Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10: Un duelo y un viaje.

LILITH

Salimos de la caverna que había contenido la reunión y vi a lo lejos a Draco. Caminaba sin rumbo y sacudía su varita echando chispas al aire, como si intentara volar algo en mil pedazos. Fuimos hacia él, pero en cuanto nos vio echo a correr para alejarse. Invitus se convirtió en Alas y remontó en su dirección, y yo, imaginando de qué se trataba, también me transformé. Bloody era una pantera negra con una mancha roja sobre la oreja, como si un mechón de mi pelo se negara a tomar el negro de su pelaje. Corrí detrás de mi novio, y cuando los alcancé, Invitus había recuperado su forma humana y discutía a gritos con Draco. -¡Tú la quieres, y no entiendo por qué tuviste que rechazarla, arrojarla a mis brazos como si fuera su estúpido premio consuelo... ¡Yo rechacé a mi familia por ella!- chillaba él. -Eres más idiota de lo que pareces.- terció Invi fastidiado -Yo no la deseo ni ella a mi. Lo que viste fue una estúpida visión plasmada por Voldemort para dividirnos, Draco. ¡Piensa lo que dices!- dijo a voz en cuello -¡Por supuesto, yo soy el idiota! ¡El idiota que fue expuesto como la mascota de una mestiza! ¿Eso es lo que todos creen? ¿Que soy la mascota rastrera de los merodeadores?- chilló indignado. No pude evitar transformarme. Quería sacudirlo, gritarle. ¿Acababa de llamarme mestiza como un insulto? 

-¡Draco!- grité y él me dedicó una mirada asqueada. Entonces, por primera vez vi al imbécil al que Harry, Hermione y Ron detestaban, en lugar del chico amable e inteligente que me había ayudado. -¿Qué quieres?- terció. -Quiero que escuches lo que estás diciendo. ¡Que escuches lo que acaba de decir Invitus! ¡Lo que viste no es real, es Voldemort jugando con tu mente!- espeté. -Por supuesto. Invitus tiene razón. ¡El maravilloso Invitus de mierda!- soltó con una mueca horrible. Sacó su varita y apuntó. Invi no se movió -No vas a atacarme.- le dijo con calma. -¿Por qué? Hasta las mascotas muerden, ¿o no?- soltó entre dientes. -No, porque somos amigos.- respondió él. -Y porque eres más listo que eso.- añadió. -¡No somos amigos! Él te pintó como su pareja. Te vio como su igual. Mientras yo... ¡yo estaba en una puta correa! El idiota que mira embelesado como su ama destruye al mundo y a todos en él. El idiota que no está a la altura de ella, pero que no puede apartarse. Pero tú ¿tú si estás a si eres digno de ella, no es así? ¡No eres digno ni de lamer el suelo donde pisa! Tu nunca la quisiste. Pero ahora la deseas.- gritó aún con su varita en alto.

Corrí a ponerme frente a él. Su varita se apoyó directamente en mi pecho, pero él no la bajó, en su lugar me miró con frialdad. -¿Prefieres que te eche una maldición a verlo morir, no es cierto?- dijo con la voz atenazada. -No vas a matarlo, ni vas a lastimarme. Me quieres. Todo esto es solo miedo. Miedo a que algo sea real, pero no lo es. Yo estoy aquí por tí. Para evitar que te conviertas en un asesino.- dije. El imbécil de Invitus rió a mi espalda -No matará a nadie.- terció -Solo está molesto.- Entonces, Draco me quitó de en medio de un empujón y levantó su varita. Me volví a interponer y en el momento en que toqué el torso de ambos, una ráfaga de magia me recorrió hasta las palmas de mis manos y ambos salieron disparados al campo, en direcciones opuestas. Invitus se puso de pie primero. 

-¡¿Pero qué carajos has hecho?!- chilló con enojo -¡No fue mi intención!- repuse nerviosa. -Te ha defendido. Como siempre.- soltó venenosamente Draco, poniendose también en pie. Apuntó con su varita y gritó -Desmaius.- Un rayo de luz pasó a mi lado, Invitus lo esquivó y entonces le dedicó una mirada furibunda -Expeliarmus.- bramó, Draco se quitó justo a tiempo, y volvió a clamar -Desmaius.- Invitus salió despedido hacia atrás, pero a penas había tocado el piso cuando gritó -Incarcerous.- Entonces unas gruesas cuerdas le recorrieron el cuerpo al rubio, que cayó al suelo inmovilizado. -Ahora, que estas más calmado, usa este tiempo para reflexionar sobre la imbecilidad que has cometido. Si alguien de aquí te hubiera visto atacarme no estarías atado, estarías muerto, Malfoy.- dijo, haciendo un desagradable énfasis en la última palabra. -Deberías alejarte, Lil. No está pensando con claridad.- espetó, luego me dio la espalda, se transformó y salió volando hacia los demás, que se habían quedado a lo lejos. -Draco...- murmuré. Él me dedicó una mirada cargada de ira. -Finite.- dije, cuando Invitus estuvo lejos. Las cuerdas se aflojaron. Yo no lo miré. Me senté en la hierba y le di la espalda. 

