57
La velocidad y torpedad apresurada en sus pasos hacia que las zapatillas ya incómodas se apretaran dolorosamente en los pies de Frenkie. Los pasillos de mosaicos y jade no se habían sentido tan largos desde hace mucho tiempo para él. Y a pesar del gran trayecto que había dado sentía que todavía faltaba mucho para llegar a la sala de reunión.
El eco del adhan parecía proyectarse y alzarse entre los rayos de luz que hacían anuncio del cuarto rezo del día en Turquía.
Era sumamente difícil concentrarse en la brumosidad del momento. Más aún cuando el olor acre del hombre a su lado le abrumaba por la intensidad de emociones que expresaba.
La expresión perdida de Robert le trajo un recuerdo amargo, al día cuando la noticia de su infertilidad se hizo tan presente como real. El vacío en los ojos del alfa parecía el regreso del sentimiento que aún se enterraba más allá de sus entrañas.
Viendo el desespero de Robert, se encontraba volviendo más en el "Te amo" susurrado en el pecho de Marc.
Los pasos de ambos se apresuraron cuando llegaron en la sala del consejo, los muhafiz se movieron rápidamente para abrir la gran puerta cuando observaron a Frenkie de lejos. El anuncio de su presencia fue callado con un gesto de su mano. La ostentosidad del momento ya era lo suficientemente intolerable.
La sangre fue lo primero de lo que se percató al entrar, el olor fue lo segundo.
Mirando el piso debajo de sus pies...la pristinidad del mármol ahora solo era un adjetivo inadecuado para el ahora casi negro camino que había pintado la sangre hasta llegar a la figura de Marc.
Si el olor cargado de Robert era pesado en el aire de hace unos momentos, las feromonas de Marc eran casi asfixiantes hasta el punto de ahogar cualquier olor alrededor.
Todos tenían la cabeza baja, temblorosos de captar la atención de la furia que se desbordaba en el hombre.
Frenkie observa la espalda de Marc expandirse con cada respiración pesada. La cabeza del hombre gira levemente para mirarlo, la solidez en su expresión le parece tan extraño como el acostumbramiento que tuvo de ella misma en sus primeros acercamientos. Pero apenas se detiene a pensar en eso cuando el recuerdo de su prisa aquí le pega de repente.
La atención del castaño a Marc pasa a segundo plano cuando ve la bola sangrante en el piso. La imagen horrorosa de una cabeza cortada se mostraba con facilidad frente a él. El nauseabundo olor hizo que tapara su nariz y boca en un acto pasmado.
Apenas fue capaz de tragar la bilis que recorría su garganta para ponerle más estudio a ella.
No había cabello dorado, ni ojos azules viéndolo en tonos opacos.
Sus ojos recorrieron la sala, captando la nueva presencia de Ronald; con manchas de sangre adornando su ropa. La tranquilidad que mostró ante la escena lo desequilibrio en todos los sentidos, pero decidió ignorarlo y seguir buscando al omega Cariporsi.
Después de segundos tensos logro hacerlo, en medio de todas las telas negras con la que se vestía el consejo. La expresión asustada seguía en su rostro a medida que su cuerpo temblaba.
Robert también lo vio, un suspiro de alivio rebosando en su corazón mientras observaba al omega verlo devuelta. Con los dientes apretados y las manos en puños, no tuvo más opción que apartar la mirada con un aire de frialdad.
Frenkie apenas pudo permanecer su atención en la escena de turbación entre Robert y ese omega. Más aún cuando el olor ferroso de la sangre se inundaba cada vez más entre sus fosas.
Si un toque ligero en su mano no lo hubiese distraído, estaría mirando el charco de sangre por más tiempo de lo que se consideraría normal.
Marc lo jalo hacia él, haciendo que la mano de Frenkie también se manchará de gotas carmesís, deslizándose incómodamente entre sus dedos. El omega observa el rostro inexpresivo y el cabello despeinado del alfa mientras este lo mira en silencio. Ronald apenas estaba manchado a comparación del alfa. La sangre goteaba del borde de la mandíbula de Marc.
Frenkie aprieta los labios, pero no dice nada.
Entre el mutismo del momento el alfa termina guiándolo a los asientos principales en la sala.
—Otur[Siéntense] —Marc se desliza con facilidad en el taht, un gesto desinteresado de su mano haciendo que el estruendo apresurado de todos se escuchara por la sala.
Frenkie hace el ademán de hacer lo mismo hasta que Marc lo toma con más fuerza.
—Neler yapıyorsun?[¿Qué haces?]—reclama. Frenkie frunce el ceño ante el
tono de Marc.
—Oturmak[Sentarme] —responde como si fuera lo más obvio. Marc hace una mueca extraña y se mueve ligeramente. Todos guardan la respiración con un jadeo profundo cuando le señala el espacio disponible a su lado en su taht.
Frenkie lo ve pasmado.
Desde tiempos antes de Osman; nadie, mucho menos un omega, podía sentarse en el taht del regente del imperio. Esas costumbres llegaron hasta las raíces reales de la familia Hasmet y el castigo era severo para cualquiera que osara siquiera intentarlo.
Recordando en tiempos oportunos sus lecciones de la dinastía tuvo como consecuencia que su boca se sintiera seca.
Cuando Marc ve la duda en Frenkie, decide jalarlo un poco más hasta que el omega no tiene más opción que bajar a su lado. Frenkie puede sentir la incomodidad de las piedras finas y el oro bajo sus muslos.
Los rostros de los miembros del consejo tenían mucho que expresar, pero el nudo en su garganta por lo acontecido los calla.
Frenkie siente un cosquilleo en su lado contrario, encontrando los ojos impasibles de Belma sobre él. Su boca dio una curva ligera; pero al igual que la tranquilidad pintada en el rostro de Ronald, la madre de Marc se mostraba con la misma expresión imperturbable a la de un comienzo al juicio.
Belma aparta la mirada después de lo que parecen largos minutos, Frenkie sigue su mirada, encontrando a las otras figuras que buscaba.
Los omegas estaban retraídos, con el cuello bajo por las feromonas gamas y la presencia de Marc que cada vez se extendía con más fuerza en el aire.
La figura apresada entre los alfas no era más Pablo, sino Emilia. Quien le dirigió una mirada venenosa en cuanto cruzaron ojos; su rostro calmo parecía tener brechas de furia que alteraban su belleza exótica.
Frenkie aguanto de nueva cuenta las náuseas cuando volvió a poner atención en la cabeza en medio de todos.
Ese era...
—Nerit ailesi, Allah'ın bana ihanet etme gücünden çok korkmamalıdır [La familia Nerit no debe tener mucho miedo al poder de Alá para traicionarme] —Marc empieza a arremangar su camisa con movimientos lentos. Sin mirar a todos en la habitación ha logrado un frío denso de espacio a espacio—. Kaç savaş kazandım? Hanedanlığımızın ihtişamını onlara kim geri verdi? Ve yine de ihanet etmeye cesaret ediyorlar![¿Cuántas he ganado y perdido? ¿Quién les ha devuelto la gloria de lo que era nuestra dinastía? ¡Y aún así osan traicionarme!]
Frenkie vuelve a mirar por tercera vez la cabeza, el miedo empezando a disminuir junto con el asco.
Khan Nerit...el padre de Emilia.
Sus ojos se vuelven a la mujer al centro.
—"Los mellizos no te serán un problema, Andrea no es más que una noble con cabeza hueca y Pablo prefiere ser parte de su sombra. Bruno es inteligente, pero no más que Emilia—"
Las palabras de Joshua Yilmaz llegan a sus oídos con claridad rotunda.
"—Ha sido la más educada —"
Sus manos se aprietan hasta causar heridas por sus uñas que empiezan a enterrarse en la palma de su mano.
"—Por supuesto que lo es, pero te aseguro que es la persona con más deseos de matarte—".
El recuerdo de Jabir le palpita en la boca cuando empieza a saborear la sangre en ella. El cosquilleo en su lobo se terminó de confirmar.
La información de la especialidad de la familia Nerit fue entregada a Marc antes del comienzo del juicio, resultados de las investigaciones que Frenkie había mandado a realizar en cada uno de los omegas.
Frenkie le había ordenado a Christensen que la compartiera con Alonso en una conversación desinteresada, sabiendo que él le diría a Marc.
Todo fue como una ficha de domino a partir de ahí.
Las confesiones contra Pablo Cariporsi le habían hecho dudar. Pero ante la tardanza de Marc decidió aplazar el juicio en su espera.
Al final...pudo alcanzar el final que predijo. Las palabras de Robert sólo aseguraron sus planes.
Con toda la familia Nerit exterminada y el consejo en posición frágil.
—¡Amir, bizim Nerit ailesiyle hiçbir ilgimiz yok![¡Amir, nosotros no tenemos que ver con la familia Nerit] —los gritos en súplica no tardaron en llegar y abatir la sala.
Eso era cierto, Frenkie no solo había investigado los planes a hacer de las familias de los omegas, así como las mafias. Sino también aprovechó los recursos para poner en lupa cada una de las acciones del consejo.
Aparte de las reuniones ocasionales de juego para jactarse de su posición política ninguna de las familias políticas a los Hasmet tenía algún núcleo de unión. Todo giraba en pos de la competencia por el poder.
Los Nerit habían sido los únicos con un sentido de valentía para ir en contra de los designios y leyes de La Roja.
Y ahora no quedaría nada de ellos.
Un gruñido grave retumba en el aire.
Frenkie siente intranquilidad cuando ve la respiración de Marc siendo cada vez más irregular, la naturaleza de su omega queriendo apaciguar a la furia creciente a su lado.
— Hürremlerine karşı çıktılar! Bu yüzden onlar da doğrudan bana ve dolayısıyla Ala'nın arzusuna gittiler![¡Han ido en contra de su Hürrem! ¡Por lo que también han ido directo hacia mí, y por lo tanto al deseo de Ala!]
La inclinación de cuellos con glándulas al aire vuelve a surgir ante el avistamiento de los caninos entre las palabras de Marc.
—¡Amir, sana yemin ederim ki, yaptığım her şey, bulunduğum her şey senin yanında olmak![¡Amir, le juro que todo lo que he hecho, todo lo que he sido es para estar a su lado!]—Frenkie frunce los labios cuando Emilia se lanza al frente, la desesperación en su rostro y el olor ácido que exhalaba le estaba empezando a molestar cada vez más—¡No he mentido cuando presente una acusación entre la traición de uno de sus bajás y Pablo Cariporsi!
En un momento de tensión reñida toda la atención de culpabilidad del consejo se ve arrastrada por un nuevo foco de carta de salvación. Frenkie casi suelta un bufido cuando ve las intenciones de la mujer.
—Bajá—la voz de Belma resuena después de mucho tiempo, su dedo se mueve con impaciencia sobre los antebrazos de la silla. Lo que causa una sensación intangible de dominación en su pregunta— ¿Cómo respondes?
Frenkie endereza la espalda mientras se prepara para interceder por el alfa, pero la voz seria y fuerte de Robert aparece antes de que pueda decir algo.
—El joven Pablo Cariporsi es parte del harem de amir y yo soy parte de las bases de este clan, mi lealtad hacia las reglas de La Roja son antes de cualquier omega. Además de una relación política y de estrecho respeto, jamás he pensado en el joven Cariporsi de otra manera, y nunca lo haré —Robert da un ligero vistazo indiferente al omega al fondo—. Las acusaciones son falsas, no hay nada que comprobar.
Frenkie se relaja de inmediato, un suspiro aliviado deja sus labios en casi un susurro.
Trata de mantener un rostro impasible incluso cuando siente el peso de la mirada de Marc a su lado.
Le prometió a Robert protegerlo. Confiaba en Marc con todo de él, pero no podía meterse en una relación que no era suya. La lealtad a su gente estaba en los primeros puestos de priorización en sus valores. Y así siempre sería.
Marc relame la piel interna de su boca, sus ojos viajan de arriba a abajo mientras estudia al omega.
Para este punto no había ni un milímetro de piel y desconocimiento en actitud que Marc no conociera de Frenkie. Era tan legible para él en cuestión de actitud, pero decidió respetar la privacidad que aún le quedaba lejana a él.
—Mi bajá ha hablado. Yo he confiado mi vida en ellos así como ellos confían la suya en mí. No hay nada más que probar —finaliza Marc con un gruñido que no permite objeciones. Frenkie vuelve a respirar tranquilo cuando el alfa no insiste más en el tema.
—¡Amir! —la voz de Emilia resurge cuando se ve atrapada entre el fracaso y perdición de su plan. La imagen de su padre en el piso solo hace que sienta su mente hundirse más. Rodeada por la desesperación que le llena no tiene más opción que tomar cualquier medida y palabra para librarse de lo que sería una cruel muerte. Por los ojos del omega castaño sobre ella, no sería una promesa en vano—. Soy fiel a mi dinastía, a mi clan... ¡le daré muchos hijos! ¡Todos alfas!
Ante esas palabras, el tema de un heredero renace entre las lenguas del Öğüt como un mar de necedad para mantener la mira en un punto lejano a su derrota. Murmullos mostrando la necesidad de un bebé nacido se despiertan entre las telas negras.
Frenkie capta de nueva cuenta la distracción que quiere traer Emilia.
—Konuşmaya nasıl cüret edersin?[¿Cómo te atreves a hablar?]— murmura entre dientes interrumpiendo a todos. Cuando se incorpora del that para caminar al centro sus pasos resuenan en un silencio frívolo, todas las posturas negras se revuelven entre sí—. No hay futuro para ti, no mientras Jabir esté en el hilo de muerte y tú no.
La omega aprieta los labios hasta provocar sangre y su mandíbula tiembla por el desagrado también expresado en sus ojos verdes. Frenkie casi puede sentir la oleada de odio en cada respiración pesada que daba la omega.
—Entraste aquí como un falsario, no importa cuantas joyas ostentes y cuanto alzas la cabeza...siempre serás un omega de solo nombre —Emilia se aseguró de susurras las palabras entre el espacio entre ellos, su cobardía le acompañaba hasta en el veneno de sus palabras—. Estás podrido.
Frenkie estira los labios ligeramente. Ah, furia. Antecediendo a la negociación le sigue la etapa de desespero.
—La última persona que me dijo eso termino desterrado a la vieja propiedad de los Hasmet, sin ningún apoyo de su lado lo hundí desde lo más alto, volviéndolo a lo que es ahora —Frenkie se inclina en el oído de la mujer mientras los alfas que la sostienen la agarran con fuerza de la cabeza—. Tu madre, tus hermanos, hermanas, tus primos y primas...serán decapitados y empalados frente a ti.
Sabiendo que serás la última te encerrare con el resto que quede de ellos, pudriéndote a la par con sus cadáveres— Emilia empieza a temblar cuando las feromonas de Frenkie se sobreponen sobre las de ella—. Cuando Jabir regrese a mí y estés en tu último punto de cordura, dejaré que coma lo que hayas dejado de tu cuerpo... alcanzarás la muerte deseada y solo Alá sabrá cómo lidiar con tus pecados una vez que estés ante él.
Los ojos de la omega se tiñen de rojo a medida que solloza con gritos ahogados que zumban en los oídos de todos. Su cuerpo se voltea en movimientos violentos para zafarse del agarre que la apresa.
Una palidez fantasmal empieza a mostrase en todo miembro del Öğüt cuando la mujer es arrastrada junto la cabeza de su padre en sus brazos.
—Allah seni göz önünde bulunduruyor[Alá te tenga en su consideración].
El silencio comienza de nuevo.
Frenkie cuenta en su mente mientras gira el anillo esmeralda, deja que las aguas temblorosas del momento se apacigüen entre los susurros del mar de burkas frente a él.
—Amir...
Ah, ahí estaba.
—Amir, sus palabras son ciertas. Siendo traidores o no la justificación de sus acciones jamás será perdonada. Sin embargo; si existe la urgencia de herederos.
Y así como una pequeña flama en un sombrío bosque...el incentivo se volvió un incendio abrasador.
—¡Su hermano Manuel también ha renunciado a tener hijos! ¿Qué esperanza queda para la continuación del imperio?
—Es urgente que pase su próximo celo con los candidatos que quedan. Buscaremos a otro que sustituya a Emilia, no habrá errores esta vez.
Frenkie tuerce la boca amargamente. Estando en el centro de la habitación podía ver con más claridad el círculo de capas negras a su alrededor.
Todos los ojos estaban en Marc, nadie lo volteaba a ver a él.
La única opinión que importaba era del alfa más fuerte aquí.
Como yeguas que crían, no importaba cuanto se esforzara en apoyar por la dinastía. Si no podía tener un bebé dentro suyo, su papel era irrelevante y sustituible en el clan.
Frenkie gira la cabeza atrás suyo, encontrando toda la atención de los iris dorados sobre él mientras el revuelo continúa.
¿Estaría bien apresar a Marc con él en su sufrimiento cuando el que se ve imposibilitado de engendrar es él?
No parecía justo. Marc sería un increíble padre.
Pero las opciones de madre no eran las mejores.
Cuando toda la tensión recaía en las próximas palabras de Marc, Frenkie aparto la mirada de él y volvió a buscar a los hatuns en la sala.
Había eliminado a uno. Sería mejor aprovechar la situación para el destierro de otro antes de que todo el asunto gire en su infertilidad.
No tardó mucho en localizarlos en la enormidad de la habitación. Seguían retraídos en su lugar con los guardias rodeándolos.
Cuando ellos notaron la intensidad de su mirada se giraron para ignorar las quejas del Ögüt y prevenir sus futuras acciones.
Pablo rápidamente noto el entumecimiento en su hermana al lado suyo, un olor ligero delataba el miedo que ahora tenía por el foco de Frenkie Claire sobre ellos. Y a pesar de que Bruno quiso mantener su postura altiva pudo sentir como su figura flaqueó cuando el omega castaño solo pasó a observarlo a él.
Habían llegado con esperanzas de mantenerse en lo más alto de la sociedad de élite con la adquisición de un poder ilimitado para su familia por medio de una unión, pero ahora no podían avecinar nada más que la desaparición de sus mafias.
Emilia era de Turquía, su familia era arraigada a La Roja, pero ellos no.
Además de la muerte, la destrucción de sus legados sería lo menos que los Hasmet podrían hacer.
Los antiguos amir de esa familia habían provocado guerras entre países para aprovecharse de la competencia armamentista que les traería beneficios. Constantinopla, el antiguo imperio Otomano y ahora La Roja solo eran la misma cara de la moneda, la evolución y el cambio de nombre y sistemas no alteró por mucho su hegemonía. Pablo no tenía en vano su miedo a que Marc Hasmet provocara una crisis permanente en sus países si así deseaba.
Sin embargo, la preocupación de una extinción masiva y de su muerte parecía un problema tan minúsculo con el dolor impregnado en su lobo.
Sus ojos seguían volviendo una y otra vez a Robert, en el lado derecho de la habitación junto con el hombre que era mano derecha de Marc.
