Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

V E I N T I O C H O

Elliot Lennon

A comienzos de septiembre, justamente hoy, catorce. He decidido ejecutar al final el plan de Candy Moore, donde subo el mensaje importante.

Aceptación a Hera cómo mi hija y la de Candy.

Sinceramente, creí que me iban a baldear hasta el alma —si lo hicieron, pero con cariño, ojo con eso—y hay personas que simplemente aceptan y no causan tantos problemas.

Revistas de chismes queriendo más información, la policía y militares comentando cosas al respecto de que dejé de esconderme si no hice nada.

La verdad es que, hoy, catorce. Con temblores por todo mi ser y nerviosismo. Vuelvo a Inglaterra encontrando todo vuelto porquería —o sea, no tanto, pero sí—. Al bajarnos los cuatro del auto frente al Centro Comercial, unos flashes impactan contra mi rostro y el de Hera. Ella sonríe sin ningún problema saludando la cámara y soltándose para dar una vuelta siendo capturada por ellos. La tomo de la mano llevándola conmigo.

Afrodita se pega a mi brazo izquierdo, José va haciendo chistes de payasos y cuando se encuentra a un periodista lo primero que hace es darle un cumplido. ¿Está loco? Sí.

Los flashes no paran, me tienen con migraña, a veces me pregunto porque sigo los planes de Candy.

— ¡Foto! —chilla mi hija señalando los hombres que quedaban atrás con cámaras.

— No, cariño, vamos —ella asiente señalando algo. Me fijo bien encontrando al señor oficial que me ha citado aquí. Los cuatro caminamos hasta dicho lugar, donde tomamos asiento.

El hombre nos detalla antes de comenzar a hablar y por mi parte dar la declaración, Afrodita a mi lado hace lo mismo y el tío Moore simplemente le menciona: "yo soy turista, andaba de parranda". Logrando que el oficial se lleve una mano al rostro suspirando.

Alberto Camacho sigue con sus preguntas antes de que mis hombros tensos se relajen.

— No veo ningún indicio de daño, simplemente querían alejarla de Aaron Moore, pero saben más que nadie que ella en este preciso momento no está jugando con un perro. Ha incendiado... —tapo los oídos de Hera— una estación de policías ha hecho explotar una base militar, ha intentado llegar a la APR y...

— Lo entendemos.

— Ustedes pueden seguir con sus vidas, pero Candy Moore creo que sí la atrapan estará entre las rejas.

— Entiendo —asiente Afrodita con pesadez.

— Pueden retirarse, señores.

— Pero si apenas tengo quince años, ¿Cómo que señor? Estas personas de hoy en día —comienza el tío Moore— ¿Qué no me ve? Estoy estupendamente hermoso, bueno, quince años es una excelente edad.

— Pasando pena nivel dos mil —nos alejamos del dichoso lugar. Hice lo que Candy pidió con tanto esmero, ahora, cómo si flotara en una nube. Mi sonrisa se agranda, Afrodita lo nota sonriendo de a poco también, su tío va cantando una canción acerca de Daddy Yankee y Hera pide foto.

Saliendo del lugar, unas cuantas personas nos observan de reojo, alejándose no tan disimuladamente, otras sólo continúan cómo si nada.

Los flashes atacándonos, ¿Cómo Hera puede sonreír y hacer caras tiernas mientras la atropellan de fotos? Oh, sí, su sueño.

— ¡Afrodita, ¿Dónde está tu hermana?!

— ¡¿Es verdad que un chico asesinó a tu amiga por culpa de Candy?!

— ¡¿Están ustedes dos saliendo?!

Afrodita apretando temblorosamente sus labios, se acerca hasta mí, su tío la protege en todo momento hasta llegar al auto. Toco bocina cuando aparecen frente a mí.

— Atropellaros y di que fue sin querer —opina José desde atrás.

— Papi, quiero a mami —Hera está abrazando al payaso que tiene al lado, que está tratando de distraerla. Suspirando arranco hasta una parte muy bien escondida dónde aquí, habita una persona en particular.

