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Capítulo 14: La varita más larga.

THADEUS

-En serio... en serio... ¿son amigos de esa chica?- repitió Ron con cara de atontado. Juls, Ginny y Hermione y entornaron los ojos con malicia. -Si, Ron. En serio, en-se-rio. Su abuela tiene un apartamento de vacaciones en la colonia de veelas del GoMaCoUy. Ella y su familia iban a pasar algunas semanas al año allá. Fleur jugaba con nosotros en el jardín trasero.- respondió un tanto agobiado. -¿Y qué hay de su hermana? ¿También la conoces?- pregunté esperanzado. -Si, aunque no tengo tanto trato con ella como con Fleur. Ella era bastante más pequeña cuando iban a Uruguay y no jugaba con nosotros.- respondió. -¿Alguna razón en especial?- preguntó dedicándome una maligna sonrisa, y unos ojos escrutadores. -Por nada.- respondí quitándole importancia. -¡Por nada!- repitió Draco en tono sarcástico y haciendo flotar corazones por encima de mi cabeza, que reventaban como pompas de jabón con un leve "plup". Me quité las molestas burbujas rojas de encima haciendo aspavientos. -¡Basta! ¡No eres tan gracioso cuando Parkinson te acosa!- chillé. -¿Que no lo soy? Esa chica sabe disimular sus intenciones tanto como un dragón hambriento... Es en extremo divertido ver lo mucho que le molesta que salga con Lil.- comentó el muy desgraciado con una mueca siniestra -Debe estar encantada ahora que terminaron, ¿no?- hice una pausa para dejar que la amenaza se asentara. -Espera... ¿no lo sabe?- dije con mi más exasperante cara de sorpresa -¡Vaya, Draco! Tendré que comentarselo en la cena... Seguro que la pondrá feliz.- afirmé y la expresión del rubió mudó al pánico. 

-¡Ow, nuestro potrillito se ha enamorado!- dijo Ignatius mofándose. Me puse de pie a su lado, podría haber usado el ancho de mi espalda como cortaviento si lo hubiera querido. Miró hacia arriba y encontró mi cara. -¡Lo siento!- terció. -¡Nunca me llames "potrillito"!- protesté. -Además, no es como que se haya enamorado.- Añadió Ginny. -Quiero decir, ni siquiera la conoce.- añadió Juls adelantándose para pararse junto a la pelirroja. -¡Exactamente!- asentí. -Gracias chicas.-

-¿A qué se refería Dumbledore con las presentaciones?- preguntó Hermione, cortando con el tema de las hermanas veelas. -Tenemos el colegio lleno de delegaciones de otras escuelas. Algunas de ellas solo tienen unos cuantos cientos de años, otras son antiquísimas, o tienen celebridades entre sus estudiantes. Obviamente, ésto no fue la presentación... Esto solo fue... humm... la llegada, por así decirlo.- dijo Draco. -Sin mencionar que a Uagadú y Castelo les encanta dejar en evidencia lo arcaico de las practicas de las otras escuelas.- Mencionó Invi. -¡Hogwarts no es arcaica!- protestó Hermione. -¿En serio Mione? ¡Nos comunicamos a través de lechuzas en la era de whatsapp!- resopló Lil. -¿Qué tienen de malo las lechuzas?- preguntó inocentemente Neville. -Nada... Con excepción que pueden cagarte encima.- sentenció ella con cara de asco. -¿Malos recuerdos, Lil?- rió el peliazul -No quiero volver a pensar en la primera semana con File.- dijo con un espasmo.

-En fin... Las presentaciones deben ser bestiales espectáculos de magia sin precedentes para que los directores... hum... se midan las varitas...- dijo Invi. -La mía mide 26 centímetros.- aportó Luna. Hubo un silencio incómodo por unos segundos, luego, la risa de Lil lo interrumpió, para que inmediatamente después todos nos uniéramos al coro de carcajadas. -¡Invi! ¡Eres un pillo goloso!- dijo Ron palmeando la espalda del chico. -¿Y qué creen que haga Hogwarts?- preguntó Juls. -¿No creerán que es el coro del sapo, no?- dijo Lil intentando sin éxito reprimir su cara de horror. -¡Eres una bruja, Lilith! Puedes hacer venenos y antídotos en un caldero, has visto dragones, y serpientes emplumadas, vives en un castillo lleno de fantasmas y retratos que hablan, hace poco presenciaste la forma espectral de un hechicero malvado y un levantamiento armado de sus seguidores, pero le tienes miedo a los sapos... ¿en serio?- dijo el peliazul, pero Juls hizo aspavientos para quitarle importancia. -¡¿A quién carajos le importa a qué le teme Lil?! ¡¿no creen, en serio no creen que nos presentarán con la cosa más ñoña de todo el mundo mágico, AKA, el coro del sapo, verdad?!- chilló indignada. -¿Y qué otra cosa puede ser?- preguntó Ginny. -¿Alguien sabe de algo que se haya estado preparando?- todos nos quedamos en silencio ante la perspectiva de que frente a todas aquellas escuelas que habían demostrado su poderío y estilo en las llegadas, la nuestra ofreciera una canción interpretada por estudiantes y sapos croantes. -¿Y si Hagrid preparó una criatura?- propuso Ignatius emocionado. -Eso hace que el coro del sapo resulte atractivo.- comentó Lil, haciendo que Ingatius perdiera la sonrisa. -O cuando menos, inofensivo.- añadió Hermione. -Palabra larga para aburrido.- terció el chico con decepción.

