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El colchón suave golpeó contra su espalda. Por la suavidad de primera clase contra su piel, Frenkie pudo adivinar que posiblemente estaban en una suite, era claro que estaban en el cuarto del alfa.
—Te traeré agua, ya hablé con mis hombres para que traigan inhibidores, ¿cuál es el que normalmente tomas? — preguntó Marc mientras ponía una distancia considerable entre él y el omega. Podría estar en un mundo muy turbio, pero jamás hizo uso de su autoridad para abusar de otros injustamente.
Como si no hubiera salido nada de su boca, Frenkie lo ignoró deliberadamente para poner sus brazos alrededor del cuello del otro.
—Solo te quiero a ti — susurró en su oído. Haciendo que Marc tragara duramente, realmente lo ponía en una situación difícil.
Desde que se presentó como un AG, el turco estaba acostumbrado a este tipo de situaciones difíciles. Muchos omegas provocaron un celo para captar la atención de él, su resistencia pudo salvarlo de muchos infortunios; sin embargo, sabía que no era la culpa del joven frente a él, o eso esperaba.
Era la segunda vez que se encontraba con el joven de ojos grises, era una coincidencia muy extraña. Marc tenía que poner sus sentidos al tope en ese tipo de situaciones, no le sorprendería si el omega sabía de su identidad y todo esto fuera planeado para aprovecharse de la familia Hasmet. Decidió no pensar en eso y dirigir sus pensamientos lejos de su familia, pensar en eso hacía que su alfa se enojara y no quería lastimar al chico frente a él.
Pero antes de que se pudiera retirar, su paso fue detenido por un fuerte aroma embriagante. Era una esencia fuerte, olía a una combinación extraña entre algo dulce y familiar.
El olor le recordó a su infancia, cuando corría por los tulipanes de su madre acompañado de su büyükanne. Le recordó a la colonia de su padre cuando estaban todos juntos, disfrutando momentos de una armonía familiar, momentos únicos donde se alejaban de la sangre que rodeaba a su familia.
Un arcoíris de olores de los pocos momentos más felices de Marc lo inundaron en una milésima de segundo. Nunca había experimentado nada como eso.
Su respiración tembló por un segundo al darse cuenta de que era el olor puro del omega.
—Por favor — volvió a susurrar el omega en sus brazos. El olor inundó rápidamente todos los sentidos de Marc, cegando su mente, con una respiración irregular se acercó lentamente al omega. Una parte de él sabía que su alfa estaba estudiando al castaño para determinar si era un compañero digno o no. Cuando su alfa ronroneó en aprobación, atacó la boca del chico frente a él.
De manera gustosa Frenkie le dio paso libre en su boca, los labios del alfa del hombre eran absolutamente lo mejor que había probado en su vida. De manera experta lograron hacer temblar sus piernas y dormir sus sentidos, Marc recorrió con su lengua el borde de los labios del omega. Las manos del alfa empezaron a hacer masajes en su cuello, bajándolas lentamente para parar en los pezones del omega.
Con un cierre en sus dedos los apretó ligeramente, provocando un jadeo en respuesta, el cual solo dio paso libre a la lengua de Marc para conquistar en totalidad la boca del omega. El castaño empezó a tener dificultades en su respiración, realmente ese alfa lo estaba devorando con una increíble maestría.
— Ngh — gimió Frenkie cuando el alfa llevó su lengua a su pecho, succionando duro sus pezones sobre la camisa. Inmediatamente sintió un líquido resbaladizo entre sus muslos, el olor era embriagante para Marc.
Su alfa ganó a su sentido y con una fuerza bruta rompió los pantalones del omega, dirigiendo sus dígitos al agujero de Frenkie. Mientras abría su camisa para probar por completo los pezones del chico — los cuales ya estaban elevados y rojos por la excitación — presionó sus dedos ligeramente sobre el bóxer del chico.
—Oh dios... —exclamó el castaño.
— ¿Dónde me necesitas? —murmuró el alfa mientras mordía duro uno de sus botones — ¿Aquí?
—Si... y—yo...te necesito — suplicó mientras movía sus caderas con más insistencia. Sabía que era su omega el que quería eso; pero jamás le había pasado eso con un alfa, llegó al punto de sacar su olor era igual de extraño para él. Con excitación palpable vio cómo el alfa frente a él se quitaba las prendas posteriores, revelando un enorme tatuaje que adornaba su pecho y brazo, Frenkie aún no podía reconocer el idioma; sin embargo, pudo reconocer el símbolo en el pecho del alfa. Pero dedicó no darle importancia, su memoria no trabajó muy bien en ese momento y sinceramente estaba concentrado en otra cosa. Marc al ver como el omega quedó fascinado con sus tatuajes, tomó la mano de este y la dirigió hacia su pecho. Frenkie pudo sentir músculos bien definidos bajo su mano y la calidez que la piel soltaba era embriagadora, soltó un jadeo cuando el alfa fue bajando la mano, pasando por el abdomen que podría hacer sentir envidia a cualquier hombre. Frenkie nervioso miró hacia arriba cuando la mano se detuvo en el paquete abultado y duro, esos ojos dorados lo miraron con un hambre que hacía que la humedez entre sus muslos creciera.
Soltó un grito de sorpresa cuando el alfa lo giró expertamente sobre sus rodillas, iba a decir algo cuando sintió una lengua recorrer sus piernas. No había sentido cuando el alfa quitó la última prenda en él.
—¡Ahg! — gimió cuando sintió una mordida en su glúteo derecho.
—Estás muy húmedo —murmuró Marc, provocando una fuerte explosión de rojo en el rostro del chico.
—¿Qué estás—jah!— exclamó el omega cuando sintió una lengua pasando por su agujero, para finalmente hundirla en él. —N—no, ahí no.
Pero sus súplicas fueron ignoradas cuando el alfa contesto introduciendo más su lengua, Frenkie empezó a gemir más efusivamente. Sintió que iba a desmayarse de tantas excitaciones cuando el turco metió dos de sus dígitos en su boca, Frenkie entendió el mensaje y los chupo obedientemente. Sabía que mañana se sentiría apenado por los ruidos tan obscenos que estaba haciendo con su boca. La lengua dentro de él se enterraba cada vez más, haciendo que Frenkie gritara de excitación. Cuando los dedos de Marc fueron lo suficientemente húmedos, el alfa los retiró y dejó libre el trasero del castaño, antes de que este pudiera quejarse un dígito se introdujo lentamente, provocando un ardor en esa parte de su cuerpo. Frenkie nunca se había sentido tan extraño cuando el dedo empezó a moverse dentro y fuera de él. Ese solo dígito lo estaba llevando a conocer partes de él que no conocía. Su omega se regocijo cuando un segundo dedo fue introducido, preparándolo bien para poder recibir al alfa de la manera menos dolorosa posible. Soltó un jadeo cortado cuando esos mismos dedos se movieron en forma de tijera, jugando con su agujero de manera obscena, sabía que no iba a resistir por mucho tiempo más cuando el alfa retiró de sus dedos y empezó a alinearse.
—Voy a entrar — avisó el alfa, Frenkie sabía que por el tono de su voz también le estaba pidiendo permiso de cierta forma, lo que le sorprendió por la situación en la que muchos alfas apenas hacen uso de la razón. Ese extraño gesto hizo que su deseo por el hombre creciera aún más.
—Por favor...alfa — susurró, Marc sintió que su resistencia estaba al tope, escupiendo en su mano y sacando su miembro para untarlo, se alineó en la entrada del omega.
— ¡Mmh! — Frenkie mordió la almohada frente a él para no gritar por el dolor. El alfa era muy grande.
Mientras se introducía lentamente en el chico, Marc sintió su excitación crecer en la estrechez del joven, con un último empujón lo llenó por completo.
— ¡Siçmak! — maldijo el turco cuando el calor del interior del castaño lo atrapó. Controlándose para esperar a que él omega se ajustara, lo jalo del pecho con sus brazos para voltear su cara en un beso hambriento. La lengua del hombre distrajo a Frenkie del dolor en su parte trasera y su propio miembro empezó a palpitar, cuando estuvo listo movió sus caderas, provocando un gemido en ambos. El alfa movió su miembro de manera lenta y pausada.
— M—más... ¡Ngh! — pidió el omega. Marc comenzó a incrementar sus embestidas, provocando más gritos de excitación en el chico que solo hacía más fuertes sus movimientos, con una mano rodeó el cuello del omega para acariciar sus glándulas de apareamiento.
— ¡Ah!... ¡N—no toques ahí o m—me vendré! — pidió Frenkie entre gemidos. Casi eyaculo cuando la mano del alfa toco su miembro para empezar a masturbarlo. El sonido obsceno de la piel chocando inundó toda la habitación, los jadeos del alfa y las súplicas del omega podrían hacer enrojecer incluso a la mejor puta de Londres. El omega no pudo aguantar más cuando el alfa tocó un punto dentro de él, golpeándolo con una puntería increíble, una y otra vez atacándolo de manera dulce y sin piedad, con un fuerte jadeo se vino en la mano de Marc.
Trato de regular su respiración y calmar su libido, sintió las manos del hombre acariciarle de manera casi cariñosa.
Antes de que pudiera tomar un respiro el alfa lo alzó en brazos y lo recargó de espaldas frente al enorme ventanal de la habitación, Frenkie soltó un jadeo de sorpresa cuando el frío cristal se sintió en su espalda. Sus piernas fueron levantadas y el alfa se introdujo nuevamente de una sola estocada. Por alguna razón sentía la mirada de todo Londres mientras se lo follaban.
—Eres increíble. A pesar de haberte venido ya, tú agujero sigue succionándome — le susurró el alfa en el oído. Con una fuerte embestida del alfa y la fuerte mirada dorada de él; Frenkie soltó más de su aroma, nublando por completo el poco juicio que le quedaba a Marc. Sin piedad salió y entró del omega de manera rápida y agresiva, el omega sentía su miembro despertar de nuevo.
Mordiendo fuertemente sus pezones, el alfa empezó a gruñir más fuerte mientras empezaba a decir una serie de cosas en su idioma que Frenkie no entendió. De manera automática ladeó su cuello mostrando su glándula, el alfa inmediatamente dirigió su boca al cuello del castaño, pasando su lengua por toda la piel del omega.
— Hazlo — incitó Frenkie, no sabía que estaba pidiendo, pero su omega hablaba por él. El alfa dentro de Marc gruñó satisfecho al ver la piel expuesta ante él, sintiendo sus colmillos picar y el nudo apuntó de formarse, ignoró todas las señales de alerta que había aprendido de su padre para evitar situaciones así. — Por favor.
Sus lobos se enredaron de manera compatible, el alfa de Marc reconoció al joven frente a él como una pareja totalmente adecuada.
Y con un solo sentido de posesividad, mordió fuertemente el cuello del chico mientras derramaba su esencia dentro del omega.
Olor puro
Dicho olor solo se presentaba cuando los omegas encuentran a la pareja perfecta para aparearse, hay muy pocos sucesos como esos en el mundo.
Mirka
Inicio la adaptación y al primer maratón JAJAJA
Feliz jueves :)
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