20
Frenkie desliza su espalda en la cabecera de su cama y descansa su cabeza en sus manos apretándolas en sus sienes para mermar la irritación. Su omega estaba decaído y se sentía como un tonto, más que tristeza Frenkie sentía una increíble molestia clavada en su cabeza.
¿Cómo podía ser tan descarado? Ahora entendía todo, debió ver las señales rojas cuando veía al omega recesivo actuar tan cómodo alrededor de Marc y como este no se mostraba nada consternado en sus acciones.
¡Ese día en la oficina el pelirrojo estaba básicamente sobre su regazo!
Frenkie trataba de empujar la idea de no importancia a quien meta el gama a su cama; sin embargo, su lobo lo volvía a la dirección irritada apenas ese pensamiento surgiera en si. No le había pedido fidelidad a Marc como capricho de omega marcado, simplemente sabía cómo podían llegar a ser las familias orientales y más aún pertenecientes a la mafia, podrían llamarlo exagerado, pero las historias no mostraban a los alfas del calibre de Marc con miles de omegas inclinados a él nada más por que si. No quería ser parte de un harem donde arrancaban sus uñas para que el alfa les diera una mínima atención.
Si algo no podía soportar Frenkie era que lo trataran como un tonto y Marc estaba haciendo un récord increíble en mantener el enojo del omega a niveles tan altos al mantener a una de sus putas tan cerca.
Su enojo empeoró más cuando sintió la humedad acumularse en sus ojos. No podía distinguir si eran sus sentimientos de enojo o la melancolía de su omega, pero tenía esa misma sensación cuando vio el gris en la mordida de Marc y cómo está se acrecentó ese día que volvió de la oficina donde vio las garras que el recesivo podía sacar.
A pesar de los sucesos bruscos y rápidos de anoche, había una pequeña dicha en su día, el tener la atención y las palabras de cuidado del turco en la noche anterior habían sido un sentimiento cálido para sus músculos doloridos.
Como una gota sobre la hoja seca, esa sensación se desvanecía con la misma rapidez que llegó.
El olor de feromonas preocupadas azoto en la cara de Marc cuando cruzo la gran puerta de la mansión, los sirvientes se inclinaron hacia él mientras se abría paso hacia la base de la escalera donde se encontraban Leon y las banyalar de Frenkie. Cuando las mujeres lo vieron sus rostros se transformaron a unos más pálidos.
—¿Qué sucede? —pregunta cuando Leon le da una sonrisa nerviosa.
—Amir, disculpe nuestra falta de cuidado —se arrodilla Mikky mientras Katrine y Anna la siguen, Marc frunce su ceño aún más y empieza a preocuparse.
—Es mi culpa, sabes lo lengua suelta que puedo hacer —Leon se toca la cabeza molesto, una irritación poco propia de él se hace ver, cuando la mirada interrogante del gama se clava en él aún más suspira en derrota—.Creo que necesitas ver a tu omega, después me puedes dar un golpe si quieres.
Marc no podía encontrarse más confundido y le da una señal a las mujeres para que se levanten. Ronald espera una orden a su lado y puede ver la mirada en pregunta que le da a Mikky.
—Quédense aquí —murmura mientras empieza a subir los escalones largos.
Entre todos los olores preocupados de sus empleados pudo distinguir perfectamente el de Frenkie, quien parecía en una irritación y molestia profunda por el picor en su nariz. Trató de calmar sus propias feromonas que su alfa lideraba por la incomodidad de que él omega no se encontrara en sus habitaciones y guió sus pasos entre los pasillos que daban a las del omega.
Se detuvo un momento cuando estuvo frente a la puerta y dudo en tocar, cuando sintió el olor más fuerte de irritación decidió sus movimientos y entró sin miramientos.
Estaba oscuro, la luz del día se iba desvaneciendo con el fin del sol en el horizonte y sus músculos se tensaron en preocupación cuando él omega lo recibió con la espalda en vez de atracarlo verbalmente por entrar sin tocar e invadir su privacidad.
—Ôglan —llama para anunciar su presencia, no obtiene ninguna respuesta y el cuerpo del omega no da ninguna señal de movimiento en la silla que daba una vista a su propio jardín.
Marc gruño internamente al pensar en que carajos le había dicho su amigo al castaño para que se encontrara así. Suspira cansado y se acerca al omega—¿Cómo estás?
Prueba esta vez y escucha un bufido sarcástico por parte del de ojos grises. Marc alza una ceja en irritación, era difícil acostumbrarse a acciones que nunca antes había recibido por nadie. Ver cómo el omega lo hacía con tanta facilidad desestabilizaba sus nervios.
Traga pesadamente ignorando el enojo y clava su mirada en los moretones y mordidas en la espalda y brazos del castaño, su lobo se incómoda a la vista de hacerle daño a su propio omega y antes de que pueda estudiar las palabras en su mente, su boca se adelanta automáticamente—Lo siento.
Frenkie gira su cabeza rápidamente cuando escucha la declaración del alfa y frunce su ceño al ver la mirada incómoda en el turco.
—¿Por qué?—pregunta extrañado. Marc pasa su lengua por sus dientes en una señal que indicaba que no estaba acostumbrado a eso.
—Me preocupaba haber sido demasiado rudo y lastimarte, nunca me había descontrolado de esa forma —contesta manteniendo sus ojos sobre los de Frenkie, quien siente su enojo inicial volviendo a surgir, otra mentira.
—¿Realmente te preocupas? No es necesario, a la próxima me aseguraré de dejarle libre paso a tus amantes —escupe mientras vuelve a girar su cabeza y se levanta dispuesto a pasar a la otra ala de su habitación.
Marc detiene sus acciones y lo agarra de la muñeca, su rostro no muestra nada, pero su olor es extraño—¿De qué estás hablando?
Frenkie hace un ademán para zafarse, pero parecía que el alfa ni siquiera estaba poniendo esfuerzo en su agarre. Se muerde el labio para guardar sus gritos y contesta bajo.—Tu amigo me contó el pequeño deslizamiento con Marco que tuviste en celos pasados, no me sorprende porque lo mantienes tan cerca considerando lo satisfecho que debiste quedar.
La realización en la cara de Marc por un segundo es la confirmación de Frenkie para saber qué no era mentira lo que había dicho el rubio, y no solo él, los comentarios discretos de los alfas en el complejo o los susurros molestos de sus banyalar a la mención de Marco.
Todo era verdad, el sentimiento de haber sido visto con lastima o burla hace chillar sus dientes y el desagradable sentimiento de celos le pica.
Marc suelta su mano y se gira mientras toca su cabello con molestia, Frenkie decide continuar—No veo porque mi presencia aquí es necesaria; el trato ha terminado, ya tienes otro candidato perfecto para pareja.
Marc vuelve a dar la cara hacia Frenkie, quien se desestabiliza por un momento al ver el enojo apenas visible en alfa.
—No puedes irte —declara recto el alfa y Frenkie alza su cabeza en competencia.
—¿¡Por qué no me dejas ir!?, ¿¡cuál es tu fin para encerrarme aquí!? ¡Ya tienes a otro omega, úsalo para sobrepasar tus celos!—grita mientras da un paso hacia el alfa.
—Él no es mi omega, eso fue solo algo de una noche, no estaba en mis sentidos —responde Marc alzando su voz, el olor agrio que estaba en su olor alertaba a Frenkie de no seguir probando los límites del hombre, pero no podía dejar eso pasar, no cuando se sentía tan pisoteado.
—No es necesario que me expliques algo, no me importa, ¡vete!—señala la puerta mientras siente la humedad derramada por sus mejillas—. Eres despreciable.
¿Acaso él también había sido una muñeca sexual?,¿Marc siquiera recuerda las palabras de anoche? No tenía libertad, no podía hacer lo que quería y tenía que lidiar con el horror de tener un mate que no mostraba ninguna consideración.
—¿Por qué estás comportándote así? Jamás te importó tener el papel de hürrem. No actúes como tal hasta ahora, jamás he faltado a nada en nuestro trato.—Marc vuelve a tomar su brazo y lo jala hacia él.
—¿Crees que quería esto? Yo jamás quise que me marcaran —empuja el omega en vano intento de liberarse del agarre de Marc. El olor enojado del alfa lo estaba mareando y su omega chillaba por inclinar su cuello en sumisión.
Marc hace un bufido y Frenkie ve apretar sus dientes con fuerza, tratando de controlar su fuerza para no apretar más el agarre en el omega.
—¿Y qué te hace pensar que yo te quería como omega?
Los movimientos del omega se detienen y alza su mirada para encontrarse con la fría del alfa. El balde de agua era obvio, pero no esperaba la verdad en palabras tan claras, tanto él como Marc estaban encerrados en una unión sin amor.
Frenkie se sentía tonto por dejarse llevar por los sentimientos de su omega en esos días, toda su vida había vivido en el encierro de su padre, no tenía amigos y los alfas lo cortejaban por el interés en su estatus.
En ese tiempo la calidez de personas que se preocupaban genuinamente por él lo había nublado. El tener tanta importancia como él omega de Marc lo había dormido por completo.
Los toques gentiles de ayer no significaban nada, la confirmación de solo ser un instinto en las palabras no dichas de Marc no necesitaban una interpretación más profunda.
—Déjame ir —susurra en petición, las lágrimas siguen escurriendo en su rostro y sus músculos empiezan a doler más por la fuerza en sus movimientos, su cuerpo seguía mal ligado después de todo—. No quiero el trato odioso por parte de ti o tu puta, haz lo que quieras, pero no conmigo aquí.
Marc deja de presionar su mano, pero no lo suelta, el entrecejo en su rostro vuelve y sus ojos se achican.
—¿Por parte de él?—el tono en su voz es normal y Frenkie no sabe si creer en la confusión en sus ojos.
—Tu querido recesivo me ha demostrado como no encajo aquí en cada oportunidad que tiene, no te hagas el sorprendido de no saber algo tan obvio que ha pasado en tus narices todo este tiempo —el castaño jala su mano y es liberado con lentitud. Retrocede poco a poco y Marc no vuelve a acercarse—. Vete.
Frenkie gira y vuelve a dar la espalda al alfa, su mirada se enfoca en la vegetación frente a él una vez más. Escucha un ligero gruñido atrás suyo, pero no hace nada para dirigir su atención ahí.
Escucha pasos enojados y el sonido fuerte de la puerta siendo azotada lo hace saltar ligeramente. La palpitación en su marca para.
El toque en la puerta es ligero, Marco duda y arregla su cabello del lado izquierdo, respira una y otra vez, la herida en su mejilla por la explosión no duele como un principio.
No tenía el privilegio de un doctor propio como el castaño en el piso de arriba, así que hizo lo que pudo con las vendas en la bodega de la mansión, su abuelo curó su herida después con más paciencia y mermó la irrites de la imagen de Marc y él omega que había molestado a Marco en las últimas horas.
Puede que no sea un omega con olor, pero era como cualquier otro y el anhelo de un alfa que no podía tener era un sentimiento horrible.
No podía evitar sentirse emocionado al llamado de Marc a su oficina por parte de Ronald.
Pero un ligero y hosco pasa hizo dudar su movimiento al abrir la puerta. La tensión en el ambiente oprimió a su omega.
Marc estaba recargado en la mesa de roble blanco, y por primera vez la mirada que le dirigía no era la paciente de siempre.
—Amir —inclina su cabeza en respeto, su lobo pedía arrodillarse ante la amenaza en el olor del gama, quien aún no había dicho nada.
—¿Es cierto?—cuestiona el alfa con voz dura y Marco no estaba muy seguro de que responder o a qué cuestión el alfa se refería, había encargado todo perfectamente en la corporación.—¿Desde cuándo le has faltado el respeto a tu hürrem?
El omega abre los ojos grandes y titubea en su persona, la desesperación lo azota al entender las palabras de Marc, pero no es capaz de sacar una sola palabra para explicarse. Su cuerpo empieza a temblar cuando Marc empieza a acercarse a él.
—A partir de mañana no tienes que presentarte más en la empresa, buscaras otro lugar para hacer tus prácticas. No es necesario que me acompañes más a ningún lugar —firma el alfa mientras inclina su rostro más cerca del suyo—. Si esto vuelve a pasar, serás expulsado de aquí.
Marco niega la cabeza frenéticamente y clava sus muslos en el suelo, las lágrimas de desespero lo inundan en un segundo.—Amir, amir, lütfen başarısız oldum,¡bir daha olmayacak![He fallado, por favor perdóneme, ¡no volverá a suceder!]
Marc gruñe en advertencia y su ceño se clava más—Insultaste a mi omega, por lo que también insultaste la decisión de mi alfa. No puedo darte ninguna oportunidad más.
—¡Él mintió!¡Estaba celoso de que pasara tanto tiempo contigo! Yo...
—Marco —la voz de alfa de Marc detiene todo movimiento en su cuerpo, su omega apenas es capaz de respirar sin una orden del hombre frente suyo. Jamás había usado su voz sobre él, eran contadas las ocasiones que la usaba para incluso el trabajo, todos sabían que era algo que Marc despreciaba de los de su clase para doblegar a otros.
El amor que sentía por el hombre frente a él era sincero, el turco había hecho tantas cosas por él y su abuelo. La noche de un celo agresivo después de una pelea directa con los Yilmaz hace dos años siempre estaban presentes en la memoria del pelirrojo.
—Yo...yo lo amo, amir —jadea el pelirrojo mientras pega su frente a la orilla de los zapatos caros del alfa.—Por favor, déjeme demostrarle mis sentimientos.
Los gemidos de llanto es todo lo que se escucha por un tiempo en todo el lugar, Marco no alza su cabeza esperando una respuesta de Marc y reza por una palabra positiva.
Era capaz de morir por él, era todo su mundo, había estado tan cerca de conquistarlo.
—Retírate, no le diré nada a Berat de tu comportamiento —asevera el alfa mientras quita el contacto del omega, dándole la espalda—. No puedo soportar verte en este momento.
El pelirrojo siente abrir su pecho y el gimoteo en su omega apenas lo hace capaz de pararse, la sensación de rechazo al salir de la habitación lo ahoga y aprieta los dientes a la imagen del castaño causante de todo.
Su odio en incremento es un pecado con las palabras del Corán enseñadas y las maldiciones internas en su mente lo ciegan.
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