Capitulo 6: Hermano.
La semana había pasado y llegó nuevamente el viernes, Izuku daba la clase del día mientras que los alumnos escuchaban atentamente, debían prestar atención para el análisis que iban a tener en ese momento.
—Estos son los temas para analizar, no se concentren mucho en pequeños detalles para que el tiempo les alcance, pero no se olviden de poner lo importante.- dicho eso, el pecoso se sentó en su puesto y miraba a los demás hacer sus trabajos.
Pasó el resto de la clase en su computadora portátil, y cuando la campana sonó, los demás guardaron sus cosas y llevaron los análisis a su escritorio, los iba a revisar en casa.
—¡Yo me despido por hoy, que tengan un buen fin de semana!- el pecoso exclamó con una sonrisa, mientras que los estudiantes salían el una agarrando los trabajos y los metía en su maletín.
—¡Adiós Sensei!- escuchó la voz de Denki hablar antes de salir.
—¡Adiós Toshinori-sensei!- fue ésta vez Uraraka quien iba acompañada de Iida, él también se despidió formalmente.
—Adios Toshi-sensei.- Shindou se despidió sin muchas ganas saliendo del salón.
Izuku no le prestó mucha atención a la mirada de muerte que se dió con cierto alfa de cabellos rubios, se sonrojó un poco con vergüenza cuando éste llegó a entregarle su análisis, era el último en el lugar.
—Sonrojado parece una fresa, Deku-sensei.- Izuku se sintió pequeño cuando el rubio se inclinó peligrosamente sobre su escritorio, tragó saliva y trató de mirarle con determinación.
—Bueno no es algo que yo pueda cambiar, me gusta mi color de cabello.- sinceramente era cierto, amaba su cabello y la verdad las fresas no eran tan malas, aunque no sabía si el rubio lo había dicho como un insulto o algo parecido.
—No me está entendiendo bien, Deku-sensei.- Katsuki le sonrió de manera ladina y se inclinó un poco más sobre el escritorio.— las fresas son deliciosas y a me encanta disfrutarlas mientras las como.
Izuku sintió su rostro arder aún más, incluso sus orejas se habrían puesto algo rojas, un pequeño suspiro tembloroso salió de su boca y se echó un poco hacia atrás avergonzado.
—No vemos el lunes sin falta. Adiós Deku -sensei.- el rubio dijo con diversión y salió del salón, e Izuku cayó sobre su silla soltando otro suspiro, sentía como su corazón saltaba con fuerza en su pecho y parecía como si se fuera a salir.
—Por todos los dioses.- estaba mal, muy mal, en sentido ético, no podía sentirse atraído por uno de sus alumnos, además, él tampoco debería de coquetear de esa forma tan descarada con el.— será mejor ir a casa pronto.
No quería quedarse más allí, debía ir a su hogar, estará más tranquilo y seguro. Sabía que Nemuri podría molestarle otra vez con sus disculpas y que fuera con ella a un bar de nuevo, no sabía cómo era que esa mujer podría salir a tomar casi la mayoría de los fines de semana y volver como nueva los lunes.
—Magia negra seguro.- era extraño, pero no era su asunto para meterse en eso, terminó de guardar las cosas y salió del salón.
Pasó rápidamente por las oficinas de maestros por algunas cosas y después salió de la universidad rumbo a su apartamento. Cuando llegó se preparó algo para comer y después fue a revisar los análisis de sus estudiantes.
Cuando terminó vió que era tarde, ya de noche, el último que revisaba era el análisis del alfa que no dejaba sus pensamientos, ya lo había reparado y se sorprendió con la buena redacción que tenía.
"Sin dudas un estudiante modelo".
Pensó con algo de orgullo, acercó el trabajo a su nariz y aspiró, sabía que el rubio tenía las manos un poco sudorosas, por ende un poco de su esencia siempre quedaba sobre sus cosas.
Ese olor a caramelo de jengibre quemado, era picoso para su nariz, delicioso, le encantaba ese aroma. Izuku daba suspiros de colegiala mientras seguía olfateando para absorber todo lo posible de ese aroma.
—Ay no puede ser...- el pecoso chilló cuando sintió como algo mojaba su ropa interior, y solo se había puesto así mientras olfateaba por unos minutos algo con la esencia del Alfa rubio.
"Aunque de todas formas ya tocaba la hora del baño".
Izuku dejó los trabajos ya revisados y ordenados, se levantó de la silla del escritorio y fue a cerrar las cortinas de su habitación, empezó a quitarse la ropa, incluso sus bragas de color verde, que tenían una ligera mancha húmeda en ellas, y echó todo a la cesta de la ropa sucia.
