás todo lo que siempre has querido... y serás reconocido por tus actos y no por los de otros... Juntos podemos revivir a tus padres, darte la familia que siempre has querido... Juntos nadie volverá a menospreciarte, nadie volverá a hablar mal de ti...- susurró la niebla, mostrando en rápida sucesión, imágenes de un posible futuro. Las contemplé con furia. La hipocresía del fragmento me causaba nauseas y un profundo odio. Pero aún no era tanto como el que Harry sentía. Se adivinaba en sus facciones, ahora envueltas en la bruma. Las voces de mis amigos se escuhaban lejanas. Probablemente intentaban sacarlo del trance en el que se encontraba, pero no podía oír lo que decían. Y Harry parecía no ser capaz de dejar de mirar las imágenes que le mostraba el alma de Tom Riddle. -Mala suerte, Tom. Mis padres están muertos. Y no hay magia que pueda traerlos de regreso. Deberías recordarlo, ¡porque tú los mataste!- gritó con ira y la neblina se alejó. 

El revoltijo de plata y negro se movió hacia donde estaban Lilith y Draco -Interesante... No te conozco niña... pero rezumas poder, tanto como para ser mi lugarteniente... yo puedo darte poder. Y perdonar tu pequeño desliz con el traidor a la sangre... Conmigo podrías tenerlo todo.  Este desparpajo endeblucho que abandonó a su familia te seguirá a donde vayas. Él, que siempre fue humillado por Potter... Eres débil Draco... pero puedes ser una bonita mascota de mi lugarteniente... Lilith... Una reina para la oscuridad. Una reina que solo se inclinará ante mi. Una reina indoblegable.- Las imágenes se hicieron más oscuras: el fuego lo gobernaba todo y en medio, una Lilith ataviada con una túnica negra se colocaba una corona de huesos y una máscara de mortifago. Tomaba asiento en una especie de trono a la derecha de Voldemort. Nuestra amiga sonreía sádica torturando gente. Lucius Malfoy se doblaba por la cintura con una mueca grotesca, mientras ella levantaba su varita. Se ponía de pie en medio del humo y la sangre. Llevaba una correa de la que jalaba a un Draco pálido, desnutrido y lleno de moretones, que la miraba embelezado. Esas vistas dejaban un amargo sabor en la boca. Todos éramos conscientes de que el poder de Lil, tarde o temprano superaría a los mejores magos del siglo, pero por muy tentadora que fuera la magia oscura, sabíamos que jamas abandonaría a sus primeros amigos, que mas que amigos eramos una familia. Lilith se puso en pie. Por un momento tuve un horrible presentimiento de que algo andaba mal. ¿Podría Lilith liberar a Voldemort? ¿Aceptaría lo que le ofrecía? Grité, pero imaginé que no podía oírme. Draco, presa del espanto parecía aterrado, avergonzado y bajaba la cabeza, tan humillado como el chico de la visión que la Lilith oscura arrastraba. Ella rió -JAJAJAJAJA, es una excelente propuesta, pero ¿de verdad piensas que con ofrecerme ser tu segunda al mando, podrías comprarme?- chilló ella con una mueca tan grotesca como la de la visión. -Si quisiera ser una bruja tenebrosa, cosa que no me interesa. Tomaría tu lugar, maldita basura. Serías tú quien se inclinara ante mi, y probablemente serías tú quien usaría esa correa.- dijo con una voz tan siniestra como la que salía de la bruma.

La voz de Voldemort profirió un grito de frustración y se arremolinó como una serpiente, que me envolvió a toda velocidad, sentí como el cuerpo se me contraía del horror y los ojos se me abrían con espanto. Por un momento temí volver a ser poseída. -¡Si! Ginebra Weasley... la séptima hija, de una madre que todo lo que quería era una niña. ¿No estás cansada de ser tratada como una princesa, Ginny?- dijo la voz. -Conozco tu corazón. Conozco tus deseos. Puedo guiarte en el camino correcto. Puedo hacer que te respeten, que te teman. Puedo devolverle a tu apellido el estatus que le corresponde. Puedo borrar todas las vergüenzas que tu padre te ha hecho pasar. Puedo hacer de tu nombre, el nombre del poder.- No. Ya no era esa niña que él había poseído. Y jamás volvería a serlo. No era debil, y no dejaría que Tom me volviera a hacer sentir así. -¿Princesa?- reí. -Yo no soy una princesa. Y puedo conseguir lo que quiera, por mi, muchas gracias. Mi familia no es una vergüenza. Vergüenza es dejarse dominar por ti, y lo único que lamento es haberme dejado engañar una vez, pero no tendrás suerte esta vez.- Pataleé, resuelta a volver al suelo de una manera u otra, y la bruma me soltó. 

