32
—Si tanto quieres retarme, esperare a que puedas soportar las consecuencias.
Frenkie respiró lentamente, la imposición de dominio gama en él estaba causando grandes estragos en su cuerpo, el cuerpo de un omega.
Ninguna persona, en toda la historia de la sociedad, podía rehuir de cualquier voluntad que un gama proclamara. Alfas menores, betas e incluso omegas gamas—con un gran control en sus celos y feromonas—no podían hacer frente a la amatividad desbordante de un alfa gama.
Había estado expuesto a la esencia de Marc antes, pero la imposición directa causaba que su marca palpitara como no lo había hecho desde que estaba recién hecha.
Su entrada se contrajo y mojó cuando Marc liberó su miembro sin ninguna vergüenza. Su rostro neutro y arisco hizo sonrojar a Frenkie por la falta de pudor que podía tener.
Marc arriba suyo sostiene su cabello suavemente, mientras otra ola de feromonas llega a Frenkie y activa con fuerza su celo.
La voz ronca del alfa y la tensión sexual alrededor hizo hilos en sus manos que lo movieron voluntariamente al pene de Marc.
Nunca había hecho eso, por nadie. Y en general era virgen antes de conocer a Marc, la introversión impuesta por el mismo en sus años de florecimiento estaban trayendo en cara la falta de experiencia que ahora tenía.
Abre su boca ligeramente y da un chupetón inseguro, debía verse realmente patético.
Alza la cabeza lentamente pero no ve cambios en la expresión del alfa, quien inclina ligeramente la cabeza y acerca sus dedos a los labios de Frenkie.
—Lámelos —ordena tranquilamente el gama. Frenkie los observa por un segundo y es incapaz de no hacer lo que Marc dice.
«Malditos instintos naturales», piensa el castaño.
Abre la boca y los mete en ella, para empezar a chuparlos al ritmo ligero que estaba marcando Marc en su cavidad.
La saliva empieza a llenar los largos dedos del alfa, quien observa el rostro rojo y excitado del omega. Ve hacia abajo y ve el propio miembro de Frenkie despierto—. Ni siquiera te he tocado y ya estás así, ¿te calienta tanto tener sólo mis dedos embistiendo tu boca?
Frenkie gime cuando un pie del alfa toca su erección, haciendo una pequeña presión que solo hace mojarlo más. Marc mantiene un intenso contacto visual, Frenkie no sabe si sentirse enojado o más caliente por lo compuesto que parece el otro hombre.
Marc detiene sus movimientos en sus dedos y los abre como una tijera.
—Mantén tu boca así e intenta hacer lo mismo que hiciste con mis dedos.
Frenkie se acerca más, el alfa no se mueve ni un poco, esperando a que el castaño sea el de la iniciativa en tomar su miembro. El omega toma con más seguridad la situación, alza su cabeza y su boca busca el pene de Marc, pasando su lengua desde abajo hasta la punta ya húmeda.
El movimiento hace que el cuerpo del alfa se tense, por primera vez Frenkie ve una reacción natural. Sin perder el tiempo, toma en su boca todo el falo grueso.
Marc jadea débilmente y el sonido hace temblar el cuerpo del omega. Apenas y el comienzo entraba en su boca, pero la reacción del alfa hizo una inspiración mayor en seguir.
Movió su boca lentamente, de arriba a abajo, tratando de no rozar con los dientes y usar su lengua en lo posible, ignorando la arcada cuando el pene llego al extremo de su garganta.
Marc observa la imagen abajo suyo, el rostro lloroso del omega hacía que quisiera hacer un desastre mayor en él. Su mano aprieta el cabello de Frenkie y empuja aún más su miembro en la profundidad de la boca del castaño, quien gimotea por el abrupto movimiento.
Había tenido muchas felaciones antes, incontables, y definitivamente con personas con más experiencia; sin embargo, ver a Frenkie ahí, arrodillado y dando rienda suelta a su naturaleza...era una emoción inexplicable.
La lengua del omega estaba haciendo un gran trabajo, lo que lo llevó a un pensamiento de posesividad al pensar en Frenkie ganando esa experiencia con otros.
Marc no pudo evitar marcar un ritmo más rápido, haciendo que los sonidos de chop chop chop sonarán sin límite alguno. La boca del omega lo aprisionaba con tanto calor, haciendo que su alfa gruñera con satisfacción.
Frenkie tenía la sensación disfrutable de la carne haciendo cosquillas en su lengua, yendo cada vez más profundo dentro de él. Escuchar los jadeos bajos del alfa hacía que fuera imposible ocultar su propia excitación.
Su entrada ya estaba completamente mojada, y cuando las pequeñas embestidas de Marc se hicieron en un ritmo más rápido llevó su propia mano a su agujero. Bajo un poco sus pantalones y rozó suavemente ese lugar, donde el dolor estaba siendo más visible por cada minuto que pasaba.
De un momento a otro, el alfa se retiró de su boca, provocando un sonido vergonzoso de pop. Marc lo carga con maestría y lo arrincona contra el escritorio frío.
—¿Q-qué haces?—cuestiona sorprendido. Todo sucedió muy rápido.
El alfa no contesta nada detrás suyo y responde bajando su ropa inferior con facilidad. Frenkie jadea en sorpresa e intenta girar la cabeza, pero Marc lo sostiene rápidamente contra la madera.
—El único que puede tocarte aquí...—murmura ronco mientras acaricia la entrada de Frenkie, causando un gemido bajo en él—. Soy yo, ni siquiera tú puedes hacerlo a menos que te de mi permiso.
Frenkie muerde su labio y está a punto de reclamar tal declaración del gama cuando siente la punta de este rozando su agujero. Siente el contorno del pene de Marc contra las mejillas de su trasero, frotándose suave y tentadoramente.
El alfa mantiene su cabeza contra el escritorio sin aplicar ninguna fuerza, y usa su otra mano para jalar el brazo de Frenkie, usándolo como palanca para impulsarse profundamente dentro de él.
—¡Nhg!—grita Frenkie por la intrusión gruesa, sus uñas se clavan en la madera cuando Marc empieza a embestirlo sin piedad.
No hay vaivenes lentos y considerados, todos los empujones son fuertes y precisos.
—Te cogeré tan fuerte, tan profundo, hasta borrar el mínimo pensamiento de otros alfas en tu mente.
La vista de Frenkie se vuelve borrosa, el sonido acuoso pugna en sus oídos una y otra vez. La sensación del pene de Marc en él y la declaración profunda de su lobo hace estremecer su cuerpo.
—¡Ah, Ah...Marc...más lento!—gimotea Frenkie.
Sus súplicas son borradas cuando el alfa lo clava aún más contra el mueble, embistiendo con más fuerza, con una excelente puntería en ese lugar tan oculto dentro del omega. Frenkie empieza a gemir sin vergüenza, las sensaciones son tan fuertes.
El miembro palpitante de Marc dentro suyo lograba causar estragos extraños en el castaño. Su propia erección se siente dolorosa y no puede creer que esta vez no sea la única en sentirse venir por solo el trasero.
—Marc...Marc...agh—jadea suplicante, las feromonas llenan el cuarto y lo marean con más fuerza.
Sus cuerpos se tocan de la cabeza a los pies, irritando por todas partes. El omega apenas puede soportarlo, y agarra con fuerza el mueble debajo de él, usándolo de soporte a los cada vez más agresivos empujones del gama, sus nudillos comienzan a ponerse blancos.
Se da cuenta que ha seguido sin objeciones las órdenes del alfa, cuando este ni siquiera ha murmurado una vocal con su voz, todo mientras estaba emocionado y temeroso de las consecuencias. Sin descanso, Marc continuó sus acciones en el agujero de Frenkie. Jalando su cabello ligeramente, temblando al borde de lo demasiado y no lo suficiente.
El castaño se siente derribado con cada embestida, pero no es capaz de objetar. Estaba ridículamente perdido y no quería suplicar a que terminara. No algo que se sentía tan bien.
De repente, Marc vuelve dar en su próstata. El calor viaja a través de su cuerpo en forma de ondas sísmicas, a través de su estómago y la madera del escritorio. Frenkie cae suavemente en los brazos del alfa, sin embargo, esto no lo detiene.
Frenkie yace extasiado, lo que hizo que Marc buscara frenéticamente su liberación. El calor dentro de Frenkie aumenta y sus paredes se contraen contra el cada vez más grande miembro de Marc.
Inhala fuertemente cuando el alfa se libera con un gruñido, la sensación del semen dentro de él no parece más algo extraño.
Los dos recomponen su respiración lentamente. Abriéndose a la realidad de lo que sus instintos trajeron.
Frenkie se felicita internamente por no desmayarse por infinita vez.
Marc se da cuenta que se ha dejado otra vez por su alfa, la espalda del omega frente a él tenía ligeras mordidas causadas por su episodio no razonable.
—¿Estás bien?
El castaño reacciona a la voz atrás suyo, el sudor en su cuerpo no se sentía bien y la posición no era muy buena para entablar una conversación. Aún así, la preocupación mínima del alfa hizo que el pecho de Frenkie se calentará.
—Si, estoy bien, gracias —responde lento, respirar le costaba y hablar aún más, por lo que no pensó mucho en sus palabras y se arrepintió después de decirlas.
«¿Gracias, por qué?¿Por follarme? », Frenkie piensa avergonzado, solo quería fundirse contra la madera y desaparecer.
El alfa no responde, pero Frenkie puede jurar que siente una sonrisa contra su piel.
No pasa mucho tiempo después para que el nudo termine de bajar, por lo que Marc se retira lentamente de él, causando un jadeo involuntario en Frenkie por el movimiento.
Su vergüenza aumenta cuando siente algo líquido salir de él. Agradeció en su cabeza que el celo de los dos terminará en los próximos días, sino es que mañana.
Se habían sincronizado sus feromonas, por lo que el calor en su cuerpo también, acabarían el mismo día.
El castaño respinga débil cuando el alfa lo carga entre sus brazos, incluso así, sus piernas estaban temblando y sostenerse del mueble por si solo estaba siendo difícil, Marc debió haberlo notado.
Frenkie se sostiene del fuerte pecho del gama y rodea su cuello ante el cambio abrupto de la posición. Alza su cabeza y se encuentra con el rostro cercano del alfa.
—Quédate ahí, sostente —habla Marc cuando Frenkie hace el ademán de separarse, el hombre más joven decide no decir nada cuando el alfa asevera su agarre.
Rodean el escritorio y salen camino al baño del dormitorio.
—¡Achu!
Frenkie se rasca la nariz y la frunce levemente, estaba frío y su cuerpo húmedo al salir del baño. Observa la puerta de al lado donde el sonido de la regadera venia.
Marc había insistido en limpiarlo, otra vez. Frenkie no podía soportar más golpes a su orgullo así que se negó vehementemente.
Marc lo miró gélido y Frenkie decidió guardar sus palabras por el día.
Fue rápido, afortunadamente. Después, el alfa lo rodeó con una toalla y le dio ropa limpia que habían dejado sus banyalar en la mañana. Lo dejo en la habitación y se adentró para darse un baño propio.
—Alá...—suspira fuertemente mientras cubre sus ojos. Aún tenía la sensación de las manos del alfa; tocando y adueñándose de su piel, la sensación de sus dedos, de su...todo—. Vaya límite que has puesto, Frenkie.
Su padre siempre le decía que debía controlarse, que más allá de las acciones de los alfas que lo rodeaban, la culpa estaría en él si pasaba algo.
"—Por lo menos haz eso bien y no me decepciones —", le decía con una expresión de asco, como si ver su estado de omega trajera toda la deshonra.
Estudiando sus acciones hasta el día de hoy, la decisión de huir no fue tomada de imprevisto. Le tenía miedo a su padre, odiaba que otros decidieran su vida y se hicieran con él.
Esa era la causa principal del porqué no había tenido un segundo intento de escapar, no con tanta determinación como en los primeros días que llegó a Turquía. La inseguridad de volver a esas garras, a la casa con cara triste.
El hilo de sus pensamientos se corta cuando escucha el ruido de la regadera detenerse y la puerta del baño abrirse.
Frenkie cubre con más fuerza sus ojos cuando ve que Marc sale desnudo, con solo una toalla que estaba usando para secarse el cabello. Dios, que seguridad de los alfas.
—Si mañana acaba el ciclo, me ire a un viaje corto de negocios —anuncia el alfa mientras camina a la otra puerta, donde estaba la grande habitación con ropa. Frenkie alza una mano y escucha atentamente—. Mis hombres te cuidarán, a excepción de Ronald e Ilkay, los necesito conmigo.
Frenkie asiente lentamente en aceptación, incluso si Marc no lo estuviera viendo, sus expresiones darían a relucir su decepción, así que era mejor.
Ilkay y Ronald, posiblemente más alfas, Frenkie quería que por lo menos se quedaran Christensen, Alonso, Robert y Tristán con él. Una sensación extraña lo recorrió cuando pensó en ello, les había tomado mucho cariño, así como con Katrine, Anna y Mikky.
También se iba Marc, había dicho que era corto, pero Frenkie se sintió más intranquilo al pensar en la separación prolongada, su marca no era especialmente nueva, pero tampoco tenía más de un año, una separación tan abrupta en los primeros meses de la mordida podía ser complicado para los omegas.
Tal vez esa era la razón por la que el gama no se había ido en el último tiempo, Berat le había dicho que viajaba mucho antes de que el llegara a la mansión. Sea cual fuera la situación por la que se iba debía ser muy importante.
—Ya veo, entiendo —susurra el castaño, Marc sale del armario cuando escucha un tono débil en la respuesta de Frenkie, se encuentra con una expresión...complicada.
—Puedes empezar a palpar el terreno de los centros de arte, aunque no dudo que mi madre te buscara primero para enseñarte, no creo que haya complicaciones con eso considerando tus conocimientos en el campo.
Frenkie alza la cabeza con interés, la expresión oscura de su rostro se vuelve con ligeros matices de emoción.
—Daré lo mejor que pueda.
Los ojos tranquilos de Frenkie hacen que la tensión en Marc desaparezca automáticamente. Huele el aire de manera no obvia y capta una reducción en las feromonas de celo en el castaño.
Debería estar bien esa noche.
Marc asiente después de unos segundos y empieza a caminar a la salida, al cuarto sobrante de al lado.
—¡M-Marc!—grita Frenkie atrás suyo, deteniendo sus paso y girando su atención en el omega.
Cuando Frenkie se da cuenta que ha llamado al alfa involuntariamente, su cuerpo retrocede inmediatamente. Ya no podía irse para atrás, no cuando el alfa lo veía así.
—¿Podrías quedarte?
Marc frunce el ceño un poco y parece algo desubicado por un segundo. Frenkie lo observa insistentemente y espera una respuesta.
El gama termina asintiendo y se dirige a la cama con él.
Frenkie da un espacio grande, al punto de que está a la orilla de la cama. Pegarse sería demasiado, pero su omega quería la cercanía del olor de Marc, debía ser otro síntoma más de su calor.
—¿A dónde irás?—se encuentra a si mismo preguntando. No es capaz de alzar su cabeza para ver la reacción del alfa.
—Canadá.
La respuesta con tono simple pasma a Frenkie, ¿Canadá?
—¿Él está bien? —Frenkie no tiene que especificar a quien se refiere.
—Si, lo está. No voy por él, si esa es tu verdadera pregunta—declara Marc neutro, Frenkie muerde su labio—¿Querías verlo?
El alfa pregunta.
—¡No!—responde rápidamente Frenkie en pánico, tal vez con demasiada intranquilidad, el ceño raro en Marc le da a entender eso—. Yo...no quiero verlo jamás, con saber que está bien es suficiente para mí.
Frenkie se encoge entre las sábanas y su olor empieza a cambiar.
—¿Es realmente el matrimonio forzado por lo que escapaste?
La pregunta de Marc le hace suspirar fuertemente, fue abrupta, pero Frenkie empezó a cuestionar primero. Las sensaciones que traía la respuesta eran algo complicadas.
—En parte, y...tal vez suene como un alivio para ti pero la razón por la que no he dado rienda suelta a mis acciones de escapar no es por el miedo que te pueda tener —empieza Frenkie con una voz débil—, es realmente por el miedo que le tengo a él; si me voy, sé que me encontrará.
El silencio se hace presente poco a poco, la voz de Frenkie se va apagando y el olor ácido en él también es palpable. La imagen de su padre realmente no traía buenos recuerdos en el castaño.
Su cuerpo tiembla cuando Marc se acerca un poco más y lo jala de la cintura para alejarlo del borde de la cama.
—Durmamos —susurra en su espalda.
Cuando el alfa se acuesta a su lado y siente el calor que su cuerpo emana, no es muy complicado para Frenkie encontrar su sueño.
Voten ♥️.
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