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Capítulo 7

La transparencia de la tela preocupaba seriamente a Jimin, para él, la vestimenta era innecesariamente... llamativa. A pesar de todo esto, no estaba acostumbrado a usar ropas tan frescas y su incomodidad incrementó al verse en el espejo.

La textura le hacía saber que eran telas ostentosamente caras y Jimin no era ciego para ver la belleza en ellas. Acentuaban con prominencia sus caderas y la estrechez de su cintura, partes de su cuerpo como omega que jamás habían relucido hasta ese día. Los zafiros opacos que adornaban sus tobillos y muñecas acentuaban sus ojos grises y el omega sabia muy bien que no le habían puesto ningún collar para mostrar deliberadamente la reciente mordida en su cuello.

El toque de las mujeres en su persona no era tan incomodo como un principio y de cierta forma se había acostumbrado a ello; puesto que, después de que le mostraran su enorme cuarto de baño y lo limpiaran con aceites dulces en la piscina – como había dicho Jimin cuando ellas se refirieron al enorme espacio como una tina cualquiera – el omega había dejado su pena atrás cuando lo vieron en tan precaria situación. Después de todo eran omegas como él, cosa que agradeció silenciosamente al alfa por elegir acompañantes con su segundo genero común.

—Se ve hermoso, hürrem. El señor y la señora Min estarán complacidos cuando lo vean— le dijo Edith mientras arreglaba su cabello.

—Ah, mis preocupaciones entonces son por nada— contesta sarcásticamente Jimin, si las mujeres notaron el tono en su voz, no salieron señales de ello.

—Apuesto a que Hoseok estará terriblemente celoso— susurra divertida Kenia cuando añadía más joyas en los tobillos de Jimin.

—¡Kenia! — regaño silenciosamente Elit. Jimin no pudo hacer a un lado su curiosidad.

—¿Quién es Hoseok? — pregunta el omega cuando se dio cuenta de la mirada que compartieron las tres mujeres. El ambiente se volvió extrañamente pesado y el omega pudo percatar un olor agrio en las feromonas de las omegas. Con un suspiro Edith contesto.

—Es el nieto de Berat, hürrem — Jimin dio un sonido de reconocimiento al recordar al hombre amable.

—¿Y por que estaría celoso? No nos conocemos— cuestionó extrañado Jimin. Las omegas vacilaron en contestar y se quedaron calladas.

—Por nada, hürrem respondió Kenia. Jimin decidió dejarlo ir, realmente no era de su incumbencia la vida de los empleados ahí. Las mujeres siguieron preparándolo en un silencio incómodo.

La tranquilidad de la casa era una característica propia del ambiente diario ahí. Incluso en las cocinas apenas se escuchaba el ruido de las ollas y la comida al prepararse; sin embargo, la felicidad que inundaba la casa ese día no pudo evitar una que otra conversación y risa entre los empleados de esta.

Hürrem es muy hermoso y amable, es perfecto para ser el omega del amir— hablo una mujer mientras pelaba los ajos en sus manos. Las otras cocineras asintieron en aceptación.

—¿Creen que pronto tendremos la posibilidad de un joven maestro corriendo por aquí? — ante la pregunta de la beta todas soltaron risas emocionadas y empezaron a hablar sobre cómo sería la vida en el lugar con un pequeño cachorro. Sus cuchicheos fueron interrumpidos por la presencia enojada en las cocinas, inmediatamente todas callaron al percatarse quien era.

—¿Hermoso? El primer pensamiento que tuve al verlo fue decepción. Se ve que es un omega estirado que no sabe hacer nada— la afirmación del joven de cabellos rojos provocó sonidos de indignación en las mujeres. Con una ultima mirada a ellas, el omega se retiró con una expresión molesta.

En el transcurso a su casa, Yoongi trató de tranquilizar al lobo agresivo dentro suyo, la declaración de guerra directa con los Yilmaz y el reencuentro con Ali había alterado sus feromonas para mal. Hizo lo que pudo con sus hombres para no atarlos a su humor del momento y ordenó ir solo en el auto con nadie más que Taehyung, quien hasta ahora era el único de sus alfas que podían soportar las feromonas peligrosas sin temblar en el intento.

Dando una mirada perdida en el mas habló con tono oscuro.

—Protégelo— Taehyung no tuvo que preguntar a quien se refería su amir con su orden.

Cuando Yoongi llegó a la tranquilidad de su hogar, lo primero que hizo fue detenerse en medio del salón principal para intentar captar las feromonas de Jimin. Puso sus sentidos al tope oliendo el espacio, y cuando reconoció el olor a tulipanes y fresas no pudo evitar suspirar con alivio al comprobar que el omega estaba bien, con una última comprobación se dirigió al grupo de hombres que lo acompañaban.

—Asegúrense de incrementar la seguridad en los limites de la casa, céntrense, principalmente, en el ala sur y no permitan la entrada a nadie a menos que yo lo autorice — ordenó serio, los alfas dieron un gesto de afirmación y mientras se retiraban Yoongi dirigió sus propios pasos a la planta de arriba.

Amir— le llamó una voz al pie de la escalera, interrumpiendo su paso se giró a ver al omega de cabellos rojos.

—Hoseok.

Jimin estaba completamente seguro de que iba a cometer un error al salir de las recamaras. Edith, Kenia y Elit atrás suyo le dieron una mirada de apoyo cuando notó las feromonas de Yoongi, sabiendo que ya había llegado a la casa.

Cerró los ojos para centrar sus pensamientos y calmar los nervios en su cuerpo.

<<Recuerda tu parte del trato, Jimin. Una vez que les des lo que quieren puedes empezar a formular un plan de escape.>>

Las omegas le habían dado un pequeño resumen de como era la señora Min; como es que se debía presentar a la matriarca y lo que no debería hacer. La descripción de la señora solo había puesto más nervioso a Jimin cuando le dijeron que podría ser ''alguien difícil'' de contentar.

La sensación de hormigueo aumentó cuando logró divisar la figura del alfa en las escaleras y se preguntó si sería una buena opción correr de vuelta a la habitación.

Se detuvo antes de bajar el primer escalón cuando se percató de la presencia de una persona más junto a Yoongi y pudo sentir como las mujeres atrás suyo se pusieron rectas y tensas.

Era un joven de delgada figura y cabellos rojos, sus rasgos eran delicados y su belleza era muy semejante a la de sus acompañantes. Jimin pudo haber jurado que se trataba de un Omega Gama por su aura atractiva; sin embargo, al oler el ambiente se percató dolo del olor a sándalo y lluvia de Yoongi, la persona al lado suyo no emitía ninguna feromona... era un omega recesivo.

Hoseok siempre se consideró una persona paciente u de modales implacables. A pesar de ser una persona que había vivido muchos augurios, siempre se mantuvo fuerte por su familia, la cual había muerto en una guerra entre clanes de la que no tenían nada que ver. El y su abuelo fueron los únicos sobrevivientes de tal conflicto; por lo que uno de los clanes aun quería acabar con cualquier testigo de sus acciones. No tenían protección y dinero, Hoseok estuvo a punto de recurrir a la prostitución cuando tenían solo catorce años para poder poner comida en la mesa.

Recuerda perfectamente la noche en la que había sido golpeado por estar en el territorio de unas sexo servidoras sin su permiso y sin más opción tuvo que adentrarse a los barrios bajos que nadie quería. Iba a subirse al auto de un camionero cuando sintió el peso de un cálido abrigo.

''—No tienes por qué hacer esto.''

Le había dicho el hombre que lo cubrió, esa noche nevada y a pesar de la calidez de la prenda, lo que más calentó su corazón en ese momento fue el alfa junto a él, a una parte de él sabía que desde que esa mirada llegó a su vida le sería totalmente devoto. Su enamoramiento adolescente aumentó cundo el alfa no sólo los refugió y les dio un hogar a él y su abuelo, sino que también destruyo por completo a los dos clanes que acabaron con su familia.

Había estado feliz con solo estar viviendo con su salvador en los últimos ocho años y poder estar cerca de él cuando el turco no salía por negocios. Hoseok sabía que a pesar de que el alfa tenía vario amantes no tenia planeado unirse a nadie. Su plan era acercarse cada vez más a Yoongi hasta que se diera cuenta de que Hoseok era la pareja perfecta para él, sabía que al turco no le importaría su gen recesivo y que sería una ventaja para ayudarle con sus celos. No tenia previsto la tormenta que se abalanzó sobre la tranquila casa Min y la seguridad en sus planes.

Todo se derrumbó con la inesperada llegada del omega frente a él y la marca en su cuello.

Tuvo ganas de llorar cuando Yoongi no lo miró mas y puso toda su atención en su ahora mate. Hoseok no pudo evitar lanzarle una mirada desdeñosa a pesar de las advertencias de las mujeres que acompañaban al omega de sus desgracias.

—Te ves... bien— declaró Yoongi cuando estudió por completo al omega. Jimin alzo una ceja con escepticismo ante el comentario, pero las mujeres se emocionaron y Hoseok se enfureció al saber que se tipo de palabras eran halagos que el alfa le dirigía a nadie. Que su jefe dijera tal cosa era un logro en estima que muchos omegas querían.

—Gracias— contesta seco el omega mientras seguía bajando las escaleras. El alfa estiró su mano en un gesto de caballerosidad y Jimin dudó en tomarla.

Cuando sus manos tocaron un familiar estremecimiento de la noche que compartieron se hizo presente, Yoongi clavó con más intensidad su mirada en Jimin y el castaño trató de ignorar la sensación extraña en su estomago de la cual se negaba ponerle el nombre de mariposas.

Hürrem — dice el alfa con ese tono ronco en su voz. Por alguna razón el pronunciamiento de esa palabra hizo que las piernas del omega temblaran ligeramente, y sintió que había un significado más allá del que le había explicado Taehyng en el avión cuando el turco lo nombró con ese apodo.

Hürrem se ve realmente bello, ¿no cree amir? — expresa Kenia con un tono sugerente. Jimin y Hoseok la maldijeron internamente, uno de manera mas suave que el otro, el comentario tomó a Yoongi por sorpresa y sintió la expectativa de respuesta de las personas ahí, al ver que Jimin evitó su mirada con un fuerte sonrojo, las palabras salieron de su boca antes de que las pudiera siquiera pensar.

—Sí, lo está— afirmó el alfa aun con completa atención en el omega, quien lo volteó a ver con sorpresa en sus ojos ante tal directo comentario. Jimin como siempre, no pudo leer la expresión sin emociones del alfa, por lo que no sabía si se estaba burlando.

Hoseok estuvo a punto de dirigir sus pasos a la salida. Lo hubiera hecho, aunque fuera tomado como un acto totalmente grosero; ya que, también se había negado a recibir al castaño con todos.

Pero al parecer sus planes estaban destinados a verse negados por la interrupción de otras personas, por el ruido afuera y la prisa en los empleados para tener todo listo supo que la madre del amir había llegado.

Min Seonmi, relacionada siempre con la sultana Kössem por su recto e inflexible humor, era dura cuando tenía que ser dura y nada blanda cuando no lo tenía que ser. A pesar de ser una mujer fría – diferencia de su fallecido y por siempre amado esposo – lo mas importante para ella siempre había sido su aile.

En un mundo tan turbio como en el que vivía la familia Min se encargó de enseñar a sus dos hijos las complicaciones en esa vida oscura, razón por la que muchos podrían tomar que el amor de sus hijos fuera remplazado nada mas que por respeto. No le importaba si aun así se mantenían a salvo.

Cuando se entero que su hijo, la cabeza de la familia y único Alfa Gama presentando después de cientos de años en la familia Min había elegido a un compañero, casi provocó un infarto al mensajero con su gélido silencio y la mirada pesada dirigida hacia el pobre beta.

No dudó en exigir a su hijo su regreso inmediato a Turquía para comprobar con sus ojos que Yoongi, de similar temperamento a ella, había marcado un omega. Había esperado tal pronta unión de Kulem, quien siempre se caracterizó por ser demasiado blando y amable para su propio bien en esa familia; pero ¿Yoongi, su cachorro que no dudaba en matar a sangre fría a cualquier enemigo que se le presentara desde que tenia tan solo nueve años?, ¿el mismo que era considerado cruel y de poca piedad en sus actos?

Mientras Kulem era un remanso de calma y tranquilidad, Yoongi era la tormenta aterida y gélida.

Su predicción flaqueo cuando vio la determinación en Yoongi al defender la fidelidad por su mate, pero ahora cuando estaba en presencia del causante del caos en su familia en los últimos días, supo que tal vez juzgado mal a su hijo.

—Así que eres tú— fue lo único que digo con el ambiente tenso en la mansión. —Tu nombre.

—Jimin— contesta con el mismo todo el omega, pudo escuchar sonidos de sorpresa por la inflexión en sus palabras. El omega vio como la mujer entrecerraba los ojos con suspicacia, pudo sentir el estudio de ella hasta en su alma.

<<Al carajo con los modales.>> Se ordenó Jimin, aquí o en su casa no bajaría la mirada ante ningún alfa, así sea la reina de Inglaterra.

Pudo ver por la esquina de su ojo como Yoongi tenia un atisbo de sonrisa, lo cual era prácticamente imposible para el omega. Decidió volver a centrar su atención en el alfa que lo estudiaba tan vigorosamente, y cuando la mujer lo miró a los ojos, hizo lo que pudo para sostenerle la mirada. El sonido del reloj en el salón era el único sonido que se escuchaba en toda la casa.

—Bien, comamos— enunció por fin la matriarca. Se escuchó un suspiro de alivio incluso en el rincón mas alejado de la casa.

—La reunión con la madre de Yoongi fue... mas tranquila de lo que esperaba Jimin. Mientras comían en los jardines cercados al hábitat de las aves de la casa, el omega pudo todo de si para no distraerse demasiado con los pavos reales y concentrarse mas en las cuatro preguntas que le hizo la alfa en toda la comida.

''¿De dónde vienes?''

''¿Cuántos años tienes?''

''¿Qué estudiaste y que artes dominas?''

''¿Cuándo y cómo conociste a Yoongi?''

Pudo responder las tres primeras preguntas sin problema, y empezó a tutear a la mujer cuando ella también lo hizo, lo que volvió más cómoda la conversación. Por obvias razones, se trabó con la ultima pregunta y al ver la mirada impaciente de la mujer Yoongi contesto inmediatamente por él. Para desgracia de Jimin, le contestó en su idioma madre.

Cuando el alfa terminó de hablar, Jimin pudo ver un brillo en los ojos de la madre antes de dirigir su mirada de nuevo a su persona ante lo que sea que el alfa dijo. Buscando ayuda en sus acompañantes, el castaño les preguntó con la mirada si eso era bueno o malo y cuando le dieron una sonrisa tenue soltó el aire que no sabía que tenía retenido hasta ese momento.

Después de eso los alfas sugirieron conversando en turco, lo que Jimin agradeció internamente de que la atención no estuviera puesta solo en él, así que decidió seguir comentó su manti en soledad mental.

La mujer se retiró cuando el sol se empezó a ocultar en el horizonte, cuando Jimin la despedía con Yoongi y todos los empleados, la mujer le dio una ultima mirada al omega antes de asentir en aprobación hacia Yoongi. Cuando el auto desapareció por las enormes puertas de la entrada, el castaño sintió la tranquilidad volver en el ambiente.

—Realmente los alfas de esta familia tenían algo para imponerse a donde sea que vayan — confesó Jimin mientras jugaba con los anillos en sus dedos, los omegas exclamaron un sonido en aceptación.

—Lo hizo bien, hürrem — declaró Elit acomodando su cabello mientras Kenia y Edith se encargaban de quitarle las joyas en sus tobillos. Después de un cómodo silencio, Jimin no pudo cerrar su boca y expresó su duda.

—¿Quién era el chico pelirrojo que estaba con Yoongi antes de que llegáramos? — esa pregunta estuvo en la punta de la lengua de Jimin en toda la tarde, era mas curiosidad que nada y no estaba dispuesto a peguntarle al turco, por alguna extraña razón sintió que se veía como una de esas mujeres cuando conocen a las secretarias de sus maridos.

—Él es... Hoseok, hürrem — respondió Edith, el ambiente alegre en la habitación por alguna razón se había vuelto tenso.

—Ah... ya veo, ¿no les agrada? —preguntó esta vez.

—No es eso hürrem, Hoseok es nuestro compañero después de todo, pero... tiene una actitud que desaprobamos— contesta esta vez Elit, el omega pudo notar que de las tres ella era la mas seria. Jimin asintió y se guardó sus otras preguntas, pensó que sería mejor responderlas por sí mismo al ver la poca cooperación de parte de las mujeres.

—¿Qué fue lo que Yoongi contestó a la ultima pregunta de su madre? — expuso esta vez con mas fisgoneo en su voz, las sonrisas volvieron al rostro de sus acompañantes.

—Creo que esa es una pregunta que el amir debe contestas, hürrem — sonrió Kenia cuando le quitó el ultimo anillo en la mano derecha y lo guardaba en el enorme tocador dorado a su derecha.

Jimin resopló rendido y decidió dirigir su conversación a otros temas, cuando as mujeres iban a quitarle sus ropas insistiendo en que era un honor para ellas ante la negativa de Jimin, fuertes pasos se escucharon en la entrada. Todos callaron, esperando la próxima acción en la persona tras la puerta, cuando el sonido de toc toc se escuchó sobre la puerta de roble, las omegas volvieron a su postura recta. Jimin iba a preguntarles por qué lo miraban a la expectativa cuando se dio cuenta que él debía dar el permiso de estrada.

—O-oh... ¡pase! — dijo apresuradamente, aun no se acostumbraba a la idea de que ese espacio era suyo. Antes de que la figura de Yoongi entrara por la puerta, Jimin ya había logrado captar su esencia en el pasillo.

Amir— se inclinaron las mujeres, el alfa contestó con un gesto de saludo.

—Pueden retirarse— indicó Yoongi. Las omegas se retiraron ignorando de manera no deliberada la mirada suplicante del castaño para no dejarlo solo. Cuando la puerta se cerró, Jimin alzó la cabeza hacia el alfa.

—¿Ocurre algo? — pregunta el castaño tras varios segundos de un incómodo silencio, ante el mutismo del alfa, el omega trató de evitar los pesados ojos dorados y le dio la espalda mientras trataba de desprender los nudos que sostenían su prenda superior para quitar el sofocamiento que tenía, sentía que el olor del alfa lo estaba volviendo mareado de alguna forma. Abrió los ojos sorprendidos cuando sintió el toque de Yoongi quitando sus manos.

—Déjame a mi— murmura bajo el alfa atrás suyo, Jimin se quedo como estatua al sentir le respiración caliente atrás suyo. Por alguna razón no pudo negar el toque del turco y tampoco pudo controlar el incremento de feromonas de su parte, nuevamente, la mordda en su cuello volvió a palpitar.

Como si el alfa sintiera la sensación en el cuello de Jimin dirigió su mano a la marca. Ante el tacto frío de la mano de Yoongi, el castaño soltó un jadeo cubriendo su boca en el acto.

—¿Duele? — le preguntó en un susurro el alfa.

—N-no— trató de componerse Jimin, pero las feromonas de Yoongi en respuesta a las suyas realmente no ayudaban. Sabía que la mordida de un alfa paraba el celo en los omegas; sin embargo, aún quedaba restos de su calor en su cuerpo. Podo escuchar como Yoongi daba una profunda inhalación en su cuello, captando el olor dulce desde la fuente.

Jimin inclinó su cabeza mientras sentía una de las manos del alfa alzando la tela de su shenti y tocar los muslos de manera lenta, yendo arriba de la rodilla hasta su cadera, donde aprestó fuertemente. La mano que estaba en su cuello se deslizó por su cintura y se detuvo en su pecho para rozar por un momento de sus pezones sobre la textura de la tela.

—Ah...— suspiró el omega mentas daba completo acceso al alfa en su cuello. Todas las alarmas en su cabeza volvieron a soñar como en la noche de su celo, y como en ese momento, las volvió a ignorar.

Sus lobos volvieron a ganar a su conciencia y dominaron por completo sus sentidos. Las feromonas de ambos dominaron por completo el lugar, combinándose se una manera perfecta que confirmaba que eran totalmente compatibles; el alfa de Yoongi gruño en aprobación ante eso y Jimin no pudo negar que había una atracción más allá de sus personas entre ellos. La mano en la pierna de Jimin se detuvo en al curvatura de sus glúteos y el omega respingó en expectativa, cuando su otra mano se deslizaba lentamente en su vientre.

Como si volviera a la normalidad, se alejó apresuradamente de Jimin, quien trató en poner a trabajar de nuevo su cerebro. Se giro a ver al turco, no quería admitirlo pero su omega se preguntó por qué se detuvo.

—Espero estés cómodo con tu estadía— dijo el alfa con un tono mas claro, como si su voz también se estuviera recuperando de los últimos segundos. Su expresión que normalmente era estoica y sin emoción muraba a Jimin de una manera extraña que el omega no entendió—. Mañana vendrá un doctor a revisarte en la mañana, descansa por hoy. — continuo el alfa volviendo a su expresión seria. Jimin no contestó y después de unos segundos Yoongi le dio la espalda para retirarse del lugar.

Cuando la puerta se cerró, Jimin trató de regular su agitada respiración.

¿Qué carajos había pasado?

Aile: familia

Manti: platillo turco, consiste en pequeñas albóndigas hechas a mano rellenas con carne picada de cordero y ternera que luego se cubre con una cremosa salsa de yogur.

Senthi: es como una falda para hambres

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