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Durante toda el recuerdo de la existencia de la humanidad; durante todos los años del mandato alfa sobre otros y su dominio sobre el mundo, los omegas siempre fueron figuras olvidadas entre las esquinas de las páginas de los libros históricos. Nunca se les daba una segunda mirada o consideración cuando en la mayoría de los casos eran la piedra angular de la sociedad.
Para ellos, con el lugar que tenían que tener marcado en fuego, el único valor que tenían era el de concebir. No había más, la ignorancia de su verdadero valor quedó olvidado con su libertad de consciencia.
Los tiempos cambiaron, imperios cayeron y hegemonías nuevas surgieron. Hubo diversas revoluciones de pensamiento y derechos para los omegas, nuevas oportunidades; sin embargo, la fisura de su valor como seres que podían concebir seguía siendo la base del pensamiento de muchos, especialmente omegas.
A Ethan, siempre cuestionado por la falta de expectativas que no podía llenar, el peso de la falta de lo que tendría que ser su verdadera naturaleza cayó directamente sobre su frágil fortaleza.
El hombre frente a él seguía murmurando palabras en las que él castaño había hecho oídos sordos desde hace algún tiempo, las letras plasmadas en hojas blancas frente a él tampoco tenían algún sentido significativo, y la mirada dura de la alfa frente a él solo hacía que su cuerpo sintiera pesado.
Estaba perdido en su propia mente, donde los recuerdos de las exigencias que tuvo toda su vida volvieron a reproducirse una y otra vez.
"¿Omega? ¿El señor Claire tuvo un omega?"
"Escuche que él fue la causa del suicidio de su madre, esperar tanto por un alfa y tener un omega..."
"Alguien con tu segundo género tiene que luchar el doble, no esperes una calificación mayor. Sin embargo, podríamos arreglarte de otra manera..."
"No te hagas el dificil, ¿no es tu papel como omega?"
"Ah, que decepción"
Familiares, maestros, compañeros, personas que se encontraba en las cafeterías de la ciudad y apenas daban una mirada para conocerlo y juzgarlo.
Su padre...
"¿Ni siquiera puedes tener un bebé? Escalaste tan alto y no puedes cumplir con lo mínimo que se supone que tendría que hacer tu cuerpo."
Ethan podía sentir el aliento agrio de su padre susurrando imaginariamente en su oído. Todo lo demás se escuchaba tan hueco.
—Hürrem.
Ethan parpadea pesadamente, dándose cuenta que ya no estaban en la oficina y se encontraban a las afueras de la galería, donde Belma Hasmet estaba con un pie sobre su auto.
¿En qué momento había hecho ese trayecto?
Gira hacia atrás y ve los rostros tensos de Azra y Kim, quien parece ser el que lo llamo.
—A partir de ahora irás una vez al mes al hospital, hayas estado o no con Assaf. Nuestra empresa farmacéutica está desarrollando un nuevo producto para aumentar una fertilidad al 20% en personas, es un tratamiento para recesivos...pero no creo que haya una gran diferencia contigo —susurra agudamente la mujer—. El Öğüt determinará omegas adecuados para formar el harem, como hürrem es tu deber informarle a Assaf. Estemos en contacto, Ethan.
La mujer desaparece en el auto negro, el doctor Elak hace una reverencia hacia él y la sigue apresuradamente. Ethan sigue demasiado en si para dar cuenta de lo que sucedió.
Suspira fuertemente.
—Hürrem...—empieza Azra, pero Ethan niega con la cabeza.
—Sigamos trabajando.
La emoción de la mañana parece ser un recuerdo vago. Los colores alrededor de la galería seguían siendo brillantes, pero Ethan realmente no podía apreciar la belleza en ellos tan detenidamente.
—Los eventos para vender las pinturas se hacen en determinadas fechas importantes, las de artistas renombrados y de más antigüedad son permanentes en la galería a menos de que haya un trato considerable —Mariam hablaba y explicada efusivamente, Ethan asentía a cada explicación pero no podía poner toda su atención en ello como querría.
Parecía que había una piedra en él, atorada en su pecho.
—Gracias por tomarte el tiempo de explicarme Mariam, organiza los nombres de los artistas que te pedí para que podamos trabajar en ello a partir de mañana, ¿si? —indica apagado cuando llegan al límite de la puerta donde la omega dice que era su oficina.
Si ella parece notar el tinte apagado en sus ojos o los movimientos automáticos en él no dice nada. Da una reverencia larga y se apresura a bajar del último piso.
Azra y Kim se acercan más a Ethan cuando abre la puerta. El castaño los mira vagamente y se da cuenta que aparte de sus expresiones también sus feromonas emiten un olor amargo.
—Hürrem...—Azra parece querer decirle algo pero después parece arrepentirse y tener un conflicto en si mismo.
Ethan entiende la inseguridad de los alfas, ¿qué consuelo le darían a un omega que se acaba de enterar que su matriz estaba aparentemente podrida?
—Mantengan esto en secreto de los demás por ahora, en un futuro yo seré quien lidie con esto solo.
El omega les da una ligera sonrisa y se esfuma rápidamente dentro de la oficina antes de ver las expresiones complicadas en los dos alfas.
Se recarga débilmente contra el cristal de la puerta y permanece ahí por un momento, sopesando en privado todo.
Parpadea y tratar de despejar su mente, sus piernas temblorosas caminan al escritorio y se sienta pesadamente en la silla grande. Sus manos se sienten pesadas cuando toma documentos explicativos de la galería, tratando de ignorar lo que ahora era su realidad.
De repente ve una mancha húmeda sobre las hojas, otra la sigue y luego dos más, cuando ve la tinta ligeramente borrada realiza que esta llorando.
Talla rápidamente sus ojos, en un intento de dispersar las lágrimas que poco a poco nublan las letras frente a él.
—No, no llores —se dice a si mismo, su voz se quiebra ante el intento de una auto-tranquilización.
"No sirves para nada", nuevamente la voz de su padre suena con ecos huecos dentro de su cabeza, resonando fuertemente en sus oídos. El recuerdo de las sonrisas a su alrededor se esfuman.
Sentía que una parte de él se estaba asentando, hacía poco que ya no veía la posibilidad de un mero indicio para escapar de esa estabilidad, y realmente quería darle una oportunidad a ese lugar, poder llamarlo hogar.
¿Cambiaría algo?, ni siquiera tenía que pensarlo dos veces, era claro que cambiarían muchas cosas.
Ethan puede ver los rostros de sus banyalar y los alfas de la eve transformarse, expresiones incómodas a su alrededor una vez que se enteraran. Kim y Azra deberían sentirse así ya.
Los trabajadores en la mansión...que siempre le sonreían tan brillantemente, es posible que ya no lo hicieran más.
¿Y Yusef? No podía imaginarse su reacción, no quería hacerlo, le daba miedo que cambiara su trato con él y también estaba...también estaba Assaf.
Era la reacción que más le causaba pánico, su omega se reprimía una y otra vez por la falta de oportunidad de formar una familia. Ethan estaba muy confundido y veía muy lejana una relación de ese tipo con Assaf hasta hoy.
Estaban avanzando, entendiéndose y formando algún tipo de entendimiento, parecía que dieron un paso y con esto retrocedieran otros cinco.
Sus pulmones se sentían secos de solo pensar su trato frío y gélido volver.
Un toque en la puerta de la oficina lo asustó de repente, no pudo evitar ponerse alerta y quitar apresuradamente las lágrimas en su rostro.
—¿S-si? —pregunta y carraspea cuando su voz apenas se escucha en el inmenso espacio de la habitación.
—Hürrem, lamento molestar, pero amir ha mandado algo para usted.
Era la voz de Mariam, no podía interpretar el tono de su voz pero en el momento en que mencionó el nombre del alfa Ethan se incorporó rápidamente en su asiento.
«¿Ya lo sabe?, imposible», piensa Ethan, pero Belma no hacía promesas al aire, lo sabía bien por lo que le habían contado.
—¿Hürrem? —la omega vuelve a preguntar, esta vez un poco más insegura, así que Ethan se apresura a responder.
—Si, esta bien, lo recibiré ahora.
Ante la confirmación del castaño, Mariam abre la puerta con seguridad. Ethan se encuentra intranquilo e impaciente, pero apenas ve a los hombres entrar su expresión cambia con confusión.
Uno siguiendo a otro, ve a varios entrando con lo que parecen ser enormes arreglos florales, Ethan queda en pasmo por un momento y se da cuenta que todas son rosas azules.
—¿Qué es esto?—sale de su boca con auténtica curiosidad.
—Bueno, el amir ha mandado estas flores como una muestra de felicitación por su primer día aquí —responde Mariam con una sonrisa grande, Ethan la mira confundido.
Las flores entran una y otra vez, causando menor entendimiento para él ante la situación. No son simples ramos básicos, todos ellos tenían listones y otras pocas flores que combinaban bellamente con las principales, estaba seguro que cada uno de los arreglos tenían más de por lo menos cincuenta rosas.
Los hombres antes de irse dan una reverencia hacia él, pero el omega apenas pueda dar cuenta de ello cuando toda su atención está sobre las plantas azules.
La mujer quiere decir algo más pero la expresión difícil de su hürrem la abstiene de opinar más, así que decide también retirarse lentamente, dejando a Ethan en su propio lió de cabeza.
Un cambio de escenario abrupto saluda a Ethan, rodeado de lo que parecen ser cientos de rosas y diversos aromas dulces. De repente, el celular en el bolsillo de su ropa parece vibrar, tantea su traje y se apresura a sacar el móvil.
La pantalla muestra las iniciales de A.H
Ethan duda en presionar el botón para contestar, pero cuando el tono está a punto de detenerse contesta rápidamente.
—¿Por qué no contestabas? —la voz de Assaf suena directa en su oído. Ethan rasca su cabeza con nerviosismo, no esperaba la primera comunicación por parte del alfa tan pronto.
Su garganta de siente seca ante la presión.
—Yo...estaba corrigiendo algunas cosas de los reportes, disculpa.
Un sonido de aceptación es toda la respuesta que recibe Ethan, se agacha y toma una de las flores, el brillo en los pétalos hace que su corazón de un mínimo indicio de paz.
—¿Las recibiste? —el alfa pregunta lentamente, si Ethan estuviera viéndolo podría jurar que había un tono inseguro en la voz del gama. El omega da una sonrisa triste.
—Si, son muy bellas, realmente las aprecio.
«¿Será está la última muestra de tu parte que pueda recibir? »
Las lágrimas parecen querer volver a llenar sus ojos pero aparta el pensamiento lo más rápido que puede, un suspiro quebrado e involuntario sale de sus labios.
—¿Qué sucede? —cuestiona la voz a través de la línea, Ethan se regaña a sí mismo al no ocultar sus emociones como quería.
¿Qué le diría?; era difícil encontrar una respuesta rápida. Por una parte, si hablaba sobre su aparente infertilidad también podría decirle de la regla que invocó su madre, no conocía a Assaf de mucho pero esperaba en el fondo de su corazón que pudiera evitar eso, que ante cualquier cosa que pasase sea la última consideración que tenga a con él y mantuviera su palabra.
—Yo...—su voz duda y se apaga, su mirada permanece en el color brillante del azul, el cual se refleja aún más por los rayos del sol escabulléndose en la oficina.
"Los omegas son...bueno ya sabes, dependientes"
"Débil y frágil omega"
"¿No puede procrear?,¿cuál es su función entonces en esta vida?"
"Omega, omega, omega"
Ethan cierra los ojos con fuerza, su cabeza empieza a punzar.
—¿Ethan?—Assaf vuelve a llamar, con una voz más demandante esta vez.
El castaño quiere responder, pero se ve incapacitado por su propia voluntad.
Respira lentamente y se concentra en el color frente a él, tratando de ignorar los recuerdos despectivos en su mente.
"—El azul, ¿no es acaso el color más bonito? —había dicho su madre una vez cuando preguntó por el significado de sus ojos, su rostro estaba manchado de pintura, consecuencia de pasar todo el día encerrados en el estudio. Acaban de comer y ahora estaban recostados en el pasto del jardín en la casa triste, el único lugar colorido de ahí por naturaleza propia—. Tranquilidad, protección, seguridad, esperanza...hay tantas cosas que puede trasmitir ante nuestro entorno"
Ethan suspira pausadamente, dejándose llevar por la momentánea calidez de las enseñanzas y recuerdos preciados en ese entonces.
—Assaf, yo...—murmura lentamente; sin embargo, su boca vuelve a negarse a pronunciar algo, como si permaneciera cocida y sellada.
—¿Está todo bien, no son de tu gusto?—el alfa vuelve a cuestionar, esta vez con un matiz más tenso.
Ethan dirige esta vez su mirada al anillo en su mano, la esmeralda había estado reluciendo diario en su mano desde que Assaf se la dio. Se había vuelto una costumbre involuntaria tener el peso de la reliquia en él.
¿Cuantas veces se le había cuestionado su valor en usar el anillo?, el omega ciertamente podía contar más de solo una vez.
El recuerdo del desprecio no era una emoción muy gratificante para él, no quería estar estancado en eso por siempre.
No quería estar y volver otra vez bajo la sombra de la subestimación de las personas alrededor.
Un enojo involuntario se formó en su cuerpo, extendiéndose lentamente en él. Esas palabras crueles, hechas por personas sin poco tacto habían sido la verdadera causa de la muerte de su mamá. Sin darse cuenta habían elegido a otra persona para dirigir su odio, haciendo excusas cuando no podían aceptar su propio egoísmo.
Las palabras la comieron y la devoraron por completo, dejando nada de ella, nada para Ethan.
¿Qué diferencia están teniendo con él?, orillado siempre a hacer oídos sordos y guardarse todo en sus momentos de soledad.
Ethan perdió a su estabilidad hace muchos años, y hoy le arrebataron la incertidumbre de algo más. ¿Su cuerpo no funcionaba?, tal vez no lo haría pero no permitirá que eso doblegara su persona. No se dejaría devorar como lo hicieron con su madre, no pasaría esa etapa dos veces en su vida.
—No, no sucede nada. Ha sido un día con...mucha información, eso es todo—habla lentamente, su cuerpo seguía temblando pero mantenía toda su fuerza para que su voz no lo hiciera—. Las flores...gracias, enserio.
Assaf se mantiene en silencio ante la respuesta de Ethan. Después de un momento vuelve a hablar, no insistiendo más.
—Es bueno escucharlo —murmura neutro el alfa, no había indicios que dudara de la respuesta del castaño, lo que lo hizo sentir más tranquilo—. Tengo que irme, si sucede algo no dudes en usar el celular y comunicármelo, adios.
Ethan suelta toda el aire acumulado que no sabía que mantenía egoístamente dentro suyo una vez que Assaf cuelga. El sonido común de la llamada terminada es un alivio involuntario para él.
Viendo a su alrededor, con el aroma dulce de las flores en su oficina camina lentamente a la vista exterior del edificio. Su mirada vuelve a bajar y acomoda el anillo en su dedo.
No correría a Assaf para que resolviera esto, no lloraría y se quejaría como todos esperaban. No daría más una imagen oculta detrás de la espalda del gama.
El mismo se encargaría de esto.
Öğüt: Es el "consejo" oficial de la familia Hasmet. Una vez que Assaf subió al poder redujo su poder, porque en su opinión no sería necesaria su intervención en asuntos que el pudiera llevar; sin embargo, su mandato sigue siendo fuerte. Belma Hasmet es la principal líder del consejo.
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