-¿En qué demonios estabas pensando?- pregunté.  No respondió. -Pudiste herirme, y eso no te importó.- dije. Él no respondió. Podía sentirlo moverse por la hierba. Sabía que no se había levantado. Seguía tumbado respirando con enfado. -Me llamaste mestiza. Estoy segura de que tus padres estarían orgullosos. Pero dudo que Sirius lo esté.- pinché. Él no dijo nada. Nos quedamos en silencio. La tarde caía y el frío arremetía, pero no me moví. -Me ha llamado mascota.- dijo por fin, con el orgullo herido. -Si. Y a mi me ha ofrecido ser la reina de la oscuridad. ¿Cómo crees que me siento?- le espeté. -Supongo que no tan mal como yo. -Oh, claro... Porque el orgullo herido debe ser mil veces peor que sentir que el mago tenebroso que mató a los padres de tu amigo, cree que tus poderes son oscuros y que podrías reinar junto a él.- solté con sarcasmo. -¡¿Cómo crees que se ha sentido Harry?! Voldemort le ha ofrecido traer de regreso a sus padres después de haberlos matado. ¿Y Ginny? ¿Olvidas que ella fue poseída por él y que casi la mata para drenar su energía vitar y volver a la vida? ¿e Invitus? ¿No crees que está bastante jodido verte a ti mismo convertido en un mago oscuro?- le espeté con rabia. -Pero claro, no puede compararse con el golpe que ha sufrido tu descomunal ego de noble. Señor sangre pura.- musité. Esta vez me volví e hice una reverencia. Nos volvimos a sumir en el silencio. -Me has atacado.- dijo por fin -Los he atacado a los dos, y fue un accidente.- tercí. -Sin embargo Invitus no me ha atacado.- añadí. -Lo has hecho tú. Incluso después de decirle a Invitus que me querías, y que habías desdeñado a tu familia por mi.-

Se sentó a mi lado. Yo continué sin mirarlo. -No debí venir. No pertenezco aquí.- Sentí unas ganas enormes de golpearlo. -Sigue autocompadeciéndote. Tienes tiempo.- solté frustrada. -¿Qué se supone que haga? ¡Siempre seré el antiguo chico Malfoy, criado en una familia de mierda, que trató como mierda a los que ahora hacen como si no recordaran lo que les hice y me tratan como un amigo.- chilló. -Se supone que seas valiente como lo fuiste cuando dejaste tu apellido, cuando aceptaste ser un Black. Cuando elegiste estar conmigo aunque tus compañeros de Slytherin te maltrataban. Pero claro, eso era antes de que salieras de Hogwarts y todo esto se hiciera real ¿verdad? Ahora es aterrador, y quieres volver arrastrándote con papi y mami. ¡¿Pues a qué esperas?! ¡Vuelve con ellos! Sé un adorable mortífago y reestablece tu ego. Desdéñanos y has las paces con tu linaje. Si eso te hace sentir mejor, no estás atado. Aunque te lo hayas creído, yo no sostengo ninguna correa.- musité con desinterés. -Tal vez estarías más feliz con una novia de sangre pura.- Solté con enfado. Me puse de pie, me transformé en Bloody y corrí hacia la casa.

...