Después de su confesión no había vuelto a ver a Pablo, y alguna parte de él sabía que jamás lo volvería a hacer.
De repente la idea de morir no era tan mala.
—El harem será anulado —la voz dura de Marc volvió a sonar entre el siseo de los cuervos negros.
Belma gira la cabeza con pavor hacia su hijo, su mirada severa es ignorada por Marc. Todos los miembros se ven entre sí con expresiones igual de escandalizadas.
Ningún sultan, ningún amir y ningún regente suyo había pedido tal cosa en milésimos de años.
La creación de un harem podía ser una idea renuente para los más jóvenes al llegar al poder, pero siempre había terminado existiendo uno por las necesidades naturales de los alfas de tener posesión.
Lo que pedía Marc ahora, era casi—y exageradamente— imposible.
—No lo será.
Todos giraron en automático su cabeza hacia el otro extremo de la sala, con un movimiento que podría considerarse casi cómico si no se tratara de la situación de ahora.
Frenkie tenía una postura tranquila y neutral, su rostro de piedra permaneció incluso cuando Marc se levantó del taht con una expresión helada.
En sus ojos dorados se mostraba la perplejidad que sentía. Incluso Belma y los demás alfas quedaron entumecidos en sus asientos.
—Como encargado del harem hago la solicitud de la eliminación de estos miembros con excepción de Pablo Cariporsi y la reincorporación de hatuns nuevos de mi elección.
—Başvuru reddedildi [Solicitud denegada]— brama Marc con una dureza que hace temblar a todos.
—Yo soy quien tiene control del harem, amir —responde Frenkie con el mismo volumen—. No usted.
Ronald observa de inmediato desde lejos el cambio en las feromonas de Marc. No estaba feliz. Era cuestión de tiempo antes de que explotara.
—El juicio ha terminado. Y hago una orden para una reunión privada con su Hürrem —finaliza el gama con gelidez—. Los omegas saldrán del país mañana por la mañana, y el tema del heredero será nuevamente conversado hasta que termine de hablar con mi mate.
Marc da una inhalación profunda mientras trata de calmar su mente.
Su vista se mantiene sobre Frenkie, ignorando el descontento de su madre a un lado suyo.
Ronald y Robert se empiezan a posicionar para el seguimiento de órdenes cuando Marc mueve un dedo hacia ellos.
—Dışarı [Fuera].
—¿Un nuevo harem? —la voz de Marc es dura, justo como Frenkie esperaba que fuera— ¿Es eso lo que quieres?
—No es algo que deseo, pero he estado meditándolo por mucho tiempo. Es la mejor opción para...
—Klan için, ailem için veya kendim için en iyi seçeneğin hangisi olduğu umurumda değil! [¡No me importa cuál es la mejor opción para el clan, para mi familia o para las tradiciones!] —le interrumpe Marc mientras camina hacia él, sus pasos fuertes resuenan con el vacío de la sala.
—Ses tonunuza dikkat edin [Cuida tú tono]—Frenkie no muestra ninguna expresión a pesar de que su cuello arde por inclinarse y su respiración tiembla. Marc aprieta los dientes y toca el puente de su nariz con frustración.
—Cada vez que pienso que en predecir tus acciones terminó en un círculo inminente de fracaso. Eres necio y obstinado, el omega más pertinaz que he conocido —Marc relaja sus músculos y se acerca con más tranquilidad hacia el omega—. Aún estoy preguntándome si eso me causa problema o aún más deseo por ti.
Frenkie suelta un bufido mientras niega con la cabeza. Marc lo toma por los brazos y lo pega hacia él.
—Çocuklara ihtiyacım yok [No necesito hijos] —le susurra el alfa mientras acaricia la piel de su cuello, del lado donde el cubridor opaco no se muestra más.
—Pero se que los quieres —Frenkie toma su mano y la aparta de él. A Marc parece no gustarle la limitación de contacto.
—¿Cómo lo sabes?
—Por qué lo siento, cada día que el vínculo se hace más grande puedo sentir eso viniendo de ti. Mi lobo me pide responder a la siguiente fase de acoplamiento y responder a los deseos naturales de mi alfa —Frenkie chasquea la lengua mientras hace espacio entre él y Marc—. Algo que no puedo dar.
Marc no responde a eso, un entendimiento intangible se cubre sobre ellos.
Marc vuelve a caminar hacia Frenkie cuando la puerta se abre con fuerza. El alfa voltea y su ceño se frunce.
—He dicho que nadie puede entrar —gruñe hacia las tres nuevas personas que irrumpen en la habitación.
Frenkie inclina su cabeza, su postura vuelve a ser la misma de antes al ver a Leon y Ronald en una posición de cansancio. Al parecer hubo un pequeño conflicto entre ellos antes de que los dos se mostraran aquí.
—Le he dicho que no podía entrar. Pero me ha ignorado —Ronald bufa mientras observa con enojo al alfa de cabellos dorados.
Frenkie se detiene un momento en observar el folclor en el brillante traje verde y los zapatos esmeraldas que reflejan la luz qué pasa a través de los shebekes antes de darse cuenta de la presencia del médico familiar de los Hasmet, el doctor Elak.
Bajo y regordete como siempre ha sido, se muestra detrás de los dos alfas que siguen en posturas de pelea.
Leon tiene un fuerte agarre sobre la camisa del beta que no hace nada para tratar de librarse de tal acto de grosería.
—He dicho que mis asuntos son urgentes. Más que cualquier reunión caprichosa que haya podido exigir Marc para tener a su omega encerrado como él.
—Su título es Hürrem, viejo inglés —Ronald espeta con ojos fríos.
Leon da un bufido y avanza hacia ellos, dejando a Ronald atrás. El moreno no avanza cuando Marc le da una seña para que deje ser a Leon.
Frenkie abre los ojos sorprendidos cuando el hombre lanza con violencia al anciano hacia sus pies.
—Habla —dice Leon mientras sacude las mangas de su saco. Marc mira con severidad a su amigo antes de poner sus ojos sobre el pequeño beta tembloroso.
La preocupación de Frenkie se agranda cuando el doctor no dice nada. El estado de Jabir es lo primero que viene en su mente, y con eso presente empieza a caminar a la salida para poder correr hacia donde el tigre.
Pero Marc lo detiene y lo toma del brazo antes de que pueda dar más de dos pasos. Frenkie lo voltea a ver exasperado.
—Ve-Ben...—el médico empieza a temblar mientras sus manos se mueven nerviosas— Ey Allah lütfen bana merhamet et, Amir! [Y-yo...¡Oh Alá por favor téngame piedad, Amir!]
Leon da un suspiro pesado mientras voltea los ojos. Sus manos se abren y cierran como una acción que denota nerviosismo. Marc empieza a ser más serio al ver a su amigo así.
—Leon —advierte impaciente. El otro hombre apenas le da una mínima mirada antes de pasar a observar a Frenkie.
—Ha sido engañado, hürrem.
Frenkie lo mira raro mientras cruza los brazos, las joyas en sus hombros tintinean al movimiento.
Aprieta el anillo esmeralda en su dedo contra los demás cuando la ansiedad le llena.
—Dime, ¿en qué he sido engañado? —exige con la misma inquietud de la voz de Marc.
—Hürrem, usted sufre un cambio de adaptación en su cuerpo, es diferente a otros omegas —Leon da un vistazo breve a Marc antes de volver su atención en él—. Es diferente, pero no infértil.
Frenkie empieza a sentir su cuerpo entumecerse, el sonido de sus latidos empieza a resonar en el interior de sus oídos. Marc da un paso y Frenkie puede sentir el aroma de confusión en él y en Ronald alejado unos metros atrás.
—Hürrem, usted tiene diez semanas de embarazo.
Voten❤️
Temblaron, no soportaron.
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