16
Hablaron, hablaron como nunca antes lo habían hecho en todo el tiempo que estuvieron unidos.
Claro que hablar de Ayasofya en sus tiempos de sede del patriarca ortodoxo y su uso antiguo ceremonial imperial bizantino no fue el mejor tema para empezar a entablar bases; sin embargo, fue suficiente para dejarse llevar por los efectos del alcohol.
Se sentía reconfortante.
El poner una barrera innecesaria en cada conversación y mantener una postura defensiva podía ser agotador. Sentirse relajado mientras admiraba el arte de Estambul fue una gran dicha para Frenkie, y aunque le costara admitirlo, estar con el alfa de esa manera calmaba a su omega de toda la tormenta de emociones que había estado viviendo.
Se sentía demasiado bueno para no arruinarse.
—¿Sabes bailar?—pregunta Marc de repente, Frenkie inclina la cabeza.
—Depende —responde no muy seguro, sonaba como una invitación y se sintió terriblemente nervioso. Bailar descalzo en uno de sus lugares soñados no era en lo mínimo una mala idea.
Marc lo mira por unos segundos, sin cambiar su expresión impasible—. En unos días habrá una celebración importante en mi familia, se llama Kış maskeli. También es una forma de presentar al omega principal de la cabeza Hasmet.
El castaño parpadea lentamente, sabiendo la implicación de eso, así que razona silenciosamente. El alfa sigue hablando.
—La familia de mi madre es de Francia, es una mezcla de cultura, pero en ambas naciones y familias el lenguaje del baile es de mucha importancia —sigue el alfa mientras gira la copa en su mano— Será la primera vez que te presentes a toda mi familia, cualquier cosa o paso que des ahí será fuertemente criticado. Los medios también sabrán de tu existencia y la confirmación de que eres mi mate se asegurará por otras mafias. Es fundamental que te comportes.
El estómago de Frenkie cae y el sentimiento de decepción lo llena. Por supuesto que todo eso era sólo un cascarón vacío, el alfa sabía perfectamente que si lo hubiera, dicho de otra forma, Frenkie se negaría.
Eran una actuación, Marc tenía que mantener la imagen de un alfa perfecto al mando de su familia. Todo esto eran solo sobornos.
—Oh —susurra el castaño y da un trago largo a su copa—. Yo... no se mucho aún sobre la cultura otomana o francesa.
Su voz suena pesada, y la mirada del alfa le da un dolor a sus hombros, hablaba como si fueran negocios.
—Tus banyalar y Ron... Robert te ayudarán con eso —afirma el alfa, Frenkie frunce el ceño.
—¿Por qué no Ronald?—pregunta el omega, había notado la rudeza en la voz del turco al hablar del moreno. No era que le importara mucho el cambio, pero Ronald era lo más cercano a un confidente ahí. Si tenía que lidiar con todos esos estúpidos códigos de ética y mostrar un personaje del omega perfecto, tendría condiciones.
Marc deja la copa y dirige su atención hacia Frenkie y el castaño siente el olor picoso en el ambiente.
—¿Por qué te interesa tanto que sea Ronald? —él omega detecta un olor amenazante en Marc, lo que marea a su omega por la tensión en el aire.
—Bueno, al igual que las omegas que pusiste a mi cuidado, es en quien más me he acostumbrado —asevera Frenkie y ve el ceño de Marc hundirse más. El silencio los inunda y el eco de las voces de la ciudad fuera del templo en la ciudad es lo único que se escucha.
—Ya veo —dice el alfa después de un minuto—. Entonces Ronald te ayudará con eso, no veo porque no darte el gusto de la complacencia de su presencia con tal de que te comportes.
El castaño retrocede sorprendido—¿Exactamente que insinúas?
El alfa apaga su mirada.
—Puedo oler el incremento en el lívido de tus feromonas en los últimos días, no dudo que mi insuficiencia en la atención que te doy te llevarán a buscar otras opciones para aguantar. Me alegra saber que Ronald está haciendo su trabajo tan diligentemente.
Frenkie queda estoico en su asiento, sin creer las palabras que el alfa acaba de decir. Su respiración se vuelve irregular y siente que las telas lo estrangulan.
Se muerde el labio fuertemente para evitar la sarna de maldiciones que inundan su boca y se incorpora, no puede aguantar la expresión en el turco.
Tolerar el desinterés era su limitante, pero insultos a su persona eran cosas muy diferentes. Mientras relaja sus músculos razona que causar una pelea más grande con el tipo de persona que Marc era no le llevaría a ningún lado.
Era su cumpleaños, el mismo se encargaría de celebrarlo por sí mismo, no era algo nuevo después de todo.
Sus pies se dirigen rápidamente a uno de los pasillos, la iluminación naranja y cálida del atardecer le hace consiente del tiempo.
Suelta un jadeo de sorpresa cuando es empujado a uno de los pilares de mármol, su espalda duele a la fuerza.
Alza su mirada enojado y ve la mirada seria de Marc.
—Suéltame —susurra Frenkie bajo, el alfa baja su mano para bajar lentamente a su cintura. La otra se traslada a su marca, envolviendo su delgado cuello con suavidad.
Aprieta ligeramente, haciendo que Frenkie suelte un respingo suave.
—Si lo hubieras pedido, no habría tenido ningún problema en dártelo —murmura Marc en su oído, el omega cierra los ojos al calor del aliento del alfa—, es mi deber como tu alfa después de todo.
Las quejas irritadas del castaño se ahogan con la boca demandante de Marc, la sensación de shock lo inunda por completo mientras los expertos labios del alfa lo atacan con vehemencia, a pesar de la rudeza en sus movimientos se mueven lentamente sobre él.
—Que...—las palabras son inacabadas cuando Marc aprieta aún más el lado glandular en su cuello, provocando un jadeo en Frenkie por el toque en la íntima zona. Siente la humedad en su boca cuando la lengua del alfa se adentra llenándola por completo. El roce se siente demasiado bien para su desgracia.
La mano en su cintura da un ligero apretón para bajar lentamente por su muslo, de un momento a otro se siente en el aire cuando Marc lo alza sin esfuerzo.
Su omega se mueve dentro de él en expectativa y no puede evitar un gemido bajo cuando Marc vuelve a apretar su glándula.
El beso se vuelve más demandante y apenas es capaz de seguir el ritmo, aún no muy seguro del por qué empieza a contestar al toque suave del alfa.
Apenas tiene un segundo para respirar cuando Marc vuelve a llenar su boca enteramente al otro. El sonido húmedo llena el silencio de la mezquita.
La presión de su cuerpo con Marc se siente en vívida piel, y la mano debajo de él estaban haciendo estragos fuertes en la parte trasera de Frenkie.
Las telas eran delgadas, así que el alfa encontró una vía libre para tocar directamente la piel de Frenkie. Cuando el castaño sintió el frío en el toque de Marc con su piel, sus sentidos se despertaron por un segundo en medio de toda la ola de feromonas.
«¿Qué estoy haciendo?»
El sabor metálico llega al alfa, y la ligera molestia de su labio recién mordido se disipa apenas llega.
El castaño lo había mordido, y muy fuerte. Una forma de rebeldía a la dominación del alfa, rechazándolo de manera cruda.
No dice nada mientras deja lentamente al omega de nuevo a la estabilidad del piso, lame la sangre en su labio con parsimonia mientras sigue clavando los ojos en Frenkie.
El castaño tiembla ante la imagen y voltea su cabeza para poner su olor excitado en calma.
De reojo ve a Marc ajustar ligeramente su ropa, suavizando la manga de la camisa. Apenas da un toque suave a su cabello para volver a acomodarlo.
Su imagen impecable vuelve en apenas un pestañeo y se inclina ligeramente hacia Frenkie de nuevo.
—Arregla tus ropas, ¿no queremos que nadie te vea así, verdad?—susurra cerca de su nuca. Frenkie ve por un momento como la mirada del alfa se detiene en el lado glandular de su cuello, donde estaba su mordida. Capas de tela cubrían esa parte de él, pero el castaño sintió que Marc vio a través de ellas. El gris de su marca se siente más pesado y por instinto se la cubre con una mano.
Marc le da una última mirada antes de continuar.—Ilkay te estará esperando abajo.
Frenkie aprieta fuertemente las manos mientras escucha el eco de los pasos de Marc mientras se va.
Examina sus ropas, que para su desgracia, eran un completo desastre.
Marc no fue con él a casa, posiblemente tenía otras cosas que hacer, no se sorprendió en lo más mínimo.
El alfa llamado Ilkay captó su humor de regreso a la mansión y no trató de entablar ninguna conversación, Frenkie le agradeció silenciosamente.
Como esperaba; Mikky, Katrine y Anna lo recibieron en la puerta de la entrada. Tenían una sonrisa amable en su rostro que reconfortó al castaño.
Agradeció que no preguntarán nada relacionado a Marc y se centrarán más en su experiencia en la mezquita.
La última pizca de buen humor que tenia se esfumó en la vuelta de la esquina de su cuarto.
—Oh, hürrem—la voz hipócrita del pelirrojo realmente le ponía los pelos de punta. Al parecer no fue el único, las mujeres atrás suyo también se tensaron—. Escuché que es su cumpleaños, mis disculpas no pude preparar un regalo con anticipación.
Marco se inclinó ligeramente, parecía recio a hacerlo y se sintió falso. Un bufido molesto de Anna se escuchó atrás suyo.
—Ya veo, no te preocupes —responde Frenkie, las ganas de atacar el tono grosero del otro omega no eran muchas.
—Le prometo preparar uno para mañana. Ahora si me permite, amir me pidió ayudarlo con algo en la empre...—las jactantes palabras molestas del pelirrojo se apagaron, Frenkie se dio cuenta que su mirada fue clavada en su mano, donde el anillo que Marc le dio permanecía.—¿Por qué estás usando eso?
Frenkie levantó la mano, no muy seguro de por qué el cambio de enojo del otro omega.
—Amir verdi —se adelanta Katrine a hablar, Frenkie ve la mueca en Marco agrandarse más.
—Ona mı? İmkansız, Amir'in bile evlenmeye niyeti yok. —escupe en respuesta, las mujeres sueltan un jadeo enojado. Marco vuelve a su sonrisa cínica y sigue hablando— Çöpe atmaları an meselesi.
Frenkie capta las feromonas enojadas de sus banyalar, nunca había identificado esa emoción viniendo de ellas.
No tuvo que pensar mucho para saber qué el otro omega lo había insultado. Una cosa era hacerlo en el lugar de trabajo y otra muy diferente tener el descaro de hacerlo en la mansión.
Tantas emociones de ese día estaban a nada de desbordarse, estaba a segundos de dar un golpe para quitar el cinismo en el rostro del pelirrojo.
—Onunla nasıl böyle konuşursun? [¿Cómo te atreves a hablarle así?]
Frenkie dirige su mirada a un lado suyo, su vista del omega queda interrumpida por la figura alta de Ronald, quien tenía una postura rígida y enojada.
Escucha un suspiro molesto del ojicarzo—Ronald, neden şaşırmadım?
Frenkie capta el sarcasmo en lo que sea que haya dicho Marco y ve a Ronald apretar sus puños.
—Es mi hürrem, es mi obligación mostrarle respeto. Te convendría hacer lo mismo —contesta el moreno y por alguna razón Frenkie lo ve más alto de lo que es.
—¿Respeto?—brama él omega.—Yo no...
—Si tienes que —interrumpe el alfa, Frenkie observa la inclinación de Marco en sumisión ante la postura de reto en el alfa. Ni siquiera los recesivos se abstienen al control de dominación de los alfas—. Te doy cinco segundos para estar fuera de mi vista, no dudes en que no le diré nada al Amir de tu comportamiento. No quiero que esto se vuelva a repetir.
Hubo unos segundos de silencio y Frenkie se asomó por un costado de Ronald para ver la molesta figura de Marco irse por el lado contrario.
Frenkie no puedo evitar suspirar aliviado, provocar una pelea seria la gota que derramaría la paciencia de Marc, prefería no tantear su suerte.—Gracias Ronald.
El uruguayo se gira lentamente, el olor de sus feromonas ácidas son sustituidas por unas más suaves.
—Cuando sea —le sonríe y Frenkie contesta al gesto. Escucha a Mikky suspirar.
—De no ser por tenerle respeto a Berat y la buena voluntad del amir...—murmura Anna, también disipando su mal humor en su olor.
Frenkie siente un aire incómodo y el uruguayo se encarga de romperlo.
—Debe estar hambriento hürrem, los cocineros han preparado una serie de platillos para usted —Ronald se pone a un lado suyo, dirigiéndose a las mujeres—Me encargare de la comodidad de hürrem, Berat ocupa su ayuda en el piso de abajo.
Ellas asienten y se inclinan a Frenkie.
—Si necesita algo, llámenos hürrem —advierte Anna, el castaño da un gesto de afirmación y se van.
Ronald lo acompaña a su habitación y da un silbido cuando ve el pastel que sigue en su habitación.—Me hacen sentir demasiado corto.
—Creo que necesitaré una semana para acabarlo —confiesa Frenkie mientras se sienta en la cama, Ronald hace un sonido en confirmación. El castaño ve el cambió en la expresión del moreno y se vuelve a incorporar.
—No deberías dejar que te hable así —comienza Ronald, Frenkie quiere contestar pero el alfa lo frena con un gesto.—Permíteme acabar. Nadie; absolutamente nadie, ni siquiera yo, puede faltarte el respeto de esa forma. Lo que hizo Marco hoy podría llevarlo incluso a la muerte, el solo se está aprovechando de tu ignorancia en las costumbres de la familia Hasmet. El anillo que descansa en tu mano es prueba suficiente del poder que tienes ahora, no dudes en atacar.
Frenkie suspira pesadamente mientras se toca la cabeza.—¿Tanto por este anillo?
Ronald se acerca a su lado—No es un anillo cualquiera, en la familia del Amir es uno de los símbolos de grandeza más importantes en los omegas.
—Entonces no lo quiero, no me interesa algo así —Frenkie hace un gesto para quitar la joya en su mano, pero Ronald lo para.
—Te servirá, úsalo a tu favor —indica el moreno mientras vuelve a acomodarlo.
El toque suave del alfa lleva a Frenkie pensar en las palabras de Marc sobre el moreno— ¿Hürrem?
El castaño vuelve en si, dirigiéndose su atención otra vez en el alfa.—¿Si?
Frenkie ladea su cabeza y el moreno hace un gesto de espera. Empieza a esculcar su saco negro y saca una caja negra mediana.
—Espero te guste —extiende el paquete y Frenkie lo toma con anticipación.
—No tenías que molestarte Ronald —el omega quita la tapa con el moño, sus ojos se abren grandes al contenido.
—He visto los problemas que has tenido al dormir desde que llegaste, espero esto ayude—Ronald ayuda a sacar el regalo y se lo entrega con delicadeza.
Era una caja de música, en madera y jade blanco. Tenía diversas figuras alrededor y su inicial grabada en la tapa.—¿Tú hiciste esto?
Pregunta Frenkie sin poder ocultar su tono de sorpresa, Ronald asiente mientras abre la caja.
—Mi madre siempre tocaba esta canción cuando mi hermana y yo no podíamos dormir, Robert sabe de música y me ayudo a hacer las notas —la melodía era suave y hermosa, cada acorde era perfecto para sentirse en calma. Frenkie quede embelesado con la música, era un trabajo a mano hermoso y muy privado.
—Feliz cumpleaños hürrem.—le sonríe Ronald.
Datos
*Ronald se desveló una semana haciendo el regalo de Frenkie.
*Marco insulta a Frenkie, diciendo que era cuestión de tiempo para que Marc se cansara de él.
*Los alfas en el complejo también le dieron regalos a Frenkie en la canasta que le dieron las mujeres. Ronald quería dárselo personalmente.
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