IGNATIUS

-Adios, Linda.- dije, acariciando la frente de la dragona que se encontraba ante mí. -Espero que tu compañero llegue pronto.- susurré y me alejé hacia la entrada de la caverna. Después de presenciar la trifulca que aparentemente se había armado entre Invi, Draco y Lil, preferí, como el resto de los merodeadores, buscar cualquier excusa para salir de la casa y perderme el drama consecuente. Había venido a despedirme de Histrio y mis animales favoritos. Ya tenía mi equipaje listo, y solo faltaba que el señor Weasley llegara en el auto para volver a casa. Tenía muchas ganas de ver a mamá y contarle todo lo que había hecho... No estaba seguro de cómo se tomaría mis magulladuras y heridas visibles, pero esperaba que, pese a ser enfermera, no se preocupara demasiado por ellas, después de todo, para haber estado tanto tiempo rodeado de dragones y todo tipo de criaturas peligrosas, estaba en un estado fenomenal. -Ignatius...- oí a Histrio llamarme. -mi hermano te busca.- Salí de la cueva y bajé por su pared. -¿Todo bien?- pregunté intentando no tocar el tema con demasiada prontitud. Él asintió. -El señor Weasley ya está aquí.- informó. -Ah, entonces... ¿ya nos vamos?- pregunté con algo de decepción. Él me dedicó una enorme sonrisa y se mofó -No, yo me voy, he decidido recortar mi círculo social, y lamento comunicarte, que no quedaste seleccionado, así que te arrojaré al nido de acromantulas.- terció. Le reí el chiste. -Está bien, si no hay más remedio...- dije encogiéndome de hombros -¿Crees que estoy loco? Te mantendré tan lejos de las acromántulas como me sea posible, o lo último que veré en la vida, será a ti montando una fiera araña gigante a toda velocidad en busca de venganza.- soltó. -¡Hey, no te metas con Peter!- chillé -¿Peter?- repitió él, confundido... -Si, Peter, como Peter Parker... Ya sabes, el hombre araña... Si tuviera una acromántula la llamaría así.- informé y él puso los ojos en blanco. -¡¿Ves?! Ya le estás poniendo nombre.- comentó horrorizado, lo que hizo que me desternillara de risa.

-¿Una carrera a la casa?- pinché. -Paso, prefiero caminar.- sentenció. -¿De verdad está todo bien?- volví a preguntar, más serio. -Draco ha perdido la cabeza por la visión del horrocrux.- comentó. Yo hice una mueca. -¿Qué? ¿Crees que tiene razón para enloquecer?- dijo indignado -¡No! No es eso... es solo que...- comencé -bueno, tu y Lilith son fuertes y similares en muchas cosas... ambos rebeldes, ambos listos, ambos de respuestas... hum... poco convencionales... Y Draco... es el niño perfecto, ¿entiendes? Ha sido criado en su palacio de marfil con su vida rosa y su psicótica familia disfuncionalmente perfecta. Es normal que sienta que... bueno... que ustedes dos tienen mucho más en común de lo que el podría tener con Lilith jamás.- intenté explicarme. -¿Vas a decirme que jamás se te ocurrió pensar en...?- pregunté, intentando ayudarlo a comprender. Él giró su cara para que no pudiera ver su reacción, no supe si lo hacía adrede o no, pero el caso, es que no pude ver qué cara ponía. -Nunca ha pasado nada. Somos amigos.- sentenció. Yo asentí. -No quiero decir que haya pasado nada, pero... Creo que si un total desconocido nos emparejara, Draco no sería... la obvia elección para Lil.- expliqué. -Ya, pero no es un total desconocido el que nos empareja ¿no? Somos nosotros mismos, y Lilith escogió estar con Draco, como yo escogí estar con Luna.- me reí sarcásticamente -¡Luna es genial, Invi! Pero seamos sinceros, no estás ni a medio camino de adorar su excentricidad. Ella es... diferente... y por supuesto, jamás tendrá una reacción como la de Draco, simplemente porque está demasiado alejada de las cuestiones terrenales y mundanas tan burdas como una escena de celos.- dije y el chico me miró.

-¡Vamos Invi! Podrías decirle a Luna que estás absolutamente loco por Lilith pero que no quieres dejarla a ella, y probablemente, su respuesta sería algo así como "Oh, está bien, podemos ser una bonita trireja."- comenté. Él se rió y asintió. -Si, en eso tienes razón.- dijo. -Y también la tengo al afirmar que tu y Lilith harían una pareja que tiene muchísimo más sentido que la de ella con Draco.- volví a pinchar. Él resopló y me dedicó una intensa mirada, luego pareció rendirse. -Está bien, mira... Cuando nos conocimos pasamos mucho tiempo juntos...  y algo ocurrió. Quiero decir, conectamos. Nos podíamos comunicar susurrando cosas en la mente del otro, incluso dormimos juntos.- afirmó y yo le dediqué una significativa mirada -¡No de ese modo, idiota!- chilló. -Y el día que iba a abordar el expreso de Hogwarts las cosas se complicaron... Ella intentó besarme, yo la rechacé, ella se enojó, luego me perdonó, luego volvió a enojarse cuando me vio con otras chicas, luego volvió a perdonarme... y luego se enojó de nuevo conmigo cuando empecé a salir con Luna. Finalmente dejó de estar enojada, y entonces volvimos a ser amigos de verdad, volvimos a hablar de todo y eso coincidió con el desdeño de Draco... Ella se siente querida con Draco, y lo quiere. Y solo somos amigos.- relató. Yo estaba divertidísimo con el chisme -¿Y tu?- pregunté alzando una ceja. -Vas a decirme que nunca pensaste en ella como...- hice un gesto obseno. Él rió. -¡Por supuesto que si! ¿No la has visto? Yo dormía con ella...- dijo y un asomo de bochorno subió sus mejillas. -Pero cuando ella sentía algo por mi, yo no quería nada romántico, así que no permití que pasara nada, precisamente para no hacer que me odiara. Y cuando ella superó sus sentimientos, ya no había ninguna oportunidad, porque, como adivinarás, está más que feliz con lo que Draco le da en ese sentido. ¿Entiendes?- soltó y yo me reí. -Para serte sincero, y que quede claro, no la encuentro ni remotamente atractiva. Pero entiendo lo que quieres decir.- asentí.

Habíamos llegado a la casa, la mayoría de los merodeadores estaban cargando sus maletas en el portaequipaje del auto. Lilith estaba a un lado del auto y Draco al otro y evitaban mirarse. -Pss...- susurré -Puede que Lil esté disponible para atenciones no románticas ahora.- comenté en un susurro. Invitus endureció la mirada -¡Ni una palabra!- murmuró. Aunque la mirada de mi amigo, y la de un dragón hambriento se parecían alarmantemente, me reí. -Tranquilo Invi, tu secreto está a salvo.  Pero... Creo que de verdad, Lilith y Draco no están bien.- dije, haciendo un gesto hacia ellos, y él los observó mientras nos acercábamos. -Aquí está el merodeador faltante.- gritó, haciendo un histriónico gesto hacia mi, que, encantado hice varias reverencias, como si los demás me aplaudieran. -Gracias, gracias, ¡ya estoy aquí, espero que mi ausencia no les haya dolido tanto!- dije y Ron, con gesto de asco gritó -¡Basta! Te pareces al monumentalmente idiota Falsockhart.- Varios merodeadores rieron, Hermione se tapó la cara con ambas manos, yo no entendí el chiste, y tampoco parecieron entenderlo Juls, Lil o Thad, que se miraron entre sí. -Bueno, si estamos todos listos, deberíamos salir.- dijo el señor Weasley. -Yo iré con papá.- gritó Ron y se antepuso a los gemelos, que lo miraron con ira, pero Lilith lo sujetó por un hombro y lo jaló hacia atrás -Oh, no, yo iré adelante.- sentenció. Y Ron se quedó plantado, viéndole la espalda.

El viaje se nos hizo larguísimo. Probablemente por la cara de Invitus o la de Draco, nadie pareció atreverse a jugar, cantar o hacer nada más que mirar por las ventanas o dormir en las butacas. Los dos chicos se sentaron uno a cada lado de la sala y miraron en direcciones opuestas por las ventanas durante todo el trayecto. Ninguno hizo amago si quiera de iniciar una conversación. Y el resto, nos mantuvimos en esa incómoda tensión. Daba la sensación de que Invitus habría preferido tomar la forma de Alas y viajar de pie en el techo del auto, que estar allí. También daba la sensación de que Draco, de haber podido hacerlo, se habría aparecido en la casa Black hacía horas, y no habría vuelto a dirigirnos la palabra. Ocasionalmente escuchabamos el murmuyo de las voces del señor Weasley y Lilith, que charlaban, pero por lo que se oía, ella tampoco estaba particularmente de ánimos para la conversación. Por momentos podía ver la cara de Invi clavarse en la mampara color borra de vino que dividía el espacio del conductor, de la sala, y me pregunté si estaba comunicandose con Lilith, como había dicho que podía hacer. Pero no encontré la ocasión de preguntarle, sin que alguien más pudiera oirlo, y temía que si Draco oía que Invi estaba hablando en su mente con Lil, perdiera los estribos de nuevo e hiciera volar el auto, lo que en realidad ya estaba haciendo, pero metafóricamente hablando...