El pecosp fue al baño para llenar la bañera con agua tibia, justo como le gustaba, minutos después, estaba sumergido en esa calidad sensación mientras cerraba los ojos de puro gusto.
—Nada mejor que ésto.- murmuró buscando su esponja jabonosa y pasarla por su cuerpo, alzaba sus piernas fuera del agua para poder tallarlas bien.
Después bajó la esponja por su abdomen hasta más abajo, soltó un pequeño suspiro cuando pasó por su bello púbico.
"las fresas son deliciosas y a me encanta disfrutarlas mientras las como ".
Izuku recordó esas palabras y sintió su cuerpo calentarse más que el agua en el que estaba, sentía espasmos musculares nada más al recordar esa mirada tan oscura sobre su persona, oscura pero con un brillo perverso en ella.
—No debería...- el pecoso murmuró bajito, pero aún así, llevó su mano libre hasta su parte íntima, tocando levemente ese botoncito rosa que le daba placer, estaba excitado, bastante aún por debajo del agua, podía sentir como lubricante empezaba a salir de su coño.
Izuku gimoteó cuando presionó con algo de fuerza su cliptoris, la sentía palpitar de puro excitación, estaba muy sensible, dejó de lado su esponja y llevó los dedos de su otra mano a su entrada, la cual palpitaba deseosa de algo grande y caliente.
—A-ah~, Katsuki...~- Izuku gimió adentrando sus dedos en su interior húmedo, gemía más mientras frotaba su sensible botón con fuerzas.— ¡K-kacchan!~
El Omega sintió una oleada de placer lleno de espasmos y arqueó su espalda, nunca se había excitado tanto por nadie, quizás uno o dos alfas antes, pero no con esa intensidad.
Izuku pudo los ojos en blanco cuando tocó mas a fondo dentro suyo, un punto exacto que conocía muy bien, le envió una corriente eléctrica por su vientre y espalda. Gimió con fuerza mientras tensaba sus piernas y su cuerpo se sacudía, se había corrido con intensidad.
—Me acabo de masturbar con una fantasía de unos de mis alumnos.- se dijo algo incrédulo consigo mismo, estaba mal, lo sabía, también sabía que ya no podía hacer nada, lo hecho, hecho estaba.— joder.
Trató de dejar de lado sus pensamientos lamentables y auto-reclamos, se salió de la bañera quitándole el tapón para que el agua para que se pudiera vaciar.
Se dió una pequeña ducha también para quitarse los fluidos que se hubieran pegado a su cuerpo, miró su hojilla de afeitar por un momento y después la tomó.
(...)
—¡Izuku, cuanto tiempo!- un rubio algo gigante abrazó al Omega que era más pequeño que el con algo de fuerza, casi asfixiándolo.— siento que te haz puerto más gordito, ¿Comes mucho últimamente?
—H-hermano, no puedo respirar...- Izuku sentía a sus pobres pulmones pidiendo ayuda, serían aplastados y triturados por la fuerza de su hermano mayor.— M-Mirio..
—Ups, lo siento.- Mirio soltó al pecoso quien pudo tomar bocanadas grandes de aire, tratando de recuperar el perdido.— me dejé llevar, ¡Pero fueron cinco meses sin verte!, ¿Sabes lo preocupado que estuve por mi hermano menor?
Izuku sonrió levemente, su padre y Mirio siempre habían sido protectores con el, sin embargo también le dejaban su espacio personal, y era algo que agradecía mucho.
—Me lo imagino, ahora dime, ¿Como te va con Tama-chan?, ¿Ya te dijo que si?- el pecoso preguntó interesado en ese tema de verdad, Tamaki Amaji era el Omega, amor de la vida de Mirio, y lo estaba intentando a cortejar desde hacía un año.
Pero el Omega muy tímido siempre terminaba de rechazar sus intentos de alguna forma, era algo gracioso la verdad, pues ambos se gustaban bastante.
—¡Ya nos pudimos de tomar la mano en público, es un gran avance!- el rubio alzó su pulgar con orgullo, e Izuku no pudo evitar reírse un poco con ternura.— por cierto, escuché que has tomado el puesto de papá en la universidad, ¿Es de verdad?
—Pues...- el pecoso murmuró rascando su cuello con algo de pena, al final terminó por contarle todo a su hermano mayor, incluso habían hecho un poco de té para estar más cómodos, Izuku también le contó sobre los coqueteos que le daban dos alfas y un poco sobre su atracción por uno.
—Así que,- el alfa dijo bajando su taza de té y ponerla sobre la mesa.— eres un asalta cunas.
—¿¡Qué!?, ¡Claro que no, solo son dos años!- el pecoso exclamó con la cara roja, haciendo al rubio reírse a carcajadas, ya casi se había olvidado de las bromas que se hacían entre ellos.
—Lo sé, pero es divertido ver tu rostro asustado. Pero bueno, volviendo al tema, dos alfas del salón son más atrevidos contigo y te gusta uno de ellos, son mayores, pero el único inconveniente es que eres el maestro de ambos.- Mirio de cruzó de brazos poniendo un rostro serio, la situación si era algo crítica, pero no mucho de que preocuparse.— ¡No hay problemas, solo eres su profesor por éste semestre!, ¿Verdad?, Solo debes esperar a que acabes con ello.
A Izuku le gustaba mucho esa unidad que tenía con su hermano, era como su confidente y mejor amigo, podía hablar de lo que quisiera con el, recibiría consejos y demás, así era entre ambos, Izuku era quien le daba ideas desde un principio para conquistar a su tímido cuñado.
—La verdad siento que no podré llegar a los tres meses sin hacer nada ilegal.- el pecoso dijo en voz baja, pero aún así fue escuchado por el mayor, quien solo asintió levemente, el mismo sabía cómo eran los alfas de hormonales.
Mirio también se tenía que contener mucho para no lanzarse sobre su tierno Tamaki, llevaba las cosas con calma para que el Omega tuviera en confianza, pero no todos los alfas eran iguales, menos los alfa más jóvenes quienes eran más hormonales y se dejaban llevar mucho por sus instintos.
—Trata, y por cierto, si ese alfa que no te gusta intenta propasarse contigo no dudes en darle un golpe en la entrepierna, duele bastante allí.- el rubio dijo con sinceridad y el pecoso se rió con ganas, extrañaba platicar con su hermano de esa forma, era algo relajante y agradable.
Mirio se quedó todo el fin de semana con el, visitaron a su padre el domingo los dos, quien estuvo feliz de verlos juntos en el hospital con el, y después cuando el lunes llegó, temprano por la mañana el pecoso abrazaba con cariño a si hermano en la estación de trenes para despedirse.
—¡Juro que volveré el próximo mes y traeré a Tamaki conmigo!- el rubio acarició la espalda de su hermano y le sonrió después de que se separó un poco para verlo.— intenta sobrevivir a tus clases mientras no estoy, sobre todo a esos alfas.
—Eso haré, llévale a Tamaki mis saludos.- Izuku sonrió en grande, no le gustaba mucho despedirse de su hermano porque sabía que pasaría bastante tiempo sin verlo, normalmente meses, que el rubio tuviera un trabajo en otra ciudad no era tan bonito.
Pero sabía que era un buen trabajo, además, de que de ese trabajo también se pagaban las cuentas en el hospital donde estaba su padre, el tratamiento era algo caro y el salario de profesor no lo podía cubrir por completo.
—Bien, adiós, no vemos otro día.- el rubio revolvió el cabello de su hermano y dejó un pequeño beso en su frente, Mirio se subió al tren y el Omega le vió irse.
"Tengo que apresurarme para ir a dar clases".
Izuku pensó y se apresuró a ir a su trabajo, llegó justo a tiempo, aunque la mayoría de sus alumnos ya estaban en el salón, algunos le miraron raro, quizás era por llegar algo tarde a clase, pero no le dió importancia.
Cuando la campana sonó y empezó a repartir los análisis revisados, se dió cuenta de que aún le seguían mirando raro, sobre todo los alfas, Shindou y Bakugou no tenían lindas expresiones.
Dió la clase algo nervioso y no sabía porqué, sentía como si se hubiera metido en algún tipo de problema. Al terminar la clase, todos salieron o casi, Shindou se fue casi primeros que todos y los demás solo algo silencioso, era extraño.
Sacudió su cabeza y se dispuso a guardar sus cosas en el maletín, eso hasta que sintió como alguien lo jaló de su ropa y lo hizo sentarse en su silla.
Al alzar la mirada rápidamente, se encontró con unos ojos rubí enfurecidos, un aroma amargo salir de cierto rubio y un rostro de pocos amigos.
—¿De quien es ese asqueroso aroma a alfa que tienes encima?- preguntó el rubio entre un gruñido bajo y se acercaba más a su rostro.
¿Aroma a alfa?, Pero, si...
"Ay no".
(...)
Katsuki celoso, Katsuki celoso, Katsuki celoso, Katsuki celoso, Katsuki celoso, Katsuki celoso. (☞ ͡° ͜ʖ ͡°)☞
Izuku saldrá cojeando del salón?
Podrá si quiera explicarse que el aroma es de su hermano?
Katsuki se controlará?
Alguien los descubrirá? (?・・)
Lees esto con voz de presentador otra vez? (☉。☉)!
Lo descubriremos en el siguiente capítulo!
Zaorycast.✨✨
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