Segunda Luna

Cuando Tae despidió a Hobi y a Jungkook, bajó a la casa de sus abus, abrió y recibió la bienvenida con olores deliciosos de cocina de antaño, sus abus son maestras en hacer platillos deliciosos; apenas llegó hasta la cocina y su Tata se acercó lo más pronto que pudo, que era realmente lento, pero se le veía un brillo en sus ojos y una inquietud como la de un niño esforzándose en caminar en sus primeros pasos con harta premura y esfuerzo.

- ¡Tu segunda luna! Anoche supimos que conociste a tu segunda luna, ¿es guapo? ¿Es pequeño? Parece algo pequeño y delicado, ¿o es una mujer? - preguntó su Tata apurada y emocionada.

Su abu desde la estufa estaba tratando de aguantar una risita, viendo la cara de sorpresa de su querido nieto, era obvio que él aún no sabía o no estaba certero de eso y tampoco entendía lo de las lunas.

Su abu se sentó al fin con Tae, que ya había sostenido a su Tata hasta un sillóncito que le acomodaron en la mesa del pequeño comedor y se acomodó a su lado, llevó un rico guiso y unas galletas saladas para estar "picando" mientras hablan.

Tae se levantó y acercó unas infusiones para los tres.

Su Abu le puso la mano encima de su brazo y le dijo - Taetae, estás en un momento muy bonito y decisivo en tu vida y siendo que por tus venas corre nuestra sangre, estamos seguras que ya has recibido mensajes y hasta quizá una visita, recuerda que debes estar receptivo, el universo, la diosa luna, cuando hablan son breves pero certeros.

Tata tuvo un sueño anoche, te vio en torno a dos estrellas, tus dos lunas, Tae, la mayoría de las almas, somos divididas en dos, de ahí nuestra creencia en almas destinadas, pero a veces, nuestra alma es tan vasta, que se divide en tres, no es común, en nuestra familia han habido sólo dos seres así, y tú conoces a una - señaló con un ademán silencioso a su Tata, Tae abrió los ojos en señal de sorpresa, su Tata, había sido una de esos pocos que pasaron por eso.

Tata, ajena a la charla, comía felizmente una galleta con un poco de guiso haciendo ruiditos de satisfacción, a veces parecía una niña pequeña.

- Sin embargo, Taetae, al final es tu decisión, pero si aceptas tus lunas, y abrazas tu destino, traerás a tu vida plenitud y amor, y pequeño, es lo que más deseamos tu Tata y yo para ti, queremos que seas feliz, no será fácil pequeño, porque todo lo que vale la pena no lo es, pero no temas, eres fuerte y sabes mejor que nadie que nuestra madre, Diosa Luna, trabaja de modos misteriosos pero no se equivoca.

Tae sonrió enternecido, sus abus son tan sabias y lo aman tanto que siente que pedir más al universo es abuso, de pequeño a veces extrañaba a sus padres pero, también terminaba sintiendose tranquilo pues tenía dos mamás que lo amaban mucho, su Abu y su Tata.