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★ | Capítulo 19

El amanecer se extendía parsimoniosamente por el cielo, con la luz naranja deslizándose por toda la mansión, aparte de los rayos de luz, la bienvenida de un nuevo día llegó a Jisung con el sonido agudo de las teclas ante el toque de su mano en un intenso de aferrarse.

La incomodidad de la posición de Minho frente a él cargándolo no disminuyó los golpes certeros que tenía cada vez que entraba y salía en él. Jisung ya no se esforzaba en mantener sus gimoteos para sí mismo, sus labios también ya estaban muy lastimados por sus mordidas y las de Minho.

— ¡Ngh!, Min... Minho, por favor, n-necesito descansar — jadeo contra los labios del alfa, quien contesto deslizando su lengua a su cuello y parar hasta uno de sus mallugados pezones, mordiéndolo con fuerza.

Las embestidas se vuelven más salvajes, las manos del alfa se aprietan en su cintura, dejando nuevos moretones. El sonido acuoso inunda la habitación y la espalda de Jisung golpea insistentemente con las teclas del piano, provocando un sonido no armonioso de ellas. Minho mueve su lengua y recorre su camino de vuelta a la curvatura del cuello del omega.

— Siempre serás mío. — susurra Minho y el castaño pierde la cuenta de las veces que lo ha proclamado suyo en toda la noche, era imposible contar en ese momento.

Cuando da un movimiento extraño dentro de él, tocando ese punto dulce, Jisung no puede aguantar y tiene otro orgasmo seco. Mientras Minho sigue embistiéndolo con fuerza se siente desmayarse por tercera vez, otro nudo del alfa se siente poco a poco y su miembro se siente más latente adentro.

Lo despierta el ruido del mármol romperse de un lado, Minho apenas le da importancia y extiende toda su semilla dentro de él con un jadeo. Lo había llenado tanto que apenas Minho salía un momento de su agujero y el líquido blanco se deslizaba sin fin por los muslos de Jisung.

Mientras esperan el nudo de Minho bajar, el alfa agarra su rostro de un lado, girándolo hacia él y tomando sus labios sin prisa, Jisung siente el agua inundar su garganta y refrescar su boca. A pesar del estado poco consiente del alfa, se había encargado de mantener a Jisung hidratado y el omega no puede estar más agradecido de que el alfa tuviera una pequeña cocina en la planta baja de la habitación de la que no se había percatado cuando entró en la oscuridad de la noche anterior.

Por supuesto, Minho no dejo a Jisung ni un solo momento y no dudo en llenarlo por completo también en la encimera de la cocina cuando Jisung pidió por agua.
Movió a Jisung como una muñeca, levantándolo tan fácilmente como cualquier cosa hasta colocarlo exactamente donde lo quería. El celo de un gama no era una broma, el miembro de Minho no bajo en toda la noche.

Jisung se aleja cuando se siente ahogar momentáneamente por el agua, la línea de sus salivas extendiéndose entre sus lenguas daba una imagen de la que Jisung se avergonzaría más tarde.

El nudo dentro suyo baja, pero Minho no sale de él.

Lo carga entre sus brazos y Jisung gime al movimiento involuntario del miembro de Minho dentro de él. Mientras vuelven sus pasos hacia la cama del alfa, Jisung ve en los vestigios de su sueño una de las patas del instrumento rota por completo.

Su cerebro se apaga por un momento y después de eso el cansancio lo toma por completo.

El dolor en sus extremidades es enorme, la punzada en sus muslos y el ardor en su cuello fueron lo que despertaron a Jisung de su muerte momentánea.

Sus ojos hacen un esfuerzo por abrirse ante la luminosidad del sol en su esplendor a través del ventanal a su derecha, por su posición intuye que eran las cinco o seis de la tarde ¿Había dormido tanto?

Cuando se estira para calentar sus músculos, siente una pequeña humedad deslizarse por su trasero — Ah, maldición.

El hambre y el cansancio lo habían agotado y con poca energía para ser consiente de donde estaba, la realización en su rostro llega en bala cuando los recuerdos de anoche le llegan como un golpe.

Gruñe enojado mientras da una pequeña vista a la parte trasera de su cuerpo, extrañamente, son pocas gotas de semen que se deslizan por su entrada cuando tendría que ser absolutamente lo contrario. Siente la falta de sudor y pegosidad en sus extremidades, lo que lo confunde totalmente.

Estaba limpio, como si hubiera tomado un baño. Aparte de eso, no estaba totalmente desnudo y una pequeña bata cubría su cuerpo.

¿Minho lo había limpiado?

Su mano se extiende por la cama y choca contra un plato de vidrio, era comida. Jisung abre la tapa de cristal y el olor dulce de tortas de mantequilla y fruta fresca inunda su nariz, también había un vaso grande de jugo de fresa. El omega está a punto de atacar la comida cuando ve una pequeña tarjeta a un lado del vaso, la toma con escepticismo.

"Come, hablaremos cuando llegue"

La caligrafia era bella y delicada, a comparación de las palabras secas que tenía de mensaje. Jisung frunció el ceño en confusión.

Se toca su cabeza en irritación cuando empieza a punzar con más fuerza, sus pies se deslizan temblorosamente por el piso de la primera planta y pone su olfato al tope, no había rastros de Minho en ningún lado.

Cerrando los ojos con un suspiro se dirige al baño tratando de mantener la fuerza en sus piernas. Busca un espejo y cuando lo encuentra se topa con una imagen que lo desestabiliza por un momento.

La bata cubría la mayor parte de su cuerpo, pero el rastro de piel que estaba libre estaba totalmente tatuado con diferentes marcas y moretones. El color morado era elemental en ellas; sin embargo, lo que llama su atención es la tonalidad apenas rosa de su mordida, la marca personal que indicaba que Minho era su alfa.

Como si tuviera miedo de que desapareciera el color pastel, acerca su mano lentamente a la curvatura de su cuello. Su lobo se mueve jovialmente debajo de su piel al no ver más un color gris y sin vida.

El sonido de la puerta en la planta de abajo lo alerta e inmediatamente sale a comprobar la presencia que llenaba la habitación con sus pasos.

Una melena negra lo saluda, era Dahyun subiendo la escalera.

— Hürrem — susurra delicadamente mientras da una reverencia habitual — Lamentó irrumpir pero estábamos empezando a preocupar por nuestros llamados sin respuesta a la puerta.

— Dahyun, ¿Dónde están Tzuyu y Sana? — cuestiona mientras agarra un brazo de ella para levantarla.

— No sería muy seguro que muchas personas entren a la habitación de un alfa después de un celo agresivo, incluso siendo omegas al amir no le gustara el olor de otras personas aquí — responde la mujer — Apenas se tiene permitido entrar a esta habitación a menos que sea para limpieza o emergencia.

Jisung siente su boca seca, apenas tenía ganas para hablar. Su cansancio es tanto que apenas se percata de la figura atrás de Dahyun.

— El amir considera que esta es una emergencia — habla el beta mientras se acerca a ellos — Me han mandado para ver su condición, hürrem. El celo de un gama no es una cosa que tomar a la ligera.

El calor inunda la cara de Jisung, siente una explosión fuerte de vergüenza y se apresura a tratar de cubrir sus brazos y cuello que eran evidencia de los sucesos de anoche. — No era necesaria tanta consideración.

— Tu alfa insistió, hürrem. Se veía realmente preocupado de haberte lastimado — continua el hombre viejo, haciéndole a una señal a Jisung para que tomara asiento en el sillón en la esquina de la cama.

— Claro — murmura Jisung en sarcasmo mientras el doctor saca algunos instrumentos de su maletín, tanto el como Dahyun hacen caso omiso de lo que que dijo.

Elak hace unos pequeños toques aquí y allá, preguntándole si sentía alguna incomodidad o dolor interno, cuando le recomendó ciertas cosas que podía hacer como omega para que un alfa no fuera tan agresivo en el celo Jisung quería que las raíces de los arboles lo arrastraran a la tierra.

— Tendremos que hacer unos estudios en los próximos días, es una buena señal que no tengas ningún desgarre interno cuando muchos omegas comunes no sobreviven a un celo de un AG, eso quiere decir que incluso en su estado más animal el amir fue consiente de no dañar a profundidad. También está el factor de la duración de doce horas de los celos agresivos en alfas, no podría predecir un resultado diferente si duraba más — declara mientras empieza a enredar su estetoscopio — Mandaré con tus banyalar antiinflamatorios antes de la noche, por ahora sería congruente no tomar pastillas inhibidoras.

Jisung frunce el ceño con extrañeza. — ¿Por qué?

El beta se tensa ante la pregunta y su nerviosismo se ve en su cuerpo.

— Después de un celo, sea suyo o del amir, se me prohíbe darle cualquier pastilla que pueda ser abortiva; son reglas de la familia Hasmet. Las primeras se las di por que parecía insistente y preocupado de tener un cachorro tan pronto, algo entendible; aunque, es un miedo sin sentido considerando que es imposible que alguna medicina afecte la fertilidad de la semilla de un gama — dice con duda el hombre. — Pero... después de confirmar que usted no quedó en cinta, no tengo permitido darle más acceso a pastillas anticonceptivas. Lo siento, hürrem.

El enojo empieza a inundar al omega y su irrites es palpable en su olor ¿Con qué derecho tenía de controlar su vida médica de esa manera?

— ¿Son órdenes dadas por tu amir? — escupe el castaño, el beta parece en una situación apretada y no parece saber cómo responder.

— Son órdenes de la señora Hasmet — confiesa Dahyun, dando por fin una palabra en todo ese tiempo, Jisung dirige su mirada de inmediato a ella. — Es un pensamiento ambiguo, pero la desendencia inmediata es importante en este tipo de mundo, hürrem.

Jisung parpadea una y dos veces, no está muy seguro de captar ese tipo de información completamente, pero su miedo estaba confirmado. Querían cachorros de él, era cuestión de tiempo para que insistieran más, la cultura de oriente podía ser tan ambigua.

Jisung estaba en una guerra interna, había estado cerca pero muy lejos de Minho en ese tiempo, no sería tan fácil controlar el anhelo de su omega si escapaba y no volvía.

Había otra parte de él, vibrante e insistente, que quería el toque del alfa como necesidad, muy dentro de Jisung había una respuesta que no tenía nada que ver con su lobo.

El carmesí oscuro empezaba a pintar un escenario horrible en el piso de concreto. El olor metálico y la mezcla de tabaco se hacía insoportable en cada segundo del ambiente cerrado.

Golpes fuertes acertaron una y otra vez contra el ya débil cuerpo del hombre sentado en medio de la única poca luz que había en el lugar. No resistiría mucho, tenía órganos lastimados y la hemorragia en su cabeza no parecía detenerse.

Minho agarró sin cuidado el cabello del hombre, jalando sin cuidado mientras hacía un pequeño corte en el comienzo de la uña, la cual estaba a nada de desprenderse como las otras. Era la última en sus diez dedos.

— Te lo preguntaré una vez más ¿Quién te envío? — cuestiona el alfa mientras escupe una capa ligera de humo en el rostro deformado del hombre delgado frente a él.

— Y-yo solo seguía órdenes ¡Por favor, si respondo no me mataran! — balbucea en respuesta, haciendo que la irrites en Minho se agrande más. Dando una ligera inclinación hacia Changbin, el brasileño asiente y lanza dos fotos en el regazo del lastimado hombre.

— No será muy diferente tú destino aquí, tienes una esposa esperando en casa y un hijo del cual encargarte, no creo que los quieras arrastrar al mismo destino. Te prometo cuidarlos una vez te haga desaparecer — dice Minho mientras acerca la colilla a la herida abierta de la cabeza en el otro alfa, presionándola con fuerza y provocando un alarido en respuesta — No tengo mucha paciencia.

Las lágrimas se derramaron y el sonido de aspiración de nariz en el hombre provocaron una mueca de asco en el gama.

— ¡Esta bien, esta bien! Klaus y Stick Yilmaz me dieron órdenes de atacar el club... como distracción — confiesa en lloriqueos bajos, nada propios de su segundo género.

— ¿Quién era tu verdadero objetivo? — gruñe el alfa, provocando más temblor en el contrario, quien parecía más decidido a callar ante esa pregunta.

Cuando Changbin hizo ademán de acercarse otra vez se apresuró a contestar. — Jisung Claire, su mate — susurra en declaración.

El gélido silencio inundó el lugar, el goteo de una tubería rota y de la sangre en la silla hicieron eco en las paredes largas. El olor agrio de fermonas se volvió asfixiante y la furia era como una segunda capa de aire.

— Basiniz Yilmaz'in ana konagina gönderin, gözleriniz ve dilinizle baslayn, bir dis için digi çikarin. [Envíen su cabeza a la mansión principal de los Yilmaz, empiecen con los ojos y la lengual — ordena el turco dando una ligera inclinación a sus chicos detrás suyo. El horror se hace presente en el hombre y empieza a forcejear contra las cadenas en su cuerpo.

— ¡HAYIR, HAYIR, LÜTFEN! — suplica ahogado a las espaldas de Minho mientras se retira del lugar. Los alaridos son apagados en cada paso a su auto.

— Sus sospechas eran ciertas, amir. — habla Changbin al lado suyo mientras lo sigue silenciosamente — Si no lo hubiera detenido, hubiera aprovechado la distracción de toda la seguridad en el club para atacar a hürrem.

Minho suspira lentamente sacando otro cigarro de su pantalón para inspirar fuertemente su contenido. No debería fumar dada la condición de su herida, había sido revisado a primera hora de la mañana y el doctor había sido estricto en su tono.

Minho simplemente no era bueno siguiendo órdenes.

— Es el segundo ataque, no dejare que siga pasando. He sido misericordioso, dejaremos de tomar una posición defensiva — gruñe en respuesta el alfa — No me gusta que se metan con algo de mi pertenencia.

Changbin asiente silenciosamente y lo sigue al auto enfrente de ellos, no ha querido molestar a Minho quien parecía extrañamente ajeno ese día, algo poco común en él.

Minho estaba tenso, molesto e irritado, la imagen de la luz de esa mañana lo inunda de repente, la figura desnuda y aferrada a él sigue haciendo estragos en cada centímetro de su piel.

Jisung golpeó agresivamente la imagen en su regazo, sus toques delicados y los trazos suaves se volvieron movimientos furiosos sobre la hoja blanca, la figura pintada era muy poco entendible; ya que, parecían más garabatos poco cuidadosos que un dibujo en si.

Dahyun, Tzuyu y Sana estaban atrás suyo, paradas como estatuas sin atreverse a decir nada, el olor en el castaño era suficiente para adivinar su estado de ánimo y sus sugerencias de salir de las habitaciones de Minho como no muy buena idea fueron ignoradas también.

Lo que los llevo a los cuatro a los jardines principales que Jisung había reclamado como suyos y donde le gustaba soltar sus emociones de manera no muy delicada.

Jabir descansaba a sus pies, dormido y mostrando sus dientes en momentos, razón por la que también ninguno de los empleados le molestaba cuando iba ahí.

Había sido difícil vencer sus miedos para poder acercarse al felino y lograr soportar estar cerca de él. Pero después de escuchar la vida de encierro y prision durante gran parte de su vida Jisung no pudo evitar sentir empatía por el tigre; así que cada tarde o noche se encontraba a sí mismo dirigiendo sus pasos al hábitat de Jabir, en la comida o cena que le daban siempre había carne así que guardaba un poco para tratar de ganar la confianza del mamífero.

Fue sorprendentemente fácil, era más el terror de Jisung que la desconfianza del tigre para acercarse uno con el otro, Jabir se volvió tranquilo y manso con Jisung en el paso de los días.

Sus banyalar habían insistido en la teoría de Jabir captando la esencia de Minho en Jisung, puesto que aparte de él, era al único que dejaba acercársele. Como si de alguna u otra forma el tigre supiera que el castaño era el omega de su amo. Jisung lo veía muy poco posible.

— Un poco más de fuerza y romperás el cuaderno. — se hizo presente una voz, Jabir alzó la cabeza en amenaza. Era el hombre blanco de barba de ayer.

Jisung voltea la cabeza dudoso hacia las mujeres, ellas asienten para que se relaje.

— Oh, mis disculpas. Las condiciones para presentarme ayer no eran las más aptas, soy Seungmin Mikaelson. — extendió su mano hacia el omega, una sonrisa coqueta y natural adornaba su rostro, como si fuera algo habitual.

Jisung sintió el calor en sus mejillas al recordar los sucesos de ayer. A este paso toda Europa sabría de anoche.

— Soy Jisung Claire. — contesta bajo mientras toma el saludo.

— Veo que Minho realmente hizo un trabajo perfecto en marcarte, apenas puedo pararme al lado de ti sin que me pique la nariz en la amenaza de su ausencia. — el rubio se sienta en el banco al lado de Jisung, quien quería desaparecer por las esquinas de la casa a tal confiada declaración del alfa. Iba a decir algo más cuando un pensamiento rápido se clavó en su cabeza.

— ¿Seungmin Mikaelson, dueño del Mondrian en Londres? — pregunta sorprendido y el rubio extiende su sonrisa.

— El mismo, Minho y yo llevamos haciendo negocios desde hace años, es prudente tener alguien en quien confiar en el tipo de aires en el que él y yo nos movemos. — se derrapa en respuesta en todo el asiento en el que estaba, Jabir no le quita la mirada ni un segundo.

Jisung parpadea tratando de captar el mensaje, pero no tiene tiempo de razonar cuando entiende el motivo por el cual Minho y él se encontraron esa noche del celo del omega. Las coincidencias eran increíblemente desfavorecidas para Jisung.

— Se deben entender bien. — el castaño vuelve su vista al cuaderno cuando ve al alfa
lanzarles un guiño a las mujeres.

— Eso creía, debo confesar que me sorprendí cuando supe que la cabeza principal de la familia Hasmet se había unido, pensé que era más fácil bajar una estrella a que Minho se interesara en alguien — ríe mientras empieza a fumar — Pensé que ese pelirrojo lograría meterse en su cama una vez más y se haría con el titulo de hürrem.

Jisung detiene el movimiento de su lápiz y siente la tensión de las omegas atrás suyo.

— ¿De quien hablas? — susurra el castaño mientras clava su mirada en el alfa, el rubio no se percata al tener su vista enfocada en un pájaro.

— Seonghwa, el ahora secretario de Minho, si no hubieras aparecido estoy seguro de que no le hubiera importado el hecho de que Minho ya no este más disponible y se hubiera escurrido en sus sábanas como la última vez — expira el humo con parsimonia, girandose cuando siente un olor amargo proveniente del omega. El cárdeno rojo en sus ojos es apenas perceptible pero vistoso para cualquiera, se da cuenta del peso de sus palabras y su error. — Oh.

— Hürrem... — empieza Tzuyu mientras se acerca al castaño.

Jisung no le da tiempo de actuar cuando cierra el cuaderno con furia y se levanta de su asiento, sus pasos son fuertes en el mármol y se retira apresuradamente.

Seungmin y las omegas se apresuran a seguirlo, pero Jabir les gruñe en advertencia. El olor salado de lágrimas contenidas fue dejado por el omega en todo el lugar.

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