Capítulo 2: Lingus Longeva
IGNATIUS
Apenas estaba saliendo el sol, cuando Invitus pasó por los dormitorios despertando a todo el mundo -¡Arriba vagos, tenemos un día ajetreado!- Gritó en el pasillo. Maldije mentalmente al peliazul, deseando dormir un poco más, pero me levanté y preparé, emocionado de conocer un nuevo país, y muchísima magia, con pocas limitaciones. Estaba pensando en todos los animales mágicos que iba a conocer y tratar en mi estadía aquí cuando mi olfato captó el olor del desayuno y mi estomago gruñó en respuesta al estímulo. Tras la puerta, todo el grupo, a medio despertar y sin peinarse, se miraraban extrañados, porque los olores provenientes del piso de abajo, no se parecían a los olores de un desayuno al que estábamos acostumbrados. -¿Dónde están las salchichas, los huevos y el tocino?- Preguntó desesperado Ron. Invitus se encongió de hombros. Llevaba el cabello azul recogido en una coleta, pantalones cargo y botas de protección, sus pintas ofrecían una mezcla de comandante de ejército y trabajador de construcción. -No comemos esas cosas aquí... Tienen frutas, sánguches calientes, tostadas, manteca, mermelada, y para beber tenemos café, café con leche, mate y chocolate en polvo para preparar. También tenemos...- Invitus busco algo en la mesa para continuar con su explicación, cuando un gemido de placer proveniente de Lil lo desconcentró. -¡¿Qué es este manjar de los dioses Invi?- Preguntó con fascinación en sus ojos, hundiendo la cuchara de nuevo, en un tarro lleno de algo color marrón con una textura cremosa. Invitus suspiró. -Eso, es lo que buscaba... El dulce de leche, y como veo que no vas a soltarlo hasta darle fin, ya voy por un poco más.- Dijo, dirigiéndose a la cocina.
Cuando todos estuvimos sentados, pude untar aquella cosa cremosa en mi tostada. Era, como decía Lilith, un manjar de dioses, y varios de nosotros le entramos sin piedad al dulce. -Bien, estas son sus tareas mientras estén aquí.- Dijo Invi sacando una hoja con un listado. -¿Tharheash?- preguntó Ron con la boca llena y los ojos como platos. -Si. Aquí todos los que no están en edad escolar, colaboramos con el trabajo diario... Como son invitados, solo trabajarán medio tiempo, lo suficiente para ganarse la comida y alojamiento, digamos.- Explicó él, sin inmutarse. -Anoche estuve hablando con papá. Tuvimos en cuenta sus fortalezas y gustos, así que confío en que no les molestará cumplir sus tareas. Trabajaremos por la mañana, y después del almuerzo, seremos libres para hacer lo que nos plazca, aunque, si alguien quiere hacerse de un dinero extra, puede trabajar en el horario de la tarde y serán pagados en metálico por esas horas.- Fred y George se miraron con interés y asintieron entre ellos. -Bien, Juliet y Ginny, son las mejores en las escobas, ayudarán a la cadetería. Si es necesario recoger o llevar algo de una estación a otra, se lo indicarán. Harry, tu estarás con el servicio de defensa. En general contribuyen en la protección de las líneas antimuggles, aturdir a alguna criatura particularmente resistente si hay que trasladarla, curarla o entrar en su recinto, y esas cosas, pero, si en algún momento hubiera algún ataque o alguien rompiera las leyes, entrarían en acción.- sentenció. -Hermione, la maestra Giovanna te estará esperando en la escuela para niños mágicos, serás su asistente. Draco, estarás con mi mamá en el laboratorio de pociones. Y Lil, estarás con mi padre, serás su asistente personal en todo lo que refiere a su trabajo como jefe del gobierno.- Todos hicieron gestos de asentimiento, Draco, con un dejo de nerviosismo en los ojos.
