6
La elegancia y belleza del diseño interior de la enorme casa era un remanso de tranquilidad comparado con la bulliciosa Estambul del exterior. Había aproximadamente diez mil azulejos que se extendían por las cúpulas de la casa y la iluminación refrescante que hacía brillar el mármol blanco de la estructura era debido a los más de cincuenta vitrales que se encontraban en la entrada. Frenkie pudo observar la flora exótica por toda la casa y se preguntó si acaso se encontraba dentro de una película de sultanes. No pudo evitar un sonido de sorpresa cuando vio las tres fuentes de jade que se encontraba al centro.
— Amir... hürrem — delicadas voces se escucharon a su lado derecho, si no hubiera sido por el saludo de las mujeres en la entrada, Frenkie hubiera pasado de ellas. Se dio cuenta que eran las mismas omegas que estaban en el hotel de Londres.
— Ellas serán tus acompañantes a partir de hoy, son omegas educadas en cultura y etiqueta que te ayudarán en todo momento, si tienes una duda, ellas son las que responderán ante cualquier cosa — le informa Marc y el omega lo mira confundido.
— Creí que solo tendría compañía cuando tuviera que salir —le recordó Frenkie.
— Ellas no son guardaespaldas, no entra en el término — respondió serio el alfa. Frenkie apretó los dientes enojado, el maldito sabía jugar con las palabras. Iba a responder algo más cuando las mujeres se le acercaron.
— Por aquí, hürrem — le indicaron en sintonía todas, casi robóticamente. Él omega volvió a cuestionar al alfa con la mirada.
— Te mostrarán tu habitación, cómo te dije, si tienes alguna pregunta, ellas te responderán —Marc pensó antes de continuar — Tengo...unas cosas de las que encargarme, volveré antes de las cuatro, no dudes en pedir a los sirvientes lo que quieras... no intentes nada fuera de lo acordado. Adiós.
Antes de que el castaño pudiera contestarle, el alfa ya le estaba dando la espalda para retirarse con todos sus hombres pisándole los talones. Vio la figura de Marc irse con un paso apresurado. Lo último que escuchó fue el sonido de los autos.
— No se preocupe, hürrem. El señor Hasmet siempre ha tenido poco tacto en cuanto a sentimientos se refiere. Pero estoy seguro de que, si lo eligió a usted como su mate, debe tener algo especial dentro de usted — dice Buret a su lado con una sonrisa amable. Frenkie sintió un poco de tristeza al observar la felicidad en los empleados de la casa; seguramente esperaban que su efendi lo había marcado por amor y cariño. Frenkie sintió remordimiento cuando registró las circunstancias del porque su unión.
— Hürrem — volvieron a llamar a las mujeres. Con un asentimiento, las siguió por la enorme mansión.
Mientras pasaban por los enormes pasillos y subían escaleras, las coloridas pinturas llamaron la atención de Frenkie por completo. A pesar de que su padre lo obligó a estudiar negocios, su corazón siempre había estado en el arte. Tenía muchos cuadernos con retratos hechos por él y uno que otro cuadro que había hecho cuando su padre no estaba en casa.
—Hürrem, sus cámaras privadas — había estado tan concentrado pensando en su padre que Frenkie no se dio cuenta de las enormes puertas de mármol blanco frente a él.
— Oh... — apenas pudo murmurar el omega cuando el espacio se abrió frente a él. — ¿Esto es de...Marc?
— No hürrem, esta parte de la casa es completamente suya — le contesta una mujer pelirroja.
«¿¡Es mío todo esto?!»
El omega tenía el sentimiento de shock más grande que ha tenido en toda su vida. No era una habitación única, frente a él se abrió un enorme espacio que parecía más un pequeño departamento, todo con el toque de Oriente por supuesto.
Había una enorme cama en la que estaba seguro que cabían por lo menos cuatro personas y frente a esta había un set completo de sala. En el techo se encontraron pinturas que le recordaron a la Capilla Sixtina. Su sorpresa incrementó cuando vio un enorme balcón, que tenía el mismo espacio que un cuarto promedio, cuando avanzó hacia este vio que estaba lleno de vegetación y que tenía su propia fuente de jade... ¡Una fuente de jade!
— El palacio de Agrabah — susurra para sí mismo viendo los detalles precisos en toda la arquitectura.
— Lo siento hürrem, no sabemos a qué se refiere — habló esta vez una castaña de ojos grises. El omega las volteó a ver sorprendido.
— La película de la lámpara de deseos — les explicó. Cuando vio la confusión en sus delicados rasgos decidió rendirse. — Ya veo, está bien, después veámosla juntos.
— Si es algo que quiere hürrem, lo haremos felices — indica por fin la última mujer, una morena alta.
— No hay necesidad de tanta formalidad, pueden llamarme Frenkie. Después de todo estaremos mucho tiempo juntos, me gustaría algo de familiaridad en este lugar — dijo el castaño con un suspiro mientras observaba el espacio. Las mujeres lo vieron con pánico mientras movían las manos frenéticamente.
— A hürrem está prohibido decir de otra manera que no sea hürrem — le explicó la castaña. Frenkie suspiro cansado, realmente necesitaba mucho de sí mismo para acostumbrarse aquí. No pudo evitar extrañar el trato familiar de los pocos empleados en su casa.
— Bien, pueden tutearme entonces — sonrió él omega. Nuevamente las mujeres negaron.
— Hürrem es Hürrem. No podemos faltarle el respeto de ninguna forma — aseveró la pelirroja.
—Pero... bueno está bien — se toca las sienes cansado. — ¿pueden decirme sus nombres o es necesario que vivan en el anonimato también? — pregunta esta vez.
— Yo soy Anna — dijo la pelirroja.
— A su servicio Katrine, hürrem. — se presentó la castaña después.
— Y yo soy Mikky — finalizó la morena.
— Es un gusto conocerlas — respondió más aliviado Frenkie al saber sus nombres. Las mujeres se inclinaron como todos lo hicieron en la entrada.
El castaño se quedó sin decir nada más. Cuando se levantaron se dirigieron a él.
— Es hora de prepararlo, hürrem. Después, le pediré a Kija que prepare la comida para usted, ¿Hay algo especial que quiera? — hablo Annah. Ignorando la pregunta de la comida, Frenkie cuestionó.
— ¿Prepararme para qué exactamente? – empezó a sentirse cansado. No irían a conocer a Recep Tayyip Erdoğan ¿o sí?
— Para que conozca a la señora Hasmet, hürrem — contestan las tres al unísono.
Marc sentía la adrenalina adentrándose en sus venas, por cada segundo que pasaba en ese lugar desierto sintió su sed de sangre incrementar. Sus hombres pueden oler las feromonas de peligro y dieron dos pasos más atrás de él. Las personas al lado de la otra mesa también sintieron el peligro en el aire.
— ¡Rompiste el trato! — exclamó enojado Sitk, el segundo al mando en la familia Yilmaz.
— ¡Nunca hubo un trato! — contesta Kalteck, el primo más cercano de Marc.
Con cansancio, el turco cerró los ojos para intentar apaciguar su enojo creciente. Tener a la familia que mató a su baba frente a él era un reto increíble para su autocontrol. Apenas llego a Turquía, su hermano llamo diciéndole que los Yilmaz exigían una reunión urgente, amenazando atacar las sedes que tenían en el país si no se presentaban. Un ataque directo conllevaría una guerra que estaba en comienzos de apaciguarse y el alfa no quería más gente inocente involucrada en sangre. Todo esto surgió por su reciente unión, de la cual los Yilmaz ya estaban bien informados. Sabía que era una cuestión de tiempo para que se supiera de Frenkie.
— ¡Debías unirte con mi hermano! — arrebató nuevamente Sitk, ignorando las palabras de Manuel y enfocando sus insultos en el Hasmet frente a él.
— Yo no... — la mano de su madre que se encontró al lado suyo apretó con fuerza la suya. Indicándole que una amenaza o grosería no era bienvenida en ese tipo de situación ya delicada, por respeto a ella dedicó callar.
— Está guerra ha llevado en decadencia a los dos clanes, hay muchos alfas prometedores que apenas van tocando el sabor de la vida en ambas familias. No es necesario llevar esto a algo de lo que será difícil salir — por fin habla Klaus, el asesino de su padre y la cabeza del clan enemigo.
— Estoy completamente de acuerdo Klaus — respondió su madre con un asentimiento. Marc sabía que ella también estaba controlando su ira ante el alfa Yilmaz.
— Has marcado a otro omega, eso ya es algo de nuestro saber y en toda Europa, sin embargo... – susurro sugerente Klaus. El AG ya sabía por dónde iba. — Si marcas a Joshua y te casas con él, la marca en el otro omega no será tan fuerte como la que tendrá mi hijo, todo esto contando que los dos son GAMA. Esta llamada a la paz no debe ser sólo dicho por palabras, únete con mi hijo Marc. Podríamos tomar a tu otro compañero como un consorte cualquiera.
Marc escuchó los susurros molestos de sus hombres atrás suyo. "¿Cómo puede faltarle el respeto a nuestro hürrem de esa forma?". Decían enojados, el alfa los miro con advertencia para que se callaran.
— Marc — le llamó a su madre. El turco pudo ver la insistencia en sus ojos para que aceptara el trato. Dudo un momento y estuvo a punto de aceptar; pero... recordó la promesa que le había hecho a Frenkie. Él siempre cumplió con su palabra, y aunque una parte de él sabía que solo la unión entre los dos clanes podría detener la sangre, también estaba presente que si aceptaba la unión los únicos que se beneficiarán más fueron los Yilmaz, después de todo la familia que tenía control total sobre Turquía era la de Marc. No tenía por qué estar ahí, su padre le había enseñado cómo controlar y subir la seguridad ante situaciones cómo está, había una forma de evitar la sangre. Y eso era recordarles a los Yilmaz quien mandaba ahí.
— No habrá unión — expuso Marc decidido. Los hombres al otro lado de la mesa sacaron a manifestar su enojo, Klaus los calmó con un gesto.
— Se sabio Marc — le sugirió.
— Tú deberías ser sabio, te recuerdo que está queriendo empezar una guerra con la familia más grande de este país y de las más poderosas en este mundo. Sabes muy bien que incluso la Bratva eligió una vía amigable con nosotros. — afianzó a Marc. La expresión de Klaus se oscureció.
— Mi hijo ha hablado, la decisión está hecha — afirmó su madre con él. Belma sabía que no podía cambiar la decisión de su hijo, había visto la determinación en sus ojos de la misma forma en la que su padre la tenía hace tantos años.
— Si así lo quieres. — murmuró enojado Klaus. Marc se levantó de la mesa, no tenía nada más que hacer ahí, sabía que su madre todavía tenía cosas que discutir con su hermanastro. Les indicó a sus hombres que se quedarán con ella, él tenía que tomar aire y tranquilizarse por un momento.
Con un suspiro cansado dejó la taza de porcelana en la mesa, el hombre a su lado hacia lo que podía para mover los abanicos de manera que le dieran más aire, fallando miserablemente. Joshua rodó los ojos molesto para quitarle un abanico y refrescarse el mismo. Con una expresión irritada miró su reloj para comprobar la hora, ¿cuánto tiempo lo iban a mantener en ese lugar?
— Molesto — murmura para sí mismo. Le había insistido a su padre y hermano que quería estar presente en la reunión con los Hasmet, después de gritar por toda la casa, los dos aceptaron a regañadientes. Después de todo era su unión de la que hablarían; sin embargo, jamás pensó que iba a ser en una fábrica abandonada y deconstruida. Una parte de él pudo entender eso, las reuniones de ese tipo siempre se llevaron a cabo en lugares abandonados, especialmente para no llamar la atención si había la posibilidad de fuego cruzado.
No lo dejaron entrar al lugar exacto de la reunión y lo mandaron con protección a un espacio de la fábrica, había exigido que le llevaran su propio sillón y la mesa para que pudiera tomar su té habitual de la tarde. El guardaespaldas inútil que mandaron con él incrementó su molestia al ver que no podía ni siquiera usar un abanico correctamente. Iba a quejarse nuevamente cuando escucho unos pasos fuertes, al ver quien era se incorporó rápidamente. Su corazón empezó a latir rápidamente y no pudo evitar las feromonas de emoción de su cuerpo.
Era Marc, el hombre del que estaba enamorado desde que tenía seis años y el único alfa que dejaría que lo marcara. Con nerviosismo arregló sus ropas lo más rápido que pudo, el alfa aún no se había dado cuenta de su presencia y vio cómo empezó a fumar, perdido en sus pensamientos.
Cuando notó las feromonas dulces, por fin dirigió su mirada a Joshua.
— Marc... — suspiró feliz saludándolo. A pesar de no haber visto al alfa en dos años, aún reconocía al niño en su rostro que jugaba con él mientras sus familias tenían reuniones amistosas. Las cuales habían acabado cuando su padre mató al de Marc, él omega recuerda que haberse puesto fúrico con su padre por arruinar la oportunidad de unión con el alfa de sus sueños.
— Joshua — murmura la voz grave de Marc. El omega sintió sus manos temblar ante el sonido de su nombre. Sabía que a pesar de lo había pasado entre sus familias, Marc siempre se mostraría cordial con él y aunque sabía que no debía confundir su caballerosidad con cariño, sintió su corazón hundirse cuando le informó que el alfa ya había tomado a alguien como mate. Nunca olvidaría el rostro de Sitk, su hermano, cuando lo encontró en la bañera llena de sangre después de enterarse de la reciente unión de Marc.
— Marc yo... — comenzó Joshua.
— Nos vemos después, Joshua – dijo antes de retirarse del lugar. El OG sintió su corazón romperse una vez más.
Marc se sintió molesto consigo mismo al no darse cuenta de la presencia del omega, sabía de los sentimientos de este hacia él. Lo cual lo ponía en un dilema difícil al tratarse de su amigo de infancia y el hijo del asesino de su padre. Sintió el dolor ya común en su cabeza comenzar al ver la mirada herida en Joshua cuando el olor de su madre lo distrajo. Por el enojo en su cara, sabía que la reunión con Klaus no había ido del todo bien.
Se paro a su lado y le susurró molesta.
— Espero que este omega valga la pena, Marc — sin nada más que contestar, la vio retirarse del lugar en el Mercedes.
Bratva: Mafia rusa.
Baba: Padre.
Mirka: Aquí los nombres que se utilizan.
NOMBRES:
Joshua Kimmich
Manuel Neuer
Mikky Kiemeney
Anna Lewandowska
Katrine Friis
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