...

INVITUS

Cuando nos acercábamos al árbol junto al lago, divisé a lo lejos la enorme figura de Hagrid. -¿Saben quién puede saber sobre la bienvenida y es pésimo guardando secretos?- comentó Harry con la mirada fija. -¡Por supuesto!- dijo Ginny con una sonrisa y se adelantó por el prado corriendo. -¡Hagrid!- gritó. Cuando le dio alcance, el antiguo guardabosques sonrió. -Ah, disfrutando de la hora libre...- comentó. -¡Hagrid! Finalmente nos encontramos. Mi padre te mandó algo especial de su taller.- le dije al semigigante, que abrió los ojos con emoción. -¿Ya está lista? quise comprar una en Olivander's, pero el anciano hacedor de varitas me dijo que tenía nada de mi calibre después de que la anterior... bueno, ya saben lo que le pasó.- dijo con un dejo de decepción en la voz, que inmediatamente sepultó con su enorme sonrisa y tono entusiasta. -Le escribí al señor Perit pensando que quizás él... ya sabes... tiene fama de que le gusta experimentar.- comentó. -Por supuesto. Papá se pasó los últimos días del verano tallándolo. Estoy seguro de que te encantará. ¿Quieres acompañarme a buscarlo?- propuse. Juls y Lilith me retuvieron, tironeando de la manga de mi túnica. -Invi, recuerdas que íbamos a preguntarle algo...- murmuraron. -Los veré en el gran comedor.- dije liberando mi manga con una mueca y luego me alejé con Hagrid.

Estaba seguro de que los demás se habrían quedado protestando. Por supuesto que pensaba sonsacarle algo sobre la bienvenida de Hogwarts, pero no creí que nadie, ni siquiera Hagrid, fuera tan descuidado como para revelar un secreto cuando había más de diez personas junto a él, y lo mejor del caso es que tenía la excusa perfecta para apartarlo, así que aproveché a llevarlo de allí. Estaba seguro de poder al menos llevar de regreso un par de pistas, y así reivindicarme con los merodeadores.

...

DRACO

-¿Invitus es idiota?- preguntó Juliet mirando como el semigigante y nuestro amigo se alejaban. -Definitivamente- suspiró Lil con frustración. -Hey, por qué no hablamos sobre algo más. Probablemente Invi le saque el tema de camino a su dormitorio y obtenga las respuestas... ¿Qué me dicen del baile, ya tienen pareja?- pregunté en un tono que pretendía ser despreocupado. -¡Qué sutil, crawler!- dijo Hermione con una risita. -Ah, si, de hecho...- intervino Harry. -Hum... ¿Te gustaría ir conmigo?- preguntó. La chica que momentos atrás se había estado riendo de mi abrió los ojos como platos, miró al rededor, como si esperara la aprobación de alguien, pero nadie movió un músculo. Luego volvió la mirada a Harry y sonrió. -S-si... claro. ¡Claro que si!- respondió. -Así que, Invitus, Luna, Harry Hermione, Juls y Ron ya están tomados...- recapituló Thad... -¡Hey, Draco, ¿quieres una cita conmigo? Al menos así podré asistir, y te ahorraré la verguenza de ir solo.- pinchó. -Gracias, potrillito, pero tengo la mira puesta en una belleza de la casa del cuervo, y espero que ella me responda.- solté sin inmutarme por las miradas. Solo la veía a ella, que se acomodó el cabello y rió. -No lo sé, crawler... ahora que el colegio está lleno de atractivos extrangeros tal vez estés en problemas.- respondió. Pero yo sabía que no lo decía en serio, en especial, porque me había mirado a los ojos y había sonreído al decirlo. Yo conocía muy bien ese gesto. Era el gesto de Lilith siendo Lilith... un gesto que me decía "como te acerques un poco más..." Así que lo hice. -¿De veras?- pregunté dando un paso hacia ella, con la voz melosa. -Unos bonitos atuendos a juego, tu y yo bailando juntos, la luz de la luna... - fui interrumpido por las carcajadas de Lilith -¿De qué telenovela sacaste eso?- preguntó entre risas. -¿Telenoqué?- fue lo que se escucho salir de la boca de Ron.