-Luna e Ignatius irán con los magizoologos.- ¡Si, justo lo que esperaba! -Neville, a los invernaderos, Thad a la herrería encantada y Ron al campo de entrenamiento. Serás el asistente de un equipo de quidditch de la liga porque su anterior asistente sufrió un accidente con una bludger mal dirigida en el último partido.- Repasó la lista y luego levantó la cabeza complacido. -¿Y tu que vas a hacer?- preguntó Harry, con interés. -Iré con Luna e Ignatius, pero me encargaré de mis mimados. Además, me encargo de rescates y transacciones de criaturas.- explicó, y aunque nadie preguntó a qué se refería exactamente con "mis mimados", la curiosidad me mordía. -¡¿Y nosotros que vamos a hacer?!- preguntaron los gemelos poniéndose en pie para echar un vistazo a la lista. -Bueno, sé que quieren llevarse dinero de regreso, así que les dejaré ir por el territorio y buscarse un empleador. Mi recomendación es que roten entre tantos trabajos como les sea posible, pueden aprender los oficios y buscar qué les gusta hacer.- respondió guiñando un ojo, a lo que los gemelos respondieron con una sonrisa maliciosa. -¿Invi, cómo esperas que trabaje en una escuela para niños que no hablan mi idioma?- preguntó Hermione compungida. -Para responder a eso... tendría que arruinar la sorpresa que los espera después del desayuno.- respondió él, misterioso. Así que volvimos a comer en silencio, un poco más tensos y nerviosos que antes, pero aún emocionados. Luego del suntuoso desayuno, Invi se puso en pie. -Bien, vayan a alistarse y véanme en 10 minutos en la Sala. Juls, Weasleys y Neville, encontrarán ropa adecuada para el clima y el trabajo en sus dormitorios.- Terció. Todos subimos, me vestí, y me puse unos championes cómodos, para estar de pie, contando con que el trabajo con criaturas, requeriría movilidad. Me puse una chaqueta impermeable forrada y un gorro de lana y bajé.- Allí ya estaban casi todos. Los Weasley y Neville parecían uniformados con sendos pantalones cargo, botas y hoodies negros, Juliet, que en apariencia tenía las mismas prendas, había transfigurado el color de las botas y el buzo hasta hacerlos de un rosa muy intenso. -¡No creas que te has zafado de llevarme de compras!- espetó Juliet amenazadora, mirando su reflejo con desaprobación. Invitus rió -¡Pero es ropa cómoda, y rosa!- Ella lo miró como si fuera a maldecirlo -¡Porque yo la hice rosa!- chilló, y él se encogió de hombros.
-De acuerdo, si estamos todos listos....- dijo mirando como Lilith bajaba apresuradamente los peldaños y tropezaba en los últimos. -...iremos a la cámara ritual.- dijo con un emoción. Hermione chilló. -¿Eso no es... ilegal?¿o peligroso?- preguntó con duda. -Tranquila Herms... no son ilegales, al menos aquí no. Y no se trata de rituales peligrosos. Solo haremos un ritual de resistencia a la influencia de la magia sexual, y un ritual de lenguaje.- explicó con una sonrisa. -Pero si no quieres entender un carajo, o que no te entiendan, esta bien por mi.- sentenció encogiéndose de hombros, como si le quitara importancia. -También, te aconsejo mantenerte lejos de las veelas y botos, o terminarás babeando y siguiendo a uno sin poder negarte.- Se explicó. Las carcajadas en el resto del grupo, no se hicieron esperar, porque era muy raro imaginar a Herms perdiendo la cabeza por alguien. -Así que... Solo un ritual de lenguaje y un ritual para resistir en encanto de veelas y ... ¿qué?- Repitió ella. -Solo eso.- afirmó Invi. -Y los botos son como las veelas, pero hombres... y pueden transformarse en delfines rosados de río. Son originarios de Brasil, pero aquí tienen una colonia.- Un pequeño ooh general se escuchó cuando todos salimos de dudas. -La comunidad mágica uruguaya tiene un gobierno representativo. Todas las criaturas mágicas con inteligencia suficiente para comunicarse, comprender y respetar las leyes, tiene un representante. Y entre ellos, se vota un precidente. Actualmente, el presidente es... papá, y antes de él fue mi abuelo Serenus.- explicó el peliazul.
