CAPITULO 71.
—Ha sido un error decírtelo hasta ahora, pero ocultarlo me ha traído el mismo resultado al que le teníamos miedo.
Soo Bin, con una expresión más tranquila, mira a Tae Hyun a los ojos, buscando aclarar su mente.
—¿Y cual sería?
—Perderte.
Soo Bin regresó a la sesión con pasos silencioso y con la mente en blanco, dejándose guiar obedientemente por el equipo de Vogue hasta uno de los jardines exuberantes. Los árboles altos y frondosos proporcionaban una sombra refrescante bajo el sol de la tarde. El entorno era una verdadera maravilla, con rosales en plena floración y un aroma dulce que llenaba el aire.
Soo Bin observa a las asistentes que cuidadosamente ajustaban su vestuario y las joyas que llevaba, moviéndose con una precisión casi estresante. A pesar de la atmósfera tensa que había dominado antes de su descanso, ahora el equipo parecía encontrar su ritmo. Mientras posaba bajo el dosel de un árbol, Soo Bin mantenía una mirada intensa, su mente todavía revuelta por las revelaciones de Tae Hyun.
Nota a Yeon Jun a lo lejos, rodeado de asistentes que le entregaban papeles que él observaba por breves momentos antes de firmarlos y pasar al siguiente manojo. Y aunque estaba a cierta distancia, la presencia del alfa llenaba el lugar. Era como si el espacio se contrajera y expandiera en torno a él.
Soo Bin observa a Yeon Jun mientras su corazón latía con un ritmo diferente al habitual. Yeon Jun, inmerso en su labor, no nota el escudriño de Soo Bin, quien observaba en silencio desde la distancia. De repente, un movimiento extraño surge desde su cuerpo, sintiéndose desde su vientre. Soo Bin respinga y se dobla con sorpresa, poniendo a todos alerta.
La sorpresa en la expresión de Soo Bin es innegable, y por un breve instante, el silencio se cierne sobre el jardín. Todos los presentes, fotógrafos, asistentes dejan de lado lo que estaban haciendo y dirigen sus miradas hacia él.
En un abrir y cerrar de ojos, Yeon Jun se encuentra a su lado, con preocupación reflejada en su rostro.
«¿Cómo llegó tan rapido desde tan lejana distancia en la que se encontraba?»
—Soo Bin, ¿estás bien? —pregunta con urgencia, observándolo con ojos llenos de angustia, ignorando la interrupción que sucedió debido a su reacción.
Soo Bin tarda unos segundos en responder, aún un poco sorprendido por lo que acaba de experimentar. Mira a Yeon Jun y se lleva una mano al vientre.
—Patadas... —susurra con asombro. Lo que acababa de sentir no podía ser otra cosa que el movimiento de sus bebés. La emoción se mezcla con su sorpresa, y una sonrisa nerviosa se forma en sus labios. —Creo que acabo de sentir a los bebés, Yeon Jun. Sus patadas, son... sorprendentes.
Yeon Jun, al darse cuenta de lo que realmente sucedió, suaviza su expresión con alivio. Su corazón latía rápido debido a la preocupación, pero ahora una sonrisa parece querer formarse con extrañeza entre sus labios. Quiere decir algo, pero nada sale de sus labios después de un rato. Su mano rodea a Soo Bin desde la cintura, y le ayuda a incorporarse con cuidado, el omega detiene sus movimientos.
—¿Quieres...?
Yeon Jun se queda inmóvil, con una expresión de confusión que congela a todos. Soo Bin siente el cuerpo del alfa tenso, y se prepara para una negación de su parte. Quiere separarse, pero la mano que le sostiene se desliza con suavidad hasta posarse en su vientre, donde sus bebés aún parecen estar en movimiento. El omega observa el cambio en las facciones de Yeon Jun casi de inmediato: Su rostro—e incluso olor—se vuelven dulces, envolviendo a Soo Bin a su alrededor, quien tiene el impulso de perfumar todo el cuerpo de Yeon Jun por la aceptación de la fuerza de sus cachorros. Pero no lo hace, y decide mantenerse calmo mientras observa en silencio la emoción de Yeon Jun, moviendo su mano una y otra vez sobre la curva de su estómago.
El mutismo sigue entre ellos, solo interrumpido por el rumor distante de la sesión de fotos que continúa alrededor de ellos.
Nadie se atrevió a interrumpir, y el silencio persistió mientras Yeon Jun continuaba a su lado por un buen rato, acariciando su vientre.
El Hospital Greek es un referente de excelencia en Obstetricia. Con una reputación bien ganada a lo largo de los años, conocido por brindar atención médica de primer nivel en el campo de la obstetricia y ginecología había logrado establecerse en un puesto importante de popularidad en Europea y Asia. Su equipo de especialistas altamente capacitados y sus instalaciones de vanguardia han convertido al hospital en una elección destacada para parejas que buscan atención prenatal de la más alta calidad.
El hospital estaba equipado con tecnología de punta para el monitoreo de embarazos, contando con un equipo de obstetras, ginecólogos, y enfermeras altamente experimentados en el cuidado de las futuras madres y sus bebés.
La privacidad, es sumamente estimada, por lo que Soo Bin hacia sin presión alguna los chequeos continuos de sus bebés. Además, una característica distintiva del Hospital Greek, es que todo su personal está compuesto por omegas, lo que ha contribuido a crear un ambiente cómodo para él.
Belma y Soo Bin habían elegido cuidadosamente este hospital no solo por su reputación médica, sino también por su reputación humanista.
A pesar de seguir consultando con Chang Bin las necesidades médicas de emergencia relacionadas con su embarazo o los cambios en su género, Soo Bin ha optado por un enfoque más convencional para llevar su embarazo de la manera más normal posible, sin estar rodeado de la tecnología y los protocolos habituales del clan. Yeon Jun, aunque con algunas pequeñas reticencias, respetó la decisión de Soo Bin, siempre y cuando el centro médico se encontrara en Turquía, o lo suficientemente cerca para monitorear y financiar cualquier necesidad o contingencia que surgiera.
Aunque la lujosa decoración y las sillas cómodas eran agradables, las paredes blancas y la sensación de asepsia que flotaba en el aire parecían abrumadoras. Tumbado en la camilla no podía admirar mucho, pero sus expresiones parecían muy sinceras para el Dr. Dogan, quien exhalaba ligeras risas cada vez que Soo Bin hacia una cara molesta cuando comenzaba a aplicar el gel sobre su vientre.
—Después de tantas veces, pensé que ya se había acostumbrado, señor Hasmet.
Soo Bin sonríe débilmente mientras el médico continua con su trabajo. Había experimentado muchas ecografías a lo largo de su embarazo, y aún así no podía evitar sentirse incómodo en ese ambiente médico.
—Creo que nunca me acostumbraré.
El Dr. Dogan asiente con una sonrisa y comienza a buscar las imágenes de sus bebés en la pantalla. Soo Bin da una ligera mirada hacia sus pies, donde Yeon Jun se encuentra parado, escudriñando los movimientos del doctor con intensidad.
Después de la sesión, y felicitaciones incómodas por parte de todo el equipo de trabajo, los dos se dirigieron en silencio hasta acá. Nunca los hacían esperar, por lo que no pudieron tener de esas charlas aburridas que Soo Bin siempre veía que tenían las parejas en la sala de espera. Así que decidió callar, al igual que Yeon Jun.
Soo Bin seguía repitiendo las palabras de Tae Hyun una y otra vez en su mente, sintiéndose desconectado incluso mientras los enfermeros lo vestían con la bata habitual. Fue entonces cuando la sala se llenó de sonidos suaves: latidos cardíacos que se escuchaban suavemente a su lado. Poco a poco, las figuras de sus pequeños comenzaron a tomar forma ante sus ojos, interrumpiendo sus pensamientos preocupados.
—Ahí están —anuncia el médico mientras señalaba a los bebés en la pantalla. —Miren sus pequeños corazones latiendo.
Soo Bin inhala con fuerza, recibiendo con cariño esta imagen que se ha vuelto tan familiar ante sus ojos. Nunca podría acostumbrarse a ese tipo de emoción cada vez que los veía; sus bracitos y piernas diminutas, y los pequeños bombeos de sus corazones que llenaban todo a su alrededor.
—Son hermosos —susurra Soo Bin con un hilo de voz. Su rostro gira al frente, buscando la imagen que siempre le acompañaba en esas ocasiones.
Ah, ahí está de nuevo, esa expresión.
Incluso en medio de sus conflictos, Soo Bin no se atrevió a privar la paternidad de Yeon Jun de ninguna forma, y por ello, el alfa siempre lo acompañaba a sus citas médicas. La primera vez, tras vislumbrar la primera imagen física de sus cachorros, Soo Bin comprendió el profundo vínculo que Yeon Jun estaba tejiendo con los bebés en cada uno de esos encuentros. Su instinto lo impulsaba a mantener al alfa cerca, fortaleciendo aún más ese lazo entre él y sus bebés.
—Por las patadas, puedo ver que serán realmente fuertes —murmura Yeon Jun después de un momento de silencio, observando la pantalla ensimismado.
El médico, contento, exclama: —¡Oh! ¿Han sentido las patadas? ¡Felicidades!
Luego, con sensibilidad, agrega: —Para asegurarnos, ¿aún planean mantener en secreto los géneros de sus bebés hasta el parto?
Las palabras del médico generan una tensión inmediata en Soo Bin. Había hablado con el Doctor Dogan por teléfono hace unos días acerca de la posibilidad de conocer de antemano los géneros de sus bebés y su deseo de mantenerlo en secreto hasta el parto. Sin embargo, siendo un tema de debate en el clan, decidió tomar esta decisión unilateralmente sin consultarlo con Yeon Jun. Por lo que mantiene sus ojos en las expresiones del alfa ante esa nueva información. No hay alguna expresión que denote incomodidad o enojo, por lo que Soo Bin asiente con seriedad, reafirmando su elección.
—Sí, así es. Queremos mantenerlo en secreto hasta el parto.
El médico asiente respetuosamente y procede con la ecografía con incomodidad, posiblemente notando el cambio en el ambiente.
— Bueno, ¿y el parto?
El coche avanzaba por las calles de Estambul con un inusual silencio en su interior. La atmósfera se había vuelto tensa y cargada de incomodidad, como una densa capa que parecía llenar el espacio entre Soo Bin y Yeon Jun. Ninguno de los dos hablaba, por lo que era difícil establecer un parámetro para empezar o no una conversación.
Por lo general, sus regresos implicaban vehículos separados, con Soo Bin siendo conducido al aeropuerto para regresar a Kilyos, a la Mansión Mavi. No obstante, en ocasiones agitadas como esta, donde el ritmo del regreso al trabajo le resultaba agotador, Soo Bin optaba por quedarse en el palacete durante un día y abordar al día siguiente por la mañana. Cuando se quedaba en Estambul, Yeon Jun se dirigía a la propiedad principal de La Roja, y permanecían separados a menos que hubiera necesidad de pasar la noche juntos, según la elección de Soo Bin.
Tras la consulta, de manera inesperada, Yeon Jun tuvo que recuperar algunos documentos en el palacete, por lo que no necesitaba desviarse para dirigirse a la propiedad principal. De igual modo, Soo Bin decidió tomar el mismo auto, subiéndose sin proporcionar alguna explicación cuando Yeon Jun le miró extrañado. También—y nuevamente de forma casual—, Yeon Jun eligió conducir por sí mismo, liberando a su séquito, que se adelantaría a las instalaciones de la Eve. La mayoría de ellos partiría al día siguiente hacia Arabia Saudita, a la región de Hiyaz, para prepararse para el Hach de ese año.
Soo Bin, en un gesto que no precisó explicar, decidió ocupar el asiento del copiloto junto a Yeon Jun. El alfa no mencionó nada al respecto.
—¿Por qué has decidido al parto en agua?
Las palabras de Yeon Jun rompen el tenso silencio del interior del auto, dejando que los dos puedan respirar con normalidad. Soo Bin desvía su mirada del camino para encontrarse con los ojos del alfa, y una pequeña sonrisa curva sus labios con incomodidad.
—Sí, aún he pensado en eso —responde con calma, aliviado de que Yeon Jun hubiera dado el primer paso para abrir una conversación—. He investigado sobre los beneficios de un parto en agua. Dicen que puede ser una experiencia más relajante tanto para mi como para los bebés. He tenido en cuenta el riesgo, por lo que he pensando en establecer equipo médico cerca si es necesario.
Yeon Jun asiente, aliviando gradualmente algo de tensión en sus hombros.
—Como decidas, me encargaré de preparar todo para estar listos en ese día.
Soo Bin hace un sonido de afirmación corto, para después reclinar su asiento y acomodarse. Yeon Jun debe notar su expresión de incomodidad por lo que pregunta de inmediato.
—¿Qué sucede?
Soo Bin suspira y lleva una mano a su espalda.
—No es nada importante, solo me duele un poco la espalda. Supongo que estos cambios en mi cuerpo empiezan a hacerse notar —responde Soo Bin, manteniendo una sonrisa apacible mientras se acomoda en el asiento—, la señora Arundhati me ha ayudado con medicinas herbales que me han funcionado.
Yeon Jun frunce en ceño, dando un ligero vistazo a su lugar.
—¿Sigues yendo con esa espiritista hindú?
—No es espiritista, es una medica especialista en herbolaría, además de una omega revolucionaria que habla de temas sociales y políticos en diversos foros y organizaciones internacionales. A diferencia del psiquiatra que anne ha contratado, me siento más en paz cada vez que la señora Arundhati va a verme en la mansión.
Después del quiebre en su relación, Soo Bin se encontró buscando desesperadamente una forma de sanar las heridas internas que parecían consumirlo. La privacidad y la discreción se habían vuelto esenciales en un momento en que los ojos del clan y de los medios estaban puestos en él. Fue entonces cuando decidió volver a recurrir a la señora Arundhati y al templo Kalij.
A pesar de que le llevó casi una semana a Mariam establecer contacto con la médica, no perdió tiempo en pedir su ayuda desde la primera llamada. Soo Bin sabía que la señora Arundhati había sido un recurso invaluable en los días turbulentos que había atravesado. El embarazo era solo una de las capas de su sufrimiento.
La pudrición de su marca, con todos sus síntomas y el dolor insoportable que conllevaba, también era parte de su tormento.
Soo Bin había llegado a la conclusión de que la condición de su marca estaba relacionada con una combinación de factores, pero la señora Arundhati le había revelado la verdadera raíz de su sufrimiento. Según ella, todo emanaba desde el interior de su lobo y su negación de aceptar que llevaba la marca de un alfa que, a sus ojos, lo había traicionado. Por lo que todo el proceso de sanacion entorno a eso dependería de él y de Yeon Jun.
"—Como nuestra historia, y como la incertidumbre del futuro que nos depara. La relación entre un alfa y un omega jamás debería estudiarse desde un ojo científico, sino desde un latido del corazón—", respondió ella cuando Soo Bin expresó su duda sobre la posibilidad de reconciliación entre él y Yeon Jun.
Soo Bin veía en principio absurdas muchas de sus palabras, pero había entendido y resuelto muchas de sus frases enredosas con cada proceso de su terapia.
Tal vez por fin podría encontrarle algún sentido a esta.
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Espero les guste el capitulo!! ❤️
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