_Lunes_10:35 a.m._

El fin de semana si que fue, entretenido.

Así lo veía Midorima, pero al llegar al su respectiva clase su buen ánimo se esfumó al ver a Takao de nuevo.

Takao estaba sentado en su lugar viendo a la peli-verde con el seño fruncido, la chica tenía su cabello agarrado en dos trenzas y sostenía un peluche en forma de conejo blanco que tenía un lazo rosa en el cuello. Al chico se le hacía curioso como la chica siempre traía un objeto a veces raro solo por un horóscopo, se le hacía divertido y a la vez tierno como la chica siempre parecía evitarlo.

Oh no, nadie se libra del gran Takao Kazunari.

Ni sus padres o amigos, ni siquiera sus hermanos.

Con calma cuando vio que se sentó el se acercó y se sentó a su lado para luego dedicarle una sonrisa la chica lo ignoro volteando hacia otro lado con un ligero sonrojo por la vergüenza, ningún chico antes le había sonreído y no sabía cómo interpretar ese gesto.

Takao rio en voz baja, tan tsundere.

—¿Estás molesta? —

—¿Porque debería estarlo? —

—¿Por qué las dejamos solas sin avisar? —

—No te preocupes por mi ni por las chicas, deberías disculparte con Momoi si no quieres problemas —

Tembló un poco al recordar la última vez que hicieron enojar a la pelirosa, aunque no era tan malo como cuando se enojaba Kuroko ahí si sálvese quien pueda. Takao la observó, no conocía lo suficiente a la pelirosa pero no pensaba que diera tanto miedo, era alguien divertida aunque había escuchado que las personas calmadas y/o alegres eran las peores al enojarse, bueno tomaría el consejo no quería que le cayera la ira de una chica.

—Disculpa ¿Puedes quitarte de mi lugar? Ahora —

El pelinegro se quedó inmóvil ante la voz tan fría de la chica, lentamente volteo para ver qué atrás de él estaba parada una pelirroja observándolo con irá.

Akashi llevaba su cabello en una coleta alta y su mochila solo era una bolsa negra, su ropa solo era un jean negro con zapato negros y una blusa de tirantes blanco, ambas manos estaban en su cintura sin cambiar de expresión se puso aún lado el esperando que se fuera. No le gustaba ese chico cerca de su mejor amiga (al menos así la consideraba) y menos por la conversación que estaban llevando que parecía que se llevarán bien, cuando era todo lo contrario.

Takao empezó a sudar en frío al ver que la chica no cambiaba de expresión y también porque presentía que un aura negra estaba rodeando a la chica más baja, con rapidez se levantó para ir casi corriendo a su lugar.

La pelirroja suspiro tratando de relajarse y se sentó dónde antes estaba el chico y tiro su bolso al suelo sin importancia.
Al ver que el chico se fue Midorima suspiró aliviada, su amiga si que sabía intimidar pero hoy no se quejaría la había salvado de aquel chico irritante.

—¿Que te paso? Te vez de mal humor —

La pelirroja la vio antes de volver la vista al frente y empezar a resbalarse por la silla hasta quedar a la mitad, si estaba molesta pero no tenía que ver con lo que paso hace unos momentos si no con los que pasó el sábado en la tarde, no en la noche en la tarde.

—Tetsuya parece haberse interesado en el pelirrojo —

—¿Hablas del policía, del grupo con quiénes salimos el sábado? ¿Enserio? —

Pregunto con incredulidad, eso sí que era raro.

—Le pregunto porque decidió cambiar de profesión y se puso más seria de lo normal —

—¿Será su primer interés amoroso? —

Pregunto al aire Midorima pero tan rápido dijo la pregunta Akashi se enteró en su silla y la observó con enojo, ahí se dió cuenta la peli-verde porque estaba tan molesta la pelirroja.

—No —

Sentenció con autoridad y aura negra la empezó a rodear de nuevo.

Kuroko Tetsuya era la más pequeña del grupo (aparte de la estatura y edad) fue la penúltima en unirse a su grupo y Akashi y Aomine habían hecho una relación muy unida como de hermanas, aunque las dos mayores si que actuaban como hermanas mayores demasiado protectoras, todas las demás sentían lastima por el chico que llegara a enamorarse del miembro fantasma del grupo.

—Eso jamás, aún es muy pequeña para pensar en esas cosas —

Dijo confiada la pelirroja de sus palabras, ella no aceptaría eso de ningún modo, aún recordaba como la peli-celeste a veces iba con ella a qué le ayudará a peinar su desordenado cabello cada mañana (no sabía cómo pero la peli-celeste a pesar de no moverse mucho al dormir siempre terminaba con su cabello enredado del mil formas) ya no lo hacía porque Kuroko se había cortado el cabello de modo que le llegará a los hombros y no tener que batallar con el cada mañana, ah como extrañaba esos tiempos.

—Esto deben de entenderlo tu y Aomine, Kuroko ya no es una niña —

La pelirroja la miro con odio casi expulsando fuego de sus ojos y Midorima solo volteo hacia otro lado sudando en frío haciéndose que no había dicho nada.

Tal vez no debió de hacer eso.

_En otro lado_

Kuroko, Kise y Murasakibara observaban como Aomine caminaba con las manos y los pies en el aire, ellas también querían hacer eso pero por desgracia todas traían faltada o vestido (la peli-lila solo porque perdió una apuesta con Kise) y Aomine traía un short, las cuatro tenían hora libre y Aomine por matar el tiempo se puso a caminar con las manos todo ante la atenta mirada de las otras tres chicas.

Kise suspiro aburrida, hoy era cuando conocería a su tutor, se preguntaba internamente ¿Porque le tuvo que pasar eso a ella? ¡Ella era perfecta!

—… Kise-san será mejor que deja de pensar en que eres perfecta o yo personalmente te romperé la nariz… —

La rubia grito de terror al escuchar la peli-celeste y se alejo un par de metros, sabía que la más pequeña era más que capaz de cumplir lo que dijo. Aunque también le daba algo de miedo como Kuroko era capaz de leer tan fácil a las personas a pesar de que estás tengan una "máscara encima" como los actores.

Por el grito Aomine no puso bien la mano y termino por caerse de espaldas contra el pavimento, enojada se levantó a gritarle a Kise por ser tan ruidosa y hacer molestar a Tetsu por cosas insignificantes como la belleza.

Bueno si sobrevivía a la furia de Aomine, no tenía de que preocuparse sobre lo de su tutor. Nadie daba más miedo que la Kiseki junta y enojada, lo había visto y no era para nada bonito.

Continuará…