El Universo en Movimiento

La lluvia arreciaba, y el cielo ya había oscurecido anunciando la noche en su esplendor, y el destino de varias personas se desenlazaba en un hogar justo antes de compartir alimentos.

Tae cerró la puerta del baño tras de sí, bajó la tapa de la taza y tomó asiento, sacó la figura donde ya tenía enlazado el cordoncito que tomó de la habitación de su amigo y el pañuelo del joven productor y lo enredó alrededor de la figura abrazando el cordón, pasando por algunos huecos, una vez hecho eso, apretó entre sus manos la figura, cerró sus ojos y empezó a rezar en prácticamente un susurro, una oración a madre luna.

"Madre Luna, escúchame que te clamó, ayúdame en pos de anudar estas dos almas, que se amen, que se extrañen, que se complementen y se busquen, que encuentren en el amor del otro complemento y sostén, bendice esta unión por el poder de 7 veces 7 y perdona si este, tu humilde ciervo, pide demasiado"

Termina la oración, sopla tres veces sobre la figura y la envuelve en un pañuelo de tul rojo, la guarda en su bolsillo.

Mientras tanto en la cocina Namjoon aprovecha para intercambiar unas palabras con su amigo

- Yoongi, sabes que te estimo y te respeto, ¿cierto? - el pálido productor asintió formando una sonrisa floja donde quedaba su boca como si fuera una línea, dejando salir un ligero sonido afirmando. - y sabes que podemos hablar de lo que sea y te escucharé atentamente ¿verdad? - siguió el alto Moreno recibiendo sólo un suspiro del otro como respuesta.

- ¿Cuál es tu punto Namjoon? - preguntó seco y sin filtro, ese tipo de comunicación era muy de él y su amigo lo sabía, no era la primera vez que tenían una conversación seria, ni tampoco era su primera discusión, por lo que sabe que cuando habla con él debe ser directo, conciso pero no impositivo o Yoongi explota.

- Mi punto es... Que no soy nadie para criticar tus acciones pero te diré lo que me dijo un amigo muy sabio y querido, si yo encontrará alguien que hiciera latir mi corazón no lo dejaría ir... Hace cerca de dos semanas amigo mío vi tu corazón latiendo y no tenía nada que ver con esa chica - hizo una pausa y suspiró viendo tensarse a su amigo que apretaba la botella y el sacacorchos hasta el punto de hacer ver aún más pálidos sus nudillos - Sólo digo amigo, que lo que sea que decidas, puedes contar conmigo y no te juzgaré.

Puso su mano brevemente en el hombro de Min y luego salió hacia el comedor llevando las copas para todos.

Yoongi dejó salir el aire contenido y terminó de descorchar el vino, observó por un momento más a ese chico que parecía una mezcla extraña entre un niño pequeño e inseguro y un joven de bonitas facciones y movimientos sensuales al bailar, con esa sonrisa que siempre lo lograba hacer sonreír de regreso y quedar con una sonrisa de bobo por largo rato, y entonces sintió algo que no había sentido en las últimas dos semanas, el retumbe de sus palpitaciones en las puntas de sus yemas que se situaban suavemente sobre la botella de vino.

< ¿a quien trató de engañar...? > pensó Yoongi, si desde que escuchó su nombre se sentía inquieto y sólo se la había pasado luchando consigo mismo por evitar esas ganas de admirar y tocar a ese chico que se ganó su corazón de a poco con cada charla, gesto y sonrisas compartidas.

Se sintió un bobo por no darse cuenta antes, por no seguir su propio consejo, por haber alejado a su pequeño.

Ahora caminaba a la mesa, con el vino embotellado entre sus manos, sin poderle quitar de encima la vista a Jimin y preguntándose ¿cómo haría para evitar querer tomarlo entre sus brazos y no dejarlo ir, sin lastimar a esa chica que no había sido más que linda con él y que no sabía nada de lo que estaba sintiendo?

Y es que el pálido productor podría ser un idiota a veces pero era un perfecto caballero y no quería dejarle una experiencia molesta a la simpática castaña que sonreía despistadamente en una charla con el coreografo, pero, tampoco podía perdonarse seguir con esta charada mientras veía a su pequeño evitando mirarle directamente a él y a su acompañante, totalmente obvio en sus sentimientos y con su corazón expuesto evidente por rastros de tristeza en su rostro, no, él simplemente no podía permitirse eso.

Y como cosa del destino o señal de la madre Luna, en ese momento, justo cuando Tae y Yoongi regresaban y tomaban asiento, el repique del celular de la chica sonó, la chica contestó sin prestar mucha atención excusándose para tomar la llamada, caminó hacia la entrada y se le escuchó discutir y sollozar un poco, regresa y le hace una seña a Yoongi para hablar aparte, ambos se retiran un poco a la sala y hablan unos minutos, Jimin los mira de reojo y busca la mirada de Tae, quien le sonríe tranquilamente y le guiñe un ojo.