CAPITULO 14
Cuando Soo Bin salió de la enfermería acompañado de Tae Hyun —después de tranquilizar la discusión entre los alfas— se sintió aún más tranquilo que en los pasados días. Donde antes estaba la culpa de salir indemne del ataque, ahora se encontraba el sentimiento de sosiego en su persona.
Fue enorme su sorpresa y casi jala del susto a Tae Hyun cuando vio a los alfas en dos hileras pegados a la pared mientras daban una reverencia, dio un jadeo en comprensión cuando interpretó la acción.
Sentía que jamás podría acostumbrar a esa clase de respeto.
—Hürrem, perdone nuestra grosería por no recibirlo como se debía —dice un hombre castaño a su derecha, la placa en su pecho lo identificaba como Myung.— Tae Hyun no nos informó de su visita.
—Precisamente para evitar esto, sinirleri titriyor [están temblando de los nervios] —contesta el brasileño a su lado, provocando una mirada irritada en todos—. Están poniendo nervioso a hürrem.
El omega no pudo estar más de acuerdo con el alfa, jamás en su vida había visto a alfas inclinándose a un omega, era algo jamás visto en Occidente—. No esperaba que mi presencia les provocaría tantas molestias, disculpen.
De un salto todos se incorporaron rápidamente, Soo Bin no los podía ver bien cuando estaban inclinados pero ahora podía ver que la seguridad de Yeon Jun sobrepasaba las treinta personas, sin contar cuántas se encontraban en la mansión y en la empresa.
—Lo sentimos hürrem, su presencia aquí es un honor, no es una molestia en lo más mínimo... solo fue imprevista —habló otro alfa al lado del castaño, el omega casi lo confunde con un gorila, estaba seguro que medía más de dos metros y su voz gruesa realmente le causaba escalofríos.
—No soy su amir, no es necesario que se muestren tan rectos, no estamos en el ejército —Soo Bin trató de apaciguar el ambiente tenso. De alguna forma sus palabras funcionaron y pudo ver una postura menos rígida en sus hombros.
—¿Hay algo que podamos hacer por usted ya que está aquí, hürrem? —pregunta Min Gyu, el primer hombre que vieron al entrar aquí, Tae Hyun mira al castaño interrogándole silenciosamente. La mirada expectativa de todos solo volvió más incómodo a su omega.
—Tal vez...seria bueno dar un vistazo —susurra con un tono de pregunta, no muy seguro de su respuesta. Tae Hyun siente en respuesta y se dirige a los alfas.
—Evet, duydun. Ben ve Min Gyu bununla ilgileneceğiz, eğitimlerinde ihmalkar olduklarını görmek istemiyorum, bunun için bir saat daha antrenman yapacak. —brama el alfa con un tono fuerte y Soo Bin se sorprende, el Tae Hyun al que está acostumbrado a ver era muy diferente al que era cuando trabajaba. Todos asintieron a lo que dijo y se inclinaron una vez más hacia Soo Bin, los únicos que se quedaron mientras todos salían del pasillo fue Min Gyu y el hombre oso llamado Rocky.
—¿Qué les dijiste? —cuestiona Soo Bin curioso. Tae Hyun cambia su expresión y vuelve a su postura tranquila.
—Solo hice mi papel de jefe aquí —contesta mientras sonríe, Min Gyu hace un sonido molesto a su lado.
—Solo es un hablador, hürrem. Se quiere lucir su puesto de sag el —expresa el de cabellos blancos y a pesar de lo dicho, Soo Bin pudo identificar un tono de camaradería, no había envidia por ningún lado.
El alfa alto no dijo nada y se quedó estático, el omega se preguntó si siquiera respiraba, decidió quedarse con la duda cuando lo empezaron a guiar por todo el lugar.
Por alguna razón no era tan terrorífico el lugar como pensaba, era algo gris pero con una razón esperada de un lugar de entrenamiento. El alfa llamado Rocky y Min Gyu empezaron a ser menos rígidos y cortos en sus palabras conforme iban avanzando en su recorrido, en parte Soo Bin les dijo que no era necesaria mucha formalidad de por medio; sin embargo, aún se negaban a hablarle de "tu" insistiendo con el "usted".
—Sus cuartos son enormes —dice Soo Bin al ver la distancia de uno a otro espacio.
—Son insonorizadas también, estamos acostumbrados a estar juntos todo el tiempo pero también ocupamos privacidad —le explica Min Gyu señalando las puertas.
—En los celos también es necesario, especialmente si vienen acompañados, como usualmente lo hacen cada fin de semana —regaña Tae Hyun, Min Gyu se pone a su lado y le da un codazo.
—Como si no fueras igual, hürrem ya debió haber notado que tan casanova puedes ser —bromea el rubio, el brasileño se arrebola mientras le regresa el golpe.
—Cállate —susurra molesto, Soo Bin se encuentra divertido de descubrir otra faceta en el alfa despreocupado.
—No deberían bromear en presencia de hürrem, muestren respeto —habla Rocky, en todo el camino solo había dicho uno o dos monosílabos, así que el castaño prefirió dirigir sus preguntas a Tae Hyun.
—No te preocupes, no me molesta, me siento más cómodo así —responde Soo Bin dándoles una sonrisa amable.
De repente Tae Hyun no era el único ruborizado.
—Hürrem es increíble, estoy feliz de que Amir esté con él y no con ese pelirrojo estirado, aunque es mejor opción que Bu...
El susurró de Min Gyu es interrumpido con otro golpe de Tae Hyun, la advertencia en sus ojos. El omega estaba concentrado en seguir viendo los entrenamientos a través de las ventanas cuando la conversación entre los alfas ocupó toda su atención.
—¿Ese pelirrojo, te refieres a Woo Young? —pregunta mientras se acerca a ellos, intenta contener la tensión en su voz. Ante el nombre, los tres alfas pusieron una expresión fría.
—¿Ya lo ha conocido? —murmura Tae Hyun y Soo Bin asiente.
—Solo dos veces, está trabajando también en la empresa, Yeon Jun lo asigno para mi cuidado ahí —explica Soo Bin. No piensa decir nada más, no quería causar malentendidos y prefería arreglar ese tipo de cosas por sí mismo, pero ocupaba información para saber cómo actuar.
—¿Cómo es con usted, hürrem? —pregunta esta vez Min Gyu, el tono alegre había desaparecido y Soo Bin duda en responder.
—Es... educado —tartamudea Soo Bin y siente su lengua picar por la mentira. Las expresiones en los tres se relajan, pero el castaño ve un brillo inseguro en Tae Hyun.
—¿Educado?, ese recesivo es un küstah, siempre nos mira como si fuéramos simples esbirros —espeta Rocky.
—Sus aires de superioridad fueron producto de sus acciones para trepar a la cama de...
—¡Min Gyu! —silencia Tae Hyun con tono duro.— Rocky tiene razón, hürrem es el omega principal de toda la familia Hasmet, conoce tu límite.
La presión en el ambiente casi ahoga a Soo Bin y trata de soltar un olor calmante.
El rubio asiente, había arrepentimiento en su expresión y Soo Bin solo siente su curiosidad aumentar más.
—Lamentó mis palabras hürrem, a veces soy muy hablador para mi propio bien —se inclina el alfa frente a Soo Bin.
—Está bien, fue curiosidad mía de todos modos —asegura el castaño.
Cuando terminan el recorrido Soo Bin siente más inseguridad incrementar en su omega.
La despedida fue casi tan exagerada como la bienvenida de todos. El omega estaba seguro que un día les dolería la espalda de tanto forzar su espalda a inclinarse, pero acepto las palabras amables de todos.
De regreso en el auto con Tae Hyun, un silencio incómodo que pensó que jamás tendría con el brasileño se hizo presente. Sus preguntas rasgaban desde su garganta, impulsadas por la duda en su lobo y las palabras brotan de la boca de Soo Bin antes de que pueda contenerlas, por qué no importa lo que su orgullo puede traer, no fingirá más indiferencia ¿Qué es lo que quiso terminar de decir Min Gyu?
Tae Hyun se tensa mientras agarra el volante; sin embargo, no quita su mirada del camino y se recompone rápidamente.
—No es nada importante hürrem —termina diciendo, tratando de darle una sonrisa despreocupada.
—Tae Hyun —advierte Soo Bin por el nombre usado en él, parecía que su relación había vuelto a un principió y el vestigio de una amistad se encontraba más lejana—. Aparte de Mina, Arin, Moon, eres en quien más confió. No me mientas.
Golpe bajo, nada propio de él usar ese tipo de manipulación, pero Soo Bin no permitirá a su omega ser más lacerado de lo que estaba ya. El alfa le da una mirada que no pudo entender.
—No le gustará la verdad —advierte con una mueca, Soo Bin niega.
—Lo se —responde seco, viendo la vegetación mientras la lluvia cae recuerda que ya estaban en la temporada del comienzo de lluvias. Una fecha importante está en su cabeza, pero era irrelevante para Soo Bin averiguar cuál.
—Lo siento —habla Tae Hyun a su lado, y él omega vuelve su vista a él—. Mi deber es protegerte, no empeorare lo que tu omega está pasando ahora.
Por el rostro del alfa, sabía que no iba a sacarle más. Soo Bin da un suspiro cansado y cierra sus ojos.
Tendría que encontrar otra forma de saberlo.
Yeon Jun suspira pesadamente, el mar de sus pensamientos en los últimos días hacen que sienta la corbata a su alrededor apretar su cuello vehemente y se la quita con un movimiento hábil.
Woo Young ya se había ido, a pesar de la insistencia de quedarse más tiempo, Yeon Jun le ordenó retirarse para no preocupar más a su abuelo por la hora. La soledad en todo el primer piso se asentó aún más cuando se retiró en el ascensor; pero Yeon Jun sintió que ya estaba presente desde que cierto alguien estuvo ausente en todo ese día.
Gira su silla para dar de frente con la luminosidad de las luces, el conticinio ya se estaba haciendo presiente en la bulliciosa Estambul.
Fuera de los problemas con los Yilmaz y la fecha próxima a la fiesta de kış de su familia, su atención se dirigió en el omega de carácter acérrimo en su vida.
Antes de que sus subordinados le dijeran algo, él ya había sentido la aflicción en el omega. A pesar de lo que cualquiera puede pensar y los estudios de la sociedad, un alfa puede sentir las emociones perjudicantes que su mate puede sentir. Si es un AG, ese sentido solo se aumenta al triple.
Yeon Jun era un persona muy poco empatica, al extremo de inexistente. Su educación y las experiencias que había vivido lo habían orillado a obligarse a no sentir nada, no importa la situación o persona. Agregándole su alexitimia solo podía esperar un fracaso futuro si se unía con alguien.
Había sido duro, lo sabe. No era mucha la implicación de que el castaño lo desobedeciera—algo a lo que no estaba acostumbrado—sino que era más la situación peligrosa a la que se había expuesto.
Desde que lo conoció, siempre había dado la imagen de un omega poco común, diferente a los de su segundo género. De cierta manera esa fue la primera característica que llamó su atención y se había hecho costumbre que cada vez que quisiera tener a alguien, no habría mucho esfuerzo que poner.
Ahora, se sentía inquieto y cada vez que llegaba a casa ponía sus sentidos al tope para buscar, de manera casi inconsciente, al pequeño ôglan. Algo claramente poco propio de su persona.
El tener un omega era una idea muy lejana en sus planes, el matrimonio horrible de sus padres solo acrecentó sus deseos de no marcar a nadie. Sin embargo, no era un hijo de puta que tratará a su mate como una máquina para hacer crías.
Una parte de Yeon Jun se sintió irritado al ver la similitud al matrimonio que tanto odiaba en su unión. El ignorarse, la falta de interés, casi nada de comunicación, etc. Rasgos característicos de sus padres.
Sentía que estaba haciendo las cosas de mal en peor, pero no sabía cómo actuar o que hacer. Por primera vez en toda su vida no estaba muy seguro de sus acciones y eso le molestaba.
Viendo la ciudad frente a él su mente recordo la información que se le proporcionó de Soo Bin y un dato trascendente hizo eco en su cabeza.
Mientras salía de su oficina, siendo como casi siempre el último en todo el edificio en irse a casa —a excepción de algunos trabajadores y los vigilantes del turno nocturno— su cerebro empezó a formular opciones para hacer una vez que llegara a casa.
La luz de la mansión lo recibió apenas el auto cruzó las rejas de metal, en los alrededores había hombres caminando mientras vigilaban los límites de la casa.
Cuando bajo, Berat lo estaba esperando como siempre lo hacía, junto con Tae Hyun.
Había visto al alfa esa mañana cuando le pidió permiso para llevar a Soo Bin a la eve. Las bayanlar le habían manifestado sus preocupaciones por él omega cuando llegó a casa la noche anterior y su alfa también estaba algo inquieto.
No le molestaba que Soo Bin fuera al complejo de sus hombres, no había lugar más seguro para el castaño que ahí; pero el ligero matiz dulce de tulipanes y fresas en Tae Hyun, lo hizo consciente de su agudo sentido del olfato y de la proximidad del brasileño y su omega.
Era algo esperado si pasas la mayor parte del día con un omega o un alfa, el resultado obvio eran las feromonas adheridas a tu persona pertenecientes a la otra.
Aún así no pudo evitar el ligero fastidio de su lobo.
Berat y Tae Hyun dieron una ligera inclinación cuando entró a la mansión, el moreno se adelantó y como había instruido, estaba listo para darle información de todo lo que el omega había hecho ese día.—Hürrem hoy...
—No es necesario que me digas, yo mismo iré a verlo —lo cortó rápidamente, intento no sonar tan duro pero su alfa estaba irritado en ese momento por el brasileño; así que, fue difícil menguar su enojo. Tae Hyun captó el olor amenazante y se desestabilizó por un segundo.
No se atrevió a decir una palabra más mientras veía a su amir dirigir sus pasos a las alas de Soo Bin.
Soo Bin se encontraba mezclando los botes de pintura en el extremo del caballete, había sido cuidadoso en no derramar manchas en su pijama y mano, pero el alivio lo había inspirado a pintar a esas horas de la noche.
Mina, Arin y Moon lo escucharon atento mientras les hablaba emocionado sobre su día en el Eve.
Últimamente ellas también se habían animado a contarle sus rutinas diarias y definitivamente ir al mercado, cotillear en la cocina y rezar sonaba más entretenido que los próximos días que tendría en la oficina, su cabeza dolía al recordar que tenía que hacer frente a ese omega recesivo y la ignorancia de Yeon Jun. Decidió concentrarse en la imagen frente a él.
Su mano casi hace un trazo mal cuando capta el olor de Yeon Jun en el ambiente, rápidamente se gira para comprobar la presencia nueva.
No era una ilusión, estaba ahí, con su mirada impasible y su habitual figura imponente.
Yeon Jun arruga la nariz con disgusto, su alfa gruñe al captar el olor de otros alfas en el omega, pero decide no decir nada, no viene a pelear.
—¿Interrumpo? —Yeon Jun señala el lienzo, mostrando interés en los trazos diversos que giraban entre sí de una manera desastrosamente hermosa, los colores se interconectaban perfectamente y el don del omega se hizo claro en la obra. El alfa se perdió un momento en los pincelazos y casi podía ver de manera viva como Soo Bin los trazo ágilmente, su madre siempre lo inculcó en todas las artes y no era un ignorante en el mundo de la pintura. Sería una obra muy bella.
Apreció por un momento la pintura sin terminar antes de volver a dirigir su atención al castaño, el cual no dijo nada por un momento y volvió su atención al lienzo.
—Ciertamente si —contesta Soo Bin mientras moja la punta del pincel. No puede evitar sentirse confundido y molesto por la presencia imprevista del turco, quiere arrancar el sentimiento feliz de su omega por tener la atención del alfa. No era una jodida esposa en casa, ¿Qué le pasaba a su lobo?
—Ya veo, discúlpame —dice Yeon Jun mientras empieza a caminar por el espacio, lo que desconcierta a un más a Soo Bin que dio un pequeño vistazo por la esquina de su ojo.
Titubea otra vez en un movimiento de su mano cuando se percata de algo y no puede evitar volver a comprobar las acciones del alfa, desestabilizándose por un momento al darse cuenta que Yeon Jun estaba esparciendo sus feromonas de manera territorial.
Escucha que el alfa vuelve a hablar pero se siente tan confundido que no logra seguir el ritmo de las palabras del turco.
—¿Me estás escuchando? —le pregunta Yeon Jun mientras se pone a su lado, su olor lo vuelve a traer en si.
—Perdón ¿Qué fue lo que dijiste?—susurra Soo Bin dudoso, el alfa alza una ceja escéptico.
—Te pregunté que te gustaría hacer mañana —las palabras de Yeon Jun confunden aún más a Soo Bin.
—¿Mañana? —vacila el castaño.
—Si, mañana —reafirma el turco, abre su boca para decir algo más pero duda. Después de un momento vuelve a hablar—. Es tu cumpleaños si no me equivoco.
La realización se hace presente en el rostro de Soo Bin, ¡Por supuesto!
Ya estaban en diciembre, precisamente el día 04.
Soo Bin sabía que algo en su mente no había hecho click en los últimos días y la inquietud de olvidarse de algo se acentuó aún más ese día.
—¿Puedo salir? —suelta con duda el castaño.
—Conmigo, si —declara Yeon Jun y Soo Bin se desorienta.
—¿Irías conmigo? —interroga el omega rápidamente, no puede evitar la extrañeza en sus palabras.
—Por supuesto, te dije que... —comienza Yeon Jun pero se recuerda aligerar sus palabras, recordar la amenaza de vigilancia no era un buen pie derecho—. Si, te acompañare.
Soo Bin razona por un momento y su cerebro empieza a trabajar rápidamente. Había muchos lugares que quería visitar pero siempre había uno en especial al que quería ver con más añoranza.
—Me gustaría ir a la Ayasofya —expresa decidido, dejando el pincel a un lado se gira hacia el alfa.
Yeon Jun tararea un segundo y asiente en confirmación—. Bien, tus bayanlar te preparan para lo necesario, haré unas cosas en la mañana y regresare por ti a las dos.
Soo Bin se muerde el labio sin poder ocultar su ilusión. Esa basílica siempre fue un destino próximo en sus planes, tanto él como su omega se agitaron en emoción. Sus cumpleaños siempre eran apagados y siempre los celebraba a puerta cerrada, su padre nunca llegaba a probar el pastel que los empleados en la casa le hacían con tanto cariño. Con el tiempo simplemente ya no espero más la llegada de ese hombre.
Salir y hacer algo diferente realmente avivaba aún más su humor y aunque la duda del por qué la invitación no esperada del alfa le hacía estragos en su corazón, realmente se sentía dichoso de poder experimentar más en la ciudad.
—Bañate —vuelve a hablar Yeon Jun, su declaración despista a Soo Bin y no puede ver la expresión en el alfa del por qué tal sugerencia; ya que, se encontraba muy entretenido en el mármol de las paredes.
La curiosidad apaga la grosería en su boca y huele ligeramente sus ropas, estaba seguro que olía bien.
—Ya lo he hecho; Mina, Arin y Moon se acaban de ir —responde dudoso él omega.
—Hazlo otra vez —el tono de Yeon Jun se inclinaba dubitativamente a una orden, Soo Bin ladea su cabeza en cuestión—. Apestas a otros alfas.
El castaño parpadea tratando de comprender el significado de esas palabras y se perpleja al captar la comprensión en la cara ligeramente enojada del alfa. Era una de las primeras expresiones que podía observar con claridad en el turco.
Yeon Jun se gira y camina hacia la salida, desapareciendo por la puerta, dejando a Soo Bin con miles de preguntas encerradas en su boca.
küstah: arrogante.
sağ el: mano derecha.
kış: invierno.
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Lo siento, sé que dije que iba actualizar el viernes pero he tenido días cansados y no me siento bien, mi abuelito está mal y no sé que pueda pasar y eso me tiene como en una cuerda floja, para mí, mi abuelito es alguién muy importante en mi vida y lo adoro con todo mi corazón, esta semana viajaré a visitarlo.
Lo siento por el atraso, ya estoy aquí, si hay doble actualización, no se preocupen! 🥺❤
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