-Deberíamos ponernos en marcha hacia el gran comedor.- dijo Hermione, viendo como los demás estudiantes acortaban distancias con el castillo -Pero todavía falta tiempo para que tengamos que presentarnos en el gran comedor.- Dijo Ginny, indignada de que le sacaran horas de disfrute bajo el sol -Si, pero sino llegaremos tarde a la cena- replicó el siempre hambriento Ron, sacando risas de todos por prestarle mas atención a su estomago que a otra cosa. Tenía suerte de que Juls, en su afán por no perderse el baile ya lo hubiera invitado, u obligado para el caso, ya que no le había dejado replicar. Aunque debía reconocer que habría sido divertido verlo intentar conseguir una cita.

...

LILITH

Estuvimos varios minutos a un lado de la puerta del gran comedor, esperando a Idiotus, pero demoró tanto que los profesores nos obligaron a entrar a la estancia. Como era un banquete, estábamos obligados a sentarnos si o si en las mesas de nuestras casas correspondientes, así que todos nos separamos. En la mesa de Gryffindor era donde más merodeadores había, y se los podía ver a todos ellos sentados juntos, unos en frente de los otros. Por mi parte, fui con Luna para la mesa de Ravenclaw, donde le apartamos un asiento a tontotus entre nosotras para que nos contara en cuanto llegara, lo que había averiguado.

-Los estuve buscando a todos ¿No podían avisar por el mapa que ya estaban acá?- preguntó una cabellera azul, acomodándose entre looney y yo -Mas te vale haber averiguado algo Idiotus, o te dejare colgando del techo por llevarte a Hagrid.- Le respondí con una sonrisa macabra -No había nada que averiguar.- dijo decepcionado -Ya que ahora no forma parte del personal, Hagrid estaba en la misma ignorancia que nosotros.- Dijo el chico con cara de fastidio. -Y conociendo a Dumbledore...- musito, palmeándose la cara -Solo espero que no nos haga cantar el himno.- La cara de Luna era de expectación ante esta declaración, pero al recordar esa canción que todos los años teníamos que cantar al finalizar el banquete de bienvenida, solo esperaba que no termináramos siendo el chiste de la competencia.

El susto por la vergüenza, solo aumentó, cuando una fila de chicos, cada uno con un sapo enorme en las manos, desfilo por el medio del gran comedor, hasta detenerse a un costado de la mesa de profesores, y por esta ocasión, invitados. El croar de dichos animales me ponía de los nervios, y su imagen viscosa y verrugosa me causaba repulsión además de pavor. Cuanto odiaba a estos bichos. -¿No me digas que la excepcional Lilith Prince, quién fue adelantada dos veces en un mismo año, le tiene miedo a esos bichitos?- Exclamo Invitus, burlándose -Son asquerosos... Y enormes.- dije, estremeciéndome. Intentó no reírse, pero el comentario de Lu se lo hizo imposible -Para mí, solo son criaturas incomprendidas.- Ciertamente esta chica se parecía mucho a Hagrid: para ella todo animal, no importaba el tamaño, apariencia o peligrosidad, era una criatura incomprendida e indefensa. Hasta yo me reí, aligerando mi miedo hacia los anfibios.

En cuanto las escuelas visitantes comenzaron a desfilar por las puertas del gran comedor, el infernal y endemoniado coro del sapo comenzó a cantar y croar. Si no le tuviera tanto asco a esas criaturas, me estaría preguntando como hacían para entrenar a los sapos. Las comitivas se dirigieron, cada una a una mesa de casa diferente, salvo la de Ilvermorny que se había separado en cuatro, al igual que las separaciones de Hogwarts. Intuí que era porque esta escuela era una copia de la nuestra. Para mi mala fortuna, la escuela que se sentó en nuestra mesa, era la presuntuosa Beauxbatons, aunque debía admitir que los estudiantes masculinos de dicho lugar eran, en su mayoría, agradables de ver, por no decir algo más. -Hola de nuevo Invi.- Dijo una voz exasperantemente marcada por el francés, y su descarado coqueteo al peliazul. -¿Sabes como seggá la selección de campeones?- Preguntó con intriga. -Ni idea.- Dijo él, levantando los hombros -No nos habían dicho nada del torneo hasta ayer.- finalizo mientras veía al director tomar su lugar en el podio -Bienvenidos, amigos, a Hogwarts. Es un placer recibirlos en nuestra humilde morada de erudición, astucia, esfuerzo y valentía.- Habló el afable anciano, señalando a todas las mesas. 

-Es con gran regocijo que doy por iniciado el torneo de los seis magos, donde ademas de poner a prueba el temple, la habilidad, dedicación e ingenio de quienes serán los afortunados de grabar sus nombres en las paginas de historia de este evento, crearemos y estrecharemos lazos con nuestros congéneres de otras escuelas y comunidades. Donde compartiremos tradiciones y conocimientos. Donde conoceremos nuevos amigos y nuevas culturas, donde nos deleitaremos con nuevas historias y nuevos platillos. Recuerden que este evento no es solamente por la competencia, sino por la camaradería y por tender lazos para la cooperación internacional. Sin más preámbulo, nuestros Invitados harán sus presentaciones.- Exclamó, dando una palmada que fue seguido de un apagón de la iluminación en la estancia.

...

NEVILLE

Por unos instantes no pude ver nada, pero entonces mis ojos se acostumbraron a la penumbra y por los tenues rayos de luz arrojados por las velas encima de la mesa de profesores, pude ver a los diferentes directores cruzando miradas, como decidiendo quien sería primero. No pude atisbar ninguna señal de acuerdo, y con una sonrisa socarrona, como creyéndose mejor que el resto, el osco y un poco repulsivo director de Durmstrang saco la varita. A su acción, que fue coronada por la aparición de un escudo rematado con un águila bicéfala y el cráneo de un animal astado, salté del susto por el retumbar de un montón de bastones que sacaban chispas a mi espalda. La comitiva del colegio del norte de Europa, se ponía de pie con gran estruendo desde la mesa de Slytherin. Sus atuendos rojos, de corte militar, refulgían como si fueran hechos de fuego, sus capas se ondeaban al movimiento del cuerpo estudiantil. El golpeteo era rítmico y con distintas intensidades como si fueran interpretando una canción. Al llegar al frente de la mesa de los docentes, varios comenzaron a escupir fuego de sus bocas, que tomaban distintas formas. Una gran serpiente recorrió el lugar, antes de posarse al frente de la estancia, y morder su cola creando una circunferencia, mientras que distintas criaturas de la mitología nórdica paseaban a su al rededor. Los aplausos fueron ensordecedores, principalmente de los puristas de la sangre, porque al parecer, la escuela Durmstrang solamente aceptaba este tipo de gente. Aunque sus cabezas cuadradas no desmeritaban el espectáculo.

Nada más, los estudiantes de Durmstrang tomaron asiento. La delegación de Castelobruxo se puso de pie, apareciendo distintos tipos de tambores, de varios tamaños y formas que no reconocí. La música era muy alegre y festiva, y a cada golpe aparecían pájaros coloridos, que recorrían el gran comedor dejando caer plumas de varias tonalidades, algunos estudiantes hacían sonidos con sus voces, pero no era una canción per se, sino que, más bien, parecían imitar sonidos de la selva. Golpeteos y alaridos se mezclaban con el sonido de los tampores y el suave woosh de las plumas al flotar al centro del salón. Cuando se hubo formado un montón bastante grande de ellas, los sonidos cesaron: Los estudiantes de Castelo Bruxo alzaron sus varitas y los tamboles comenzaron a imitar el rítmico latir de un corazón que se comenzó a hacer cada vez más fuerte y acelerado, hasta que todo lo que podía escuchar era el BUM BUM acelerado. El montón comenzó a moverse como si respirara, primero suave, casi imperceptiblemente y luego una giganteztca serpiente emplumada salió de él, volanto a toda velocidad, hondeando en el aire por encima de nuestras cabezas. La presentación fue ovacionada con mucho ímpetu, incluso después de que los estudiantes, satisfechos, volvieron a sus asientos con gracia y sensualidad. Este estaba siendo el mejor banquete de la historia de Hogwarts.

Luego le llegó el turno a Beauxbatons, quienes comenzaron una delicada danza, mientras avanzaban hacia la mesa de los profesores. A cada paso que daban, extendían las manos hacia los estudiantes, y con una sonrisa y un leve soplido, mariposas de un azul brillante, que lanzaban destellos de luz, salían de sus manos. En el centro de la comitiva, 3 estudiantes que habían cambiado su atuendo con magia, hacían piruetas y acrobacias. Al llegar al frente, los acróbatas hicieron una pequeña pirámide, y mientras el resto hizo una profunda reverencia a todos, una cantidad enorme de mariposas, iluminaron el gran comedor con su resplandor azul. -Bastante simple, después de todo lo que hemos presenciado.- comenté.

Se oyó un rugido desde mi mesa, dónde Uagadú se colocaba de pie, y cada uno de los estudiantes, mostraban diferentes partes de animales, o transformaciones completas. Los principales eran grandes felinos del continente africano. Sus pasos hacia el frente de la estancia, eran acompañados por criaturas formadas de estrellas que se mostraban en el techo del gran comedor. La emoción de ver las distintas criaturas era inmensa, y la piel se me ponía de gallina al escuchar los rugidos. Y aunque una parte de mi, quería salir a gruñir y mostrar los colmillos también, me contuve de dejar salir mi lado animal.

La última escuela estaba en todas las mesas, y de cada una de ellas, comenzó a esparcirse una niebla verdosa. Aparecieron caras pintadas y cráneos. Pieles de lobos y de osos. Penachos emplumados y galeras. Al zon del repiqueteo de huesos contra bastones de maderas, avanzaban los estudiantes. Quienes parecían ser principalmente practicantes del vudú, iban al frente. Mientras que los practicantes de magias nativas de Norteamérica, iban detrás. Quienes iban con los penachos, lanzaban volutas de cenizas encendidas, que danzaban en el aire, mientras que quienes iban con las pieles, rugían como sus animales, y desprendían un aura espiritual con la forma del animal. Me pregunté si Lilith los vería así siempre. El ambiente estaba muy cargado de magia, y la solemnidad y poder del acto, dejo a todos boquiabiertos. Se notaba que al ser la escuela más joven, pensaban que debían demostrar que tenían el poder para estar ahí.

...

HERMIONE

-Un espectáculo maravilloso, ciertamente maravilloso. Y antes de que nuestro banquete los dejé a todos adormilados ¡Les presento El Cáliz de fuego! Quien será nuestro juez imparcial para la selección de campeones. Quienes deseen participar, deberán colocar su nombre y su colegio con letra clara en un trozo de pergamino y colocarlo dentro del cáliz, el cual estará en el hall frente al gran comedor.- dijo Dumbledore con una gran sonrisa en su rostro. -Recuerden que el cáliz estará protegido por una línea de edad para que los menores de 17 años no intenten participar. Estará en ese lugar hasta la hora de la cena de mañana dónde se seleccionará a los campeones de cada colegio.- hizo una reverencia a Filch, quien llevo el gran cáliz enjoyado fuera del gran comedor. Supuse que hacia donde estaría hasta mañana. -¿Quienes creen que participen?- preguntó Ron, sacándome de mi ensoñación -No lo sé, supongo que casi todos los estudiantes de séptimo colocarán su nombre- respondí, y recibí un asentimiento de los merodeadores en la mesa -Y de las otras escuelas, toda la delegación de cada una, pondrá su nombre, para eso vinieron.- Dijo Juls -Supongo, pero ¿Quién quedará de cada una?- cavilé,  quizás demasiado alto -No lo sabemos, aunque apostaría a que de Castelo Bruxo, será la hermana de Invi, y de Durmstrang será Viktor.- Respondí. 

-¡Victor Krum como campeón!- murmuró Ginny, sus ojos brillaban con atento fulgor mientras escrutaba a los uniformados con capas de piel. -Eso será digno de ver.-  Ron asintió ignorando las implicaciones del comentario de su hermana, lo que nos puso a reír a todos quienes lo vimos. -¡Creo que el pequeño Ronnie está enamorado!- dijo Fred inclinándose para pellizcar una mejilla de Ron. -¡Quítate!- protestó apartándose. 

-¿Les gustaría participar? Si tuvieran edad.- inquirió Juls con emoción. -¡No!- dijo Neville como si se apartara de un animal venenoso. -Oh, vamos... Gloria eterna, una bolsa de galeones, y el derecho perpetuo de jactarte de tu victoria... yo lo haría encantada.- fantaseó Ginny. -Definitivamente.- asintió Juls. -La emoción de ganarle a todas éstas escuelas... es fantástico... casi lamento no tener 17.- añadió con seguridad. -Paso, me temo que ni todo el oro de Gringotts me convencería de eso... Estoy con Neville.- admití. -¿Y tu, Harry?- preguntó Neville inocentemente. -Jamás. No quiero, y tampoco necesito mas notoriedad. Si quisiera morir correría al nido de acromántulas de Uruguay.- respondió con seguridad.

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