Bajamos observando él centenares de personas con armas en manos, Hera bostezando nos sigue el ritmo. Cuando entramos y bajamos unos toboganes, estamos en la guarida del tigre.

No, ya, fuera de broma.

Y así le dices payaso a José.

La mujer demacrada, con golpes hasta por donde no debe tenerlos y quejándose sin parar, nos recibe.

— ¡Mami! —ella corre hasta sus brazos. Un abrazo de madre e hija.

— Escúchame, preciosa —le comienza a hablar tranquilamente— tienes que estar con tu padre, tía y tío. Por un buen tiempo, yo estaré después —Hera hace un puchero a punto de llorar—. Cumple ese sueño que sé que no es una pérdida de tiempo, en tus ojos se ve cómo te gusta la moda. Modelar. Hazlo por ti misma.

»» Ellos estarán para ti en todo momento, yo también, aunque no lo creas. Te amo, preciosa, pero debes ir con tu padre y tíos.

Hera empieza a llorar abrazándola, el abrazo dura muchísimo. Me acerco separándolas.

— Elliot —me analiza con sus ojos— estás demasiado flaco.

— Estoy comiendo...

Toma mi cara entre sus dedos temblorosos.

— Cuida de ti y de ellas, por favor.

— Rubia...

— Calla y escucha —me centro—. Te quiero, bonito. Pero ahora me debo centrar en lo principal, sí acabo con la APR posiblemente haya dos soluciones.

— ¿Cuáles?

Lola llega informando algunas cosas palmeando el hombro de Candy, me analiza antes de sonreír e irse.

— Te darás cuenta al fin.

Se despide de todos nosotros, volvemos cerca del auto, pero cuando iba a entrar siento cómo toma mi brazo y me voltea. Un revoltijo en mi estómago cuando nuestros ojos impactan, la verdad es que, mis sentimientos por ella florecen, pero lo mejor sería... apagarlos.

— Consigue a alguien, bonito —sus ojos se empañan de momento, abanica su rostro—. Que no sea buscada por todo el mundo.

— Sólo deja de destruir el mundo y todos felices —sostengo su mirada, me acerco—. Antes de subirme a ese auto sólo quiero una cosa.

— ¿Qué?

— Bésame por última vez.

Sin pensarlo mucho, ella acata la orden dada. Quizás ese beso fue el mejor, llenos de tanto sentimientos acumulados, sensaciones que no volvieron a salir y... un vacío porque ya no tenía a la madre de mi hija conmigo.

Respirando forzado, me alejo de ese lugar echándole una última ojeada. Hera va dormida, su tío tarareando ahora una canción de Ariana Grande y Afrodita observando por la ventana.

En el camino, pego el frenazo más grande de mi existencia. Delante de mí se encuentra una mujer caminando con sangre en su cuerpo, sin cabello y con una marca en la frente: torturada por Candy Moore. Disparos se escuchan, ella intenta correr, pero es tarde. Ya la han matado.

Enola...

Mierda. Acelero, alejándome de todo el mal. Abordamos una aeronave los cuatro con destino a el lugar donde estábamos.

Cuando llegamos, nos bañamos, cenamos y nos acostamos para dormir. Pero yo comienzo a moverme sin hallar una posición buena, la voz de Hera me saca del transe al que he entrado. Viene a mi cama, acostándose del lado de la pared. Con mi hija cerca, puedo dormir más tranquilo.

Tal vez minutos hasta que la cama bastante grande cabe recalcar, se hunde mucho de un sólo lado. Observo encontrando a José y Afrodita en la cama.

Les pido que unan la cama de Hera, que también es amplia, por lo cual, una sola cama se vuelve extensa. Dormimos los cuatro en una habitación.

En la madrugada escucho como alguien empieza hablar bajito. Me alertó antes de relajarme y resoplar.

— El cereal va primero... —el murmullo de Moore me hace levemente levantarme y pegarle en la cara. Vuelvo a recostarme correctamente cuando percibo su silencio.

Logré volver a dormir, hasta que los cuatro nos levantamos a las dos de la tarde. ¡Genial!

