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♡ : CAPÍTULO LX

El camino al centro de Estambul se condujo en un silencio extraño y pesado para Jeongin.

Su mirada iba y venía de vez en cuando al brazo mal vendado de Changbin, quien—para su sorpresa—había mantenido su imperturbabilidad intacta desde que abordaron el bentley.

Pasan otros diez minutos.

Y luego veinte.

Cuando Jeongin se da cuenta que pasan por el puente Gálata decide que ha pasado el tiempo suficiente para mantenerse callado y no preguntar.

—¿Hyunjin te hizo eso? —su voz es tranquila, pero la tensión que muestra Changbin a su lado es tan visible que le hace pensar que el enojo se ha filtrado en el tono de su pregunta. No debió pasar desapercibido.

Jeongin lanza una mirada fugaz al chofer que los conduce para comprobar que no muestra interés en la conversación. No lo está.

Pero el omega se siente inseguro y decide subir la cortina eléctrica para más discreción.

—Hürrem, en un rut es normal que los alfas actúen así cuando otros están en lo que consideran la zona de su territorio. Es un momento en el que somos vulnerables —la respuesta de Changbin es directa y automática.

—Te ha roto el brazo, Changbin. Incluso si es Hyunjin...debo protegerte de la misma forma en que tú lo haces.

—Él sufre, hürrem —Jeongin entiende que Changbin busca una justificación inexistente para el gama, pero este tipo de daños es algo que no puede soportar—. Senin için acıtıyor [Duele por usted]

—Yo también —Jeongin bufa con molestia, con sus ojos ardiendo sobre el alfa—. Me duele, me duele mucho Changbin.

El moreno hace una expresión indescifrable, sus dedos tiemblan y aparta la mirada con pena.

—Yo aceptó la decisión de hürrem. Protegeré a los pequeños amos como es mi deber —la voz del alfa apenas es un susurro—. Pero no podré verlos a los ojos si usted se va y ellos se quedan.

Jeongin traga pesadamente, la humedad entre sus cuencas se siente más tangible con cada resistencia que pone. Cuando un sollozo sale de su garganta siente la mano de Changbin sobre la suya. Presente y constante como siempre.
Él no dice nada mientras terminan el recorrido, Jeongin tampoco.

Hubiera sido más fácil...

════ ∘◦❁◦∘ ════

—Hürrem.

Jeongin observa con escepticismo la hilera de alfas en las afueras del edificio una vez llegan y salen del auto. El castaño les observa inclinarse antes de avanzar hacia las puertas de la estructura, jamás se acostumbraría a eso.
Changbin camina tranquilamente junto a él mientras un camino de sombrillas se abre paso ante ellos.

—Es importante mantener sus actividades alejadas de los medios mientras las negociaciones entre las mafias aún siguen frescas. Medidas con detalles que espero no le molesten.

—¿Todo el edificio está vacío? —Jeongin lo estudia desde abajo, la luz del Sol lastima sus ojos antes de que pueda descifrar la función de la edificación.

—Si, es solo una construcción fantasma, no es necesario que sepa de los otros pisos. Amir esta en el último —Changbin se detiene cuando las puertas de cristal se cierran tras de ellos. Jeongin observa las luces doradas y los muebles elegantes del espacio sin emoción, cuando vuelve la mirada nota que Changbin mira debajo de su pecho. Jeongin había estado tocando su estómago sin darse cuenta—.
Tengo presente que ya está acostumbrado al estado agresivo de Amir, pero dada su condición no estoy seguro de cómo reaccione. Aun así, todos las propiedades de los Hasmet son abastecidas de comida y limpieza cada semana, por lo que no habrá necesidad de aumentar sus preocupaciones antes de la inauguración en la galería. He mandado guardias que estarán pendiente día y noche.

—Changbin...

—El elevador le llevará directamente, hürrem.

Jeongin lo mira con dolor, Changbin aparta la mirada con esa máscara de seriedad a la que esta tan poco acostumbrado y da un ligero toque a la venda en su brazo. Jeongin tuerce la boca mientras el alfa hace una reverencia rápida hacia él antes de darle la espalda y caminar hacia la salida.

Su mano vuelve a su vientre por inercia mientras hace su camino hacia el elevador.
Los pasos de Changbin dejan de sonar detrás de él.

════ ∘◦❁◦∘ ════

—Alá

Jeongin cubre su nariz cuando el aroma le choca de frente una vez se abren la puertas para él. Una vibración recorre su cuerpo de nervios a músculos y la piel de su cuello se eriza.

Si, su alfa estaba aquí.

Había olvidado lo intensas que podían ser la feromonas de Hyunjin en momentos así. El toque agresivo en ellas y el silencio en las habitaciones le trajo un recuerdo de hace meses. Misma situación, diferentes sentimientos. Pero la aversión entre ellos estaba aún presente.

—Hürrem.

Jeongin se asusta y voltea hacia la voz de la presencia que no había percatado. Una mujer baja y temblorosa le saluda con una reverencia profunda. Una beta.
Jeongin guarda los dientes que se quieren asomar ante la presencia de alguien más en un espacio y momento donde el estado vulnerable de su alfa está pasando. Apenas es capaz de aguantar de igual manera el gruñido.

—Kalk [Levantate] —dice con calma. La mujer asiente y se endereza, mientras lo hace, Jeongin comprueba que no haya ninguna herida en ella.

Desde lejos perfuma el aire. Hyunjin no la ha tocado.

—Amir yaralandı, baskılayıcılar ve ağrı kesiciler getirmeye geldim. Ama odadan bile geçemedim [Amir está lastimado, he venido a traer supresores y analgésicos. Pero no he podido pasar ni siquiera más allá de la sala].

El omega baja la mirada a la bolsa y la cubeta que la mujer sostiene. Incluso para un beta común, esta intensidad de olor debe ser parVernonzante.

—Onunla ilgileneceğim [Yo me encargare]—Jeongin se acerca y toma las cosas con suavidad de ella, un toque rudo podía hacer que se tensara aún más. No quería que se prolongara su presencia aquí—. Puedes irte.

La pobre joven—sin saber cómo actuar—se mueve nerviosamente alrededor de Jeongin hacia la salida, y su mirada permanece baja hasta que desaparece entre las puertas del elevador sin ningún ruido más que el de sus inhalaciones pesadas.

Jeongin medita un largo rato después de que la mujer se ha ido.
Después, suspira y se endereza con calma. Con lentitud y en un completo silencio, se deshace de sus zapatos con la misma ayuda de sus pies.
Sus pies descalzos empiezan a avanzar entre las extensas habitaciones, pasando por la cocina, sala y otras puertas hasta captar el olor de Hyunjin con más intensidad. La puerta abierta de la habitación en la que se encontraba le da una imagen completa del estado del alfa. Una imagen intranquila para él.

Hyunjin descansaba aparentemente dormido, yaciendo incómodo en la cama del cuarto en el que ahora Jeongin estaba. El omega hace un estudio rápido mientras escucha los jadeos molestos que Hyunjin exhala con ojos cerrados. Estaba desnudó, con el sudor sobre su piel y sábanas que no le cubrían del todo.

Jeongin muerde sus labios con nervios, no en un estado de excitación, sino de preocupación.

Su lobo le ruega acercarse y atender al hombre que parece sufrir frente a él; el alfa que gime de dolor y enojo a la vez.

El percatarse de la herida en su brazo solo lo agita aún más.

Jeongin da un paso y se detiene al instante.
Recordando las últimas palabras de su más reciente encuentro su cuerpo se parVernonza. Un rencor ligero que proviene de su naturaleza pelea contra la necesidad de cuidado que también siente.

Hubiera sido más fácil...si pudieras haberlos aceptado.

Jeongin aparta la mirada y niega con la cabeza. Su razón no podía dudar cuando la salud de Hyunjin estaba tan débil.

Amaba a ese hombre, lo hacía incluso si él no correspondía ese sentimiento a lo que había dentro suyo. Siempre le importaría Hyunjin, no había pelea o discusión en el mundo que pusiera eso en duda y lo sabía.

—Hyunjin —llama con voz baja mientras se acerca y se sienta a un lado de la cama, lo suficientemente cerca para poder estudiar la herida recién cocida en el brazo.
Había sangre seca alrededor, en su pecho y hombros. El cuenco de agua y el trapo dentro de él debió ser para eso.
Jeongin tuerce ligeramente el lado izquierdo de boca mientras exprime en silencio la tela blanca, ¿la mujer de hace un rato no tenía planeado limpiarlo...o sí?

De repente se sintió inquieto, la necesidad de marcarlo y perfumarlo con su olor se volvió casi un arrebato ansioso.

—Mh...—Hyunjin jadea débil mientras Jeongin empieza a limpiar con suavidad su piel en toques ligeros. Jeongin muerde su labio con preocupación cuando nota el calor del cuerpo de Hyunjin incluso a través del trapo húmedo.
Tanta emociones contenidas con la presión exacta de estrés podía derribar a cualquiera. Hyunjin había confiado demasiado en la medicina y tan poco en sus instintos que le daban señales rojas.

Jeongin le observa con preocupación sincera mientras le toca. Pasando sus dedos por quizá demasiado tiempo en las cicatrices que ya ha visto y conocido.
Sus manos solo se detienen cuando llega al tatuaje en el pecho de Hyunjin.

El dragon negro rodeando y envolviendo a la yatagán bajo el lema en turco de los Hasmet.

"La Mafia Roja solo está sobre la Mafia Roja"

Jeongin había sido incapaz de descifrar el idioma en su primer encuentro en Londres. Los arrebatos posteriores que le permitieron ver el cuerpo descubierto de Hyunjin no habían sido tan lúcidos para él cuando su atención recaía en otra cosa. Ver el pecho de Hyunjin ya no era ajeno a él, las cicatrices que se pintaban en toda la piel del alfa tampoco le causaban alguna reacción y el tatuaje simplemente se volvió inadvertido.

Jeongin quería negarlo, pero aparte del emblema marcado en las puertas de las propiedades y libros de La Roja, el recuerdo de haberlo visto antes de su llegada a Turquia seguía palpitando desde que puso sus ojos en él.

El dragon sostiene el yagatan—recuerda—porqué sin Eylem, Anek no no era nada.

La Roja no se sostendría.

Las lecciones de modales y cultura habían sido tediosas en sus primeros días, sí. Pero ahora sentía que debía estar agradecido por conocimientos que en otras circunstancias serían ajenos a él.

Jeongin da una última mirada al tatuaje con detenimiento; después, alza las sábanas y cubre el dorso de Hyunjin con cuidado. Habrá respuestas en otro momento.

Su atención se traslada de inmediato al rostro del alfa, donde aún expresaba síntomas de incomodidad. La mano de Jeongin se cVernonenta y contrae por la necesidad de tacto que le abruma de repente; así que la desliza hacia la cara de Hyunjin, limpiando los alrededores de sus mejillas y ojos.

—Seni özledim [Te he extrañado] —susurra con una sonrisa triste cerca de su rostro. El recuerdo de las últimas palabras entre ellos le duele, corroe y quema. Y a pesar de la tristeza que le inunda, el rencor sigue ahí presente y escondido—. Lástima que seas un cretino —sus manos se mueven con más fuerza, perdiendo la delicadeza de un principio—, aptal, vefasız ve aptal alfa [Necio, voluble y estupido alfa].

Un agarre fuerte en su muñeca le detiene.

—Oğlan.

Jeongin parpadea sorprendido, los ojos dorados de Hyunjin le miran entrecerrados, en medio de la razón y lo que no es. Cuando intenta apartarse Hyunjin le jala.

—Estás aquí —la voz del alfa está apagada, ronca y seca. Una mano suya sube por su cadera, Jeongin la aparta y suspira.

—¿Cómo podría dejarte así?

—Oğlan

—Has sido imprudente.

—Yo también te he extrañado.

Jeongin detiene sus movimientos sorprendido, Hyunjin aprovecha la brecha de duda y lo jala sobre su regazo, Jeongin se resiste, pero el movimiento que hace Hyunjin mientras se sienta con dificultad lo retiene, el alfa estaba aprovechando su estado para tales libertades y eso no pasaba desapercibido.
Jeongin se pregunta si es el lobo del alfa es el que habla y actúa.
Lo cree hasta que Hyunjin le jala del cuello y le da una caricia a su marca con intensidad. Una pizca del hombre razonable seguía ahí.

—Déjame ir, tus heridas están frescas.

—Repítelo —Hyunjin lo ignora y Jeongin frunce el ceño, el alfa le acerca y reposa su frente sobre la suya—. Repítelo—vuelve a exigir con voz ronca—, el cuánto me extrañas.

Jeongin hace el ademán de separarse, pero Hyunjin lo sostiene con más fuerza.

—Hyunjin.

—Kalmak [Quédate].

—Estaré contigo los próximos días.

—Jeongin —la voz débil de Hyunjin le asusta. Intenta separarse de nuevo para verlo mejor, pero el alfa no lo deja moverse—. Tanrılar...lütfen kalın [Dioses, por favor quédate].

Jeongin se da cuenta. Hyunjin no hablaba en el sentido literal de la palabra.

¿Es está otra de las capas que cubren la coraza fría?
Pensar en que incluso el lado más bajo de naturaleza del alfa aún pensaba en una seguridad primordial a su omega sobre sus cachorros le abruma.

Jeongin pone su mano sobre el pecho de Hyunjin con una presión fuerte mientras sus feromonas se liberan y los rodean. Un lugar seguro y de tranquilidad para que Hyunjin dejara la tensión que enviaba a través del vínculo.

—No me perderás, seguiré aquí—otro apretón a su glándula—. Te lo prometí frente en las costas del Bósforo, estar a tu lado.

Hyunjin mueve la cabeza en negación, su respiración se vuelve pesada y lenta.

—Entonces elígenos —dice Hyunjin separando sus rostros. Jeongin lo ve con pasmo cuando se da cuenta.

Entre las puertas de la obligación y rectitud, las cortinas de ego y frialdad sobre las ventanas vacías que se mostraban con regularidad ante él. Estaba ahí, una sincera e inesperada desesperación

—Elige nuestra vida.

Jeongin quiere llorar de nuevo. De repente se da cuenta que lo ha estado queriendo hacer con bastante regularidad.

No me pidas eso.

Jeongin niega con la cabeza y le acaricia el rostro. Hyunjin se inclina y se tensa entre sus brazos.

—Hayır [No] —Jeongin busca sus manos, uniéndolas y llevándolas a su estómago. Ruega a que Hyunjin sienta la cVernondez que él siente, la esperanza y la liberación que le florece—, Sen bizi seçtin... hepimizi [Tú elígenos...a todos].

Hyunjin inhala con fuerza.

—Te arrebatarán de mi lado.

—No lo harán.

—Bunu bilemezsin! [¡No lo sabes!]

Jeongin cierra los ojos, la agresividad en el aroma de Hyunjin le estaba mareando y no quería reactivar más aún su estado. No, en esta ocasión necesitaba ser paciente.
Era arriesgado, pero realmente quería ver los límites del amor que Hyunjin supuestamente no tenía por los bebés.

Jeongin toma el primer botón de su camisa, sosteniendo la mirada escéptica de Hyunjin sobre él logra llegar hasta el quinto, antes de que el alfa lo detenga con un agarre férreo en su brazo.

—¿Qué haces? —Hyunjin pregunta, casi como un reproche.

—Sakin [Calma] —Jeongin aparta la mano de Hyunjin con tranquilidad—. Sakin, alfa.

Hyunjin duda, pero Jeongin puede ver la razón asomarse entre sus pestañas, así que continúa. El frío le llega poco a poco, y no toma tanto tiempo para que su parte superior esté expuesta frente a Hyunjin.
Jeongin se inclina hacia atrás mientras observa con deleite la mirada del alfa sobre su vientre.

—Kaldir [Quítalo] —alza su pierna derecha hacia Hyunjin, quien no hace nada para ocultar la confusión que se le pinta en el rostro.

—No.

Ah, ahí estaba.

—Neden olmasın? [¿Por qué no?] —Jeongin ya sabía la respuesta, pero presiona con convicción—. Me estoy ofreciendo a ti.

Hyunjin gruñe y lo sostiene de la cadera. Jeongin prevé sus movimientos de apartarlo de su regazo, por lo que se apresura y lo sostiene por los hombros, sus labios buscan los del alfa con hambre.

Hyunjin jadea entre sus dientes y lo rodea por completo en sus brazos. Jeongin gime suave cuando las manos del alfa le recorren la espalda con posesividad, sus lenguas se unen una y otra vez hasta que Jeongin se siente ahogar con su propia sVernonva y se aparta.
Hyunjin lo mira con un deseo peligroso y pasa sus manos hacía la curvatura de su trasero, Jeongin suelta un quejido cuando el alfa lo aprieta. En respuesta, lo vuelve a besar con el mismo fervor de antes y pega su pecho contra el suyo, sintiendo así el borde de las cicatrices del cuerpo del alfa contra su piel.
Jeongin se decide y mueve su parte inferior sobre la ereccion que punza entre sus muslos. La respuesta de Hyunjin no se hace esperar y termina apartándolo súbitamente.

Jeongin suspira y limpia sus labios.

Ningún alfa que quiera la seguridad de su descendencia llevaría a cabo una relación sexual con penetration con el omega gestante. Por lo menos, ninguno que realmente los desee y espere.

Seungmin le había hablado de casos donde por mal formaciones en el feto y una paternidad indeseada el alfa optaba por deshacerse del bebé antes de que llegara a término. La respuesta natural era la agresividad en un acto sexual que provocaría un aborto en el omega.

Hyunjin, incluso siendo un alfa con un increíble control de sus instintos e indiferencia a sus emociones, encontrándose en un estado tan inestable y voluble, no hubiera dudado en dar rienda a sus verdaderos deseos y someter a Jeongin a su voluntad.

Jeongin había arriesgado mucho, pero no dudó en seguir cuando dio sentido a la conexión no dicha que Hyunjin ya formaba con sus cachorros a través de su vínculo. Si hubiera sido un caso contrario habría luchado con uñas y pies incluso si dañaba mortalmente a Hyunjin.
Pero no fue el caso, y la reVernonzación en el rostro del alfa también fue clara.

—Jeongin.

—Ahora tengo la razón suficiente... —Jeongin se acerca de nuevo a Hyunjin, quien recibe su toque con más facilidad y sin indecisión. Juntando sus respiraciones y cuerpos le toma el rostro con dulzura y susurra—...para pelear por ellos con la seguridad de que serás un buen padre.

Hyunjin respira hondo, inhalando todo lo que pueda de Jeongin mientras está en sus brazos. El calor en él aumenta y la tensión en su cuerpo le dice a Jeongin que posiblemente no tendrá una respuesta clara hoy. No le importa, tenía una decisión segura ahora.

Las manos del alfa le sostienen la cintura con una fuerza moderada y Jeongin puede ver que Hyunjin evita tocar su vientre. Después de cinco segundos largos, el hombre debajo de él se mueve y le toma de los hombros.

—Tienes que irte —murmura Hyunjin mientras toma su barbilla—. Es peligroso.

—No me harías daño— Jeongin responde seguro—, lo acabas de comprobar.

—No quiero arriesgarme.

Jeongin siente cómo Hyunjin le sostiene para cargarlo y quitarlo de su regazo, pero lo detiene—de nuevo—antes de que sus pies puedan tocar la alfombra.
Hyunjin parece irritado, pero no asevera su agarre sobre la piel de Jeongin.
El omega levanta levemente sus comisuras y se inclina hacia los labios frente a él.

—Hay más formas...de llevar tu celo.

Hyunjin alza una ceja y lo observa indeciso. Quiere apartarlo otra vez, pero los labios de Jeongin en su cuello le hacen pensarlo dos veces.
Las manos de Jeongin acarician su espalda, y cuando su boca baja a su pecho, Hyunjin le toma del cabello con un ligero jalón de reproche. A Jeongin no le duele, saber que el alfa está siendo cuidadoso a su manera le prende un poco.

—Para —Hyunjin demanda, un poco ronco.

—Tu no quieres que pare —Jeongin replica en confianza— ¿Indeciso? Tal vez, pero te mueres por follarme.

—No lo haré.

—Yo si —Jeongin baja su mano hasta el comienzo de la entrepierna de Hyunjin, no lo toca del todo, pero se deleita con las pocas expresiones sinceras que el alfa ya le muestra con eso. Había más de una forma de llevar al límite a un hombre que solo usando la parte inferior—. Y quiero observarte hacerlo.

Jeongin retrae su mano, sonriendo ligeramente cuando escucha un gruñido como queja de parte de Hyunjin.
Alza una pierna y la pone sobre el hombro del alfa.

—Kaldir [Quítalo] —Jeongin le indica con tranquilidad. Hyunjin se inclina hacia él en respuesta, pero Jeongin lo detiene con un pie en su pecho—. No, quítalo primero.

Hyunjin inhala hondo y le da una mirada exasperada. El omega no reacciona y lo vuelve a empujar con ligereza para remarcar su orden. Hyunjin alza una ceja y le toma el tobillo.
Jeongin suspira, febril y suave, cuando el alfa lo besa con una delicadeza que ahora le impacientaba a él.

—Hyunjin —advierte sin ganas cuando Hyunjin empieza a recorrer la piel de su muslo interno sin pudor alguno. El alfa llega a los botones de su pantalón y los desabrocha con facilidad. El frío y la exposición completa de su desnudez llegan más rápido de lo que Jeongin esperaba, y apenas es capaz de detener el recorrido de Hyunjin entre sus piernas.

El alfa se siente irritado por la limitación y lo muestra en sus ojos con llamas de enojo hacia él. Jeongin niega con la cabeza y baja su pierna del hombro de Hyunjin, pasándolo con deleite en un camino que dirige hasta el miembro ya erecto del hombre. Hyunjin suelta un jadeo ahogado cuando lo toca.

Jeongin muerde la parte interna de su mejilla cuando empieza a sentir la excitación llenarle por todo el cuerpo. La atención de Hyunjin sobre él es excitante y ávida. Abrir sus piernas ante sus ojos en oscuridad completa casi le lleva al límite.

Ve, piensa codicioso, veme y no pienses en nada más.

Jeongin empieza a bajar la mano, lento y paciente, hacia esa parte húmeda entre sus piernas. Sentir el deleite en el alfa por eso le motiva a seguir y no parar hasta estar satisfecho, por lo que se aventura a pasar sus dedos sobre su pecho y hombros, deteniéndose en el borde de sus pezones.
Hyunjin le sigue observando con deseo y un conflicto transparente. Jeongin espera una respuesta tardía y por lo menos indecisa hasta que la irracionVernondad llene los sentidos de Hyunjin por completo.
Sin embargo, cuando eso no pasa y empieza a ver el descenso de la
mano del alfa a su propio miembro, no puede sentirse nada más que intranquilo.

El vaivén que Hyunjin marca en él mismo hace que Jeongin quiera tocar su propia excitación con una ansiedad inaguantable. Pero las palpitaciones que siente en una parte más abajo son menos resistibles de lo que puede soportar.

—Ah...—el omega solloza sin restricción cuando el calor en su estómago se arremolina. El miembro de Hyunjin se muestra grande y recto mientras el alfa se masturba sin pena alguna frente a él, el ceño fruncido y la barbilla tensa solo hacen que el hombre se vea más deseable de lo que ya era para Jeongin.

—Kahretsin, seni gerçekten sikmek istiyorum [Mierda, realmente quiero cogerte] —Hyunjin cierra los ojos con fuerza, pasando la mano del borde de sus bolas hasta el glande de su pené—. Onları daha fazla açın... [Ábrelas más y....]—otro jadeo ronco—ve bana her şeyi göster [muéstrame todo].

Jeongin olvida todo pudor dentro de él y obedece. Sintiendo cómo esa parte se retrae y humedece, no puede controlar el impulso de llevar dos dedos hasta ahi.
Un tamaño adecuado, que no hará ningún daño a su condición.

Hyunjin aumenta la velocidad de su mano alrededor del falo ante la vista y las feromonas alrededor de los dos se
multiplican. Jeongin responde y gime entrecortado cuando introduce los dedos en su entrada sin dificultad alguna.
Un pellizco propio en su pezon le hace jadear con más fuerza hasta un punto de excitación que jamás imagino.

El calor en la habitación, las respiraciones fuertes y la estimulación de sus manos mientras los ojos de Hyunjin se mantienen sobre él lo llevan a un borde que no siente del todo. El cosquilleo llega desde sus pies hasta la punta de su miembro sin tocar.

Todas las emociones suben súbitamente hasta un límite que le hace llegar con un gemido fuerte.

La debilidad en sus sentidos no le hacen consiente de los movimientos de Hyunjin hasta que lo tiene sobre él.

—Junta las piernas —exige el alfa cerca de sus labios. El tono demandante hace que quiera volver a obedecer...entregarse y subyugarse ante su mate.

—Hyunjin...—Jeongin suspira cuando el alfa pone sus piernas juntas y las sube, lo observa ido mientras su miembro se abre paso entre la humedad de ellas con prisa—¡Ah!

La piel del abdomen de Hyunjin choca con su trasero en lo que parece ser el comienzo de un vaivén preciso. Y a pesar de los ruidos toscos que salen de los labios del alfa, las embestidas se mantenían controladas y cuidadosas.

Jeongin siente la dureza de Hyunjin entre la piel sensible de sus muslos cada que respira y dice su nombre. El hombre arriba suyo parece anticipar su orgasmo y lo eleva aún más, quedando expuesto ante los fluidos que le llenan poco después hasta la cara.

Jeongin exhala y cierra los ojos con pesadez.

Si, definitivamente hay más de una forma de llegar al límite del éxtasis.

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