...
LILITH
Ya en la cámara de rituales, estaba nerviosa, aterrada, sobrecogida. ¿Cómo se siente una ante tanta magia vibrando por cada fibra de su ser? La cámara ritual de los Perit vibraba con intensidad. Era oscura, estaba apenas iluminada por unas pobres velas que no alcanzaban a alumbrar el espacio completo. Las paredes estaban cubieras de libros, estanterías sujetaban figuras oscuras que, aunque no podía ver con exactitud, si sentía latir, como un pálpito mágico que las hacía resplandecer quedamente. Pum, Pum, Pum. La magia resonaba. En el piso, un círculo de tinta con runas encerraba un círculo más pequeño hecho de piedras. -Les presento a Tacuabé. Él es el chamán que nos guiará en los rituales.- Explicó Invi, mientras pasaba a depositar una hoja de un cuenco en la mano de cada uno. Estaba mojada y era áspera. -Tomen asiento en el círculo.- nos indicó. El hombre que Invi había presentado como Tacuabé no dijo nada, pero se sentó en el piso junto a nosotros. Invi encendió un fuego que lanzaba chispas moradas al aire y tomó asiento. -Lo que tienen en la mano es una hoja de Lingus Longeva.- explicó. - Métanla en la boca, y mastiquen sin tragar.- Vi como Luna lo hacía sin dudar, pero Draco la acercaba a su cara y arrugaba la nariz y Hermione miraba al rededor nerviosa. -¡Qué asco!- chilló Juls sentada a mi izquierda. -Si, bueno... es bastante asquerosa, y sentirán que la lengua se les duerme levemente, pero deberán resistir esa sensación y cantar con nosotros.- terció divertido el muy idiotus. -¿Cantar? ¡Nadie dijo nada sobre cantar!- soltó Neville apabullado. -Nadie dijo nada sobre cantar afinado.- respondió él. -¡Me gusta cantar! ¿Qué canción cantaremos? ¿La del caldero y el sapo?- preguntó Luna, que arrastraba las palabras y asomaba la lengua por la boca como un cachorro. Me reí. -Deben decir "Yo hablo, yo digo, yo narro y yo escucho. Yo entiendo, yo leo, yo escribo, y yo recuerdo." Pero no se preocupen, cuando el ritual de comienzo, las palabras vendrán a ustedes, no se resistan. Dejen que salgan.-
Entonces el hombre empezó a cantar algo que no podía comprender mientras golpeaba una especie de instrumento de madera y cuero, en un idioma que jamás había escuchado y no podía precisar de dónde era. El sonido del instrumeno asemejaba un latido. Bum. Bum bum. Bum. Sonaba como si estuviera repitiendo una misma frase en un tono monótono y gutural. Entonces, vi como Luna volteaba la cabeza hacia atrás y comenzaba a repetir con ojos vacíos -"I speak, I say, I tell, and I listen. I understand, I read, I write, and I remember"- a media frase, Ignatius y Harry se habían sumado al cántico y repetían las palabras de Luna en el mismo tono, y con los ojos perdidos en el cielo, miré arriba y descubrí que el techo estaba tapizado de estrellas que se movían y titilaban, como si estuvieramos en plena noche. -I speak, I say, je dis, et j'écoute. Je comprends, je lis, j'ecris, et je me souviens- la voz de Hermione había empezado a repetir, pero había cambiado el idioma, aparentemente sin darse cuenta. No tenía idea qué decía, pero supuse que estaba repitiendo la propia frase porque mantenía el ritmo monótono de los otros. Draco, a mi derecha comenzó a repetir también -I speak, I sier, jeg forteller og litter. Jeg forstar, jeg leste, j'ecris, et je me souviens- Entonces, las chispas que sentía en ambas palmas, provenientes de Juliet, que ya había comenzado a recitar, y de Draco, me inundaron, mi cabeza se volteó y me sentí flotar lejos de todo. -I speak, I say, I tell, and I listen. I understand, I read, I write, and I remember. I speak, I say, I tell, and yo escucho. Yo entiendo, yo leo, yo escribo y yo recuerdo.-