Con pesadez, arreglamos el lugar. Despolvando todo, poniendo en su lugar algunas cosas. Lo normal en un día de aseo. Mi preciosa hija juega en mi celular, pero cada vez que suena una llamada no la contesta. Llegando al punto donde debo acercarme, percatándome de que es Mérida.

No quiero hablar con ella.

Un golpe se escucha cerca. Giro mi cabeza hasta el lugar del ruido, ahí se encuentra José acariciando su frente. Lo detallo de arriba hacia abajo. No puede ser.

— ¿Qué rayos haces con eso? —apunté a sus pies que están adornados por unos patines.

— Quería probarlos nuevamente... —se encoge de hombros— recuerdo cuando entré a un club para enamorar a una chica.

— ¿Cómo salió?

— Bueno... terminé pasando vergüenza y enterándome que la chica tenía novio. Bonito, ¿no? —reprimo la risa que trataba de salir de mi— Desde ese día soy el gran tío soltero, guapo, chistoso...

— ... Canoso —responde distraídamente Afrodita que sostiene una galleta en la mano. Su tío la fulmina con la mirada—. ¿Qué? Es la verdad.

Vemos algunas películas que, sin duda alguna, son espectaculares. Pero nada me distrae los pensamientos de la rubia de ojos grises.

[...]

Candy Moore

15 de Octubre, 2022

Respiro hondo viendo la foto que aparece en las noticias. Elliot está ejerciendo su carrera mientras que Hera aparece en todas las fotografías cómo: "la hermosa hija del escritor".

Los días en este lugar están relativamente contados, cada momento qué pasa el plan está más que en ejecución. Ya en unas horas en cada encabezado de las noticias saldrá la destrucción a la APR. Cuando suceda, sólo sé qué hay algo oculto, la Mafia Blanca ha sido derrotada. Pero el idiota de Jhony anda prófugo y eso me coloca de nervios.

Cuando acabe con la APR me esconderé pensando en los planes correctos. La voz de Lola se escucha cerca, me levanto cuando asiente lanzando unos equipos especiales. Abriéndolos y colocándolos en mí, marcho junto a mis escoltas del lugar.

Hace un poco de frío, pero la adrenalina no me deja pensar. Subiendo en una Hummer y arrancando sin pensarlo. Situándome lejos de la APR para colocar mi plan en acción.

El infiltrado habla por el teléfono enviando coordenadas, hasta un punto que las manos a la obra son acertadas.

Lola, a mi lado y una sonrisa en el rostro, toma el lugar del volante. Cambiando de lugares a gran velocidad.

— Andando.

Ella empieza a conducir cómo loca endemoniada, facilitando la idea de yo empezar a disparar a algunos agentes de la APR.

Estallidos, golpes, zumbidos, sangre... es lo que sucede en este día. La idiota de Dakaria logró derribar muchos de mis escoltas, pero las personas infiltradas que tienen dentro de la agencia me facilitan la idea. Una lucha de todos contra todos, donde el más "inocente" sale más que herido o muerto.

— ¡Deja de joder y entrégate de una buena vez! —informa a través de un comunicador.

— ¡Nunca! —un estallido nos remueve a todos. Salgo de la Hummer y situada frente a ellos con las manos en el arma.

— Es una pena que alguien cómo tú se haya dañado.

— ¿Ahora hablaremos cómo si fuéramos amigas? —ruedo los ojos antes de disparar, rozándole la bala en el brazo derecho.

— Bonita forma de discutir como unas asquerosas amigas inexistentes —envía una tanda de disparos, uno de ellos roza mi pierna derecha.

— Cada día estás más idiota que antes, igual que tu padre el que estaba apoyando a la Mafia Moore —su rostro rojo de la rabia mientras quiere acercarse para aniquilarme, pero su esposo la detiene—. Oh, hola, Logan, bonito color de cabello.

— Cállate, Candy.

— ¿Celosa, Dakaria? —mis carcajadas podrían escucharse hasta Rusia.

Las armas de mis escoltas contra sus agentes siguen levantadas. Nosotras lanzando nuestras armas lejos y acercándonos tan tranquilamente que podría causar miedo y diversión.

— Estaré en primera fila cuando te estén llevando presa.

— Sí quieres colócame las esposas —le ofrezco mis muñecas, eso la enoja más, agarra mi cuello con su mano haciendo suficiente presión.

— Es una pena... que mientras estás aquí acariciando mi cuello... una chica esté besando a tu esposo... —me suelta de golpe girándose. Toso con fuerza golpeando su espalda— Los celos son una cosa, pero bárbara.

Las sirenas de la policía se acercan. Es el momento. Lola lanza una bola de humo al aire, pero...

Dakaria toma mi cuello nuevamente con su mano, golpeando mi rostro. Yo me zafo golpeando su estómago y piernas, dejándola cómo trapo sucio en el suelo. Por su parte, cuando iba a comenzar a correr, atraviesa su pie provocándome caer a su lado.

Sube a mi estómago golpeándome. Giro golpeándola a ella con fuerza. Así nos vamos en golpes, rodando por el suelo y siendo observadas por varias personas de cada bando. Lola apretando sus puños a no mas poder queriendo acercarse, pero sabe que debe estar lista a la hora de huir.

Un besito para reforzar la amistad.

Aprisiono sus brazos con fuerza en el cemento acercando aún más mi rostro.

— Doy clases de defensa personal todos los días a las cuatro de la madrugada, si quieres ir, llámame —una burla cruza mi rostro. El de ella rojo, con la sangre seca en mí, beso su mejilla.

— ¡Aléjate! —guiño una ojo, cuando la suelto golpea mi rostro. Pero una mano me separa del cuerpo también sangriento de Dakaria.

— Tenemos que irnos, belleza —hago caso a la petición de Lola. Logan lanza un disparo hacia nosotras antes de ir tras su esposa. ¿He dicho lo patético que se ven ambos? Dan diabetes.

Espero que haya visto el tierno besito de despedida. Okay, me estoy pasando. Y con la escolta a mi lado con furia emanando de su cuerpo tampoco es que ayude, en la Hummer agarro su mano antes de marcharnos a una zona segura. En el trayecto la observo de reojo, observa por la ventana suspirando.

— No se repetirá.

— Tampoco quería que se repitiera.

Siento su mirada clavada en mí, pero la verdad solo pienso en seguir huyendo sin querer girarme a verla. Ella suspira nuevamente antes de parlotear acerca de lo que ha pasado entre ambas.

— ¿Por qué me da la impresión de que solo fue para distraerte? —inquiere con fastidio—. Debí de hacerle caso a Jeremías.

Me detengo en medio de la nada, colocando los seguros debidos a la Hummer, encarándola al fin.

— Tu te dejas llevar por cualquier idiotez que menciona Jeremías, pequeña castrosa.

Nuestras respiraciones van al mismo nivel, incluso, nos hemos acercado aun mas de lo debido.

— Es mejor que tú, Candy.

Lo dudo mucho, Lola. Lo dudo mucho. Respirando hondo dirijo mi vista al frente sin querer observarla más.

— Hagamos de cuenta que no paso y todos contentos —dice para romper el silencio incomoda que ha comenzado a surgir. La observo nuevamente, pero esta vez con la mandíbula apretada y los hombros tensos.

— Si eso deseas, de acuerdo, pero dudo mucho que te olvides de algo así.

¿Quién olvidaría dichoso beso? ¡Nadie! Pero cada uno con sus cosas.

[...]

31 de Octubre, 2022

Un masaje es lo que más necesito en este momento, pero nadie en este lugar lo hará. Tengo escoltas, no masajistas. Aunque... esta Lola. Debo centrarme.

Mi teléfono suena sin permitirme que llame a la susodicha persona. Ruedo los ojos.

— ¿Qué?

— ¡Feliz cumpleaños, hermanita!

— ¿Qué...? ¿De qué hablas, Af?

— Hoy es nuestro cumpleaños, aunque tienes una vida de... no, esa palabra no la voy a decir.

Tu hermana es tan buena que no dice palabrotas. Aprende, idiota.

— ¿Cómo has estado? —calla unos largos segundos, dónde simplemente me alejo del teléfono al ver que alguien entra a la oficina con papeles en mano.

— ¿La verdad? —murmuro una afirmación sin despegar la vista de los papeles entregados. Bingo— he estado bien.

— Afrodita, no sabes mentir —resoplo— vuelvo a formular la pregunta...

— Extraño a mamá, a la abuela, a Perséfone... pensaba que iba a tener una vida tranquila, que a esta edad yo estuviera viajando por el mundo, pero no siendo señalada en las noticias cómo la hermana de... —su voz se vuelve más bajita y rota.

— ... Una criminal —culmino por ella sintiendo un nudo en la garganta—. Afrodita, estoy tratando de hacer que ustedes vivan una vida normal.

Continuamos hablando, en un punto me informa de que posiblemente en un futuro vuelvan a Inglaterra. Y la verdad, dudo mucho ser partícipe de su hogar.

Joder, me hubiera gustado tanto estar ahí presente, recibiéndolos con los brazos abiertos y una sonrisa juguetona. Haciendo mis típicos comentarios sarcásticos y secos, pero manteniéndome en familia. Algo que... muy difícil he tenido.

La mafia Blanca me arrebató dos personas importantes. Donde mi sed de venganza crecía más, cada vez más, pero que al enterarme que fueron los primeros en perder la batalla. ¿Ustedes que hicieran en mi caso?

Hice lo posible para que Hera en su momento, fuera mejor que yo, donde quiero que lo sea. Que sí después quiere ser modelo que lo sea sin ser buscada hasta por el presidente del país.

Mimi y Carolina. Las amo con todo mi corazón, pero mientras están en su país natal, donde no sufren y son liberadas de este caos me mantenía un poco tranquila.

Elliot... aunque duela admitirlo, pero ese chico bonito que he querido, lo alejé de mí. Esperando que, en su momento, pueda encontrar alguien mejor. De verdad quiero que lo logre, teniendo una vida tranquila. Error mas grande fue haber entrado en este caos, pero sin darse cuenta era una ficha importante desde que éramos menores de edad.

Tragando saliva firmo un documento dónde aquí, todo el caos pasa a manos de mí. Sin que mencionen a Elliot, Afrodita, tío José Moore, Carolina, Mimi, los padres de Elliot junto a su hermana... más personas importantes. Y que en dicho documento antes de entregárselo a Armando lo releo. Asintiendo con la cabeza y viendo el futuro comprometedor para todos.

Un estallido me saca de mis pensamientos, la voz de algún oficial junto con el área rodeada de militares me saca de las casillas. Pero aun mas cuando veo llegar a Jeremías junto a Lola. El primero esta con sangre en el rostro, pálido y a punto de desmayarse. La segunda sosteniéndolo, pero cuando no puede mas lo deja caer al suelo.

— Marchémonos, belleza —me ofrece la mano.

Hubiera querido retrasar el tiempo donde ella no tuviera ese final.

——————————

¡Hola, personitas del misterio!

Cada vez más estamos cerca del final de este libro lleno de drama.

La verdad es que no dejo de pensar en lo que pasará más adelante.

En el próximo capítulo seré buena persona, sin drama 🤡🤡🤡.

MARATÓN 2/4

No haré esto largo, pero...

🦋Dakaria y Candy besties🦋

🦋Todavía le falta sazón, mentiris, posiblemente casi no falte nada para el final🦋

🦋Los capítulos están siendo cortos, pero algo es algo, ya que, el capítulo final parecerá la Biblia🦋

🦋Hera es cómo yo, cuando estoy jugando o leyendo algo, tumbo la llamada y luego pregunto qué sucede🦋

Estoy esperando con ansias el libro 2.5 y el libro 3. Tantas ideas importantes que me están gustando por el momento. Ya me extendí.

En fin, hasta aquí mi reporte.

Con amor: este intento de Escritora 🐅🖤🐅

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro