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★ | Capítulo 57

La velocidad y torpedad apresurada en sus pasos hacia que las zapatillas ya incómodas se apretaran dolorosamente en los pies de Jisung. Los pasillos de mosaicos y jade no se habían sentido tan largos desde hace mucho tiempo para él. Y a pesar del gran trayecto que había dado sentía que todavía faltaba mucho para llegar a la sala de reunión.

El eco del adhan parecía proyectarse y alzarse entre los rayos de luz que hacían anuncio del cuarto rezo del día en Turquía.

Era sumamente difícil concentrarse en la brumosidad del momento. Más aún cuando el olor acre del hombre a su lado le abrumaba por la intensidad de emociones que expresaba.

La expresión perdida de Hyunjin le trajo un recuerdo amargo, al día cuando la noticia de su infertilidad se hizo tan presente como real. El vacío en los ojos del alfa parecía el regreso del sentimiento que aún se enterraba más allá de sus entrañas.

Viendo el desespero de Hyunjin, se encontraba volviendo más en el "Te amo" susurrado en el pecho de Minho.

Los pasos de ambos se apresuraron cuando llegaron en la sala del consejo, los muhafiz se movieron rápidamente para abrir la gran puerta cuando observaron a Jisung de lejos. El anuncio de su presencia fue callado con un gesto de su mano. La ostentosidad del momento ya era lo suficientemente intolerable.

La sangre fue lo primero de lo que se percató al entrar, el olor fue lo segundo.

Mirando el piso debajo de sus pies... la pristinidad del mármol ahora solo era un adjetivo inadecuado para el ahora casi negro camino que había pintado la sangre hasta llegar a la figura de Minho.

Si el olor cargado de Hyunjin era pesado en el aire de hace unos momentos, las feromonas de Minho eran casi asfixiantes hasta el punto de ahogar cualquier olor alrededor.

Todos tenían la cabeza baja, temblorosos de captar la atención de la furia que se desbordaba en el hombre.

Jisung observa la espalda de Minho expandirse con cada respiración pesada. La cabeza del hombre gira levemente para mirarlo, la solidez en su expresión le parece tan extraño como el acostumbramiento que tuvo de ella misma en sus primeros acercamientos. Pero apenas se detiene a pensar en eso cuando el recuerdo de su prisa aquí le pega de repente.

La atención del castaño a Minho pasa a segundo plano cuando ve la bola sangrante en el piso. La imagen horrorosa de una cabeza cortada se mostraba con facilidad frente a él. El nauseabundo olor hizo que tapara su nariz y boca en un acto pasmado.

Apenas fue capaz de tragar la bilis que recorría su garganta para ponerle más estudio a ella.

No había cabello dorado, ni ojos azules viéndolo en tonos opacos.

Sus ojos recorrieron la sala, captando la nueva presencia de Changbin; con manchas de sangre adornando su ropa.

La tranquilidad que mostró ante la escena lo desequilibrio en todos los sentidos, pero decidió ignorarlo y seguir buscando al omega Cariporsi.

Después de segundos tensos logro hacerlo, en medio de todas las telas negras con la que se vestía el consejo. La expresión asustada seguía en su rostro a medida que su cuerpo temblaba.

Hyunjin también lo vio, un suspiro de alivio rebosando en su corazón mientras observaba al omega verlo devuelta. Con los dientes apretados y las manos en puños, no tuvo más opción que apartar la mirada con un aire de frialdad.

Jisung apenas pudo permanecer su atención en la escena de turbación entre Hyunjin y ese omega. Más aún cuando el olor ferroso de la sangre se inundaba cada vez más entre sus fosas.

Si un toque ligero en su mano no lo hubiera distraído, estaría mirando el charco de sangre por más tiempo de lo que se consideraría normal.

Minho lo jalo hacia él, haciendo que la mano de Jisung también se manchará de gotas carmesís, deslizándose incómodamente entre sus dedos. El omega observa el rostro inexpresivo y el cabello despeinado del alfa mientras este lo mira en silencio. Changbin apenas estaba manchado a comparación del alfa. La sangre goteaban del borde de la mandíbula de Minho.

Jisung aprieta los labios, pero no dice nada.

Entre el mutismo del momento el alfa termina guiándolo a las asientos principales en la sala.

— Otur [Siéntense] — Minho se desliza con facilidad en el taht, un gesto desinteresado de su mano haciendo que el estruendo apresurado de todos se escuchara por la sala.

Jisung hace el ademán de hacer lo mismo hasta que Minho lo toma con más fuerza.

— Neler yapiyorsun? [¿Qué haces?] — reclama. Jisung frunce el ceño ante el tono de Minho.

— Oturmak [Sentarme] — responde como si fuera lo más obvio. Minho hace una mueca extraña y se mueve ligeramente. Todos guardan la respiración con un jadeo profundo cuando le señala el espacio disponible a su lado en su taht.

Jisung lo ve pasmado.

Desde tiempos antes de Osman; nadie, mucho menos un omega, podía sentarse en el taht del regente del imperio. Esas costumbres llegaron hasta las raíces reales de la familia Hasmet y el castigo era severo para cualquiera que osara siquiera intentarlo. Recordando en tiempos oportunos sus lecciones de la dinastía tuvo como consecuencia que su boca se sintiera seca.

Cuando Minho ve la duda en Jisung, decide jalarlo un poco más hasta que el omega no tiene más opción que bajar a su lado. Jisung puede sentir la incomodidad de las piedras finas y el oro bajo sus muslos.

Los rostros de los miembros del consejo tenían mucho que expresar, pero el nudo en su garganta por lo acontecido los calla.

Jisung siente un cosquilleo en su lado contrario, encontrando los ojos impasibles de Belma sobre él. Su boca dio una curva ligera; pero al igual que la tranquilidad pintada en el rostro de Changbin, la madre de Minho se mostraba con la misma expresión inperturbable a la de un comienzo al juicio.

Belma aparta la mirada después de lo que parecen largos minutos, Jisung sigue su mirada, encontrando a las otras figuras que buscaba.

Los omegas estaban retraídos, con el cuello bajo por las feromonas gamas y la presencia de Minho que cada vez se extendía con más fuerza en el aire. La figura apresada entre los alfas no era más Félix, sino Emilia. Quien le dirigió una mirada venenosa en cuanto cruzaron ojos; su rostro calmo parecía tener brechas de furia que alteraban su belleza exótica.

Jisung aguanto de nueva cuenta las náuseas cuando volvió a poner atención en la cabeza en medio de todos.

Ese era...

— Nerit ailesi, Allah'in bana ihanet etme gücünden çok korkmamaldir [La familia Nerit no debe tener mucho miedo al poder de Alá para traicionarme] — Minho empieza a arremangar su camisa con movimientos lentos. Sin mirar a todos en la habitación ha logrado un frío denso de espacio a espacio —. Kaç savas kazandim? Hanedanhgimizin ihtisamini onlara kim geri verdi? Ve yine de ihanet etmeye cesaret ediyorlar! [¿Cuantas he ganado y perdido? ¿Quien les ha devuelto la gloria de lo que era nuestra dinastía? ¡Y aún así osan traicionarme!]

Jisung vuelve a mirar por tercera vez la cabeza, el miedo empezando a disminuir junto con el asco.

Khan Nerit... el padre de Emilia.

Sus ojos se vuelven a la mujer al centro.

— "Los mellizos no te serán un problema, Nayeon no es más que una noble con cabeza hueca y Félix prefiere ser parte de su sombra. Bruno es inteligente, pero no más que Emilia —"

Las palabras de Vernon Yilmaz llegan a sus oídos con claridad rotunda.

"— Ha sido la más educada —"

Sus manos se aprietan hasta causar heridas por sus uñas que empiezan a enterrarse en la palma de su mano.

"— Por supuesto que lo es, pero te aseguro que es la persona con más deseos de matarte —"

El recuerdo de Jabir le palpita en la boca cuando empieza a saborear la sangre en ella.

El cosquilleo en su lobo se terminó de confirmar.

La información de la especialidad de la familia Nerit fue entregada a Minho antes del comienzo del juicio, resultados de las investigaciones que Jisung había mandado a realizar en cada uno de los omegas.

Jisung le había ordenado a Seo que la compartiera con Jack en una conversación desinteresada, sabiendo que él le diría a Minho.

Todo fue como una ficha de domino a partir de ahi.

Las confesiones contra Félix Cariporsi le habían hecho dudar. Pero ante la tardanza de Minho decidió aplazar el juicio en su espera.

Al final... pudo alcanzar el final que predijo. Las palabras de Hyunjin sólo aseguraron sus planes.

Con toda la familia Nerit exterminada y el consejo en posición frágil.

— ¡Amir, bizim Nerit ailesiyle higbir ilgimiz yok! [¡Amir, nosotros no tenemos que ver con la familia Nerit] — los gritos en súplica no tardaron en llegar y abatir la sala.

Eso era cierto, Jisung no solo había investigado los planes a hacer de las familias de los omegas, así como las mafias. Sino también aprovechó los recursos para poner en lupa cada una de las acciones del consejo.

Aparte de las reuniones ocasionales de juego para jactarse de su posición política ninguna de las familias políticas a los Hasmet tenía algún núcleo de unión. Todo giraba en pos de la competencia por el poder.

Los Nerit habían sido los únicos con un sentido de valentía para ir en contra de los designios y leyes de La Roja.

Y ahora no quedaría nada de ellos.

Un gruñido grave retumba en el aire.

Jisung siente intranquilidad cuando ve la respiración de Minho siendo cada vez más irregular, la naturaleza de su omega queriendo apaciguar a la furia creciente a su lado.

— Hürrem lerine karsi giktilar! Bu yüzden onlar da dogrudan bana ve dolayisiyla Ala'nin arzusuna gittiler! [¡Han ido en contra de su Hürrem! Por lo que también han ido directo hacia mi, y por lo tanto al deseo de Ala!]

La inclinación de cuellos con glándulas al aire vuelve a surgir ante el avistamiento de los caninos entre las palabras de Minho.

— ¡Amir, sana yemin ederim ki, yaptigm her sey, bulundugum her sey senin yaninda olmak! [¡Amir, le juro que todo lo que he hecho, todo lo que sido es para estar a su lado!] — Jisung frunce los labios cuando Emilia se lanza al frente, la desesperación en su rostro y el olor ácido que exhalaba le estaba empezando a molestar cada vez más — ¡No he mentido cuando presente una acusación entre la traición de uno de sus bajás y Félix Cariporsi!

En un momento de tensión reñida toda la atención de culpabilidad del consejo se ve arrastrada por un nuevo foco de carta de salvación. Jisung casi suelta un bufido cuando ve las intenciones de la mujer.

— Bajá — la voz de Belma resuena después de mucho tiempo, su dedo se mueve con impaciencia sobre los antebrazos de la silla. Lo que causa una sensación intangible de dominación en su pregunta — ¿Cómo respondes?

Jisung endereza la espalda mientras se prepara para interceder por el alfa, pero la voz seria y fuerte de Hyunjin aparece antes de que pueda decir algo.

— El jove Félix Cariporsi es parte del harem de amir y yo soy parte de las bases de este clan, mi lealtad hacia las reglas de La Roja son antes de cualquier omega. Además de una relación política y de estrecho respeto, jamás he pensado en el joven Cariporsi de otra manera, y nunca lo haré — Hyunjin da un ligero vistazo indiferente al omega al fondo —. Las acusaciones son falsas, no hay nada que comprobar.

Jisung se relaja de inmediato, un suspiro aliviado deja sus labios en casi un susurro. Trata de mantener un rostro impasible incluso cuando siente el peso de la mirada de Minho a su lado.

Le prometió a Hyunjin protegerlo. Confiaba en Minho con todo de él, pero no podía meterse en una relación que no era suya. La lealtad a su gente estaba en los primeros puestos de priorización en sus valores. Y así siempre sería. Minho relame la piel interna de su boca, sus ojos viajan de arriba a abajo mientras estudia al omega.

Para este punto no había ni un milímetro de piel y desconocimiento en actitud que Minho no conociera de Jisung. Era tan legible para él en cuestión de actitud, pero decidió respetar la privacidad que aún le quedaba lejana a él.

— Mi bajá ha hablado. Yo he confiado mi vida en ellos así como ellos confían la suya en mi. No hay nada más que probar — finaliza Minho con un gruñido que no permite objeciones. Jisung vuelve a respirar tranquilo cuando el alfa no insiste más en el tema.

— ¡Amir! — la voz de Emilia resurge cuando se ve atrapada entre el fracaso y perdición de su plan. La imagen de su padre en el piso solo hace que sienta su mente hundirse más. Rodeada por la desesperación que le llena no tiene mas opción que tomar cualquier medida y palabra para librarse de lo que sería una cruel muerte. Por los ojos del omega castaño sobre ella, no sería una promesa en vano —. Soy fiel a mi dinastía, a mi clan... ¡le daré muchos hijos! ¡Todos alfas!

Ante esas palabras, el tema de un heredero renace entre las lenguas del Ogüt como un mar de necedad para mantener la mira en un punto lejano a su derrota. Murmullos mostrando la necesidad de un bebé nacido se despiertan entre las telas negras.

Jisung capta de nueva cuenta la distracción que quiere traer Emilia.

— Konusmaya nasil cüret edersin? [¿Cómo te atreves a hablar?] — murmura entre dientes interrumpiendo a todos. Cuando se incorpora del taht para caminar al centro sus pasos resuenan en un silencio frívolo, todas las posturas negras se revuelven entre sí —. No hay futuro para ti, no mientras Jabir esté en el hilo de muerte y tú no.

La omega aprieta los labios hasta provocar sangre y su mandíbula tiembla por el desagrado también expresado en sus ojos verdes. Jisung casi puede sentir la oleada de odio en cada respiración pesada que daba la omega.

— Entraste aquí como un falsario, no importa cuantas joyas ostentes y cuanto alzas la cabeza... siempre serás un omega de solo nombre — Emilia se aseguró de susurras las palabras entre el espacio entre ellos, su cobardía le acompañaba hasta en el veneno de sus palabras —. Estás podrido.

Jisung estira los labios ligeramente. Ah, furia. Antecediendo a la negociación le sigue la etapa de desespero.

— La última persona que me dijo eso termino desterrado a la vieja propiedad de los
Hasmet, sin ningún apoyo de su lado lo hundí desde lo más alto, volviéndolo a lo que es ahora — Jisung se inclina en el oído de la mujer mientras los alfas que la sostienen la agarran con fuerza de la cabeza —. Tu madre, tus hermanos, hermanas, tus primos y primas... serán decapitados y empalados frente a ti.

Sabiendo que serás la ultima te encerrare con el resto que quede de ellos, pudriéndote a la par con sus cadaveres — Emilia empieza a temblar cuando las feromonas de Jisung se sobreponen sobre las de ella —. Cuando Jabir regrese a mi y estés en tu último punto de cordura, dejaré que coma lo que hayas dejado de tu cuerpo... alcanzarás la muerte deseada y solo Alá sabrá cómo lidiar con tus pecados una vez que estés ante él.

Los ojos de la omega se tiñen de rojo a medida que solloza con gritos ahogados que zumban en los oídos de todos. Su cuerpo se voltea en movimientos violentos para zafarse del agarre que la apresa.

Una palidez fantasmal empieza a mostrase en todo miembro del Ogüt cuando la mujer es arrastrada junto la cabeza de su padre en sus brazos.

— Allah seni göz önünde bulunduruyor [Alá te tenga en su consideración].

El silencio comienza de nuevo.

Jisung cuenta en su mente mientras gira el anillo esmeralda, deja que las aguas temblorosas del momento se apacigüen entre los susurros del mar de burkas frente a él.

— Amir..

Ah, ahí estaba.

— Amir, sus palabras son ciertas. Siendo traidores o no la justificación de sus acciones jamás será perdonada. Sin embargo; si existe la urgencia de herederos.

Y así como una pequeña flama en un sombrío bosque... el incentivo se volvió un incendio abrasador.

— ¡Su hermano Chan también ha renunciado a tener hijos! ¿Qué esperanza queda para la continuación del imperio?

— Es urgente que pase su próximo celo con los candidatos que quedan. Buscaremos a otro que sustituya a Emilia, no habrá errores esta vez.

Jisung tuerce la boca amargamente. Estando en el centro de la habitación podía ver con más claridad el círculo de capas negras a su alrededor.

Todos los ojos estaban en Minho, nadie lo volteaba a ver a él.

La única opinión que importaba era del alfa más fuerte aquí.

Como yeguas que crían, no importaba cuanto se esforzara en apoyar por la dinastía. Si no podía tener un bebé dentro suyo, su papel era irrelevante y sustituible en el clan. Jisung gira la cabeza atrás suyo, encontrando toda la atención de los iris dorados sobre él mientras el revuelo continúa.

¿Estaría bien apresar a Minho con él en su sufrimiento cuando el que se ve imposibilitado de engendrar es él?

No parecía justo. Minho sería un increíble padre.

Pero las opciones de madre no eran las mejores.

Cuando toda la tensión recaía en la próximas palabras de Minho, Jisung aparto la mirada de él y volvió a buscar a los hatuns en la sala.

Había eliminado a uno. Sería mejor aprovechar la situación para el destierro de otro antes de que todo el asunto gire en su infertilidad.

No tardo mucho en localizarlos en la enormidad de la habitación. Seguían retraídos en su lugar con los guardias rodeándolos.

Cuando ellos notaron la intensidad de su mirada se giraron para ignorar las quejas del Ogüt y prevenir sus futuras acciones.

Félix rápidamente noto el entumecimiento en su hermana al lado suyo, un olor ligero delataba el miedo que ahora tenía por el foco de Jisung Claire sobre ellos. Y a pesar de que Bruno quiso mantener su postura altiva pudo sentir como su figura flaqueó cuando el omega castaño solo pasó a observarlo a él.

Habían llegado con esperanzas de mantenerse en lo más alto de la sociedad de élite con la adquisición de un poder ilimitado para su familia por medio de una unión, pero ahora no podían avecinar nada más que la desaparición de sus mafias.

Emilia era de Turquía, su familia era arraigada a La Roja, pero ellos no.

Además de la muerte, la destrucción de sus legados sería lo menos que los Hasmet
podrían hacer.

Los antiguos amir de esa familia habían provocado guerras entre países para aprovecharse de la competencia armamentista que les traería beneficios.

Constantinopla, el antiguo imperio Otomano y ahora La Roja solo eran la misma cara de la moneda, la evolución y el cambio de nombre y sistemas no alteró por mucho su hegemonía. Félix no tenía en vano su miedo a que Minho Hasmet provocara una crisis permanente en sus países si así deseaba.

Sin embargo, la preocupación de una extinción masiva y de su muerte parecía un problema tan minúsculo con el dolor impregnado en su lobo.

Sus ojos seguían volviendo una y otra vez a Hyunjin, en el lado derecho de la habitación junto con el hombre que era mano derecha de Minho.

Después de su confesión no había vuelto a ver a Félix, y alguna parte de él sabía que jamás lo volvería a hacer.

De repente la idea de morir no era tan mala.

— El harem sera anulado — la voz dura de Minho volvió a sonar entre el siseo de los
cuervos negros.

Belma gira la cabeza con pavor hacia su hijo, su mirada severa es ignorada por Minho. Todos los miembros se ven entre sí con expresiones igual de escandalizadas.

Ningún sultan, ningún amir y ningún regente suyo había pedido tal cosa en milésimos
de años.

La creación de un harem podía ser una idea renuente para los más jóvenes al llegar al poder, pero siempre había terminado existiendo uno por las necesidades naturales de los alfas de tener posesión.

Lo que pedía Minho ahora, era casi —y exageradamente— imposible.

— No lo será.

Todos giraron en automático su cabeza hacia el otro extremo de la sala, con un movimiento que podría considerarse casi cómico si no se tratara de la situación de ahora.

Jisung tenía una postura tranquila y neutral, su rostro de piedra permaneció incluso cuando Minho se levantó del taht con una expresión helada.

En sus ojos dorados se mostraba la perplejidad que sentía. Incluso Belma y los demás alfas quedaron entumecidos en sus asientos.

— Como encargado del harem hago la solicitud de la eliminación de estos miembros con excepción de Félix Cariporsi y la reincorporación de hatuns nuevos de mi elección.

— Basvuru reddedildi [Solicitud denegada] — brama Minho con una dureza que hace
temblar a todos.

— Yo soy quien tiene control del harem, amir — responde Jisung con el mismo volumen —. No usted.

Changbin observa de inmediato desde lejos el cambio en las feromonas de Minho. No estaba feliz. Era cuestión de tiempo antes de que explotara.

— El juicio ha terminado. Y hago una orden para una reunión privada con su Hurremm— finaliza el gama con gelidez —. Los omegas saldrán del país mañana por la mañana, y el tema del heredero será nuevamente conversado hasta que termine de hablar con mi mate.

Minho da una inhalación profunda mientras trata de calmar su mente.

Su vista se mantiene sobre Jisung, ignorando el descontento de su madre a un lado suyo.

Changbin y Hyunjin se empiezan a posicionar para el seguimiento de órdenes cuando
Hyunjin mueve un dedo hacia ellos.

— ¿Un nuevo harem? — la voz de Minho es dura, justo como Jisung esperaba que fuera — ¿Es eso lo que quieres?

— No es algo que deseo, pero he estado meditándolo por mucho tiempo. Es la mejor opción para...

— Klan isin, ailem için veya kendim isin en iyi segenegin hangisi oldugu umurumda degil! [¡No me importa cual es la mejor opción para el clan, para mi familia o para las tradiciones!] — le interrumpe Minho mientras camina hacia él, sus pasos fuertes resuenan con el vacío de la sala.

— Ses tonunuza dikkat edin [Cuida tú tono] — Jisung no muestra ninguna expresión a pesar de que su cuello arde por inclinarse y su respiración tiembla. Minho aprieta los dientes y toca el puente de su nariz con frustración.

— Cada vez que pienso que en predecir tus acciones terminó en un círculo inminente de fracaso. Eres necio y obstinado, el omega más pertinaz que he conocido — Minho relaja sus músculos y se acerca con más tranquilidad hacia el omega —. Aún estoy preguntándome si eso me causa problema o aún más deseo por ti.

Jisung suelta un bufido mientras niega con la cabeza. Minho lo toma por los brazos y lo pega hacia él.

— Çocuklara ihtiyacim yok [No necesito hijos] — le susurra el alfa mientras acaricia la piel de su cuello, del lado donde el cubridor opaco no se muestra más.

— Pero se que los quieres — Jisung toma su mano y la aparta de él. A Minho parece no gustarle la limitación de contacto.

— ¿Cómo lo sabes?

— Por qué lo siento, cada día que el vínculo se hace más grande puedo sentir eso viniendo de ti. Mi lobo me pide responder a la siguiente face de acoplamiento y responder a los deseos naturales de mi alfa — Jisung chasquea la lengua mientras hace espacio entre él y Minho —. Algo que no puedo dar.

Minho no responde a eso, un entendimiento intangible se cubre sobre ellos.

Minho vuelve a caminar hacia Jisung cuando la puerta se abre con fuerza. El alfa voltea y su ceño se frunce.

— He dicho que nadie puede entrar — gruñe hacia las tres nuevas personas que irrumpen en la habitación.

Jisung inclina su cabeza, su postura vuelve a ser la misma de antes al ver a Seungmin y Changbin en una posición de cansancio. Al parecer hubo un pequeño conflicto entre ellos antes de que los dos se mostraran aquí.

— Le he dicho que no podía entrar. Pero me ha ignorado — Changbin bufa mientras observa con enojo al alfa de cabellos dorados.

Jisung se detiene un momento en observar el folclor en el brillante traje verde y los zapatos esmeraldas que reflejan la luz qué pasa a través de los shebekes antes de darse cuenta de la presencia del médico familiar de los Hasmet, el doctor Elak.

Bajo y regordete como siempre ha sido, se muestra detrás de los dos alfas que siguen en posturas de pelea.

Seungmin tiene un fuerte agarre sobre la camisa del beta que no hace nada para tratar de librarse de tal acto de grosería.

— He dicho que mis asuntos son urgentes. Más que cualquier reunión caprichosa que haya podido exigir Minho para tener a su omega encerrado como él.

— Su título es Hürrem, viejo inglés — Changbin espeta con ojos fríos.

Seungmin da un bufido y avanza hacia ellos, dejando a Changbin atrás. El latino no avanza cuando Minho le da una seña para que deje ser a Seungmin.

Jisung abre los ojos sorprendidos cuando el hombre lanza con violencia al anciano hacia sus pies.

— Habla — dice Seungmin mientras sacude las mangas de su saco. Minho mira con severidad a su amigo antes de poner sus ojos sobre el pequeño beta tembloroso.

La preocupación de Jisung se agranda cuando el doctor no dice nada. El estado de Jabir es lo primero que viene en su mente, y con eso presente empieza a caminar a la salida para poder correr hacia donde el tigre.

Pero Minho lo detiene y lo toma del brazo antes de que pueda dar más de dos pasos.

Jisung lo voltea a ver exasperado.

— Ve-Ven... — el médico empieza a temblar mientras sus manos se mueven nerviosas — Ey Allah lütfen bana merhamet et, Amir! [Y-yo... ¡Oh Alá por favor téngame piedad, Amir!]

Seungmin da un suspiro pesado mientras voltea los ojos. Sus manos se abren y cierran como una acción que denota nerviosismo. Minho empieza a ser más serio al ver a su amigo así.

— Seungmin — advierte impaciente. El otro hombre apenas le da una mínima mirada antes de pasar a observar a Jisung.

— Ha sido engañado, hürrem.

Jisung lo mira raro mientras cruza los brazos, las joyas en sus hombros tintinean al movimiento.

Aprieta el anillo esmeralda en su dedo contra los demás cuando la ansiedad le llena.

— Dime, ¿en qué he sido engañado? — exige con la misma inquietud de la voz de
Minho.

— Hürrem, usted sufre un cambio de adaptación en su cuerpo, es diferente a otros omegas — Seungmin da un vistazo breve a Minho antes de volver su atención en él —. Es diferente, pero no infertil.

Jisung empieza a sentir su cuerpo entumecerse, el sonido de sus latidos empieza a resonar en el interior de sus oídos. Minho da un paso y Jisung puede sentir el aroma de confusión en él y en Changbin alejado unos metros atrás.

— Hürrem, usted tiene diez semanas de embarazo.

¿Les está gustando la adaptación? ¿Debería hacer maratón?

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