La voz de Voldemort sonaba cada vez más desesperada. Entonces el humo giró en torno de sí mismo en medio de la mesa. Se hizo un silencio tenso, como si todos esperáramos ser atacados. La voz volvió a reir. -Vaya, vaya, vaya... Las sorpresas no se acaban, ¿verdad, Invitus Perit?- mi amigo, que aún buscaba a ciegas el guardapelo se tensó. -De todos los magos tú me encontraste, tú entendiste lo que era, tú, puedes dominarlo ¿verdad? Y sin embargo, la oscuridad que te rodea no tiene nada que ver conmigo. Temes a tu poder, temes a tu curiosidad...- siseó. De la niebla negra, se levantó una espectral imagen de Invitus que no sonreía, ni llevaba su acostumbrado cabello azul. El Invitus de la visión se puso de pie justo en frente al Invitus real. Era oscuro, su cabello y ojos parecían hechos del material del espacio. Como si engulleran la luz. -Ésta es tu verdadera naturaleza. Sabes que no existe el bien, ni el mal. Tú solo quieres el conocimiento y el poder. Yo puedo ayudarte, puedo enseñarte, Invitus. Podrías ser el más grande. Podrías ser... indestructible.- El ínvitus de la visión levantó su varita y un chorro de luz le atravesó el pecho a Harrry, mientras él reía con sus oscuros ojos entornados. El mensaje estaba claro: Mata a Harry, y te daré lo que quieras.

La imagen de Invitus se enturbió. El invitus oscuro rodeaba a la Lilith de una visión anterior, ambos se besaban con ardor, mientras en derredor, una pila de muertos los contemplaba: Ron, Hermione, Juls, Draco, el señor Weasley, Histrio, el profesor Dumbledore...  Lilith oscura gritaba, se quitaba la corona y la arrojaba, de pronto no era diferente de nuestra Lilith, la que contemplaba con angustia la imagen de sí misma, alejándose de las sombras. Invitus corría hacia ella, y cuanto más se acercaba su pelo se ponía más azul que negro. Los cadáveres, recuperaban sus colores, sus ojos recuperaban la vitalidad, se ponían de pié y los rodeaban. -No.- dijo Invitus, y la verdadera Lilith se puso de pie y sujetó la mano del chico. -Ése no es Invitus.- chilló. -Ése no es nuestro amigo.- chilló Draco que corrió a imitar a su novia, sujetando al peliazul. -Invitus no nos haría daño.- Dijo Hermione y corrió también a su lado. Pronto, Juliet y Thad corrieron también, Ignatius, Harry, Neville, yo... 

Luna se puso de pie frente a la imagen de invitus que no se decidía entre la oscuridad y la luz. La visión la miró con desprecio. -¿Por qué perder el tiempo contigo?- dijo con una mueca que no habría desentonado con la familia de Draco. -Estás loca, nadie te quiere. Puedo ser poderoso. Ella es mejor.- pinchó, aproximándose al cuerpo de la brumosa Lilith que se rió despectivamente de Luna. Los ojos de la chica, tan enormes y claros como siempre, no se apartaron de la visión. -Lilith es mi amiga, y aunque ellos se amen, ninguno me lastimará. Ni lastimarán a Draco.- dijo ella, sin inmutarse, entonces miró a través de la bruma al Invitus real, que dejó caer una lagrima al tiempo que le sonreía. Se puso de pie encima de la mesa, y se quedó allí de pie, a la altura de la cara de la espectral Lilith que reía con sorna -Me deseas.- le dijo ella. -No.- dijo Invitus con seguridad. -Yo no soy él.- Entonces caminó tranquilamente a través de la bruma hacia Luna, convirtiendo a las imágenes en humo parduzco. -No puedes hacernos daño.- dijo Luna con voz cantarina. Se puso de cuclillas y recogió el guardapelos del piso. Frente a todos, Luna tomó la mano del Invi real y corrió con él hacia el vaso. El guardapelo se sumergió en el venenoso líquido negro. La voz de Voldemort gritó con furia, intentó abalanzarse sobre nosotros pero entonces gritó -¡No Tom! Aquí no tienes aliados.- su voz resonó y el grito se hizo más afligido, hasta que se deshizo en el silencio.

...

LUNA

Miré a mis amigos. Ginny jadeaba apoyada en el hombro de su hermano, que sostenía su mano con afecto. Harry miraba al guardapelo sumergido en el vaso. Lilith miraba a un lado y otro, como si intentara captar una mirada. Draco se había apartado levemente e intentaba recuperar el aliento. Juls temblaba y Thad la abrazaba protectoramente. Ignatius se había aproximado a Invi y a mi para asegurarse que estabamos bien. Hermione, horrorizada se abrazaba a sí misma, mientras unas gruesas lagrimas le recorrían la cara. -¿Te ha hecho daño, Luna?- preguntó la voz de Neville, que aparentemente se reponía de los eventos acaecidos. -Estoy bien.- dije, usando la mano que me tendía para sujetarme y saltar de la mesa, donde aún me encontraba acuclillada. Me volví hacia Invi, que había bajado junto a mi y lo abracé afectuosamente. -¡Has sido maravillosamente fuerte!- tercí enterrando mi cara en su pecho. Él acarició mi pelo distraídamente. -No es cierto, si no fuera por ti...- dijo confundido. -No he podido sujetar el guardapelo. ¡Lo perdí en cuanto se abrió!- Se reprochó, golpeándose la cabeza con el dorso de la mano. 

-¿Alguien tiene unas espectrogafas?- pregunté mirando al rededor. Algunos negaron con la cabeza, otros me dirigieron miradas extrañadas. -Creo que a Invi se le ha metido un torposoplo particularmente fuerte, y le ha confundido mucho. Cree que no ha sido fuerte al enfrentarse a Tom.- expliqué la obviedad. -Pero Luna...- dijo Lilith con los ojos como platos. -Pero nada. ¿No ha intentado Voldemort llevarlos a todos a su lado? ¿no ha querido convencerlos de que lo siguieran, de que lo liberaran? ¿no ha usado todo lo que había disponible: sus miedos, recuerdos, deseos, a su favor? Y aún así lo han resistido, ¿no es así?- enumeré, preocupada de que fuera la única que había visto lo que acababa de pasar. -Les prometió poder, una familia, amor, orgullo. Todo lo que él cree que un mago puede desear. Y todos han elegido mantenerse firmes.- añadí.

-Pero... tuviste que interceder.- Dijo Ron. -Si no le hubieras ordenado que se fuera...- se rebanó la garganta con un dedo, -¡Cuando vio que todos nos uníamos para apoyar a Invi, intentó ponerse en tu contra!- dijo. Me encogí de hombros. -Porque sabía que Invitus me quiere. Si me hubiera vuelto a su bando, no me habría usado para volver, sino como carnada, para conseguir a Invitus. Yo no puedo ser como él, o como Harry. Yo solo hubiera sido el medio.- afirmé. -No puedes estar segura...- comentó Ginny. -Yo no sobreviví a un maleficio asesino, ni soy tan poderosa como Invi, y sin embargo, en nuestro primer año intentó usarme para volver, y casi lo logra. Cualquiera puede sí de utilidad.- añadió. Entonces comprendí que Ginny jamás se había planteado la posibilidad de que Tom la hubiera escogido, a ella en específico. Decidí no plantearselo de momento, supuse que sería demasiado traumático después de los sucesos y me limité a asentir. -Bien, hemos destruido un horrocrux, con éste, suman dos. Sin mencionar... Bueno, no importa.- Harry se aclaró la garganta. -Si, si importa. Ahora sabemos que efectivamente el alma de Voldemort estaba ahí dentro y era consciente de lo que pasa. Lo que significa... que una parte de él está...- apuntó su torzo con ambas manos muy abiertas. -Aquí. Y debemos averiguar como carajos sacarla... sin sumergirme en veneno de basilisco, de preferencia... ¿Ahora qué sigue?- preguntó. -Bueno... Si tuviéramos un fénix, podríamos intentar con ésto.- sigirió Ignatius moviendo el colmillo de basilisco que Histrio le había regalado. -¡Nadie apuñalará a Harry con un colmillo de basilisco!- cortó Invitus. -Pero, la fue envenenado una vez...- dijo Draco -y Faux lo curó.- Invi asintió. -Precisamente mi punto. No sabemos cómo reaccionará a una segunda dosis. Sin mencionar que YA FUE ENVENENADO UNA VEZ y el pedazo del alma de Voldemort sigue ahí.- apuntó.

Volvimos a tomar asiento, un poco apesadumbrados, y algunos movieron sus sillas más cerca de los demás, como si la presencia de otros pudiera aliviar la carga que pesaba en sus almas. -¿Alguien tiene una idea de cómo saber cuántos hizo o dónde están?- preguntó Ron con cara de aturdido. -Dumbledore lo conoció cuando estuvo en Hogwarts.- dijo Hermione. -¿Puedes hecharle un Imperius? Porque no creo que esté dispuesto a contarnos nada...- dijo Draco agriamente y Hermione se llevó las manos a la cara, escandalizada. -Tal vez no sea necesario.- dijo Lilith, levantando una burbuja negra que flotaba sobre su mano. -¡Nadie tirará al profesor Dumbledore al vacío. Al menos no todavía.- volvió a regañarnos Invitus. -¿Que hay de leerle la mente?- propuso Harry. -Es el oclumante más poderoso del castillo, mucho más fuerte que el profesor Prince e Invitus, estoy segura de que podrá contrarrestrar cualquier intento.- volvió a decir Hermione. -¿Entonces, qué? ¿Le pedimos a la profesora Trelawny que adivine la suerte?- preguntó Lilith desalentada. 

-¿Y si solo se lo pidiéramos?- propuso Ignatius, y estuve de acuerdo. -El profesor Dumbledore quiere que Tom sea vencido...- razoné. -Si le decimos sobre la profecía, estará de acuerdo en que fue necesario romper el secreto.- dije, y todos me miraron con una sorpresa. -¿Ya no recuerdan la profecía sobre la guerra?- dije inocentemente. - Lilith e Invitus encontraron este horro-lo-que-sea antes de que nos la hicieran, y ni siquiera sabíamos de ellos hasta hoy.- dijo Ron. Ginny suspiró enfurruñada. -¿Cómo es posible que seas tan ciego Ronald Bilius Weasley?- espetó. Él dió un brinco y la miró alarmado. -La serpiente blanca... un hombre que supuestamente ha muerto y habla parcel, y puede penetrar el cuerpo de otros... como si cambiara de piel... Todos nosotros, en una guerra contra la oscuridad, como si no supiéramos que la oscuridad que enfrentaremos será a V... Vol... que será él.- chilló y todos la miraron alarmados.

-Hasta nos dijo qué podemos hacer para enfrentarlo, ¿es que no lo vieron?- exclamé indignada. -No, Luna. No dijo nada específico sobre nosotros, quiero decir, si dijo "uno de ustedes esto y uno de ustedes aquello..." pero no es como que nos hubiera dicho "Ron Weasley lanzará un desmaius y le dará en la frente a Voldemort."- dijo Hermione. -Pero no hacía falta. Estaba todo en las flamas, ¿no?-. Entonces, sintiendo como mi voz se empezaba a perder bajo el murmullo que se intensificaba. -¿Te refieres a la chimenea? Solo era eso, Luna, fuego en una chimenea.- explicó Harry, con una voz dulce. -No. En el fuego... ahí estábamos nosotros... Las imágenes...- tropecé con las palabras. Ya no estaba segura y al parecer, era la única que lo había visto, así que me permití desconfiar de mi cabeza, después de todo, todos creían que estaba loca... ¿y si realmente lo estaba? -¿Invi, tu no lo has visto?- susurré, buscando apoyo, pero él negó con la cabeza. -No significa que no haya estado ahí.- dijo con su voz calmada y sus ojos cálidamente posados en mi. -Carmina dijo que tenías la visión. ¿Y si fuera cierto? ¿Y si estuvieras despertando el ojo de la adivinación? Quiero decir, Carmina ve algo en la práctica de la piromancia... Tal vez tu también lo viste.- dijo, y comprendí a qué se refería. Me tranquilicé. -Y puede que aún no lo entiendas del todo, pero si tu intuición te dice que debemos ir con Dumbledore, me inclinaría a pensar que es nuestra mejor carta. ¿Qué dicen?- preguntó. Algunos asintieron y otros dijeron -¡De acuerdo!- a coro. Todos, excepto Draco, porque ya no estaba en la sala.

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