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★ | Capítulo 26

De todos modos no sería la primera del lugar en ser rechaza por el moreno.

— Vale Changbin, entiendo — susurra Milena con la decepción palpable en su rostro y el alfa huele salado en el ambiente —. Felicidades de todos modos.

Changbin quiere despedirse pero la omega da una vuelta y sale a correr con su grupo de amigos que la esperan atrás, viendo cómo la dirigen rápidamente a una calle continua Changbin se empieza a sentir culpable por el rostro lloroso en la mujer, los omegas podían ser muy sensibles y a Changbin no le gustaba ser causante de la melancolía que podían tener a un rechazo.

Atrás suyo siente la esencia de sus compañeros acercándose.

— No puedo creerlo — Omer llega y se clava en su espalda —. Dime que no rechazaste a Milena Rausky.

Changbin encorva sus hombros y siente un golpe en su nuca.

— Con la cara que te dieron sus amigos estoy seguro de que este año no tendremos ninguna oportunidad con los omegas de la empresa Líbano — se queja Tristan con un expresión de aflicción falsa.

— Ojo que si nos dices que te van más los alfas o los betas no te criticaremos — dice Ömer siguiendo el juego, pero Changbin sabe que le quieren sacar extra información, no es la primera vez que se interesan en su vida sexual, o la falta de ella para ser correctos.

— Simplemente no estoy interesado en nadie.

— Adamate un poco, Changbin — regaña Kim mientras le da otro golpe en juego al brasileño.

— Prefiero concentrarme en mi trabajo — contesta Changbin mientras empieza a limpiar su casco.

— Hürrem tampoco es una frágil hoja Changbin, sabemos eso — Jack le espeta serio —, el amir tampoco te ha pedido tanta fidelidad.

Changbin no contesta y empieza a empujarlos para que se dirijan al club cercano de los Hasmet, argumentando que sería más tarde y los mandaría a entrenar otra hora la próxima semana si no se apuran. Todos se empiezan a quejar y apuran su paso, exceptuando a Omer, quien le da una mirada preocupada.

— ¿Estás bien, Changbin? — se acerca el alfa bajo, el brasileño frunce el ceño y camina la moto con cuidado —. Te he notado raro estos últimos días.

—  Estoy bien Omer, nada de que preocuparse — le calma el brasileño con una cálida sonrisa, el otro hombre duda pero después de unos segundos asiente inseguro.

Kim empieza a hacer otras bromas saliendo del lugar y la calma en Changbin se asienta poco a poco, siempre era un bálsamo desestresarse con sus amigos.

— Perros del jefe no importa su pedigree, siguen siendo perros.

Las risillas se apagan y detienen sus pasos, Changbin capta el olor horrible a pólvora detrás suyo, no tiene que darse la vuelta para saber de quien se trata.

— Al menos somos mejor comparados a las ratas de tu tipo, Cacek — contesta Changbin mientras da media vuelta, la sonrisa cínica del alfa tuerto lo saluda — Ni las pandillas bajas te quieren con ellos.

El rostro divertido se deforma en el rostro del alfa, Changbin ve la expresión en el lugar donde debería estar un ojo hacerse más pequeña por la rabia. Cacek solía ser un compañero suyo, era hace cinco años cuando aún trabajaba codo a codo con él y lo podía considerar un hermano.

Eso fue hasta que amir lo descubrió robando a los otros en la eve, un acto muy poco propio considerando que si cualquiera de ellos pedía dinero a su jefe, él lo daría sin chistar y sin pedirlo después.

Minho no lo mato, pero por la confianza traicionada le arranco el ojo para dárselo a Jabir frente al ojo de todos.

El brasileño aún recuerda los alaridos mientras el gama extraía con maestría el órgano con su propia mano, ver cómo la mascota de la casa se lo tragaba de una sola vez hirió definitivamente el orgullo de Cacek.

— No es necesario ser tan agresivo, solíamos entrenar juntos después de todo. Solo quería felicitarte por tu victoria Changbin — el alfa bajo recompone su enojado rostro y la hipocresía en la sonrisa se refleja aún más.

— No necesitamos nada de ti, solo lárgate —brama Jack en advertencia, a pesar de ser el más tranquilo de todos su límite se ponía a cuestas si de traición se trataba.

— Vámonos — ordena Changbin, la tensión estaba avivándose y no podía permitir causar una pelea pública.

Todos se vuelven e ignoran el olor acido de Cacek detrás suyo, dispuestos a continuar su camino al club.

— También quería mandar mis felicitaciones al amir, he visto al nuevo hürrem en la portada de una revista famosa.

Todos detienen su paso automáticamente, el olor cambia en el ambiente y Changbin les tiene que dar una mirada de advertencia a los cuatro alfas para calmarlos. Cacek sabía que era una falta muy grande dirigirse así a ellos, en la calle y enfrente de tantas personas.

— ¿Como te atreves a dirigirte así? no estás al nivel ni siquiera para mencionar sus títulos — gruñe Kim, dando un paso que es detenido por Changbin.

Lo que parecía ser un círculo íntimo de conversación enfocado en ellos, se disolvió rápidamente para tener la atención de todos, convirtiéndose en el núcleo de interés de la noche.

Changbin muerde su labio y extiende una curva falsa en su rostro, era el único que tenía en control sus feromonas — ¿De verdad quieres hacer esto?

— ¡Oh! pero Changbin sólo quería venerar la belleza de hürrem, es claro que está a la altura de todas las expectativas que quería la familia del amir para su pareja — contesta el otro mientras cruza sus brazos —. Los veo a ustedes igual de felices y comprendo tu continuo rechazo a otros omegas. Con la cara de puta que tiene no dudo que tú, Changbin, sea quien mas saque provecho de la situación.

La tensión se disipó, el silencio fue un vestigio corto, uno y dos segundos pasaron y los jadeos de sorpresa se escucharon por la desvergüenza del alfa sin ojo, todos en Turquía conocían a Minho Hasmet y a su familia, el conocimiento de un nuevo hürrem en su dinastía se acrecentó cuando los medios los captaron en la Anasofya. Hablar mal de la familia Hasmet era un pase directo para tu destrucción.

No tardo mucho para que los cotilleos se convirtieran en gritos extasiados y de sorpresa ante la escena difusa de dos figuras en el lugar.

— ¡Changbin, Changbin!

— ¡Para hombre!

De un momento a otro el alfa no se encontraba parado en medio de la diversión y el extasís, pues su vista se había transformado para dar lugar a la sangre frente a él y la adrenalina en su cabeza que no le permitieron pensar. Sintió pares de brazos alzándolo, pero logró arrancarse de todos para seguir con los golpes salvajes en un rápido movimiento.

Empezó a sentir líquido en sus nudillos y el control desaparecer poco a poco.

Fue hasta que se sintió flotando y la sensación de un cuerpo fuerte atrás de él que se percató de la realidad del momento. Jack lo sostenía con aseveración, Tristan y Kim estaban dando ligeros golpes en su rostro para enfocarlo en la situación.

El brasileño no los escuchaba y un pitido en su oído incrementaba constantemente. Fue hasta que Omer le lanzó algo líquido que pudo estabilizar su mente.

— Hombre, ¿iEstás escuchando!? — grita Tristan mientras le da otro pequeño golpe en su cara.

Changbin cierra los ojos y los abre para enfocar su vista en el cuerpo inclinado más atrás de ellos, había gente rodeándolo y la mirada en rabia de Cacek se mezclaba con toda la sangre corriendo por su rostro — ¡Kurusu! Aptal!

— Está bien Changbin, está bien. Se lo merecía el orospu çocugu — Ömer murmura mientras da una pequeña examinacion al rostro confundido y enojado de Changbin, la sangre no era suya afortunadamente.

Había cometido una falta, amir no los regulaba para explotar al segundo. Este tipo de situaciones estaban en su entrenamiento, si provocaran una pelea y saltaran a la mínima grosería hacia su amir o familia causarían problemas y llamarían la atención. Es por eso que el control era fundamental, él nunca había actuado así.

— Kim respira — susurra Jack aún sosteniendo al moreno, viendo cómo el otro alfa respiraba desigual, todos estaban conteniéndose para no sacar las armas escondidas en su ropa y terminar el trabajo, estaba prohibido hacerlo sin la orden de amir.

— ¡Ethot proklyatyy otmorozok!

El olor alrededor que resultaba de una pelea entre alfas podía ser detonante para despertar agresividad en los demás presentes. La tensión se sintió pesada y el descontrol podría estar próximo

— Será mejor irnos — habla Tristan.

— Suéltame — pide Changbin suspirando y controlando su olor.

— Changbin creo que... — comienza Omer a su lado.

— Suéltenme, estoy bien.

Jack vacila en sus movimientos y lo deja lentamente, Changbin acomoda sus ropas y da una última mirada al cuerpo ahora inconsciente en el centro.

— ¡Llame alguien una ambulancia! — grita uno de los organizadores de las carreras. Changbin limpia la sangre en sus manos con su camisa y se apresura a ponerse el casco para ignorar los gritos alrededor.

— ¡Hey Changbin, espera!

El alfa no hace caso y gira la llave en su moto para encenderla. El derrape hace un sonido agudo y el motor ruge agresivamente.

— ¡Changbin!

Conduce y curvea en una calle continua, sintiendo un ahogo por el vestigio de rabia de la pelea aún presente, sube el cristal de su casco y el viento resulta refrescante por un momento cuando golpea su rostro.

En medio de la nubles en su mente palabras de su amir rezonan en sus oídos, donde la sangre parece arrebolarse con más intensidad.

"— Jurarás lealtad, tus compañeros serán tus hermanos a partir de ahora, y renunciarás a la vida normal para morir y vivir por mi mano —"

Un trueno lejano se escucha rompiendo los cielos, las luces pasan rápidamente teniendo de blanco por un momento los edificios.

El alfa se inclina y acelera con más fuerza, las primeras gotas del cielo cayendo poco a poco y mojando sus ropas.

La nube en su cabeza se agranda, un vestigio de una esencia de frutos rojos llegan con ojos grises cristalinos mirándolo.

Aumenta la velocidad.

El pitido de espera en el teléfono suena tres veces, Changbin las contó cuando ignoró las llamadas de Jack y Ömer.

Siente la humedad de su playera adherirse a su cuerpo y el viento se siente con más intensidad a la alta altura del edifico. Pasa sus manos nerviosamente por su cabello mojado mientras la lluvia se vuelve más intensa.

— ¿Olá? — contesta una voz del otro lado del teléfono, el brasileño pega su oído más a la pantalla para poder escuchar sobre los truenos.

— Avó [Abuela] — suspira Changbin sentándose en la orilla.

— ¡Changbin, cariño! — responde la mujer al otro lado, reconociendo el tono de su nieto —. Estuve a punto de marcarte pero pensé que estabas ocupado, ¿Cómo has estado?

El alfa empieza a sentir frío por la baja temperatura y siente su garganta raspar, cerrando los ojos intenta acomodar sus palabras — Bien avó, quería llamarlas para saber cómo habían estado, ¿Azul esta bien?

Escucha una risa y la preocupación en su espalda se deshace poco a poco, como si el agua se llevara las piedras en su cabeza también.

— Ella está bien Changbin, estamos todos bien — responde su abuela tranquila. Runia era su nombre, como su madre, en situaciones como esas, el conocimiento sabio que las palabras de sosiego que podía darle su abuela eran la mejor opción para calmar a su lobo intranquilo. Después de un momento y preguntas habituales, la mujer va apagando su tono alegre y carraspea su voz — Pero...  ¿Tú estás bien? Te escuchas agitado, cariño.

El alfa agarra su cabeza fuertemente, como si la pregunta de su avó fuera la palanca para liberar el huracán de emociones que guardaba. Su olor se estaba volviendo ácido y la intranquilidad poco característica en él hacía que le doliera la cabeza.

Siempre había tenido la costumbre de ir a lugares altos cuando estaba así, como si la altura lo separara del piso de sus preocupaciones. Esta vez no fue el caso.

— Abuela, creo que he fallado en mi trabajo, yo... — dice el moreno sin poder continuar, no sabía qué decir o por qué camino dirigir sus pensamientos. Sentía que cualquier cosa que hiciera no estaría bien, nunca se había sentido tan perdido al hablar con su persona favorita como en ese momento, mordiendo su labio fuertemente mientras siente el sabor de la sangre decide decir lo primero que está en su cabeza —. Siento que he cometido traición.

El celular se queda en silencio por un momento y Changbin aprovecha para controlar su respiración mientras espera una respuesta, una solución o un regaño. Después de lo que parece ser una eternidad su abuela hace un sonido en entendimiento, sin una pizca de alteración en él.

— Changbin... eres el hombre más leal que conozco, tu corazón es tan grande que ni siquiera me explico cómo puede caber en ese pecho tan pequeño — habla la mujer al otro lado, manteniendo neutralidad en su voz, años de conocimiento centrados escuchándose en cada vocal —. Sea lo que sea que hagas o hicieras, tú familia siempre estará apoyándote, por que te amamos y conocemos. No te rindas, cualquier decisión que tomes te llevara por el camino correcto.

El alfa expira y baja el celular por un momento, viendo el cielo con las ligeras luces de los rayos parecen ser más descubre el fondo de las palabras de su abuela, siempre había sabido como dar un clavo en el lugar correcto.

"— Protégelo — "

Viendo la ciudad frente a él y la parsimonia con la que las gotas se deslizan por las vigas y los vidrios de la casa sopesa una a una sus ideas.

