Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte única

Jungkook observaba su reflejo en el espejo. Pasó sus manos entre su brillante cabellera azabache. Hizo una mueca inconforme, se sentía extraño desde hace días, verse al espejo era ya una proeza para él; ahora simplemente algo en su aspecto ya no le convencía, y más que sentirse extraño, tenía una inseguridad en sí mismo... De nuevo.

—¡Jungkookie! ¿Está todo bien?— Un toque en la puerta del baño y la gruesa voz de Taehyung, interrumpió la pelea interna del maknae.

Dejo pasar algunos segundos antes de contestar —¡Sí, TaeTae hyung! Estoy bien...

El ahora rubio hizo un puchero desde su lado en la puerta —Llevas mucho tiempo en el baño, y sólo te fuiste de mi habitación sin decir nada, Jungkookie, ¡Me preocupas!— Expresó Kim con un tono suave.

El menor se aleja del espejo del baño, suelta un suspiro para luego plasmar una pequeña sonrisa falsa y así abrir la puerta de a poco. Asoma su cabeza tiernamente, Taehyung sonríe ampliamente, cuando al fin tiene a la vista a su dongsaeng.

—Estoy bien— Dice en un murmullo, sin borrar la falsa sonrisa. Jungkook odia mostrar sus pequeñas inseguridades con su hyung, a él le gusta que Taehyung le vea como alguien lleno de confianza y fuerza, tanto física como sentimental, en pocas palabras, Jeon prefiere ser el que apoya, no al que apoyan.

El mayor no muy convencido asiente a la mínima respuesta de Jungkook; Kim se mueve a un lado para que el pelinegro pueda salir del cuarto de baño de su propia habitación.

—No voy a insistir más, Kook, sólo por hoy, pero sabes que puedes hablarlo conmigo o con cualquiera de los chicos, ¿Está bien?

—Sip... Gracias, hyung.

Ambos caminan fuera de la habitación de Jungkook para ir a la del mayor. Kim toma suavemente la mano de Jeon, la aprieta entre la suya para darle confianza de alguna u otra forma, para que hable tarde o temprano. El calor de los dos se mezcla, el azabache deja salir una sonrisita por el pequeño gesto de cariño de su hyung.

Taehyung sabe que para Jungkook no es sencillo hablar de su verdadero sentir, él suele guardarse todo lo que le agobia hasta un punto en el que no puede más. El rubio recuerda algunas veces en las que Jungkook ha llegado a desvanecerse durante prácticas por estrés acumulado, sus músculos tensos y el entrecejo arrugado.

Tae realmente se preocupa por el bienestar del menor, pues aunque el aparente ser alguien fuerte, seguro de sí mismo –estar bien en cualquier aspecto- la realidad en muchas ocasiones está alejada de lo que aparenta.

La pequeña caminata hacia la habitación del mayor llego a su fin, Kook fue el que soltó sus manos, se encamino en silencio a la cama pegada a la ventana del lugar, se acurruco en la esquina de esta misma, Tae se acercó para recostarse también, le dio play a la película que estaban viendo minutos atrás, justo antes de la crisis existencial de Jungkook.

El menor recostó su cabeza en el pecho del contrario, con su mano derecha comenzó a hacer círculos sobre el muslo del rubio, aun perdido en su inseguridades. Jeon a veces quisiera ser como su hyung, un poco más despreocupado y liberal, tan seguro de sí mismo como pasar de ser pelinegro a un rubio resplandeciente, tener el cabello largo y sentirse bien con aquello. ¿Por qué no puedo ser más como Tae o Seokjin hyung? No puedo tomarme una selca por gusto o  simplemente sonreír genuinamente a mis fans... Creí que había dado un avance al querer mostrar mis abdominales en televisión internacional sin sentir vergüenza ¡Que equivocado estaba! ¡Hasta la más mínima cosa me hace enloquecer de inseguridades! Como mi fiel cabello azabache...

Kim por su lado enredaba despreocupadamente sus largos dedos por la sedosa cabellera de Jungkook, inmerso totalmente en la acción de la película. Jeon se removió en su lugar, haciendo que el mayor quitase su atención de la película, pero sin detener sus acciones en la cabeza del contrario.

—TaeTae...— Susurra con la voz un tanto temblorosa.

—¿Si?

—¿Puedo quedarme contigo esta noche?

(...)

Sus hyungs realmente se miraban felices con sus nuevas apariencias, totalmente cómodos, incluso parecía que salía una luz brillante de ellos... o solo tal vez lo estaba imaginando. Cansado de la práctica y de sus agobiantes pensamientos se dejó caer al piso de las salas de prácticas. Los demás miembros platicaban entre ellos, algunas risas se escapaban, en especial a Seokjin.

Soltó un suspiro derrotado, Jungkook no entendía que era lo que le causaba tanto conflicto en el mismo. Se vio directo al gran espejo frente suyo, escaneo cada aspecto de él, tratando de llegar a una conclusión de sus sentimientos de los últimos días. Unas cuantas muecas se asomaron en su rostro mientras se observaba fijamente.

¡No entiendo! ¿Qué está mal conmigo últimamente?

—¡Yah! Necesitaba un cambio, el negro ya era aburrido... Es genial que encontrara el momento perfecto para teñirme el cabello— Habló alegremente Jin. Jungkook presto atención a las palabras del mayor.

El negro ya es aburrido...

Jeon se llevó las manos a su fiel cabellera e hizo un puchero. ¿Desde cuándo el color negro ya no era el color seguro? ¡Las fans son felices y el también!

¡No puede ser! Es una ridiculez que este tan exaltado por mi cabello, como si realmente fuese algo relevante, solo es una cosa más... No es como si cambiar de look me fuera a dar la confianza que he perdido últimamente... Yo no soy como mis hyungs que se sienten plenamente felices con sus colores llamativos y chillantes en sus cabezas.

—¡Creo que a todos nos ha venido bien el cambio!— Dice feliz Jimin, mientras que mueve hacia atrás su ahora cabello corto rubio cenizo. Jungkook suelta un gruñido desde su lugar.

Todos... Cambio... ¡Maldita sea! ¿Por qué le doy tantas vueltas al asunto?

—¡Jungkook, arriba! Vamos a seguir con el ensayo.

—Ya voy, Hobi hyung...

El menor se levanta de un salto, aun con un poco de enojo consigo mismo, por ni siquiera poder entender lo que realmente quiere.

(...)

—¡Noona! No le diga a nadie... Por favor— Jungkook susurra en tono de súplica por medio de la línea telefónica. Se logra escuchar un suspiro pesado desde el otro lado.

—Jungkook, son las dos de la mañana y tengo que decirle a...— La joven mujer se ve interrumpida por un sollozo.

—Noona, no-no me siento bien últimamente, y-y creo... Estoy seguro que esto es lo que quiero, pero no quiero que nadie sepa, solo por el momento... por eso le he llamado a usted, sé que me puede ayudar y se lo voy a deber toda la vida— De nuevo en susurro, pero ahora se nota con más seguridad que al inicio de la llamada. La joven estilista se siente conmovida de alguna manera.

—Está bien, niño— Vuelve a suspirar cansada —Te veo en cuarenta minutos.

—¡Gracias, gracias! ¡Nos vemos, Noona!

Jungkook cuelga la llamada feliz, da unos cuantos saltitos en su cama, para luego salir de esta apresurado. Toma unos jeans del suelo, un tenis tirados por ahí y sale de la habitación lo más silenciosamente posible, intenta lo mismo al salir del apartamento compartido con los demás miembros.

Habían pasado dos días desde la práctica en la que se dio cuenta que su cabello negro ya era aburrido, no se sentía el mismo desde hace semanas. No fue fácil aceptar que su cabello tenia tanto peso en su estado de ánimo, en la seguridad en sí mismo, pero tras llegar a ese punto, lo realmente complicado fue convencerse de que otro color le quedaría bien, desde la perspectiva de Jungkook, las cosas podrían ser un total desastre, si el nuevo tinte no era de su agrado su estado de ánimo solo sería peor... Si ya preocupa a su hyung favorito, después del fallido intento de cambio de look todo sería una catástrofe. ¿Y si las fans odiaban su cambio? ¿Y si su hyung se reía de él? ¿Y si se quedaba calvo después de decolorarse el cabello?

—Kookie, en ocasiones eres demasiado pesimista. Piensa en cosas felices y veras que todo será mucho mejor, te sentirás renovado, confía en mí— Jimin sonrió ampliamente, haciendo que sus ojos desapareciesen.

—Lo tendré en cuenta, Jimin-sshi.

El recuerdo de su rubio amigo lo golpeo como un remolino –en aquel momento- entre sus desastrosos pensamientos, aquello fue la clave para que ahora estuviese totalmente decidido a teñirse el cabello. Lo haría por el mismo y por Taehyung, para que dejase de preocuparse por él.

(...)

—Bien, a la cuenta de tres te voy a voltear, ¿Listo?— Dijo suavemente la joven. Jungkook se movió nervioso en la silla negra. Su corazón latía como loco dentro de su pecho.

—Tengo miedo, pero estoy seguro que se ve bien... ¿Me veo bien?— Soltó aun envuelto en dudas y nerviosismo.

—Eso despende de ti, niño.

La joven estilista hizo la cuenta regresiva lentamente. Jungkook cerró los ojos cuando la silla dio vuelta. Tal vez, solo tal vez, no esta tan listo como creía...

—Abre los ojos... Kook, me muero de sueño, date prisa— Bostezo.

El menor murmuro unas cuantas maldiciones antes de abrir los ojos. Al tener su nueva imagen frente al espejo, el aire se le escapó de los pulmones por unos cuantos segundos.

—¡Wow! ¡Noona, es sor-sorprendente!— Expreso pasmado. Totalmente se sentía bonito, guapo... Renovado, la sensación mas que gratificante. 

—¿Te gusta?

—¡Ah! ¡Es genial!— Dijo alegremente, dando unos pequeños aplausos, feliz con todo.

—Ahora, largo de aquí, niño. Necesito dormir.

—¡Gracias, noona!— Jungkook se levantó de la silla negra, le agradeció una cuantas veces más a la joven, para así salir del departamento, no sin antes esconder su cabellera magenta bajo un gorro. Les daría una gran sorpresa a sus hyungs esa misma mañana.

(...)

El reloj marcaban las siete y quince de la mañana, la luz del día ya se filtraba por la venta de la habitación de Taehyung. Soltó un gruñido, trato de acomodarse mejor en la cama para que la luz dejase de molestarle, pero un peso en su regazo se lo impidió, volvió a gruñir con molestia.

—Despierte, TaeTae hyung— Canturreo Jungkook.

El rubio frunció el ceño al escuchar la voz del maknae, se quitó lentamente el antifaz para dormir, se tallo los ojos con pereza. Al centrar su mirada en Jungkook, creyó estar soñando.

—¿Jungkook?— Pregunto dudoso, la persona sobre su regazo no podía ser su Kookie, ¿O sí?

—¿Le gusta?— Respondió con otra pregunta. Taehyung se volvió a tallar los ojos, seguía en un estado de shock o algo parecido. Era todo tan... sorpresivo, el color rojo o fucsia en la cabellera del menor brillaba en todo su esplendor contra la luz de la mañana.

—¡Aigoo, Jungkook! ¿No es una broma?— Apenas pudo pronunciar el rubio.

—¿Lo parece?— Hizo un puchero.

—No... Solo... ¡Aigoo!— La sorpresa no abandonaba el rostro del mayor. Jungkook seguía demasiado nervioso por la respuesta de su hyung.

—Entonces, ¿Le gusta o no?— El tierno puchero no abandono sus labios. Taehyung se incorporó mejor en la cama, quedando más cerca del maknae.

—Me encanta, Kookie— Sonríe con todos sus dientes, lleva ambas manos al rostro del contrario, aprieta las mejillas del ahora peli-magenta —Te ves hermoso... Perfecto como siempre— Deja un rápido beso sobre los labios de Jeon.

Se sonrojo levemente —Gra-gracias, hyung.

—Tan lindo— Aprieta de nuevo las mejillas del menor —Te tengo un poco de envidia, todo te queda bien, Kookie.

—¡Hyung, me está avergonzando!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro