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La tarde del día siguiente, luego de una mañana gris y nublada, en pleno verano, Jimin caminó hasta la tiendita donde cierto zorro cambiaforma trabajaba arduamente.
Pocos minutos antes, Tae empezó a ver que caía lluvia, al mirar a través de la vitrina, era una lluvia que no esperarías en verano, en los días más soleados, este era nublado, y la lluvia tiritaba constante, entonces escuchó la campanita que anunciaba un cliente y entendió todo.
Ahí estaba de pie en la puerta del establecimiento, su pequeño amigo cálico, en su forma humana, una muy desastrosa por cierto, Jimin lucía tan triste, sus ojos estaban irritados y algo hinchados sus párpados, su boca y nariz algo enrojecidas, unas ligeras sombras grises bajo sus ojos, era obvia la tristeza que embargaba su corazón y Tae sintió un nudo en el estómago, por el clima, por la finta de su amigo, era obvio que algo pasaba con su pareja destinada.
Vaya, estaba en lo correcto, esos dos y el Ying y el Yang.
Caminó aprisa hacia el menudo chico y lo rodeó en un fuerte abrazo, Jimin se dejó hacer pero no tuvo la fuerza de siquiera responder al abrazo.
Tae lo llevó al fondo de la tienda, le sirvió una infusión, y escucho atentamente entre hipidos, como se había desarrollado todo entre el productor y el trainnie esta última semana y como se sentía su amigo.
Era obvio para Tae que Yoongi estaba dudando de su conexión.
Pero, ¿qué tanto podía interferir sin causar mayor revuelo?
De pronto, la suave y quebrada voz de su amigo, lo sacó de sus pensamientos.
- Tae, ¿puedes hacer algo? ¿Para atraerlo de regreso o por lo menos para que ya no duela? No quiero forzarlo a nada, sólo estar cerca, quizá sólo, s-sólo una oportunidad...
Un pequeño puchero se dibujaba en la cara del chico, apretaba sus puños encima de su camiseta justo en medio de su pecho como si quisiera atenuar los latidos que retumbaban en su interior.
Tae lo miró enternecido, el aura de su querido amigo estaba teñido en su mayoría de un gris tenue con manchas gris oscuro, moradas y azules, aún asi, había un halo muy bonito alrededor de él, como un margen, blanco tornasolado con tonos rosas, azules y amarillos, como si ese halo lo distanciara un poco de lo demás que teñía su aura.
Tae puso su mano sobre sus puños - y con la otra señaló su letrero "si es amor basta endulzarlo, si es capricho no lo trabajo"
Jimin leyó el letrero y asintió silenciosamente, mordió su labio inferior y dijo - entonces dame toda la miel que puedas y algo para causarle diarrea a esa tipa - lo último lo dijo más bajo y enfurruñado, haciendo un mohín y frunciendo su nariz pequeña de botón.
Tae soltó una risita, ¿más miel que ver sus expresiones y escucharlo? ¿Acaso quería causarle un coma diabetico a ese tal Yoongi?
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