Por lo lejos ve a una mujer apresurándose mientras cierra el puesto de flores que tiene, un señor ayudándola. Al otro extremo de esa calle ve a niños correr mientras sus madres los persiguen con sonrisas en sus rostros. Y en la esquina del lugar ve a dos personas, salvaguardonse de la tormenta en la oscuridad, una mantenía todo su esfuerzo en proteger a la otra de salvarla de las gotas salvajes que incrementaban con prisa y cuando otro trueno fuerte se escuchó, se arremolinaron más cerca, sin importar la humedad en todo su cuerpo y la expresión de cansancio en su rostro, la persona más alta no quitaba el brazo protector sobre la más baja.

Ve la pantalla en su celular con los segundos contando el tiempo de la llamada y vuelve a acercar el aparato en su oído, con un tono más tranquilo susurra — Gracias avó.

Un sonido de aceptación fue su respuesta y aunque no pudiera ver a la mujer directamente sabía que mantenía una sonrisa en su rostro, dando una palabra a de amor.

— Cariño — susurra su abuela lentamente, el alfa espera a que continúe —. A veces amar es suficiente.

El alfa sonríe y cierra los ojos; su avó, siempre sabia, siempre acertaba con tanta razón en cada problema presentado.

Antes de que Changbin pudiera contestar la voz automática del móvil se escucha, anunciando el fin de la llamada.

— Changbin.

La mirada preocupada y de sorpresa del omega hacen sentir culpable al alfa con más pesadez de lo usual, la realización de su error por la evitación intencionada a su hurrem le daba las cuentas en ese momento.

— ¿Cómo está, hürrem? — dice mientras extiende una sonrisa diminuta, acción tan habitual para su cansancio.

No había dormido en toda la noche y se la paso gran parte de ese tiempo rondando por las calles mojadas. Fue hasta hace dos horas que Omer llamó y decidió contestar.

Él no le dijo nada y tampoco le reclamó, Changbin agradeció la comprensión silenciosa de su amigo y preguntó sus órdenes para ese día. Había asuntos que amir tenía que hacer con algunos problemas en ciertas propiedades, y como si tuviera un séptimo sentido desarrollado le pidió a Ömer que le dijera que podía tomarse otro día libre.

Había estado dos horas paseándose a las fueras de la empresa antes de convencerse a pasar. Lo que lo llevaba a la escena del momento.

El castaño lo observa dudoso y junta sus manos en nerviosismo — Bien, pero... — la inseguridad se hace presente en su voz, altercando su peso sobre uno y otro de sus pies —. Changbin ¿Podemos hablar?

El alfa da un gesto para detenerlo, después pediría perdón a Alá por tal falta a su hürrem. Sentía que si no se decidía a expresarse en ese momento el miedo le ganaría y cerraría su boca con ladrillos.

— Hürrem, quiero disculparme por mi imperdonable comportamiento en los últimos días — Changbin clava sus rodillas al piso y da una reverencia larga, siente manos rápidas en su espalda para pararlo.

— Changbin, espera ¿Qué haces? — el tono preocupado del castaño hace dudar al alfa pero se traga la acción para sí mismo, el olor que exaltaba del omega denotaba lo alarmado que estaba.

En cambio, Changbin se incorpora y agarra una mano del omega, mantiene sus rodillas en el piso y la pone en su frente.

— Hürrem — murmura serio, lo suficiente para mantener a Jisung callado. El alfa suspira fuertemente y cierra los ojos — No volverá a pasar esto, no esperará ninguna falta de mi parte y siempre me encontraré a su lado no importa la situación, lo juro.

La mano en su frente tiembla un poco y Changbin la dirige a sus labios sin presionar, un signo de auténtica veneración.

Un jadeo sale de Jisung en estupor — Changbin...

— Por qué yo siempre soy y seré su agâ leal.

El sonido del reloj en la pared y los autos en la metrópolis parecen tan lejanos a los oídos del alfa, no se atreve a hacer ningún movimiento, no cree que sus músculos respondan.

Por fin, se decide a afianzar su agarre mientras abre sus ojos poco a poco, ojos grises mirándolo con confusión. Después de un momento, y para sorpresa del alfa, una sonrisa se extiende en el omega y se inclina mientras extiende sus brazos.

Un abrazo cálido lo rodea, el alfa se encuentra en un estado de pasmo total por un segundo.

— Gracias Changbin — susurra su hürrem. Su olor expresa su alivio y felicidad, soltando la preocupación de días pasados.

El alfa asiente y contesta el abrazo con fuerza. Todo estará bien ahora.

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