De pronto, comprendí lo que Tacuabé estaba cantando. -Oh, Madre tierra, tu que hablas el idioma del viento. Tu que acunas en tu lecho todos los sonidos y todas las imágenes. Permite a estos mortales comprender. Por tu honra y tu poder. Permitenos comprender. Permitenos comprender.- De pronto comencé a sentir que caía lentamente, volvía a mi cuerpo, y de pronto, un sonido sibilante penetró mi cabeza. -¡Quítenmelo, vær så snill! ¡s'il vous plaît! ¡não posso seguir!- quise gritar, pero mi boca se negaba a dejar de cantar. Para entonces, todos cantábamos lo mismo, al mismo tiempo y el sonido sibilante se escapaba de mi boca. -Un poco más, aguanta un poco más y no rompas el círculo.- Oí la voz de Invi. -Ya estamos sincronizados, y usamos los mismos idiomas, pronto terminará.- Y en cuanto dijo eso, vi a Thad levantar la cabeza, era el único que aún se encontraba volteado. Cuando terminamos de cantar la línea, el chaman dejó de cantar. Dio dos palmas y el fuego morado se apagó tan repentinamente que hubiera creído que tenía un interruptor. -Bien, creo que eso bastará. Ahora si pueden entenderme, ¿verdad? preguntó con jovialidad. Mis amigos y yo estábamos aturdidos, pero algunos alcanzaron a asentir. -¿Quién es el lengua de serpiente?- dijo. Luego rió -Bueno, técnicamente ahora todos lo son, pero.. quiero decir...- Harry dió un paso atrás y no pude reprimir un gesto de asco. -Yo.- respondió incómodo. -Bueno, este ritual ha compartido sus lenguas. Aparentemente, teníamos algunos que hablaban más de una lengua, así que ahora, todos las hablan y las entienden sin problemas. -Eso quiere decir que todos hablan Frances.- dijo Hermione pensativa. -Y noruego.- agregó Draco. -Y español y portugués de mi parte.- añadió Invi con un gesto con el que se levantaba un invisible sombrero. -¡Italiano, de mi parte!- añadió Juls. -Y latín.- dijo un avergonzado Neville. -Fue idea de mi abuela.-se excusó. Se hizo un incómodo silencio y todos miramos a Harry: -Y parcel.- sentenció mirando al suelo.
-Y algunos dialectos de las antiguas tribus latinas, de mi parte.- añadió Tacuabé que se había acercado con un andar lento y suntuoso, que recordaba a un Albus Dumbledore aborígen. -Este ritual fue desarrollado por mis ancestros para poder labrar el comercio con otras tribus. Espero que les sea útil.- sentenció con una sonrisa amable. Pero yo no estaba ni tan encantada ni tan segura como parecían estar la mayor parte de mis compañeros. Ahora era una hablante de parcel, legeremante y manipuladora del vacío. Si por algún motivo eso se sabía, me ganaría un boleto de ida a Azkaban, solo por si acaso, pensé. -Lil, ¿podrías hacerme un favor?- dijo Ron compungido. -Claro...- respondí sorprendida. -¡Revisa mi aura mágica! ¡Por favor!- chilló. Draco suspiró como un quejido, los gemelos rieron e Invitus se palmeó la cabeza. -¡Es un lenguaje más! No la marca de un mago tenebroso. En serio que los magos ingleses son demasiado supersticiosos, para ser ateos. ¡Mi hermano es un lengua de serpiente y tiene tanto tenebrismo en su ser, como carencia de estupidez!- soltó. -Pero adelante, Lil, si eso los tranquiliza...- hizo un amplio ademán. Yo me concentré: -Veamos... Ron, eres tan anaranjado y vertiginoso como antes. Luna... sigue irradiando la luz plateada que la hace parecer una santa. Y Juls... sigue siendo tan rosa vibrante como antes... Sigo sintiendo el aroma a primavera de Hermione, la pólvora de Invi y la canela de Draco, Thadeus sigue encandilando con su sol amarillo, Ignatius sigue siendo aquamarina y salobre, Ginny sigue sintiéndose como una brisa en la cara y Neville... si, ahora escucho el amortiguado rugido de león de su magia... Fred y George siguen vibrando como dos benditas bludgers, y Harry... si, sigue siendo Harry.- afirmé conforme. -Todo parece estar en orden.- admití y los otros suspiraron con alivio.
