D I E Z
Candy Moore
Corro por la mansión, los escoltas me observan asustados cuando notan mis ojos hinchados, rabia en ellos y sudor recorrer mi sien.
Abro la puerta de la habitación de mi padre encontrándolo en el baño vomitando, mi hermana está a su lado acariciando su espalda. Lo levanto cuando termina de expulsar todo, le hago enjuagarse la boca mientras voy a la pequeña sala que contiene su habitación.
En el pequeño refrigerador tomo una botella de agua, después, la llevo con una pastilla para dársela. Rápidamente se la toma.
— ¿Qué comiste? —Menciono cuando está en la cama con nosotras al lado.
— Astrid preparó la comida y, —estornuda— siento que le echó algo.
Aprieto mis puños, dejo a mi hermana con papá para bajar las escaleras con la cara roja de la furia. Lennon se acerca cuando me ve, pero con una mirada sabe que no debe de pronunciar ni una sola palabra.
— ¡Astrid! —Aparece la recién nombrada. La ropa de cocinera se ajusta a su cuerpo, mientras tiene el cabello atado a una coleta alta. Sonríe fingiendo que todo está bien. —¿Qué le hiciste a Aaron?
— No hice nada, señorita.
— ¡No mientas! —Lennon no me deja continuar cuando señala un frasco que sobresale de su bolsillo. Aclaro mi vista.
La mujer retrocede cuando me acerco, de un tirón la lanzo al suelo sosteniendo el frasco entre mis manos. Veneno. Le dedico una mirada a Lennon y él asiente, después de varios minutos llegan unos escoltas sosteniendo a la mujer.
— ¿Qué ganas con esto, Astrid?
— Vendré aquí cuando estés echando lágrimas también por él. —Ríe como cínica— ¿Te imaginas a los dos bien muertos?
Golpeo su estómago provocando que lance un gruñido.
— La quiero en nuestro campo de seguridad [1].
Todos asienten llevándose a Astrid mientras ríe, voy detrás para golpear su cabeza y lograr dejarla aturdida. Vuelvo a la habitación de mi padre encontrándolo, durmiendo con Afrodita sollozando.
— Llamaré al doctor de esta mafia, —Se sobresalta al escuchar mi voz, trata de limpiar su rostro, pero más lágrimas siguen bajando. La atraigo hasta mi— estaremos bien, ¿De acuerdo?
Asiente.
Hago una llamada al médico de la mafia junto al padre de Carolina que confirma que más tardar mañana estará aquí. Suspiro.
Tras media hora el doctor Saeed hace su entrada con su típica ropa sutilmente planchada, unas cejas espesas, labios carnosos, nariz perfilada, mandíbula marcada, cabello negro azabache, ojos marrones oscuros y una postura firme.
Nos abraza dándonos el pésame antes de pasar a la cama para hacerle algunos chequeos a mi padre que yace dormido, pero que es bastante sospechoso, porque, él a cualquier movimiento cerca se despierta.
— Chicas, ¿Cómo sigue...? —Mimi para de golpe al ver a su padre no tan lejos— ¿Papá?
— Saeed, —Ella se encoge en su lugar— ¿No que estabas en casa de tu madre?
— Pues, —Nos observa— ¿Sorpresa?
El señor Saeed iba a replicar cuando mi padre se remueve, pero queda igual. Saeed nos observa con compasión antes de comenzar a hablar.
— El señor Moore vomitó el veneno, pero hay algo que no me cuadra, fragmentos de eso sigue en su sangre y, —Esperamos lo peor— no creo que dure mucho.
Tomo mi cabeza entre mis manos; — ¿Cuánto tiempo?
— Eso no sé, ¿Tres, cuatro, cinco meses? No sé —Arranca una hoja entregándola—. Ahí están unas series de medicamentos, tal vez con eso podrá recuperarse, pero...
— Dudas de que eso pase. —Asiente.
[...]
Llevo conmigo al señor Mohammed. Hombre alto con el cabello sutilmente peinado hasta un lado, cuerpo trabajo, unas cejas espesas con una sonrisa triste en sus labios carnosos y nariz perfilada que nos da luego la vista de sus ojos marrones oscuros, camina recto mientras su hija está pegada de él como una cucaracha. Luego menciona lo que llevo esperando.
— ¿Me das dinero?
El señor Mohammed la observa incrédulo, se aleja entrando a la habitación de mi padre. Encuentra al señor Saeed y gritan como retrasados. Niego rodando los ojos llevándome conmigo a Carolina y a Mimi que viene llegando.
Afrodita no sale, se queda en la habitación escuchando los chistes más agrios de Jacob que se encuentra ahí. En el pasillo veo a Perséfone que viene con la cabeza gacha, nos saluda, luego entra para estar con Afrodita.
Bajamos las escaleras, debemos ir a comprar los medicamentos que el señor Saeed ha recetado.
Afuera arrastro al chico que está jugueteando con una piedra, subimos los cuatro a la Hummer.
— ¿Donde? —Es lo que pregunta cuando ha salido del lugar.
— La farmacia.
Arranca.
— Candy, no quería entrar en este tema, pero —Suspira Carolina— ¿Sospechas de alguien de la muerte de tu madre?
Niego; —Tengo que investigar con sumo detalle, sin dejar escapar nada —Apoyo la cabeza en el respaldo del asiento—. Pero Astrid debe saber.
— ¿Por qué Astrid debería saber? —Cuestiona Mimi.
— Envenenó al señor Moore. —Responde Lennon.
— Pero es raro, fíjense en esto. —Mimi menciona— Una asesina no fuera tan fácil de atrapar y todos nosotros aquí presentes la vimos en el jardín delantero cuando sonó el disparo.
— En eso tienes razón, pero ¿Y sí contrató a alguien para que lo hiciera? —Pregunto.
— Candy tiene razón, se puede contratar a alguien para los trabajos sucios. —Menciona Lennon— Pero en eso hay un problema.
— Creo que sé cuál es, —Préstamos atención a Carolina— Astrid era la cocinera, ¿Por qué no hizo lo mismo que con Aaron?
— Sospecharían muy rápido.
— ¡Por eso! —exclama— Astrid no quería descubrirse tan rápido, de lejos se veía como fulminaba a Carmen.
— Nos estamos concentrando mucho en Astrid, —Menciona Mimi— ¿Y si el verdadero asesino quiere desviarnos?
— Podría ser. —Rasco mi nuca— Es demasiado fácil en sospechar de Astrid.
Nos quedamos pensando. La verdad es que sí, es demasiado fácil en sospechar en Astrid.
[...]
La mujer ojerosa, cabello en una cola alta y cambiada formalmente nos sonríe a los cuatro cuando estamos en frente de ella.
— Savannah, necesito con urgencia esto. —Le doy lo indicado. Asiente buscando todo y pasando factura.
Pago y salimos para volver al auto. El trayecto se nos va debatiendo de nuevo en el mismo tema, hasta que ingresamos a la mansión Moore.
Llevo cada medicamento a la habitación de mi padre, ya está despierto con una bandeja de todo tipo de cosas. Come despacio, le entrego lo que compré y me quedo un rato.
Después de que ha comido bien y lo ha expulsado todo, se queda dormido luego de tomarse su medicamento indicado. Los señores Saeed, Mohammed y Steele siguen en la habitación. Salgo y bajo las escaleras.
Voy al patio después de que he dado algunas órdenes.
En el césped se encuentra Elliot boca arriba viendo su teléfono, voy hasta su lugar sentándome a su lado. De golpe bloquea su celular. Frunzo el ceño.
— Candy, que alegría verte. —Se nota de aún lejos nervioso. La pantalla de su celular enciende demostrando una notificación de una aplicación.
— ¿Qué hacías? —Sigo con mi ceño fruncido. «Wattpad». Ese nombre sigue latente en mis pensamientos hasta que recuerdo de que se trata. — ¿Qué libro leías?
Niega frenéticamente; —Ninguno.
Entrecierro los ojos hasta él; —Mentira.
— No leía en Wattpad.
— Nunca mencioné una aplicación.
En un susurro se puede apreciar una fuerte exclamación de horror. Una y tras de otra notificación de la misma aplicación llega hasta que se nota un +100 en la barra.
— ¿Entonces? —Digo con lentitud.
— No estaba leyendo, —ruedo los ojos. Carraspea— estaba actualizando mi... libro.
Lo último lo susurra, aplaudo con dirección a él tomando el celular y su dedo desbloqueándolo. Luego, entro a la aplicación y su cuenta leyendo su usuario.
Relamo mis labios; — ¿Por qué de fondo tienes una foto de una calavera?
— No se me ocurría que colocar, —Se encoge de hombros— además me agrada bastante la foto —Ruedo mis ojos, ríe levemente antes de observarme— ¿Quieres leer?
— Candy, tenemos un negocio al cuál recurrir —Dice Jhony después que esta frente a nosotros dos. Asiento levantándome.
— Enseguida voy, —Se marcha, giro a ver al niño bonito— será luego.
[...]
Elliot Lennon
«¿Quieres leer?» Más estúpido no pude ser. Dos chicas se posicionan al frente de mi en el césped, las observo frunciendo el ceño.
— Hola. —Menciona una de las chicas, devuelvo el saludo— ¿Y Candy?
— Con Jhony... —Me levanto de prisa— Lo siento debo irme.
Salgo disparado del lugar, afuera todavía están ellos teniendo un debate en que irse. Me acerco a pasos apresurados.
— ¡Moore! —Gira. Frunce el ceño.
— ¿Qué? —Tan amable como siempre. Ruedo los ojos.
— Debo, —Una voz imponente detrás de mí vocifera mi nombre. Giro encontrando al señor Moore de brazos cruzados— ¿No debería estar en la cama?
— Ya estoy mejor. —Nos observa— A mi despacho, Lennon.
Con mis ojos elijo cuál de los dos caminos, la rubia alza una ceja.
— ¿Qué sucede niño bonito? Debo hacer cosas importantes.
— ¡Lennon! —Se escucha por un altavoz. Una pequeña risa de la boca de Candy sale.
Doy media vuelta yendo hasta la puerta de entrada, camino al despacho del jefe para abrir y encontrarlo revisando unos papeles.
Me los tiende esperando que los reciba, con un pequeño temor, los tomo.
«A través de este papel se dará a conocer a un lugar en concreto. Han descubierto mercancías ilegales recorriendo cada rincón de Inglaterra, especifica en la capital de dicho país. Estas mercancías llevaban como iniciales M.M. La policía nacional ha estado investigando sobre esto donde nos da un poco de conocimiento de una mafia de este lugar.
«Pero la cosa no se detiene aquí, hace dos días se ha detenido a un joven que en su equipaje llevaba sustancias ilegales. Dicho esto, ahora se encuentra en un procedimiento de investigación. No menciona nombre, no aporta nada, sólo se mantiene rígido y alerta como si les fueran hacer daño sí abre la boca.
«En su piel, en su brazo derecho, se ha visto el tatuaje de un tigre y lleva como encabezado M.M. Las autoridades han detenido ocho personas más, donde sólo una de ese montón abrió la boca.
«"Tienen una sede en diferentes lugares del país, también en diferentes, ejemplo; Alemania, Italia, Rusia, España, Argentina, Colombia, Guatemala, Chile, Bolivia..." y más países ha mencionado.
«La Mafia M está siendo buscada por la milicia de Inglaterra, donde los policías no se detendrán hasta encontrar al culpable de lo que ha sucedido. Asesinatos, lavado de dinero, secuestros...
Detengo la lectura observando a Aaron qué pasa las manos por su rostro; — ¿Aaron?
— No he cometido secuestros. —Alza su cabeza, sus palabras no me convencen.
Sigo la lectura mientras pienso en lo nervioso que se encuentra Aaron.
«La Mafia M, ¿A quién puede pertenecer? Después de esto nos deja en claro que no podemos descuidarnos.
«La policía y militares estarán tras el rapto de lo que está sucediendo. La APR —Agencia Problemas Y Rescate— en estos mismos momentos está cuidando de la ciudadanía. Rescatan las personas que han sido secuestradas, protegen sus derechos y construyen un lugar inmenso para defensa personal.
«Valientes a bordo, porque este viaje estará fuerte. Vamos por Mafia M.
Dejo los papeles en el escritorio acariciando mi sien, esto se va a descontrolar. Suspiro acomodándome en la silla giratoria observando al jefe.
— Debemos irnos de este lugar, no es seguro. —Menciono cuando no veo su intención.
— Este lugar es... —niega— Debemos irnos.
La puerta se abre dejando ver a Jacob sudoroso casi sin respiración. Comienza a reírse y luego se cachetea.
— ¿Te comiste Brownies o qué?
Suspira tratando de dejar de reírse; — Debemos irnos, tomen todo. Esos chocolates son buenos.
— No, no, no. —reniega Aaron. Se levanta llevándose a su amigo, me voy a ayudar a las personas recogiendo todo.
Tardamos lo que resta del día hasta que tenemos todos listos para marcharnos. Subo a una Hummer con algunas ropas, con las puertas a punto de explotar por tantas maletas.
Candy acaba de llegar y frunce el ceño, toco el claxon atrayendo su atención. Viene y sube.
— ¿Qué sucede, Lennon?
— Salida de emergencia nivel cinco [2].
Asiente al entender, sirvió de algo el manual. Arranco a alta velocidad con la dirección que han enviado, en el trayecto ella llega a colocar una canción. Drivers license de Olivia Rodrigo.
Al llegar a un lugar absolutamente grande, con puertas resguardadas a más no poder, es despejado de todos, no hay nadie alrededor. Logramos pasar y colocamos nuestras huellas, en la otra entrada es un chequeo de la placa del vehículo. En la última es el chequeo del tatuaje que llevamos.
Cuando accedemos al fin, bajamos. Una fuente extensa nos recibe con flores alrededor de esto. Más adelante a la izquierda, se ve una parte de entrenamiento qué hay que acceder por unas puertas de metal. A la derecha habita unos columpios con algunos árboles cercanos.
Más adelante al pasar esta la entrada a la casa, cuando accedemos se aprecia un largo pasillo de bienvenida con algunas fotos colgando de estos, de la familia Moore.
En una gran sala se da a notar dos escaleras a ambos lados junto con una pequeña estatua en el medio. Recorremos el lugar encontrando la cocina muy espaciosa con un comedor en una habitación que está limpia adecuadamente.
Subimos las escaleras encontrando más pasillos, donde uno da a otra escalera que nos lleva a la terraza con vistas a la piscina. Vamos al otro pasillo que están las habitaciones con nombres de cada persona.
Al recorrer todo, desde abajo hacia arriba, ayudo a Candy acomodar todo en su nueva habitación. Tiene una cama situada en lo alto y abajo hay una pequeña sala, con una televisión, juegos, una librería, el baño a la derecha y el armario a la izquierda.
Al terminar de todo, dejo caer mi cuerpo en un sillón. Chequeo los mensajes que han enviado mis padres contestando lo mismo de siempre, «Estoy trabajando, mañana vuelvo».
— Entonces, —La rubia Moore pasa su dedo por su celular— ¿Ya puedo leer el libro?
Mordisqueo mi labio inferior hasta asentir y tenderle el celular. Comienza a leer tranquilamente, mientras yo tengo el de ella jugando.
— La trama se ve interesante, —Dice después de media hora— ¿Termina bien?
Río por su pregunta; — Luego lo sabrás —rueda sus ojos—. No daré spoiler.
— Tengo una teoría, —Indico que prosiga— siento que no terminará bien, o sea, puede que terminen felices ambos. Pero no juntos.
— Tus teorías son extrañas.
— Sólo son realista a lo que sucede en algunas historias y en la vida real —tocan la puerta, por esta entra Jhony.
— Me uno a la charla, —ruedo los ojos volviendo la vista al juego— ¿De que hablaban?
Frunzo el ceño mientras sigo jugando, siento una mirada sobre mí. Me encojo levemente de hombros.
— Nada que debas saber, ¿Mi padre?
— Pidió que te mantuvieras aquí, tus exámenes finales los completarás virtualmente y la graduación sólo se te hará entrega privada de tu título. —Dejo de jugar, la rubia sigue con mi celular en manos— Al igual que tú clan y tú escolta, así será.
Queda un silencio incómodo en medio de los tres, giro mi cabeza observando la pequeña librería. Hasta que un nombre, «El libro que escribí» llama mi atención haciéndome sonrojar un poco.
— ¿Qué estudiarás en la universidad, Elliot?
Tengo unas grandes ganas de decirle, «Que te incube» pero aprieto mi mandíbula para desestresarme.
— No sé. —En realidad sí tengo la opción, pero no quiero burlas a futuro.
— ¿Alguna vez han visto un chico desmayarse? —asiento. Jhony niega. Candy le propina un golpe que lo deja inconsciente.
— ¡Rubia!
— Sólo bromeaba, —dice— ¿En la navidad podemos ir al cementerio?
Asiento tranquilamente, de lejos se escucha un ruido de alguien, observamos a Jhony. Abre los ojos alarmado.
— ¡Candy! —La reprime. Segundos después el aturdido habla— ¿Y sí hacemos un video para una aplicación conocida?
— Primero, no —Se adelanta hablar Candy—. Segundo, ¿Qué aplicación?
— TikTok, —Una mueca aparece en el rostro de la rubia— oh, vamos. Será divertido.
— Lennon grabará como te lanzo desde aquí, me encanta la idea.
[...]
— ¡Que no es así! —Grita por última vez Jhony. Nos sentamos— No es difícil.
— ¿Moore?
— ¿Qué?
— Lánzalo.
— Yo como que me voy... —Jhony toma su celular yéndose a toda prisa. Después entra Aaron con sus amigos detrás.
— Tenemos que contarles algo importante. —Menciona Aaron Moore con un semblante serio. Luego, todo se vuelve un vaivén de ideas de lo que podría ser, hasta que lo menciona.
Mis ojos intentan no salirse de sus órbitas.
Mi boca se seca.
Un sudor recorre cada espacio de mi cuerpo.
— Hubo un atentado en una Editorial. —Moore me observa— En la editorial de tus padres.
—————————
¡Hola, personitas del misterio!
¿Cómo están? ¿Con energías?
¿Estabilidad emocional? No sé para qué pregunto si las lectoras no tienen, me incluyo.
¿Posibles teorías?
[1]: Campo de máxima seguridad, tienen a las personas que han mentido a la Mafia Moore. Allí se encuentran las fuertes torturas que le proporcionan.
[2]: La salida de emergencia es un tipo de situación donde ellos escapan porque sienten que están siendo perseguidos o prontamente se enterarán del paradero. Así que, por eso escapan cuando mencionan salida de emergencia.
Bueno, no me extenderé, tengo un ojo en China y otro en mi país. Sí, alto sueño que me traigo.
En multimedia se encuentra Jhony Stevens.
En fin, hasta aquí mi reporte.
Con amor: este intento de Escritora🐅🖤🐅
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