VI Uath*
Luna de la Fuerza Solar*
Profundas heridas laceran, mi cuerpo se desangra. Fiebres y convulsiones sumen mi pensamiento de destellos y sueños en el regreso a combates inacabables con rivales poderosos que siguen al acecho. Se me escapa la vida y aploma* el alma.
Él sana mis heridas con sus ungüentos y pomadas, cambia las vendas y seca mis sudores, me da caldos y el calor de su cuerpo para que no me pierda en el invierno en el que me encuentro. Canta sin descanso sus conjuros y suplica a los dioses para que esta mariposa dolorida y perdida no escape hacia otros mundos. Escucho el eco lejano de su voz que me llama noche y día. Sus lágrimas me atrapan en redes imaginarias; sus besos lazos que atan.
Se le va mi... su vida en ello. No puede permitirlo, él es el compañero, el hombre, el amante, el maestro. Él es el gran mago, Señor del Fuego.
Los primeros rayos de una nueva mañana rebosante de vida entran por la ventana. A mis pies descansa mi amado exhausto, su rostro feliz y confiado. Salgo.
Trinar de incontables pajarillos que acompañaron generosos el canto de mi salvador, les agradezco con una sonrisa. Alfombra de flores, hierbas y plantas se abren a mi paso, trepando por mis pies en sutil caricia. Los árboles, sumidos en cálida bruma, van despertando lentamente, se saludan y dan abrazos con sus ramas en el reencuentro del despertar de su descanso, estirándose hacia el cielo para besarlo.
Me dejo llevar en mariposa que vuela un bosque diferente, poseída por la vida que imparable se derrama de colores y luces; mirando cada detalle a través de sus miles de ojos a cada criatura que me saluda. Muda de la emoción solo puedo regalarles sonrisas.
−Hola princesa, placer el conocerte.
Despierto del sopor, regresando a mi forma; buscando la voz taimada y desconocida que me saluda, no la encuentro. Agudizo mis sentidos dirección a la casa.
Me llama Manzano* coqueto y apuesto, embriagador perfume, envuelto de hojas y flores pendidas etéreas en el más delicado ramo, extiende desde una rama la fruta más tentadora; su sonrisa cautivadora su voz embriagadora −La empecé el día que llegaste, creciendo en mi interior a la par que vuestro amor; la he mimado para vosotros con sumo cuidado, espero sea de vuestro gusto.
Agradezco con un beso mientras acepto regalo tan preciado. Doy un bocado y busco a mi amado para compartirlo en sus labios. Entre las sábanas recordamos juegos de espíritus incontrolados en la conquista de nuevas cimas inalcanzables. Así pasamos las noches, las mañanas y las tardes compartiéndonos con el bosque, recuperándome de las heridas.
−Ven Mariposa he de contarte: fueron muchos los que me ayudaron en la lucha librada para mantenerte conmigo durante tu sueño. El búho* no dejó de vigilarte, ni la ardilla se apartó de tu lado, hasta la araña y los diminutos vinieron a visitarte. Todas las criaturas del bosque se esforzaron en ayudarme, los pájaros con su canto, los animales con su aliento. Los seres mágicos vinieron a presentar sus saludos sinceros, traían regalos, pócimas y medicinas, hechizos y bendiciones. Un hada dormía en tu frente, alumbrando tu mente.
Fueron muchas las puertas de dioses a las que llamé sin recibir respuesta, no cuestiono sus razones. Pero una diosa escuchó mis plegarias, aplacó el espíritu del caballo, templado a tu regreso; y habló por tus labios diciendo que vendría a visitarte cuando estuvieras recuperada.
Se me derrama el alma en lágrimas incontroladas. El mago me orienta con sus palabras... −El paso fugaz de un dios por este mundo es acontecimiento extraordinario que se produce en escasas ocasiones. Ni en mis visiones más profundas imaginé que este simple mortal pudiera llegar a estar en presencia de uno. Bardos de otros mundos convertirán su visita en leyenda y ella la llevará hasta más allá de los confines de las estrellas, por siempre en ella. Tenemos que demostrar ser dignos de merecer honor tan grande, hasta el más mínimo detalle tiene que estar preparado para su llegada.
Medita el mago mientras recoge algunos útiles, un bastón de avellano y todas sus varas. El búho sobre su hombro le ulula nervioso al oído. Me avisa agitado antes de marchar por la puerta −he de ir al poblado, te dejo encargada de todo y a ti para que la ayudes.- Señala al duende.
Salta y da vueltas la ardilla contenta. marchan camino del poblado el mago y el búho absortos en sus debates y opiniones para la organización de evento tan importante.
−Y ahora... ¿qué hago?
−Creo que... si me ofrecieras un pastelito de frutas e infusión de hierbas, podría ocurrírseme alguna idea.
−¡Ardilla tramposa!
El duendecillo se deleita con sus majares, parece súbitamente recordar algo −ahora que lo pienso... antes de marchar me avisó el mago: "dile que pida a la abeja reina la miel más pura, al avellano su primer fruto y lo mezcles en la marmita dorada con gotas del rocío más dulce y amargo; cuando lo hayas preparado, deja el elixir durmiendo al abrigo del Sauce, hasta su regreso." Sí, algo así me dijo... bueno Mariposa, pongámonos manos a la obra.
Yo solo puedo mirarlo absorta ante encargo tan sorprendente antes de caer en un mar de dudas ¿para qué, cómo, dónde...? –Duende enredante, quieres explicarme... −Trato de cogerle.
La ardilla salta esquivando mis lances tratando de atraparla, y salta saliendo por una ventana –Vamos mariposa, date prisa, busquemos a Avellano él lo sabe todo, es muy inteligente, seguro él sabrá decirnos....
Me guía por el bosque hacia una colina escondida, en medio se alza sobrio y austero el Avellano, a su alrededor incontables pequeñas hadas le cuentan incansables: secretos y confesiones, cuentos, leyendas e historias; opiniones, hipótesis e ideas estrafalarias; mientras el árbol las piensa y les devuelve agradecido con el más dulce néctar de sus flores.
−Hola Mariposa, tenía ganas de conocerte, dicen mis pequeñas que todos comentan de tu valentía y belleza, veo que no se equivocaban.
−Hola, hola, hola... me saludan amables y atentas un puñado de hadas que revolotean sobre mi rostro, se repiten* unas a otras.. en un juego de campanas −es muy guapa, guapa... imitándose en sus ademanes.
Absorta hago una reverencia ante maestro tan importante intentando no perderme en el baile de luciérnagas y hadas.
Llega un emisario con mensaje de la reina, despertándome de las ensoñaciones −sería un gran honor para ella poder conocerla y le envía una invitación para que venga a visitarla. –sería un gran honor para ella... se repiten unas a otras.
Asiento moviendo la cabeza. Mariposa que vuela a la colmena de las hadas en el corazón del avellano. Todas arrimadas cuchichean, ninguna quiere perder detalle de tan inesperada visita.
−Acércate querida, deja que te vea bien y que con un beso te muestre nuestro cariño. Confesiones y risas compartidas, de unas a otras.
Salimos del corazón del árbol, y en mi mejilla una gota del más puro amor el beso de una reina. Se despide el avellano −Bueno Mariposa ha sido un placer conocerte, esperamos que regreses pronto.
−Pero tienes que darme tu fruto para poder preparar el elixir −reclamo coqueta...
−Ah! Es cierto, soy muy despistado. −Extiende una rama hacia mi mano, en ella dos avellanas. −Toma estos pensamientos y guarda uno con el amor de las hadas en el elixir del mago, en él se esconde el secreto más sabio de tu especie; el otro para ti mejorará tu memoria.
El árbol se despide conla caricia de una rama, antes de regresar a su sueño, yo con el soplo de unbeso.
De regreso a la casa me angustio, el duendecillo se desespera, no sabemos dónde buscar el rocío más dulce y más amargo. Sin el búho vigilando, los fantasmas* de la duda y el temor al fracaso se han colado por la chimenea, me sobrevuelan.
−Y si no lo encontramos, y si la diosa se pone triste, y si se enfada, y si... cómo viviré con esta desgracia, qué dirán de mí en el poblado − grito angustiada, en mis ojos lágrimas...
El duende espanta con sortilegios a visitas tan indeseadas, me relaja. Como la avellana, buscando una respuesta. De mis lágrimas derramadas algunas dulces otras amargas, con ellas ofrezco la esencia de mi vida en el regalo para una diosa.
Bajo el sauce, en la pequeña marmita dorada el amor más puro, el fruto de la sabiduría y el rocío más dulce y más amargo.
−Ahora amigo, hazme un hueco y déjame mirar con los ojos de la ardilla, tengo curiosidad por saber qué están haciendo en el poblado, pasaré desapercibida.
−¡No! −Se resiste por un momento a que he deslice sobre ella...
−Sí, yo estoy al mando.
−Bueno, vale...
Símbolo Celta del Infinito
Uath: Espino (13 mayo – 12 Junio) El Uath es un árbol, muestra un carácter contradictorio y complicado, efecto de esa dualidad de la que hace gala, es como esa personas bipolares, no sabes como te van a reaccionar en cada momento. El Espino es amado y odiado a la vez puede ayudarte a multiplicar y potenciar tus proyectos, también puede convertírtelos en un desastre; por eso los bastones o baritas hechos con ellos son peligrosos y solo pueden manejarlos manos expertas. Si en la Luna de las Flores veíamos que era una fecha para el "desenfreno" y la pasión amorosa-procreativa, este mes supone el contrapunto, es decir todo lo contrario, de ahí la "castidad" que representa, y tiene su lógica piensa, si en el mes anterior las hembras quedaban preñadas, este mes tenían que tener cuidado con los excesos pues es cuando más peligro existe de sufrir un aborto. Esa misma dualidad se ve por ejemplo en el olor de sus flores que recuerda a la secreción femenina, y la leña quemada dicen huele a muerto. También se le ha repudiado por ser el árbol de cuyas espinas se hizo la corona de Cristo. Por eso es un árbol querido y odiado a la vez y sobre el que hay muchas tradiciones e historias contrapuestas.
Luna de la Fuerza Solar: ciclo de la fortaleza, vitalidad, energía y de actividades que estén relacionadas con ellas.
Plomo: en alquimia, alma enferma que no refleja el espíritu.
Manzano símbolo del regreso del más allá, inmortalidad, amor, pureza, juventud, belleza, seducción.
Los búhos y lechuzas vigilan y ahuyentan a los fantasmas.
Sincronización mental entre hadas entre ellas y en escasas ocasiones con algunos árboles y personas.
Los fantasmas son espíritus sin consciencia de personas que en vida desarrollaron en extremo una pasión: odio, lujuria, envidia... La única sensación que sienten es frío voraz, buscando el calor de una persona viva a la que parasitan.
En el jardín de mis hadas
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