-Bien, ahora que están más repuestos...- musitó Tacuabé. -beban esto y no pregunten de qué está hecho.- ordenó. -Pero...- dijo Ginny con desconfianza. -Es para el ritual de resistencia a la magia sexual y créeme, si te dice de qué está hecho, te costará mucho trabajo tragarla.- afirmó Invi con una sonrisa divertida. Me llevé el frasco a la boca, olía dulce y tenía un sabor levemente picante mezclado con agua dulce y poco purificada. -Bien, ¿y ahora?- pregunté, preparándome para lo que seguía... Imaginaba un ritual con magia de sangre, o peor, en medio de una orgía con aquellos demonios sexuales, pero Invi rió con descaro y Tacuabé me miró. -Ahora, son libres de salir a la comunidad, sin caer en los encantos de su magia.- afirmó rotundamente. -¿Eso fue todo? ¿Ese fue el ritual?- preguntó Fred sorprendido. -Esa fue la última parte del ritual. La preparación de esa pócima requiere que una sacerdotisa veela y un versado boto realicen varias... actividades.- explicó misteriosamente. -Ya, y no nos contarán de qué actividades se trata porque nos haría devolver las tripas, ¿verdad?- dijo George. El chamán se encogió de hombros. -Ahora que todos la han bebido, no podrían vomitarla, aunque lo intentaran, así que, si de verdad quieren saberlo... Lo que han bebido es sangre de veela y esperma de boto hervidos en agua del río en el que posteriormente, esa veela y ese boto se han encantado mutuamente y han mantenido relaciones bajo una tormenta, sujetando el vial entre sus vientres.- explicó como si tal cosa fuera lo más normal del mundo. El silencio se estableció sobre nosotros como un manto verde vómito.
La cara de Ron, Thad, Ignatus y Draco se tornó levemente verdosa bajo la luz de las velas, Juls soltó una cantidad de improperios que no pensé que la chica supiera y se frotó la lengua sollozando, pero la reacción de Hermione fue la más desconcertante. Estaba lívida, plantada allí con la mirada perdida -Hemos bebido sangre...- susurró, y de pronto enfocó sus ojos en Invitus, sacó su varita y la puso en el cuello del chico con furia -¡Invitus! ¡Hemos bebido sangre!- chilló, pero él no se alarmó, intentó retirar con la punta de los dedos la punta de la varita que amenaza con apuñalar su garganta, pero solo logró que Herms la apretara un poco más. -Si, han bebido sangre de una criatura. Cedida voluntariamente, para un ritual propio de su especie para los humanos, como un regalo que nos permite ser inmunes a su magia, sin ninguna tradición oscura subyacente y de forma completamente legal.- terció el chico. Hermione tomo aire y bajó lentamente la varita. Pero cuando Invi estaba a punto de hablar, se volvió hacia él, y le dió el mejor puñetazo que había visto hasta el momento. Invi se quedó un momento apoyado en la pared y una gruesa gota de sangre calló de su nariz. -¡Episkey!- musitó sin inmutarse. -Me lo tengo merecido.- afirmó aún sonriendo, y probando su nariz recién restaurada. -¡Podrías habernos dicho lo que hacíamos! Habríamos bebido la poción de todas formas.- sentenció enfurruñada. -¡Habla por ti!- protestaron Juls, Draco y Ron al mismo tiempo. -Si, bueno, tal vez no la habríamos bebido.- se desdijo pensándolo mejor. Invi solo sonrio con la cara aún manchada de sangre. -De acuerdo, aún estamos a tiempo de ir a nuestros puestos de trabajo por unas horas antes del almuerzo.- dijo sin inmutarse. -Vamos, los acompañaré.-
...
JULIET
Cuando salimos al patio trasero de la casa, vimos al señor Weasley que hablaba emocionadamente con el señor Perit. -Lil, allí está papá, puedes ir con él ahora.- indicó a la chica del cabello rojo fuego que había salido justo detrás de mi. Ella hizo un gesto con la mano para despedirse y salió corriendo hacia donde los dos estaban. -Draco, el almacén de pociones y el laboratorio de mamá, está en aquel taller, cruzando el jardin.- Indicó, y el rubio de slytherin se despidió y partió como una bala. -Bien, Juls y Ginny vayan a buscar sus escobas al cobertizo, allá viene Fabián. Él está a cargo de los cadetes y recados. Las escoltará a donde sean necesarias.- nos informó, señalando a un hombre jóven que volaba bajo en una escoba, hacia nosotros. Entonces nos acercamos a la puerta, pero, aunque Ginny salió corriendo inmediatamente, yo me quedé un poco resagada para escuchar las indicaciones, si sería cadete, sería bueno saber a dónde estaban los demás. -Neville, los invernaderos están de camino al campo de entrenamiento, irás con Ron. Deben seguir ese camino. Los invernaderos están a dos manzanas y siguiendo por él te encontrarás el campo, pero si quieres Ron, puedes llevar tu escoba, porque está a las afueras, y tendrás que caminar bastante.- explicó, y Ron corrió con su hermana. -Harry, el cuartel de seguridad mágica está en aquel edificio amarillo de allá.- dijo señalando a lo lejos.- Thad, el herrero tiene que venir a hablar con papá, así que si quieres puedes esperar allá con Lilith, él te llevará. Ignatius, Luna, síganme, iremos a buscar a los magizoologos en busca de algo que hacer.- Entonces, después de que ví hacia donde se encaminaban los últimos, fui por mi escoba y me reuní con Ginny y Fabian.
-¿Cómo estás, Juliet? soy Fabian Rodríguez. Estaré a cargo de ustedes en este mes en el que trabajarán en la cadetería. Ahora, Ginny, acaba de llegar un nuevo cajón de pelotas de Quidditch. Lo recogerás en cadetería y lo llevarás al estadio de las abejas y Juliet, según tengo entendido, habrá nuevos trabajadores en varios puestos, necesito que recojas sus uniformes y los lleves. Les mostraré donde está todo hoy, mañana harán sus entregas solas.- Fabian nos condujo a una velocidad lenta que me exasperaba. Cuando llegamos a un enorme angar con grandes estanterías llenas de todo tipo de artilugios Fabián hizo un ademán teatral. -Bienvenidas a la cadetería. Aquí enviamos lechuzas con el correo más simple, pero para los paquetes más grandes, o en el caso de que fuera algo que debe ser remitido a un lugar específico en la comunidad, preferimos no malgastar a las pobres, y por ello usamos las escobas. Bien, las estanterías están organizadas por secciones: quidditch y deportes mágicos, animales pequeños y muggles, bestias y animales grandes, documentos importantes, pociones y sus insumos, materias primas, artefactos mágicos, alimento humano, alimento animal, ya saben, lo usual... si no encuentran algo, hay un mapa encantado en aquel mostrador. Solo tienen que preguntar amablemente por lo que buscan, y el mapa les dirá a donde ir.- explicó.
La cadetería era increíble, como si la biblioteca de hogwarts y un bazar muggle hubieran tenido un bebé. Los paquetes se ordenaban alfabéticamente solos en las estanterías, se corrían cuando llegaba un paquete nuevo, algunos vibraban, otros hacían extraños ruiditos o resplandecían. Era genial. -Vengan, les mostraré el depósito.- Descorrió un pestillo en un portón herrumbrado que se quejó al abrirse. -Aquí encontrarán uniformes de trabajo, ropa de protección, el calzado está por allá, y el calzador encantado que está encima de esa caja lo ajusta al número que necesiten, no deben olvidarlo cuando tengan que entregar calzado. Quien lo reciba se calza con él y entonces el zapato se ajusta a su talla. Estamos esperando la lechuza del departamento de seguridad y la herrería, pero ya tenemos la talla de el nuevo asistente de la liga, la nueva ayudante de la maestra Giovanna y el nuevo pocionista adjunto, podemos empezar por ahí.- Sacó un equipo deportivo blanco y verde, y lo empaquetó con diligencia, una túnica blanca con botones nacarados y puntillas en el cuello, que guardó por separado y luego miró en una tabla donde tenía anotados los datos de nuestros amigos, y buscó su varita. -Accio, mono prenda negra talle 40.- un paquete voló a sus manos de un cajón muy alto. -También pueden hacer eso, casi lo olvido.- Nos miramos desconcertadas. -No conocíamos ese hechizo.- dijo Ginny con un hilo de voz.
-¿Aún no les enseñan el encantamiento convocador?- preguntó nuestro nuevo jefe con sorpresa. -Aquí los niños lo hacen. Lo siento.- dijo negando con la cabeza. -Deben apuntar hacia donde está el objeto, decir "Accio" y lo que solicitan muy claramente. Y luego el objeto irá a ustedes. Pero deben concentrarse o el objeto caerá antes de que llegue. Inténtenlo, si quieren. Ginny: necesitamos un mandil de piel de dragón.- Ginny miró, levantó su varita, frunció el entrecejo y dijo -Accio, mandil de cuero de dragón.- y un paquete doblado pulcramente voló hasta ella y cayó a sus pies. -¡Nada mal para la primera vez!- le celebré. Ella lo recogió y se lo puso en las manos a Fabian. -¡Bien, bien! Ahora Juliet: aún nos faltan unos guantes de piel de dragón.- Tomé aire. Si Ginny no lo había conseguido a la primera, ¿qué chances tenía yo? nerviosa, levanté mi varita y musité: -Accio guantes de dragón!- Unos enormes mitones de metal atravesaron el portón y volaron hacia nosotros con presteza. Me agaché a tiempo para esquivarlos y aquellas cosas se incrustaron con violencia en la pared. Horrorizada miré a Fabian y Ginny que se habían tirado al suelo al grito de ¡cuerpo a tierra! -¡Pero bueno! ¡Es la primera vez que usas el encantamiento y lograste traer hasta ti algo tan pesado! Nada mal, pequeña saltamontes.- dijo orgulloso. -Pero no he traído los guantes.- solté confundida. -Ha sido un error común. Dijiste "guantes de dragón" no "guantes de piel de dragón", así que lo que convocaste, fue, en efecto, un par de guantes DE DRAGÓN, es decir: guantes que usan los dragones. Los magizoologos los usan para cortar y limar las garras de esas lagartijas.- Explicó. -Los encantan para que mantengan sus garras inmóviles.- Y luego, con facilidad hizo levitar los pesados guantes de metal y los devolvió a un lugar del otro lado del portón. -Reparo- musitó, y el enorme hueco que los guantes de dragón habían dejado se cerró. -¿Qué tal si lo intentas de nuevo?- me preguntó apacible.
Consiente de mi error, volví a levantar mi varita. -Accio guantes DE PIEL de dragón.- dije tan clara, pausada y articuladamente como fui capaz. Esta vez si, vi volar un paquetito hacia mi, pero no me atreví a perderlo de vista, por si mi encantamiento fallaba. Lo atrapé con satisfacción y se lo entregué. -Muy bien, vayamos por las pelotas para las abejas y podremos salir.- dijo. -¡Fabian! Acaba de llegar la lechuza del departamento de seguridad.- Gritó un hombre de piel oscura y cabello entrecano recogido en una tirante coleta. -¡Gracias Fede!- contestó nuestro jefe con una mano alzada. -Bien, llevemos eso para empezar, ya le llevaremos su uniforme al nuevo botón.- dijo con una sonrisa. -¿Botón?- preguntó Ginny. Fabián rió. -Así les llaman los no-magicos a la policía, así que nosotros lo usamos también. -¡Ja! Harry es un botón.- dije con una risita y la pelirroja me fulminó con la mirada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro