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—¿Estás escuchando lo que dices?
El tono escéptico en la voz de Marc no fue una sorpresa para Leon; así como tampoco lo fue el desdén en las honestas expresiones del casi siempre inexpresivo gama.
Estaba acostumbrado a que las palabras que salieran de su boca no fueran tomadas con la seriedad con la que él las expresaba, pero incluso con las pocas pruebas precedentes, el también dudaría de la veracidad de lo que ha descubierto si no fuera por la seguridad de los resultados ya confirmados.
—¿Por qué no?¿Es que acaso el regimiento actual que trajo la sexta extinción masiva no es suficiente justificante? —Leon murmura calmado, viendo cómo la bola metálica de su péndulo de Newton pasa su energía a la siguiente puede evitar la mirada casi gruñona del otro alfa. La ciencia era más fácil de entender que la necedad de Marc.
—¿Estás atribuyendo esto a una especie de teoría de evolución?—Marc sonaba más tranquilo, casi curioso.
—La teoría de Darwin y de Lamarck pueden tener relación, sí. Pero los dos, siendo betas, jamás podrían entender completamente la de Jushem, un omega.
—¿La teoría ABO?— el turco se recarga por completo en el sillón, Leon asiente mientras truena los dedos de su mano derecha.
—Los humanos evolucionaron por la necesidad de adaptarse. Los jefes de las tribus antiguas fueron los primeros alfas en nuestra historia, copiando en la naturaleza de las manadas de lobos la necesidad de salvaguardar a sus clanes fue un factor importante, pero no tanto como la de proteger a su pareja —Marc considera estas palabras en silencio, viendo la disponibilidad en su amigo Leon decide continuar—. La mordida, resultado del deseo de mostrar una marca ante otros enemigos cercanos y el alargamiento de caninos para hacerla posible junto con la actitud de dominación es una respuesta a lo que los omegas exigían para considerar enlazarse con un compañero apto, ¿hay alguna prueba de que esto no suceda actualmente?
Silencio.
Marc cierra sus ojos, la preocupación de su lobo rasga en su pecho.
—¿Los cambios en Frenkie han aparecido por convertirlo en mi compañero?
—Parcialmente —Leon tuerce la boca al notar el ligero sentimiento de culpa en Marc—. Los alfas gama siempre se han emparejado exclusivamente con omegas gama, al menos esto dicen los registros históricos.
Aparte de ti, solo hay cuatro alfas gama viviendo actualmente; sin embargo, eres el único emparejado con un omega "normal".
El olor a fármacos en el ambiente solo hacía más difícil para Marc el pensar correctamente.
Leon se acerca lentamente hasta donde está sentado, el peso de una mano sobre su hombro se asienta con parsimonia.
—Se que es difícil para él en este momento, pero tienes que convencerlo de realizarse más estudios. Necesito ver que es lo qué pasa en su cuerpo.
Marc exhala pesadamente. Si, tendría que hacerlo, incluso si Frenkie era renuente a los estudios su salud estaba sobre los deseos que pudiera tener. No había otra opción.
Leon quiere agregar algo más, pero Marc lo detiene con un movimiento rápido de su mano. Sus orbes dorados voltean inmediatamente hacia la puerta, donde el cambio de las feromonas de sus hombres se habían hecho notable. Leon hace un grito ahogado cuando ve su expresión.
—Por favor, dime que no es otra bomba.
Marc frunce los ojos cuando la puerta es abierta con prisa. La expresión seria de Ronald deja todo a la imaginación.
—Es hürrem —su voz tiene cierta inseguridad y vacilación palpable. Marc se incorpora de inmediato y Leon vuelve a una expresión seria de inmediato.
—¿Qué sucede? —demanda, un suspiro de inquietud colándose entre las sílabas de sus palabras.
Ronald tarda en responder, demasiado tiempo para rasgar el límite y paciencia de Marc.
—Está mañana fue a territorio de los Yilmaz. Tuvo una reunión con Joshua.
La brizna afuera del edificio es tan ajena al interior del mismo cuando un trueno retumba ligeramente las ventanas.
Con él, la reacción de Marc es inmediata, Leon retrocede lentamente mientras observa el cambio en las expresiones de su amigo. La mandíbula apretada, la vena en la frente y el fuego furioso en sus ojos es un claro mensaje del estado fúrico que lo estaba empezando a delatar.
Tres sombrillas negras se extienden rápidamente sobre la cabeza de Frenkie, sus ojos voltean hacia los hombres atrás suyo con impaciencia. Los alfas observan al frente sin ninguna expresión visible en sus duros rostros, casi como si extender los paraguas y protegerlo de la ligera lluvia fuera una acción ensayada.
—Hürrem, empezará a hacer más frío, ¿gusta que compremos un abrigo para usted? —Christensen pregunta preocupado al lado suyo, sus ojos viajan de un lado a otro con inseguridad mientras toma las acuarelas y pinceles que Frenkie le pasa a las manos.
—No es necesario, casi he terminado.
El omega suspira mientras observa los colores frente a él. El aire frío de Estambul hace que sus mejillas se enrojezcan y sus manos tiemblen, incluso cuando los guantes las protegen. Aún así, disfruta más el caminar en el exterior.
Y aunque sabía que tenía materiales de sobra en casa, la necesidad de salir había llegado a ser insoportable una vez que la madre de Marc se había retirado con un escándalo en cada pasillo del palacete.
Por otro lado, los hatuns seguían dormidos a causa del desvelo de la noche, por lo que no tuvo que preocuparse por la actuación política que debía mostrar frente a ellos.
También la galería permanecería cerrada por hoy, así que un descanso breve no podría tomarse como una acción egoísta dadas las circunstancias.
Quería estar en paz.
—Hürrem, podríamos haberlo llevado a İstinyePark, es un lugar más cómodo para las compras —Robert vuelve a insistir a su otro lado, la rigidez en sus pasos denotaba su opinión al lugar elegido de Frenkie para su día de mercado: un pequeño bazar al aire libre en los barrios medios.
—Prefiero lo artesanal —expresa Frenkie con una sonrisa ligera. Ignora los susurros a su alrededor mientras camina y observa los otros puestos, la vistosidad de los alfas siguiéndolo no era algo que pudiera evitar ya. Cuando un mercader le ofrece con insistencia una canasta de fresas se acerca lentamente, su voz está ligeramente apagada cuando vuelve a hablar—¿Han mandado a Tristán como lo ordene?
Los dos alfas a su lado enderezan su espalda, el cambio a un tema serio casi siempre traía este tipo de reacción.
—Alonso es quien está a cargo de los Cellat, pero he logrado convencerlo de informarme de los datos que den nuestros hombres en Francia, lo ha tomado como una ligera petición de preocupación de mi parte —Christensen le informa calmo, Frenkie asiente y le sonríe al vendedor cuando paga por las fresas.
Quería reunir información suficiente para su primer movimiento, este tipo de obtención de datos requería una escala mayor de recursos que estaban bajo la jurisdicción de Marc, por lo que tenía que evitar el surgimiento de preguntas por parte de él. Robert y Christensen habían sido leales y comprensivos al prometer permanecer callados, la retención de información no podría considerarse una mentira en su totalidad de todos modos.
—Por supuesto que lo has convencido, él te hace caso en todo —Robert expresa animado, su cabeza se mueve ágilmente hacia un lado cuando Christensen lanza un golpe a su dirección.
Frenkie empieza a caminar más rápido cuando empiezan a pelear, el resto de los guardaespaldas lo siguen mientras dan una mirada irritada a los dos hombres que se quedan atrás.
—¡Beyefendi, beyefendi! —una mujer mayor toma su mano desprevenidamente. Frenkie tiene que hacer un movimiento rápido con su brazo para hacer que los alfas vuelvan a ocultar las armas en sus trajes. Robert y Christensen vuelven rápidamente a su altura, su olor empieza a dar un claro mensaje de advertencia. La anciana, que es una beta, apenas les da una segunda mirada, concentrándose exclusivamente en Frenkie—. Beyefendi, okumak ister misiniz?[Caballero, ¿le gustaría una lectura?]
Ah, la lectura famosa del café turco. Sus banyalar le habían comentado que era una acción habitual entre los nacionales de aquí, la familia de Marc e incluso los criados particulares se aseguraban de ir con sus adivinos o telves cada ciertos meses, el cuidado de tu futuro era imprescindible en ese tipo de mundo.
Frenkie considera la taza de café negro que la mujer le extiende. Los alfas atrás suyo se tensan cuando el omega la acepta.
—Hürrem...—empieza Christensen con nervios visibles.
—Está bien —Frenkie habla tranquilamente para calmarlos, sabía que eran muy cuidadosos con lo que comiera o bebiera, pero estaba dispuesto a arriesgarse por una experiencia así. Llevaba muchos meses en Estambul y aun había tradiciones que no había podido presenciar.
Los guardaespaldas se veían inseguros, debatiendo internamente si debían de dejarlo proceder. Al ver la expresión de su hürrem no tuvieron más opción que ceder.
—Bébalo en sorbos pequeños, concéntrese y medite, ¿qué es lo que quiere saber? —la mujer le explica paciente, Frenkie asiente y da el primer trago, no tarda más de un segundo en escuchar la inhalación intranquila de uno de los guardaespaldas.
El mercado alrededor se desvanece lentamente mientras disfruta el sabor tradicional en sus papilas gustativas, el rasgo amargo no se sentía extraño, aunque fuera de gustos más dulces y ligeros. Definitivamente había extrañado la comida simple, fuera de la preparación excéntrica a la que había sometido su paladar en los últimos meses todo parecía delicioso.
Cuando termina de hacer el último sorbo la mujer le hace una señal para que mueva circularmente la taza antes de poner el platillo de cerámica arriba, para después seguir moviendo suavemente en círculos.
—Voltéelos —señala la beta, Frenkie le hace caso y los presiona juntos al revés.
La mujer le hace elogios mientras esperan a que la borra del café se esparza y repose correctamente.
—Gözleri iri ve parlak, alfası ona iyi bakmalı. Yüzlerindeki yumuşaklık, sağlıklı çocuklara sahip olacaklarını gösterir[Sus ojos son grandes y brillosos, su alfa debe cuidarlo bien. La suavidad en su rostro denota que tendrán hijos sanos].
Frenkie siente temblar su sonrisa ligeramente, sus ojos voltean hacia abajo, donde sus manos sostienen la taza. Trata de mantener el olor decaído de su omega para sí mismo con poco éxito. Ya no quería sentirse así.
No es su culpa, se recuerda. Esta todo bien.
La anciana no dice nada más y extiende sus manos para volver a tomar la taza. Frenkie sostiene la respiración emocionado mientras observa atento las acciones de la beta.
Los alfas atrás suyo permanecen en silencio, pero Frenkie puede oler su curiosidad.
—Oh, usted tiene muchos protectores a su alrededor —ríe la anciana mientras da una mirada divertida a su espalda, el castaño extiende su sonrisa en acuerdo, su humor mejora cuando ve la vergüenza en los rostros arrebolados de los hombres a su alrededor—. Los momentos felices son abundantes, su transformación a la persona que quiere ser está teniendo éxito, también...
La mujer se queda en silencio de repente, Frenkie inclina su cabeza con curiosidad. Su cuerpo se tensa ligeramente cuando ve la seriedad creciendo en el rostro de la anciana.
—¿Qué pasa?—no puede evitar preguntar cuando los ojos de la beta se vuelven más confusos.
—Tú...tendrás cambios importantes en tu vida, el deseo de protección en ti es fuerte, pero la pérdida no podrá ser algo que puedas evitar. El...—la anciana alza la mirada hacia él, el miedo que expresan sus ojos hace temblar a Frenkie—, el sacrificio de uno será necesario para salvar a dos más.
Frenkie observa las manos de la mujer, sus dedos temblaban y apenas podía sostener la cerámica. La preocupación se asienta en su pecho sin previo aviso junto con las palabras que ha escuchado.
Una mano grande lo jala hacia atrás con suavidad antes de que pueda preguntar algo más.
—Eso será todo.
Robert extiende cinco billetes de 200 liras hacia la mujer con una expresión fría, la vista de Frenkie es interrumpida por espaldas grandes. Su mente sigue en un estado de confusión por la actitud de la mercader y no es capaz de escuchar con claridad el ajetreo de la gente a su alrededor en aumento.
El olor de lluvia y sándalo llega primero antes de notar el auto que se ha abierto paso entre los puestos. Robert y Christensen se inclinan de inmediato, los otros guardaespaldas le siguen rápidamente.
Frenkie observa a Marc caminar hacia la puerta del copiloto, ignorando a las personas y ambiente alrededor.
Venia solo.
—Entra —la mano del alfa se apretaba con tanta fuerza en la puerta que Frenkie temió que la abollara.
—Amir...—Christensen fue el primero en enderezarse.
—¡Kes sesini! —Marc brama en su dirección.
La voz del alfa tiene un efecto inmediato y la analogía de un efecto dominó se nota rápidamente cuando las personas en el mercado quedan quietas en su lugar. La presencia y dominio de un gama era algo a lo que no se podía resistir.
Frenkie respira lentamente cuando Marc vuelve a dirigirse a él.
—Entra. Ya.
Frenkie lo observa serio, no había sorpresa inesperada en su rostro. Sabía que Marc sabría de la visita al territorio de los Yilmaz tarde o temprano; sin embargo, la acción de girar el anillo esmeralda en su dedo es inevitable cuando entra al mercedes, su omega estaba respondiendo al enojo de Marc.
No sabía si eso era algo bueno.
El silencio entre ellos le trae recuerdos a Frenkie de sus primeras conversaciones. La expresión gélida del alfa y el olor de sus feromonas le estaban empezando a inquietar a medida que recorrían la carretera a un destino desconocido para él. Su cuello quería inclinarse, mostrar sumisión.
—Ne düşünüyordun?[¿Qué estabas pensando?] —Marc por fin habla, sus ojos seguían observando al frente pero su tono era claro.
Frenkie da un ligero vistazo al retrovisor, no había ninguna escolta siguiéndolos.
Marc aprieta aún más el volante cuando Frenkie no contesta.
—Bana cevap ver[Responde]
Frenkie bufa molesto cuando el olor del alfa lo presiona.
—Bazen Christensene hitap ettiğinizi unutuyorsunuz, ben sizin adamlarınızdan biri değilim ki benimle konuşasınız[A veces olvidas a quien te diriges, no soy ninguno de tus hombres para que me hables de esa manera]
Entendía el enojo de Marc, comprendía la situación actual de guerra, pero no toleraba la actitud típica y posesiva de los alfas.
—İşte bu yüzden Frenkie. Sen herhangi biri değilsin[Es por eso mismo, Frenkie. No eres cualquiera]—el alfa gira a verlo por un momento, sus expresiones se empezaban a calmar paulatinamente—. Eres mi omega. Pareja de la cabeza principal de la mafia turca, ¿te has dado cuenta del peligro que eso conlleva?
—Y es por eso mismo que debo actuar como tal, no esperes que me mantenga encerrado en cuatro paredes reforzadas, no puedo lamentarme todo el día por lo que se ha vuelto mi vida.
El alfa gruñe molesto.
—¡No quiero aprisionarte!¡Hago esto por tu seguridad!
—¡Y yo hago esto también por una razón! —Frenkie gira toda su atención a Marc, sus dientes muerden sus labios y su cuello se inclina ligeramente—¡Déjame protegerte también!
Marc clava sus ojos en los de él, su ceño estaba ligeramente fruncido y su cuerpo estaba tenso. Cuando observa la marca ahora visible de Frenkie su lobo se adormece en automático.
Da una exhalación larga antes de girar en un espacio cerca de la costa y detenerse.
El anillo en la mano de Marc giraba en una acción que denotaba su irritación, sus orbes dorados parecían tener un revoltijo de emociones y dudas. Después de un minuto en silencio y otro suspiro largo, habló.
—Este mundo...es más cruel de lo que puedes imaginar, he hecho cosas que te harían guardar rencor hacia mi —su voz es baja y su respiración calmada—. Si tu desprecio es algo con lo que tengo que lidiar para mantener tu seguridad...no me importaría que me veas con repulsión cada día de mi vida, no si aún puedo mantener la luz en esos mismos ojos que me odiarán.
Frenkie abre los ojos con ligera sorpresa. La mirada de Marc permanece en las olas ligeras del Bósforo a medida que el Sol baja. Un olor dulce inunda el interior del auto lentamente, desvaneciendo la brisa salada de la costa en el aire.
El castaño extiende su mano para permanecer en la mejilla de Marc, el movimiento hace que el alfa ponga toda su atención en él.
—He tomado la decisión de estar aquí—Frenkie mueve su mano hacia la palanca del asiento, Marc lo sostiene rápidamente cuando los empuja hacia abajo—, quiero esto. Quiero estar en Turquía, con mis banyalar y los alfas, con Ronald y Jabir.
Frenkie desliza su mano hacia el pecho de Marc, su rostro estaba inexpresivo, pero sus latidos eran fuertes y presentes.
—Quiero estar contigo.
Marc deja de respirar por un momento, apenas tres segundos. Frenkie observa el cambio en sus expresiones con una sonrisa, el deseo de inclinarse y besarlo es imposible de resistir, así que lo hace. El beso es suave, casi tímido; cuando nota que el alfa no hará nada para apartarlo rodea su cuello con ambas manos y abre su boca para poder profundizar.
Se pasma levemente cuando siente las manos del alfa temblar al rodearlo, su corazón da un ligero brinco a esta nueva imagen que le es mostrada.
Pero tiene que aclarar esto, empezar a distraer por sus deseos carnales no era una opción en este momento.
Se siente casi fastidiado al apartarse.
—Confía en mi —Frenkie susurra contra sus labios, dejando que el calor mutuo los relaje—. Una vez que termine te contaré todo.
—¿Por qué no me dices ahora?—responde Marc con voz profunda, Frenkie niega con la cabeza.
—Por qué sé que interferirás, y esto es algo que quiero hacer solo— su mano empieza a acariciar el cabello del alfa—. Permíteme tener esto. El hacer algo por la gente que quiero es importante para mí.
—No tienes que hacer algo para demostrar que te preocupas por ellos —Marc sabia a quienes se refería.
—Lo sé, pero aún así quiero hacerlo —su aliento empieza a temblar cuando el alfa desliza una mano dentro de su camisa—, ¿no dijiste que me darías lo necesario para reducir todo a cenizas?
Frenkie jadea cuando Marc presiona con más fuerza sus cuerpos, su piel seguía adolorida por los hematomas que el alfa había dejado en él, pero aún así no podía reducir el anhelo para que el alfa dejara unos nuevos.
Una sonrisa se presiona contra sus labios a medida que sus muslos se humedecen.
—Sanaher şeyi vereceğim[Te lo daré todo]
Voten <3
Que arda TROYA!!!!!
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