Debíamos haber estado encerrados y en silencio unas 6 horas, cuando Hermione suspiró -¡¿Quieren disculparse ya?!- chilló. Todos la miramos, pero ni Draco, ni Invitus se dieron por aludidos. -¡Hey, ustedes, les hablo a los dos idiotas que han peleado hoy!- volvió a pinchar. El silencio se perpetuó. -Bien, como quieran. Pueden estar enojados todo lo que quieran, pero parecen dos niños de la escuela.- respondió enfurruñada y se cruzó de piernas. -No tengo nada por qué disculparme.- dijo Invitus ágriamente. Draco, sin volverse rió -¿Que tal por intentar robar mi novia?- soltó envenenado. -¿Tu novia? ¿Te refieres a la chica que llamaste mestiza, despreciaste y que pudiste alcanzar con tu hechizo mientras intentabas agredirme?- dijo Invitus sonriendo -¡Tienes unos modos muy extraños de demostrar afecto!- espetó -Me refiero a la chica de la que no puedes apartar tu mente.- soltó. Yo me pregunté si Draco estaría al tanto de las conversaciones mentales, o si esas palabras solo habían sido una infortunada coincidencia. Vi como en la cara de Invi se dibujaba la misma duda, pero no mermó en su determinación. -Mira, Draco. Por mi puedes seguir fingiendo que eres la damisela en apuros el resto de tu vida. El pobre chico víctima de sus circunstancias, que no sabe a donde pertenece. Pero no estamos hechos de circunstancias, estamos hechos de decisiones. Ahora eres Draco Black, tienes una familia, amigos, y tenías una novia estupenda que te quería por lo que eres. Tu elegiste que la visión de Voldemort y tus propias inseguridades te afectaran y estás haciendo todo lo posible por deshacer todo el crecimiento que has hecho desde que dejaste atrás el apellido Malfoy. Si gustas seguir siendo un cobarde y esconderte tras tu autocompasión, hazlo en otra parte. Mientras estés en mi auto, te agradecería que volvieras a ser el rubio presumido, pero listo que era mi amigo, o te mantengas callado.- soltó.

Draco abrió y cerró la boca. Luego volvió a mirar por la ventana en silencio. Invitus rió por lo bajo. -Si, eso creí.- murmuró. -Solo fue una visión de Voldemort, amigo...- dijo en un susurro Ron, que se había aproximado a Draco. -Mira, lo entiendo. Es difícil ser el amigo de alguien que... bueno, que acapara la atención.- dijo mirando por encima de su hombro a Harry, con un gesto que se parecía a una disculpa. -¡Pero Invitus... es Invitus! Ni quiere hacerse con el poder, ni va a volverse un mago oscuro, ni se hará príncipe de la oscuridad... Además, tenemos un noble proveniente de una familia de seguidores de quién tú sabes, así que, de volvernos malos, ese puesto está ocupado,  ¿no es así?- terció con humor, y para sorpresa de todos, Draco rió por lo bajo. -¡Eso es!- Chilló el pelirrojo. -Hey Invitus...- gritó, y el peliazul le dirigió una glacial mirada. -¿Ya lo oíste? El título de príncipe de la oscuridad ya está tomado.- comentó, indicando a Ron con el mentón. El otro rió también. -Está bien por mi.- dijo levantando las manos -Nunca me gustó la nobleza, de todos modos.-  soltó. Hubo un momento de silencio en que ambos se miraron, como si se midieran. -Lo siento.- dijo por fin el rubio. -Fui un imbécil inseguro.- soltó. Invitus movió la cabeza, sopesando sus palabras. -Si, lo fuiste.- asintió -Pero está bien, yo te dejé en el medio del campo atado.- respondió, como si tal cosa. -Me lo merecía. Yo ataqué primero.- dijo a su vez, Draco. Invi rió. -Bueno, tecnicamente, Lilith nos atacó a ambos antes.- soltó y de pronto, ambos comprendieron lo que acababan de decir. Se volvió a hacer el silencio, y Draco volvió la cara, avergonzado. -Hey, Draco...- lo llamó el peliazul -la recuperarás.- murmuró y él asintió, aunque no muy convencido. -¡O, podrían aceptar los sentimientos que tienen el uno por el otro y besarse ya!- interrumpí con voz melosa. Ron me miró escandalizado, Juliet, Luna Ginny y Harry rieron a mandíbula batiente. Invitus se puso en pie, se encaramó sobre Draco y gritó histéricamente -Oh, tiene razón, ¡ya no puedo ocultarlo más!- intentando besar al chico, que se arrojó al suelo intentando escapar. El resto del viaje se hizo con más calma. Draco huyó de Invi un rato más, y luego, haciendo pucheros, el peliazul se volvió a su asiento quejandose del corazón roto. Juls sacó una baraja de naipes explosivos y me invitó a jugar, y los gemelos entretuvieron a los demás con las proezas de sus prototipos, en los que pretendían seguir trabajando.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro